Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
perfil autoritario y de imposición identitaria sigue avanzando en Egipto con el
ritmo de un viejo reloj de pared, con un sonoro tic-tac. La sociedad egipcia vive el día a día pendiente de si lo que hace es correcto o no, de si se ajusta al modelo respetable o, por el contrario, se puede caer en el abismo de lo marginal. Todo debe ser verificado por temor a incurrir en incumplimiento o en alejarse del centro protector de la masa. Ser como todos es la única defensa, el espacio de la supervivencia.
Ayer era la caza del
ateo y hoy es el aviso firme de que no se consentirán programas que atenten contra el
mes de Ramadán. La noticia nos la trae una vez más el diario estatal, Ahram
Online, esta vez con el titular "Egypt's media regulator calls on TV channels to uphold Egyptian values in Ramadan programmes". La estructura de las tres instituciones para vigilar los medios y las redes sociales ya está en marcha:
The Supreme Council for Media Regulation has
called on production companies and television channels to uphold “Egyptian
values, ethics, tradition and identity” in the television series, programmes
and commercials they produce in Ramadan, which starts next week.
The council said in a statement on Sunday that
"it is necessary to respect the nature of the holy month,” reaffirming
"the prohibition of airing commercials that violate Egyptian values and
the spiritual nature of the month."
The fasting month of Ramadan is the biggest
radio and television season of the year in Egypt, with dozens of new series,
programmes and commercials hitting the air waves.
The council also warned that all legal
procedures will be implemented against those who violate the media code of
honour.*
El
régimen egipcio está dejando de ser simplemente autoritario para ser totalitario, entendiendo
que ya no solo prohíbe o censura sino que impone un modelo social y personal,
centrado en ese concepto de "egipticidad" —o identidad egipcia— bien
definido y excluyente. Como señalábamos ayer, no solo se trata de definir como
"traidores", "no egipcios", etc. a los "ateos",
"feministas", "homosexuales", "activistas", etc.,
sino de construir un modelo egipcio, un modelo de perfección hacia el que el régimen apunta en todas las categorías
de la vida. A aquel célebre "¡Levanta la cabeza, eres egipcio!" del
levantamiento contra la presidencia de Mubarak le ha seguido un "¡Levanta
la cabeza y ponte firme!" actual.
El modelo interviene en todos los aspectos posibles, desde
los chistes que se pueden contar (Sherine) a los vestidos que se pueden poner
(Rania Yousseff), pasando por lo que se puede escribir, ver, contar, etc. La
imposición de unos "valores identitarios" nacionales es uno de los
actos característicos de los fascismos, siempre enemigos de la diversidad y
ansiosos de borrar las diferencias que se escapan a su modelo.
Con al-Sisi está saliendo lo peor del totalitarismo, lo que
garantiza una historia complicada y conflictiva por delante. El orden que se
conseguirá no será de paz, sino esa forma cuartelera que hemos señalado en
repetidas ocasiones a través de una serie de síntomas que implican el control e
intervención del estado en todos los órdenes de la vida, tanto la pública como
la privada. Eso incluye desde tomar decisiones sobre si el número de divorcios
es admisible o sobre si las escuelas deben seguir un modelo japonés, una
gigantesca broma que nadie se atreve a reír por temor a ser declarado
subversivo.
¿Qué son los "Egyptian values" (la mayúscula
revela mucho)? Es la imposición de un modelo, surgido de la mente conjunta de
nacionalistas, religiosos y militares, que se sacraliza convierten su
preservación en "deber sagrado", excluyendo y estigmatizando a todos
aquellos que no los comparten. "Egipto soy yo", dice la autoridad
suprema.
El aplauso del parlamento a la iniciativa de la Universidad
de Al-Azhar de la persecución de ateos, a su rastreo por las redes sociales, es
la muestra evidente de ese refuerzo mutuo, de ese "principio
virtuoso" que trata de ejercerse desde el poder (y para el que se necesita
la loa de los eruditos de la Universidad, para gobernar con el respaldo de las
fatwas.
Entre esos "valores egipcios" está, por supuesto,
la obediencia sin reservas a clérigos y militares, como debe hacer un buen
egipcio musulmán. La ola de tradicionalismo virtuoso es la versión egipcia del
populismo, esta vez con uniforme. Antes de que Trump, Viktor Orbán, Bolsonaro o
demás comenzaran sus carreras populistas, en Egipto ya se presentaba con su
propia versión. No se trata del militarismo de los líderes (como los tres
nombrados), sino por el contrario, de la politización de los militares, que son
los que controlan auténticamente el país y los que sustentan el poder. La
diferencia de al-Sisi es su estrategia de un uso mayor de la fuerza religiosa
frente a sus predecesores, incluido el piadoso Sadat, antiguo militante de los
Hermanos Musulmanes, muerto por una conjura islamista a pie de desfile militar.
La identidad nacional egipcia, como todas las demás, es una
ficción construida exprofeso para dar
forma, compartida, como han estudiado bien sociólogos, filósofos, politólogos o
analistas desde hace más de cincuenta años. La cuestión es que en Egipto,
ahora, puedes ser encarcelado por no parecerte al modelo impuesto. Hay un
modelo nacional que se diversifica con sus aplicaciones a los roles sociales,
es decir, un modelo de marido, de esposa, de hijo, de hija, de padre, de madre, etc. y también profesional,
de periodista, de guionista, de actor, etc. que se debe ajustar a esos valores
y fines. De ahí el control en todas las instancias sobre los discursos, el
vestido, las actuaciones, las noticias, las maneras de informar, la identidad
sexual, sobre cómo salir vestido a un escenario o redactar una novela. Esto es totalitarismo, el control total de la sociedad y la imposición de un modelo eliminando las diferencias.
La advertencia de los perros guardianes del régimen a los
medios sobre el tipo de programas que se pueden emitir durante Ramadán es algo
más que las tradicionales controversias. Ya el presidente avisó hace varios
años a los guionistas y directores, sobre los programas que le gustaría ver en
pantalla en el mes de Ramadán. Ahora exige verlos.
*
"Egypt's media regulator calls on TV channels to uphold Egyptian values in
Ramadan programmes" Ahram Online 29/04/2019
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/330812/Egypt/Politics-/Egypts-media-regulator-calls-on-TV-channels-to-uph.aspx
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