Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Por
algún extraño motivo ha crecido el número de personas que se creen graciosas.
Quizá la falta de seriedad en un mundo trivial se compense con ese aumento de
los chistosos, graciosos, etc., máxime ahora que se puede vivir de ello.
La
proliferación de pantallas de todo tipo y la escasez de empleo ha fomentado el
deseo de vivir del ingenio, un mundo muy competitivo y exigente, con fecha de
entrega de las gracias a los que las esperan con impaciencia.
Nuestras
cadenas nacionales necesitan de chistosos. No están dispuestos a pagar mucho,
pero si alguno funciona, le ponen un canal y hasta dos. Parece que la gente no
le pierde el gusto y se aficionan a ellos, que se repiten hasta el
aburrimiento. Imitan otros formatos de fuera, pero eso ya da igual. Todos somos
ya un poquito de fuera y pongan ustedes
las fronteras donde quieran, en Europa, América o el planeta. Decimos que el
humor no tiene fronteras, pero no es cierto. Nada tiene tantas fronteras como
el humor. Y no siempre son geográfico-culturales.
Una de
las claves de la proliferación de estos programas es la económica; los programas de bromas son baratos
y cada vez más carismáticos, lo que
traducido quiere decir que se centran en el chistoso o pareja de chistosos.
Este se acaba moviendo con soltura y desparpajo, como Pedro por su casa
chistosa. Ellos son el centro. Mayoritariamente son "ellos", pero
ahora parece haber cierta disposición a superar la brecha de género y que se amplié
a ellas. Hay mucho que explorar, aunque por ahora no se encuentre mucho y haya
cierto mimetismo pasado por filtro. Démosle tiempo al tiempo.
Hay un género que parece tener éxito o ser muy barato. Lo practican nuestras televisiones con profusión. Se trata básicamente de recuperar imágenes de hace veinte, treinta o cuarenta años y reírte de los que salen. Yo apuesto a que es muy barato, porque no consigo verle la gracia. A lo mejor los más jóvenes se la encuentra, pero yo no. Será porque eso forma parte de mi vida pasada y me hago mayor. Este tipo de programa, además de barato, es muy didáctico. Tiene un principio general sobre el que todo gira: las generaciones anteriores eran idiotas.
Te ríes de cómo bailaban, de cómo vestían, de cómo cantaban, de cómo llevaba el
pelo... en fin, de todo. Pones unas imágenes y te dedicas a hacer comentarios
chistosos. El pasado, por supuesto, es casi inagotable en términos de memoria.
Supongo que dentro de veinte, treinta o cuarenta años ser reirán de lo que
hacemos hoy con las mismas ganas. Es cuestión de tiempo. Justo castigo.
Los
medios de hoy nos traen el momento de gloria del que ha conseguido hacer reír a
unos e indignarse a otros. Para muchos esa es la cumbre. Que te odien, desprecien, insulten... da cierta categoría o,
al menos, eso nos gusta pensar. Son dos por uno, te ríes y te odian. En España,
ambos dan prestigio, cierto caché.
Como
está en casi todos los medios —no lo he visto hoy en La Vanguardia—, no tardo
mucho en describirlo: una parodia (¿es una parodia o solo una burla?) en la que
un señor se disfraza de la Virgen del Rocío y suelta barbaridades. Lo hace en
plena Semana Santa para tener un público más receptivo, vamos a decir así. La
provocación religiosa lleva tiempo bien vista, especialmente si se aplica a
otros espacios. Eso quiere decir que se hace en la televisión catalana, pero
pensando en la andaluza.
Nuestro
sentido religioso es regional; no es la
Virgen, sino la Virgen de mi pueblo.
Como todos tienen su imagen son fácilmente parodiables y a algunos les hace
mucha gracia, siempre que no les toquen lo suyo.
El hecho es que, por ahora, ya han intervenido la autoridades andaluzas exigiendo una disculpa, algo que ya han dicho no piensan hacer. Eso sería reconocer un error o que se han pasado y antes cortarse una mano que dar un paso atrás. Así se calienta la cosa y se hace que dure. Los chistosos se frotan las manos. Con un sketch han conseguido irritar, enfadar, hacer protestar, etc. ¡Qué rentable les ha salido!
Las
autoridades andaluzas han apelado a los millones de andaluces e hijos de
andaluces que hay en Cataluña y que se habrán sentido ofendidos por el numerito
de marras. Pero eso no parece motivarles mucho. Ahora las autoridades catalanas
están, como todas, a lo suyo, preocupadas por votos y procesamientos, por
alianzas y compromisos. Si ven que eso del voto interno peligra, harán los
cálculos de lo que se gana y se pierde y decidirán.
Pero
los autores —a los que no pienso mencionar— se han salido con la suya. Están ya
casi a la altura de Ana Obregón, en
todas las portadas, aunque esto previsiblemente no llegará a tanto. ¡A ver si
hay suerte y se enfadan algunos más!
La
Vanguardia, en cambio, nos cuenta un caso en Estados Unidos de una broma
llevada al extremo:
El youtuber Tanner
Cook fue tiroteado el pasado domingo durante una broma en el centro comercial
Dulles Town Center de Sterling, en el estado de Virginia. El incidente ha
suscitado un gran revuelo, y su familia ha recibido acoso y amenazas.
Cook, que gestiona el canal
Classified Goons en YouTube, es conocido por publicar arriesgadas bromas
pesadas a desconocidos a los que pilla desprevenidos. El joven estaba gastando
una broma relacionada con Google Translate cuando Alan Colie, que en ese
momento trabajaba para DoorDash, le disparó.
Según la detective Katie Mitchell, de la oficina del sheriff del condado de Loudoun, Colie había dicho repetidamente a Cook que le dejara en paz antes de disparar. Sin embargo, el youtuber no cejó en su empeño de gastar la broma. Posteriormente, fue trasladado al hospital para ser operado, llegando a extirparle la vesícula biliar. Desde allí, pese a todo, aseguró que seguiría en la misma línea y que no iba a dejar de gastar bromas.
¡Ay, el
peligro de las armas! ¡Las bromas las carga el diablo!
No sé
si La Vanguardia ha decidido no irritar a nadie con el caso de TV3 y en cambio
ha decidido mostrar a sus lectores los peligros de pasarse de chistoso, aunque
sea en otro lugar del mundo. Tengo mis dudas.
Sé que
la tiranía de las audiencias es muy cruel, muchas veces hasta sangrienta, pero
creo que los tiempos no están para bromas, al menos para este tipo de bromas.
Pero, claro, habrán pensado los autores, sino hay sentimiento religioso que
ofender no tiene gracia porque no hay reacción. Esperemos que este hecho no
despierte un fervor religioso a la contra, es decir, le dé a alguien por
empezar a gastar bromas con la Virgen de Montserrat y la liemos.
En
estos tiempos triviales y de trabajos a tiempo parcial, de contratos raros con
los que se supone que trabajas pero estás en casa esperando bastantes meses al
año, la gente tiene tiempo para estas cosas, para las bromas, para meter el
dedo en el ojo. Hay gente que gasta ciertas bromas porque sabe que hay mal ambiente y reírse es un acto contra alguien. Religión, bromas sobre los desfavorecidos, otros pueblos o costumbres, etc. son formas de encubrir una especie de superioridad que a algunos hace bien. Por eso los verdaderos humoristas son los que son capaces de dejar al desnudo a los suyos y no a los demás, que es lo fácil. Pero cada uno da de sí lo que puede.
¿Populismo bromista? ¿Bromas populistas? ¿Simples ganas de molestar? Puede ser. Pero no es buen camino, ni para echarse unas risas.
*
Héctor Valdés "Disparan a un youtuber por hacer una broma pesada" La
Vanguardia 9/04/2023
https://www.lavanguardia.com/cribeo/20230409/8884867/disparan-a-un-youtuber-por-hacer-una-broma-pesada-pmv.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.