miércoles, 21 de septiembre de 2022

Putin y el juego de la desunión

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

A lo largo de estos pasados años hemos tenido ocasión de seguir las andanzas de Putin. Hemos podido ver cómo se pasó de aquellos relevos "presidente-primer ministro" con Medvedev a esa figura construida a golpe de cincel que Putin ha hecho de sí mismo.

Pero más allá del narcisismo del personaje, de sus fantasías de súper héroe ruso a través de cacerías, natación, hípica y todo aquello que le ha servido para construir su imagen hay un elemento esencial para poder entender la situación actual en Europa. Las relaciones de Putin con los marginales europeos, ya sean de ultraderecha o de ultraizquierda.

La política ha cambiado y se ha hecho más emocional, más de búsqueda de raíces, de objetivos que se convierten en centrales llegando desde la periferia. Putin ha gobernado Rusia, pero también ha sembrado por toda Europa, África y América. En Asia, China ha sabido crear un muro de contención a través de la sintonía con Xi Jinping, que comprendió que era mejor hacerle ver que su espacio era intocable, pero que no necesitaría de sus manejos extraños para estar tranquilo.

28/072021

Y esto debido a una causa muy sencilla: en China Putin no encuentra una oposición a la que respaldar en su ascenso inquietante del poder. En Europa, en cambio, ha podido atender solícitos a los que le llegaban de diferentes partes y que buscaban un empujoncito para rivalizar, inquietar, molestar al poder existente en los diferentes países.

Putin, que es astuto, sabe que el mejor sistema para debilitar a su enemigo es favorecer a sus opositores, prometer apoyos, darlos en ocasiones. Es la mejor inversión cuando se trata de ascender, debilitar a los otros.

En El Confidencial del 10 de abril de 2022, Javier Brandoli -desde Roma- se hacía algunas preguntas en el inicio de su lúcido artículo titulado "Un popurrí ideológico extremista de derecha e izquierda europea apoya a Putin y Rusia":

¿Cómo ha conseguido la Rusia de Vladímir Putin que un miliciano italiano, Edy Ongaro, de ideología comunista, haya muerto luchando contra los ucranianos en el Donbás y, a la vez, los principales líderes conservadores y populistas de Italia hayan sido estos años declarados fans del presidente ruso? Extrema derecha y extrema izquierda, por razones distintas, han apoyado en Occidente al presidente o al país rusos. Un respaldo que tiene razones diversas. Una parte de la ultraizquierda apoya a Rusia por nostalgia de la URSS y rechazo a EEUU y una parte de la ultraderecha apoya a Putin por similitud ideológica.* 

El artículo va ilustrado con la fotografía de un muro propagandístico venezolano en el que los rostros de Hugo Chávez y Putin proclaman juntos "¡Venceremos!".

Por simples que puedan parecer los motivos, no dejan de ser verdaderos. Habría que añadir otros factores con los que Putin ha jugado en estos años. La mente de Putin es astuta, pero no inescrutable. En la medida en que sus objetivos están claros, sus manejos se hacen más evidentes. El hecho mismo de que apoye a unos y a otros nos debe hacer ver qué consigue con ello.

La guerra en Ucrania nos lo ha mostrado con claridad: romper la unidad europea, algo en lo que coincide con los diversos tipos de ultras. La Unión Europea, su unidad, molesta a la idea de una Rusia fuerte frente a la debilidad democrática que Putin le presupone.

Hay que entender este elemento esencial porque se conecta con muchos otros. Putin es la encarnación del principio del poder en una sola mano, el desprecio profundo por todo aquello que le parece "débil". En esto sintonizaba muy bien con Trump: el poder está para usarlo. Es algo que no reside en el "pueblo", sino que es propio de los audaces, de los que son capaces de tomarlo sin restricciones... y usarlo. Putin, como Trump, cree que el liderazgo es fuerza y que esa fuerza es necesario demostrarla.

Putin lo hace de muchas maneras. Unas son personales, como su exhibicionismo narcisista o su valoración del silencio y la acción frente a un posible diálogo. La negociación -como en Trump- se hace desde la fuerza. Otras provienen del juego con la historia: la nostalgia del poder de los pueblos, que anhelan sentirse poderosos sobre otros.

El desprecio a los valores del diálogo, la convivencia, la democracia, etc. se traducen en una concepción brutal de la política, cuya prueba más evidente es la desaparición de los opositores, de cualquiera que discrepe o manifieste crítica. Desaparece o aparece muerto arrojado por una ventana. Putin controlaba el aparato de inteligencia heredado de la Rusia soviética y ese era un excelente campo de entrenamiento.

Desde hace tiempo, desde comienzo del año con más intensidad, los medios se han llenado de noticias sobre las conexiones, denunciadas en el mismísimo Parlamento Europeo, con los grupos extremistas, populistas, independentistas, etc. Toda una serie de grupos cuyo objetivo ha sido la desestabilización, por lo que han conseguido el apoyo de Putin, ya sea de palabra o mediante financiación, promesas de futuros reconocimientos. En España son varios los grupos señalados. La aparición de las "Z" prorrusas en Barcelona, noticia de hace un par de días, no es una casualidad, sino algo previsto.

Putin apoyó directamente a los que iniciaron el movimiento del Brexit, con Nigel Farage al frente. Crear una enemistad entre Reino Unido y el resto de Europa le salió bien porque los estrategas siempre trabajan sobre debilidades, fomentando las divisiones y responsabilizando de los errores a los contrarios, en este caso, a los europeos continentales. Carlos III se tendrá que enfrentarse de nuevo a los intentos escoceses de salir de Reino Unido e integrarse en la Unión Europea.

Pero no es solo Reino Unido, Putin ha mantenido lazos con la ultraderechista Marine LePen, como lo ha hecho con todos los movimientos que sembraban conflictos en las instituciones europeas. El cambio de estrategia llevó a trasladar el frente a las propias instituciones, entrar en ellas y dinamitarlas con su obstruccionismo y parálisis.

El caso de Hungría está al borde la ruptura con la Unión. Víktor Orbán es un claro ejemplo de putinismo en el poder. La reducción de las libertades, el control de las instituciones para que no hay cambio posible, etc. son la realidad de lo que esta mezcla de nacionalismo romántico y conservadurismo retrógrado busca. 

A muchos sorprende que sea capaz de reunir grupos tan diferentes. No lo son desde su perspectiva, pues el fondo sobre el que trabajan es precisamente la ruptura del orden internacional y la vuelta a momentos previos a la globalización. La vuelta a los nacionalismos sentimentales y radicales responsabilizando a las unidades de mayor tamaño (como la propia Unión) permite que se hayan generado híbridos de clase y de nación, otros van por la familia y la religión, frente a los feminismos o la "ideología de género" o los movimientos de derechos LGTBI, por poner aquellos elementos que le sirven para articular las contestaciones sociales.

26/02/2022

Que un responsable de crímenes como Putin pueda seducir a través de su "cristianismo" no deja de ser una burla para los cristianos; que un imperialista seduzca a los nacionalistas que ven en él una referencia es absurdo porque se acabará tragando los orgullosos fragmentos europeos.

No, Putin no sorprende. Es el punto en el que las contradicciones se resuelven para hacer ganar sus intereses.  Por ello, la denuncia de los grupos y sus conexiones rusas es muy necesaria ahora. El momento en que las tensiones por Ucrania alcanzan la máxima resistencia, Putin se pone nervioso y ve que se producen fenómenos con los que no contaba, por eso intensifica el apoyo a los movimientos desestabilizadores en distintos lugares. Necesita apostarlo todo a esa estrategia porque ya no está tan claro que manipular en Europa le sirva para evitar la creciente contestación interior. Los mensajes son alarmantes y hablan ya de una ley marcial, que sería la forma de contener cualquier disidencia o protesta.

Hay que estar vigilantes en estos momentos porque la guerra no solo se da en Ucrania, sino bajo nuestros mismos pies. No va como Putin quiere y eso aumenta el riesgo para todos.

* Javier Brandoli "Un popurrí ideológico extremista de derecha e izquierda europea apoya a Putin y Rusia" El Confidencial 10/04/2022 https://www.elconfidencial.com/mundo/2022-04-10/popurri-ideologico-extremista-europa-apoya-putin_3406194/

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