viernes, 28 de abril de 2023

El dedo acusador apunta a Europa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La capacidad de liarla de la política española es infinita. Ahora nos toca exportar nuestro caos hacia Europa y sus instituciones. ¡Miedo me da!, como decimos coloquialmente. No es ya "discutir", es llevarse por delante todo. En ese "todo" está Doñana, España, Europa... ¡el mundo entero! Además de enfermizo es contagioso. Llegas "moderado" y en un par de semanas estás "incendiario", "verbo-terrorista", poniendo velas a San Atila. Da igual que seas hombre o mujer; te sube la testosterona ya ocupes un ayuntamiento con jubilados, una capital de provincia o la Diputación de Orense y cojas el coche. Es el subidón sin techo.

Dotados de un contagioso sentido del desastre, los políticos españoles arrastran, pisotean, pervierten, cambian... todo aquello que implique derribo de cualquier cosa. Esta vez le ha tocado a Europa, que se ha dejado liar, por hacer lo que tenía que hacer, advertir de un peligro. Pero no hay acto inocente en unas mentes plagadas de conspiraciones, pactos secretos y toda una parafernalia que oscurece todo en su simpleza.

Todo esto es lo que ha desencadenado el problema del agua y los intereses electoralistas de unos y otros. En RTVE.es leemos el incendio político informativo causado por unos y otros bajo el titular "El Gobierno ve "inadmisible" la reacción del PP en Bruselas para tapar su "tropelía medioambiental" con Doñana". En el artículo se nos explica el conflicto: 

El Gobierno ha calificado de "vergonzante" y de "extraordinaria gravedad" la reacción "sin precedentes" del Partido Popular Europeo con respecto a Doñana, que ha acusado al Ejecutivo comunitario de "partidista" y de "hacer campaña por Sánchez" con el humedal. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha precisado que el PP está "sin timón" y "a la deriva".

Para el jefe del Ejecutivo, que ha hecho una declaración sin preguntas en el patio del Congreso tras la aprobación de la Ley de Vivienda, lo que hace el PPE con sus reproches es "deslegitimar nada más y nada menos que a la Comisión Europea". "Ya está bien, estamos ante una oposición a la deriva, no hay liderazgo dentro del Partido Popular", ha opinado.

A primera hora de la mañana fuentes de Moncloa aseguraban que los 'populares' "han intentado engañar a las instituciones europeas y dañar la reputación de España con el fin de tapar esta tropelía medioambiental y cometer una ilegalidad y les han pillado. Es vergonzante. No hay precedente de una reacción así por parte de un comisario".

Posteriormente, en rueda de prensa, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha considerado "inadmisible" que se pongan en cuestión los instituciones europeas y ha pedido "cordura" al PP. "Me parece un hecho muy grave que el portavoz del grupo 'popular' haga declaraciones tan agresivas, nunca he visto a nadie atacar a un comisario así", ha dicho, al tiempo que ha acusado al PP de haber transgredido "una barrera preocupante".*


¿Son conscientes, unos y otros, del espectáculo que han montado ante Europa, del efecto contagio que esto está teniendo al hacer intervenir a las instituciones comunitarias en nuestras revueltas barriobajeras? ¿Puede entender Europa lo que nosotros mismos no acabamos de entender?

Una persona medianamente normal, de un país europeo medianamente normal, tiene dificultades para comprender este incidente aparentemente sencillo y en el que nuestro espíritu comunitario ha optado por la defensa de una naturaleza que se nos escapa de entre las manos entre un nubarrón de intereses electorales, políticos, económicos y narcisistas.

El País


"Doñana" puede ser "cuatro patos" a los ojos de uno que piensa que sus vacas, pepinos o lechugas valen más que todos esos animales juntos. "Doñana" es un puñado de votos si te sirve para mostrar que defiendes los intereses de muchos ante los intereses de una "burocracia europea", insensible y abstracta.

Todo este intercambio de insultos, descalificaciones, conspiraciones, etc. exploran un infinito espacio político populista que pasa por distintas formas de negacionismo para excusarse e interpretar al otro, la verdadera especialidad de la política española. Lo suyo no son las ideas, sino los trazos gruesos de la caricatura a la que se ven reducidos los que llevan la contraria.

La apuesta por Europa —y España es uno de los países más europeístas de Europa hasta que los políticos lo estropeen— se realizó precisamente porque veíamos en ella las garantías de una política desprestigiada durante el régimen anterior. Europa era el futuro y nuestro futuro era "europeo" para evitar nuestro tradicional, nuestro histórico frentismo, algo que nos había arruinado y llevado a guerras continuas. Ahora las generaciones posteriores, la joven política, recupera lo peor del frentismo, en la "cultura de la polémica" (D. Tannen), de la disputa, del enfrentamiento continuo, del insulto que no sale de la boca, del puño adelantado como gesto hacia el otro.

Contagiar a Europa de nuestra incivilidad hispana es destruirnos a nosotros mismos, cerrar puertas de resolución. Mostrar a Europa como partidista e interesada en nuestras viles miserias es indecente y peligroso.

El PP no debería haber desaprovechado la ocasión de ser "europeo", de hacer caso a las instituciones; pero el localismo ha sido demasiado poderoso ante las elecciones y han preferido lo contrario. Ahora tendrán que afrontar las consecuencias y la campaña en contra, lo que lo volverá más populista y menos europeísta. Vox se beneficia. Cuando quiera ser "europeo", se lo recordarán.

Doñana es un símbolo de que España había cambiado, de que somos capaces de velar por intereses superiores a nuestras habituales miserias, que somos capaces de encontrar alternativas a problemas, que es lo que le pedimos a la política. Pero los políticos han transformado la política en otra cosa. Les viene mejor este ambiente de luchas, de enfrentamiento porque así no se muestra tanta incompetencia como atesoran. La política es hoy un mecanismo darwiniano de selección de los más ingeniosos insultadores en este entorno favorable, no de los más capacitados para atender inteligentemente nuestras necesidades y problemas. Esta triste realidad es la que nos muestra la larga lista de acusados, condenados y encarcelados políticos por distintos tipos de delitos que tenemos por aquí. 

Es triste... y sin solución a la vista; cada vez que alguien empieza como moderado, como dijimos antes, la capacidad de diálogo le dura dos telediarios. Llama más la atención el que más grita, el que más acusa. La moderación se ve como debilidad o, peor, como traición. Los extremos populistas han contagiado a los centristas de uno y otro signo conviertiendo esto en un mal patio de vecindad. El apocalipsis vende. La política española es un gigantesco dedo acusador apuntando en todas direcciones. Ahora hacia Europa.

 

* "El Gobierno ve "inadmisible" la reacción del PP en Bruselas para tapar su "tropelía medioambiental" con Doñana" RTVE.es 27/04/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230427/gobierno-ve-vergonzante-reaccion-del-pp-bruselas-para-tapar-su-tropelia-medioambiental-donana/2441886.shtml

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