miércoles, 14 de septiembre de 2022

Marías, Godard y algún que otro muerto

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Estaban en el pasillo. "Ha muerto Godard", me dijo al pasar un compañero. Hace tiempo que cuando nos encontramos se dicen estas cosas, quien ha muerto. ¡Llevamos una racha! Da miedo encontrarse con alguien por lo que te pueda decir.

Fui a los grandes almacenes a comprar un libro para un cumpleaños. Quería que fuera un libro de Cine. Vi el cartel "cine" y me acerqué no vi más que libros de autoayuda. Me dirigí al mostrador. "—Quizá ha sido ingenuo por mi parte...", dije. "—¿Es un título? —me preguntó. "No. Quería decir que quizá ha sido ingenuo por mi parte... suponer que bajo el cartel "cine" estarían los libros de cine —aclaré. "Están por el otro lado". Vale.

El que parecía ser el jefe preguntaba "si se habían vendido muchos libros de Marías". "No", se respondió él solo tras mirar hacia un lado. Supongo que allí estarían los libros del malogrado Marías. ¡Qué pena, los muertos ya no venden como antes! Bueno, pensé yo, tampoco hace falta que se mueran. Mira a Rushdie que se ha ido recuperando. Los atentados con apuñalamiento funcionan bien.

¿Verá alguien las películas de Godard ahora que se ha muerto? Quizá pase como con Olivia y repongan Grease en alguna cadena. ¿Isabel no escribió nada? ¡Qué pena! Se hubiera vendido un montón ahora que las televisiones de todo el mundo no dan otra cosa. Se empieza por lo del reinado más longevo, se sigue por lo de Diana y se vuelven a recordar los devaneos de algunos de la familia. ¡Los Windsor, ya se sabe! Las teles no hablan de otra cosa. ¡Mira que no escribir nada!

Lo de Godard en RTVE.es tiene cierta sorna. "Godard en 10 películas" y una entrada que dice " El cineasta, fallecido a los 91 años, rodó sus cintas más reconocidas en los años 60" ¡Vaya una forma de animar a la gente! ¿Pero quién ha visto alguna de esas películas si no habías nacido? El ABC habla de uno de los "grandes del cine de nuestro tiempo". ¡Que me aclaren lo del "nuestro"! Para algunos Godard es de la época de Don Pelayo. 


Salvo algún muerto jovencito. Los que se están muriendo por estas fechas son parte de una cultura de entonces que es incultura de hoy. Como director de un cinefórum desde hace 12 años, como profesor, la experiencia es que donde se hacen las colas es en dos momentos. Momento 1: los preestrenos, con los que te ahorras los 8 o 10 euros de la entrada y haces un rato de risas con los "compis", saltándote las clases de esa mañana. Si hay suerte a lo mejor viene algún prota y te haces un selfie. Momento 2: el de la llamada "Cutrecón", días dedicados a ver cine basura, las peores películas durante una semana. ¡Llenazo! ¡No les pidas que vean un clásico... o a Godard!

La gente debería morirse pidiendo la vez. Si se mueren todos a la vez, ¿cómo quieren que lo compren todo, que lo vean todo? Mientras te enteras de quién era Jean-Luc Godard ya se ha muerto otro y tienes que elegir. ¡Mala suerte, Marías! Morirse en plena la vuelta al cole —más de 400 euros por hijo—, con la cesta de la compra por las nubes.

El jefe de la sección de libros se ha pasado la mañana diciendo dónde deben poner los libros de Marías, en sitio bien visible. Llamó para pedir más ejemplares a las editoriales, pero le debieron decir que también les habían pedido de otras librerías. ¡Qué se le va hacer! Seguro que ahora con la llegada del otoño hay que pedir más ejemplares por algún otro que se nos vaya. El negocio es el negocio.

Ayer hice inspección visual del vagón del tren, camino habitual  a dos universidades. Están los que van medio dormidos (o medio despiertos, a elegir), la mayoría del teléfono con su variantes de juegos o redes sociales (ya son de todas las edades) o las conversaciones en grupo (nos enteramos de todo)  y finalmente un grupo minoritario que llevan esos objetos encuadernados. Este grupo, dos o tres personas en lo que alcanza la vista en el vagón, son la mayoría mujeres, como siempre ha ocurrido desde el siglo XVIII, cuando los autores escribían para lectoras hasta que llegaron los novelistas serios (léase "realistas" y "naturalistas") y los pusieron verdes, cuando había muchas autoras que también tuvieron que esconderse tras el anonimato y el pseudónimo, según los casos.

Es una pena que nuestra cultura se haya quedado pendiente de fallecimientos, apuñalamientos y demás. Morirse es el supremo acto publicitario, lo último que nos conmueve. Si hay muchos, se pierde eficacia y no vendes, como los montones de libros acumulados de Marías en los grandes almacenes. No se venden tan bien como se esperaba. ¿Y ahora qué hacemos con ellos? ¡A ver si con el próximo tenemos más suerte!

La gran barrera del tiempo es mental. Las cosas no están muy lejos, pero nuestra incapacidad para apartar la vista de todo lo que no es hoy es realmente pasmosa. Ya sea Marías, Godard o cualquier autor de cine o literatura se saca de la tumba del olvido precisamente cuando se muere. Es su última oportunidad. Me viene a la memoria aquel episodio de Tom Sawyer en el que asiste a sus propios funerales, ya que le han dado por muerto. Quizá, como Tom, algunos tengan que fingir su muerte para poder volver a salir a la luz, para dar salida a los ejemplares que languidecen en estantes y almacenes esperando la última "buena noticia".



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.