martes, 4 de abril de 2023

Bulos o en qué se puede creer

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Por lo que vamos viendo existen tres realidades: la realidad propiamente dicha (la comprobable de alguna forma), la fantástica o imaginada y, en tercer lugar, la realidad desmentida. De la primera y la tercera se ocupan los medios; de la segunda la crítica literaria, cinematográfica, etc. Por supuesto, las líneas entre las tres realidades no son abismos separadores, sino zonas poco iluminadas, tirando a irisadas y que inducen a la confusión. Orson Welles nos dejó el caso de La Guerra de los Mundos y pensamos que la cosa se había quedado ahí, pero no, aquellos solo fue el comienzo adaptado a los nuevos medios, en aquel caso, la radio.

Pero hoy navegamos, en medio de la indiferencia, en un revuelto mar de informaciones, desinformaciones, medias verdades y fantasías, un mar de bulos y desmentidos, de pérdidas de confianza y de pérdidas de energía intentando distinguir lo que es de lo que no es, de lo que parece ser y lo que nunca será más allá de un titular. Hoy ya no se planifica tanto la información, como se recalcula la desinformación. Informar necesita del estar ahí; la desinformación, por el contrario, trata de que ignoremos lo que tenemos delante y hacernos creer que lo que se nos induce a creer existe realmente y viceversa.

La información la puede hacer cualquier becario en prácticas, explotado, trabajando gratis. La desinformación, por el contrario, necesita de brillantes y meticulosos cerebritos, de grandes aparatos de personal y de genios capaces de meterse en las mentes de millones de crédulos y arrastradizos receptores.

En la sección de desenmascaramientos de bulos y demás desinformaciones de RTVE.es nos ofrecen uno de los casos diarios de cómo se retuerce la realidad hasta convertirla en un mensaje adecuado para que nos liemos con lo que se dice. Dice así:

"La Secretaria de Estado para la Igualdad Angela Rodríguez pide eliminar la asignatura de matemáticas y poner una de educación Sexual. Las Matemáticas no sirven para nada", señala el mensaje por el que nos habéis preguntado en WhatsApp, con más de 300 retuits en Twitter. “Angela Pam propone eliminar las matemáticas en la próxima legislatura, y sustituirlas por una asignatura de educación sexual”, señala un mensaje con más de 400 retuits que difunde un fragmento de la entrevista que la secretaria de Estado de Igualdad concedió a TV3 el 26 de marzo.

La secretaria de Estado de Igualdad no ha dicho que “las matemáticas no sirven para nada” ni ha propuesto eliminarlas para sustituirlas por educación sexual. En VerificaRTVE hemos analizado el contenido íntegro de la entrevista concedida al canal 3/24 de TV3 y la secretaria de Estado de Igualdad no pronuncia esos mensajes. Las referencias de Ángela Rodríguez sobre las matemáticas en la entrevista son las siguientes: “Aprendemos a hacer raíces cuadradas. No sé si a ti te sirven las raíces cuadradas a día de hoy para algo, a mí no. Pero, sin embargo, no aprendimos que el consentimiento es fundamental en las relaciones sexuales y esto es un elemento clave en nuestras vidas” (min. 17:21). La secretaria de Estado de Igualdad afirma posteriormente que “en la próxima legislatura sería muy interesante que pudieran existir algunos nuevos pactos de Estado, al menos debería de haber uno por la educación sexual y otro también por la conciliación y la corresponsabilidad” (min. 17:49).

El mensaje de redes que difunde que Rodríguez ha dicho que las matemáticas no sirven para nada procede de una cuenta que desinforma de manera recurrente y que ha difundido bulos como el que dice que la Unión Europea ha prohibido el desayuno. En VerificaRTVE hemos analizado el perfil de Twitter de la secretaria de Estado de Igualdad, el del Ministerio de Igualdad y el de Podemos, el partido político al que pertenece Rodríguez, y no hay pruebas de que hayan difundido los mensajes que le atribuyen.* 


Existen estilos y grados en la desinformación. En nuestras Facultades de Ciencias de la Información debería haber ya una asignatura que cubriera lo que será —ya es— parte integral del Periodismo, la verificación de la información y la detección de la desinformación.

Los desinformadores, al contrario que algunos de mis colegas docentes, creen en el lenguaje, en la Retórica, en la semiosis, etc. Saben que un pequeño cambio puede tener unas grandes consecuencias para la comprensión. Por ejemplo, es la diferencia entre el "no me sirven" y "no sirven", cuya diferencia es la que ha causado el escándalo y la polémica. Esa pequeña diferencia convierte el caso de la Secretaria de Estado a la que no le servían las raíces cuadradas en la inutilidad universal de las mismas, es decir, extensiva a las Matemáticas. Un pequeño cambio y un gran efecto. Después, se crea una conexión, como ella ha hecho (pero en otro sentido), con la educación sexual. Hay diferencia entre las utilidades, mayor o menor, y la sustitución de una por la otra. Pero el manipulador es un artista, sabe, conoce, experimenta y ejecuta desde el lenguaje. Conoce la retórica y sabe lo que significa sustituir la parte (las raíces cuadradas) por el todo (las matemáticas).

Le sale bien; mucha gente, aquellos que, como ella, no han logrado encontrar la utilidad a lo largo de su vida de las raíces cuadradas, lo ven normal. Y ya está el lío, que es de lo que se trata, de tener al personal revuelto y a los medios e instituciones desmintiendo todo el día. No hay campo que no se encuentre afectado, de la política a la salud, de la economía a la vida privada de las personas. Todo es manipulable y a todo se le saca provecho, aunque no sepamos en qué pueda consistir. 

Deseosos de pasar a la posteridad por frases sencillas y populistas, nuestros políticos hacen este tipo de afirmaciones rotundas, maximalistas, fácilmente entendibles por el populacho mediatizado. Unas veces llegará el manipulador, pero otras no hace falta porque el propio medio titulara de la forma más provocativa para que el populacho acuda a los medios como el que va al circo romano a ver espectáculo. Hay que empezar también a echar la culpa al show en que se ha convertido la competencia mediática en esta era de madres subrogadas en primera plana, en parlamentos, carne de expertos; en esta época de shakiras y piqués, de desamores mediáticos, de tantas otras historias de despecho que nos hacen llorar y consumir información. Antes, en los periodos de falta de información, se hablaba de "serpientes de verano"; hoy vivimos diariamente en un episodio eterno de Dragones y mazmorras, chamuscados bajo las llamas informativas que salen de sus horripilantes bocas. Tostaditos nos tienen.


Si el genio de la desinformación rastreado fue capaz de convencer a Europa de que el desayuno dejaba de existir (¡qué curiosidad!), ¿qué significa retorcer unas declaraciones sobre las raíces cuadradas, olvidadas ya?

El problema de todo esto es que a muchos les da igual. Entre una realidad real y otra inventada solo para mis ojos, me quedaré con la segunda, con la que se fabrica para que me guste, me envuelva, me líe. Si los propios partidos se dedican ya a la desinformación retorciendo las palabras de sus opositores, ¿qué más da quién lo haga?, pensarán algunos.


El problema aparece cuando se sale del desinterés a golpe de invención, de bulo, de algo que está diseñado para irritarnos, para escandalizarnos. Con las actuales formas de investigación sobre el comportamiento, con la cantidad de datos de que disponemos, es muy fácil convencernos de lo que esperamos se convencidos. Saben lo que hacen y nos arrojan las polémicas ya precocinadas, para servirlas solo con un par de minutos en el microondas de la ira.


El sistema de verificación funciona esencialmente mediante los envíos de casos por parte del público del medio: "Nos habéis consultado en nuestro servicio de WhatsApp por un mensaje que afirma que la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, ha dicho que “las matemáticas no sirven para nada” y que pide eliminarlas para sustituirlas por educación sexual. Es falso. La secretaria de Estado de Igualdad no ha realizado tales afirmaciones."*  Por eso el manipulador experto retoca más que destruye. Toca lo suficiente como para que no se sospeche y que seamos nosotros los que realicemos la suma en el sentido adecuado para sus intereses, a veces concretos y en ocasiones la mera confusión.

Ellos, los manipuladores, dominan el lenguaje; nosotros, la técnica, que ponemos a su servicio en forma de redes, dispositivos, etc. Es una enorme diferencia porque la técnica se limita a transmitir el mensaje con lo que hay dentro. Formamos cada vez más técnicos (pese a que las raíces cuadradas no les sean de utilidad), pero cada vez nuestro lenguaje es más simple, nuestra cultura más hueca. Esto nos lleva a ser más crédulos y a avanzar en los medios de manipulación más que en nuestra capacidad crítica, que disminuye.

Los recientes "fenómenos" informativos, como el "caso Obregón" y alguno más, nos muestran que solo lo intrascendente común es posible, que la forma de llegar a grandes problemas es solo aprovechando fenómenos triviales. Tras la chispa incendiaria de lo trivial personalizado, tratan de introducirse un ejército de expertos deseosos de hablar sobre algo que antes no podían por la falta de concurrencia de factores de atracción, algún famoso en cuestión. Si no se dan esas circunstancias, es difícil que seamos capaces de meternos en los problemas. Necesitamos de famosos, de muertes, de imágenes escabrosas, etc. para preocuparnos (brevemente) por algo. Con ello somos carne de cañón manipulador, ecos de ignorancia, exhibición de trivialidad.

Da igual lo que quiso o no quiso decir la Secretaria de Estado sobre las raíces cuadradas. Solo es un trampolín para colarnos cosas, para hacernos discutir sobre lo que dijo y lo que no dijo. Alguien se beneficia, pero el sistema, su credibilidad, pierde. Con ello perdemos todos. Y así hasta la próxima. Así, podemos dejarnos arrastrar por la corriente de los bulos, desinformaciones, etc. o podemos intentar luchar contra la corriente dándole un cierto toque existencial a este conflicto del que somos víctimas en este campo de batalla. ¿Es una lucha perdida? Quién sabe. Resiste.

* "La secretaria de Estado de Igualdad no ha dicho que 'las matemáticas no sirven para nada'" RTVE.es 3/4/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230403/bulo-igualdad-no-dicho-matematicas-no-sirven-para-nada/2435486.shtml

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