miércoles, 5 de julio de 2023

Que se ponga

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Lo de la amenaza de Núñez Feijóo de llamar a los "barones del PSOE" para que enmienden la plana a Pedro Sánchez para que se abstengan y no tengan que dar cancha a Vox metiéndolo en los gobiernos es nuevo. Y no es fácil ser innovador en estas cosas ni a estas alturas. ¿Qué nos depara la campaña cuando empiece oficialmente? No me atrevo a imaginarlo.

El escenario apocalíptico que se está esbozando sobre la mesa electoral empieza a ser inquietante por las perspectivas que abre. Lo de la llamada es más de patio de vecindad, de guerra encubierta al descubierto, valga la paradójica contradicción.

En RTVE.es nos explican las intenciones de esta amenaza:

El presidente del PP y candidato a las elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este martes que, si gana las elecciones generales del 23 de julio, pedirá al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que le deje gobernar en solitario y, si se niega, llamará a "todos y cada uno de sus 'barones' para que le convenzan" porque, según ha dicho, aún quedan "algunos sensatos".*


La apertura de un nuevo frente, esta vez telefónico, nos deja con un infinito juego de llamadas entre partidos con variantes generacionales, ideológicas y hasta cómicas si tuviéramos entre nosotros al siempre añorado Gila.

— ¿Está García Page...? ¡Que se ponga!

Pero a nadie se le escapa lo que hay detrás de las posibles llamaditas de Núñez Feijóo. En el fondo es otra estrategia, la de desprestigiar a Sánchez haciendo ver que los que mandan de verdad son los "barones" y no él. Es una forma de ninguneo tradicional, pero con agravante telefónico. Creas primero el "sanchismo" (hay que ponerle nombre a las cosas para poder negarlas) y luego lo ninguneas haciendo ver que es intransigente.

La estrategia de Sánchez es la del victimismo, la del todos me odian, que es otra novedad, aunque no tanto. Lo del victimismo se combina con el apocalipsis de Vox en el gobierno denunciando los pactos posibles.

Si Sánchez advierte de que Vox tendrá carteras y vicepresidencia, el PP se defiende diciendo que es porque Sánchez lo quiere. Es una especie de partido de ping-pong pero con varias pelotas sobre la misma mesa. Los votantes mueven la cabeza intentando seguir la bola buena.


Quizá sea la forma de hacer política de siempre, pero ahora todo se ve intensificado y amplificado en este mundo mediatizado en el que vivimos bajo presión constante. Este multipartidismo conlleva una estrategia múltiple que eleva los intercambios a nuevas dimensiones. En un escenario de comunicación como este se hace necesario gritar más fuerte que el resto para imponer la voz propia. Pero la atención de los votantes oscila entre la saturación y el aburrimiento, por un lado, y la radicalización debida a sobre exposición por otro.


Si se produjeran las llamaditas, los barones se podrían dar el lujo del desplante, algo que pueden hacer ya en cuanto que algún inquieto periodista les pregunte "si ya les ha llamado Núñez Feijóo". "— ¡Me alegro que me haga esa pregunta! —indicará el interpelado, para dar después suelta a la parte que le han puesto en bandeja.

La verdad es que esto de la "nueva política" y de los "nuevos políticos" y sus nuevos hábitos y estrategias está empezando a ponerse incómodo y confuso. Los partidos se interpelan unos a otros en diferentes cruces sobre lo que van a hacer los demás. Las críticas se derivan hacia los pactos, posibles o imposibles. En el furor explicativo del futuro de los demás, cada partido trata de que los electores comprendan lo que nos espera si el otro gana.

Pero el futuro que realmente importa es el propio junto al partido con el que te toque compartir poder. Lo ocurrido entre PSOE y Podemos deja claro cuál es el resultado y lo que hay que hacer para deshacerse del problema.

"Si gano las elecciones, llamaré al líder del PSOE que me deje Gobernar. Y, si no lo hace, llamaré a sus 'barones' para que le convenzan. Aún tiene algunos sensatos, aunque quedan pocos", ha criticado.*

Las llamadas de Núñez Feijóo son otro giro tras el fallido "verano azul", otra forma de devolver la pelota. Desgraciadamente, este tipo de situaciones de pactos vienen obligadas por la matemática. La nueva política quería más partidos para garantizar una mayor representatividad y mostrar su malestar para con el comportamiento de los partidos grandes. Ahora tenemos otro malestar, el que se deriva de que los partidos grandes, con mayor representación en las urnas, dependan de los pequeños pero con el tamaño suficiente como para condicionar el resultado de las elecciones. ¿Hemos mejorado? Que lo decida cada uno. No hemos avanzado a una mayor representatividad sino que las minorías logran colocar ideas y colocarse ellos, lo cual nos asusta. Los grandes se señalan con el dedo acusándose unos a otros de tener que pactar con la radicalidad.

Salvo debacles inesperadas, esto es el futuro de la política española en todos sus niveles. Peor todavía, si los pequeños lo hacen bien sacándole partido a los puestos con los que se hacen en las instituciones, crecerán lo suficiente como para ser más necesarios. Es una fórmula que se ha instalado para quedarse porque ¿quién no quiere sacarle el máximo rendimiento a unos cuantos votos, consiguiendo con ellos cargos, programa y visibilidad?

* Diana Fresneda "Feijóo asegura que llamará a los 'barones' del PSOE para que "convenzan" a Sánchez de que le dejen gobernar si gana" RTVE.es 4/07/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230704/feijoo-barones-psoe-gobernar-elecciones-23j/2451166.shtml

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