miércoles, 17 de abril de 2019

La imagen del régimen egipcio y las enmiendas constitucionales

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

I. La imagen del régimen egipcio
El régimen egipcio ha estado vendiendo en el interior la simpatía universal y las críticas como elementos puntuales resultado de mala información y de conspiraciones dirigidas por sus enemigos y envidiosos. Este factor es importante porque determina su imagen en el interior, un entorno mediático controlado prácticamente de forma absoluta gracias a una serie de procesos que como el cierre de medios, el encarcelamiento de periodistas, la compra de prensa a cargo de empresarios amigos o la veladas amenazas y apercibimientos de aquellos de aquellos que se alejan un poco del guión previsto.
Entre los medios oficiales y los oficializados, solo es posible un discurso de adhesión con alguna oposición controlada para llegar justo al límite de lo permitido. Nadie cuestiona la legitimidad del régimen y se acepta que el "no-coup" de 2013 fue a petición del propio pueblo para salvarlo de un destino similar al de Siria y Libia, que era el objetivo de sus enemigos. La destrucción de Egipto es, pues, una conspiración universal y que viene desde los tiempos faraónicos.


Todo esto choca con la imagen exterior y generalizada del régimen de Abdel Fatah al-Sisi, llamado por los medios internacionales "dictador", considerándose una "dictadura militar" disfrazada mediante una "farsa democrática", con un parlamento títere y una oposición fabricada. Los que han intentado oponerse desde dentro del sistema han quedado invalidados, estigmatizados o difamados, acusados de traiciones o connivencia con poderes internacionales, como el caso del diputado Mohamed Anwar El Sadat, presidente del Comité parlamentario de Derechos Humanos, acusado de filtrar a "embajadas extranjeras" y a la Unión Europea el borrador de la Ley de ONG en 2017*.  Se trataba de eliminar a un candidato fuerte a la presidencia, tal como se hizo con el resto de los que intentaban disputarle la presidencia.  Sadat se retiró señalando que era demasiado comprometido para los que le apoyaban. Lo mismo ocurrió con el resto de los candidatos, unos acabaron en la cárcel y otros en riesgo de serlo, como el abogado de Derechos Humanos, Khaled Alí, cuyo dedo anular estuvo a punto de ser encarcelado (junto con el resto del cuerpo) acusado de hacer gestos indecentes a la judicatura. Egipto es Egipto.


Hace muchos años, empecé a hablar de la burbuja egipcia (lo que me costó alguna amistad). El tiempo ha confirmado la existencia de esa burbuja en la que los egipcios viven o les hacen vivir una situación idílica, manejada para vivir en el miedo a la desaparición del país si no están en manos de militares. El paréntesis de Morsi y los islamistas fue nefasto y de él los egipcios sacaron la conclusión (con mucha ayuda) de sin militares que les salvaran en el poder no podían vivir. Son los efectos de la política mantenida desde el poder por los militares de uno u otro signo, de Nasser a Mubarak. El país es el estado creado a la sombra de los cuarteles. No hay otra fórmula, de ahí la estigmatización de la Primavera Árabe, a la que se considera responsable de la inestabilidad de la zona, exonerando a las dictaduras corruptas de su responsabilidad en el crecimiento del descontento y el aumento de radicalismo integrista. Si bien es cierto que se ha visto un enorme déficit democrático en la fuerzas políticas y la debilidad de los que quieren democracia y estabilidad frente a los partidarios de regímenes integristas (que eran los único verdaderamente organizados), esta se ha debido a la persecución clara de los que consideraban demócratas y reclamaban el cambio del poder. Para los islamistas, en cambio, el objetivo ha sido siempre el poder y con él la transformación social desde la tenaza con las bien construidas organizaciones de base.
Tras el tiempo pasado, el régimen egipcio ha tratado de crear la ilusión de una democracia, pero lo más que ha conseguido es la consideración de "farsa", expresión que se repite en prácticamente todos los ámbitos internacionales. Solo el beneficia al régimen y le salva de las críticas institucionales la situación que le rodea, de Siria a Libia. No hay la más mínima simpatía hacia un régimen al que ya todos consideran más represivo que el de Hosni Mubarak. Pero cuanto mayor es la represión, más crecen las ansias enfermizas de reconocimiento por parte del régimen, que recibe todo tipo de críticas internacionales. Con la obcecación característica, el régimen sigue considerando que está rodeado de enemigos que buscan su destrucción, un mensaje que cala en la gente y permite un gobierno a la defensiva. Ni las grandes obras financiadas exteriormente sirven para camuflar lo añejo de las políticas con el Ejército como elemento controlador de la política y la economía. Las inyecciones exteriores se destinan a proyectos absurdos, como la ampliación del Canal de Suez, del que ya apenas se habla, construido a mayor gloria y con la opinión en contra de la mayoría de los analistas.


Ahora el régimen va a cambiar la incómoda y limitadora constitución, que es la ya enmendada sobre el texto que se aprobó en el parlamento post golpe. Lo que se pretendió en esos momentos fue precisamente lo que ahora se impone, la posibilidad de un mandato autoritario y eterno de un gobernante. Mubarak gobernó con una ley de excepción, no necesitó cambiar la constitución. Los islamistas hicieron, junto a los salafistas, una constitución a su medida ignorando a todos los demás y la excepcionalidad de su elección. Pero la ilusión democrática duró poco. Al-Sisi se encargó de ello. El mariscal que no quería ser presidente ni que hubiera militares en el poder, se transformó pronto en el candidato, arropado por la sisimanía creada, a la presidencia que no quiere salir de allí al menos hasta 2030, según las nuevas enmiendas. Demasiado tiempo para alguien que no quería ser presidente.
Ahram Online recogía ayer, con el titular "Three Egyptian parties declare opposition to constitutional amendments", las opiniones diversas de los partidos que se han opuesto en el parlamento a las enmiendas —"The Islamist Nour, the liberal Conservatives, and the Socialist Democratic parties"— .
Los motivos son variados y merece la pena ver la percepción que conllevan y las explicaciones. En el caso de los salafistas, se señala:

Ahmed Khalil, the parliamentary spokesperson of the ultraconservative Salafist Nour, said that his party will vote against the amendments because over Egypt being described as "a civilian state" in the newly amended constitution. 
"As long as the meaning of this word is still unclear, we declare that we will vote 'no' to these amendments," said Khalil, adding that "our party stands against the secular state, the theocratic state, and the police and military state."
"If the word 'civilian' means a non-theocratic state or a non-police or military state, we will vote 'yes', but if it means a secular state, we will vote 'no'," said Khalil.
In response, parliament speaker Ali Abdel-Aal said "the word civilian does not mean a secular state, and it means that Egypt is not a military or a police state and that it is governed by a constitution and civilian authorities."
"I hope when we come to vote on this article, your party will change its opinion and opt to vote 'yes' for the amendments," said Abdel-Aal.*


Como resulta evidente por la pregunta de los salafistas, se trata de jugar con las palabras. Para evitar la palabra "secular" y poder mantener las expectativas religiosas de un estado "teocrático" encubierto, se usa una palabra absurda, "civil" en el sentido de "no militar" o "no policial", lo que no deja de ser un buen chiste para los juristas. ¿Hay algún régimen que se defina constitucionalmente como "militar" o "policial"? Se trata, una vez más de jugar con las palabras menospreciando la inteligencia de la gente. Los islamistas hicieron lo mismo en su momento y se puede considerar parte de las malas costumbres políticas egipcias. No hay sinceridad, solo ambigüedades que dejen posteriormente la capacidad de maniobrar o, descaradamente, manipular. Los propios salafistas son un buen ejemplo de ello en un país donde teóricamente los partidos religiosos están prohibidos. Pero al régimen le interesaba dar cancha a los enemigos políticos y competidores Hermanos Musulmanes. Nadie duda que el Partido Nour sea salafista, es decir, religioso, pero permite jugar con la idea de que no se tiene nada contra la religión, solo contra los Hermanos. Por eso se usa el término "civil" en ese absurdo sentido. Permite decir a los religiosos que no hay nada contra la religión y a los laicos que el estado no será teocrático. Una vez  más, Egipto es Egipto.
En cuanto a los otros dos partidos que rechazan las enmiendas, los conservadores también han opinado:

Businessman Akmal Qortam, head and parliamentary spokesperson of the liberal Conservatives Party, said his party "is firmly against the constitutional amendments and will surely vote 'no'."
"We believe that parliament does not have the authority to amend the constitution, and that a constituent assembly should be formed to take charge of this job," said Qortam.
"We also reject the amendments because they represent an aggression on the basic principles of the constitution, primarily the principle of rotation of power, and we believe that a president should not stay in power more than 10 years, because this means that he can stay forever and that he is not here for a temporary job," he added.
In response, speaker Abdel-Aal said "all constitutions should include an article that shows how they can be changed."
"In the current constitution, we have Article 226, which allows MPs and the president to propose amending one or more of the constitution's articles," said Abdel-Aal.
Abdel-Aal told Qortam that "the problem is that you are a businessman and everything for you is measured by gains and losses."
"Besides, the second chapter of the constitution, dealing with the basic pillars of society and the state, will not be changed at all," said Abdel-Aal.*

La descalificación del presidente de la cámara a Akmal Qortam por ser un "hombre de negocios" también debe quedar en el anecdotario del parlamentarismo egipcio, como una forma de entender el diálogo político. La cuestión de la necesidad de una asamblea constituyente para realizar las enmiendas es un argumento, mejor o peor. Más seria es la consagración del poder presidencial y su extensión en décadas, que —¿por qué no?— podría ser vuelta a ampliar en el futuro y seguir alargando los mandatos. El argumento, en este caso, es más sólido y afecta a la credibilidad democrática. Solo los dictadores, reales y vocacionales, usan el mecanismo de prolongación del poder evitando la renovación de personas. Es un aviso del personalismo del poder frente al poder democrático. No es algo que surja de las urnas, es algo que sale del principio democrático básico. Eternizarse en el poder ya es negativo e invalida las reformas, que pasan a ser —como ha ocurrido— un paso atrás, un paso hacia el mundo de Hosni Mubarak. Da igual que al-Sisi haya soñado que Sadat se le apareció en sueños (enviado por Dios, claro) a pedirle el favor de que salvara a Egipto. Se convierte así en un régimen autocrático en el que como hemos visto, se eliminan con malos modos a los rivales del presidente y se silencian las críticas al sistema y a su cabeza visible. Esto ya lo hemos visto anteriormente en este periodo.
En cuanto a la izquierda socialdemócrata, el diario señala:

Ihab Mansour, the parliamentary spokesperson of the Egyptian Social Democratic Party, also said his party is against the amendments.
"We think it would be better to change the constitution as a whole, but what we see now are some amendments which serve personal interests," said Mansour.*

Era otra opción, pero la posibilidad de hacer una nueva constitución no quita la crítica principal, que sirve a intereses personales. Evidentemente el centro de las enmiendas constitucionales es la prolongación de los mandatos, que es lo más personal que puede haber en estos momentos. Pero hay mucho más: no solo va a estar más tiempo en el poder, sino con más poderes y destruyendo la presunta separación de poderes, especialmente del judicial, que Egipto tiene y tendrá un importante ya que el régimen necesita leyes represivas que "estabilicen" el país. Las enmiendas, además de dar más poder al presidente sobre los órganos del estado, amplía los militares y controla el papel de la Universidad de Al-Azhar, que necesita como vocero de la virtud del régimen convenciendo al país de cosas como, por ejemplo, que hacer huelga va contra el islam, como ya ocurrió. Es un universo orwelliano, en el que el control absoluto de los medios de comunicación cierra la asfixiante y tóxica burbuja.
Un último apunte del diario:

Most political parties, including the long-standing Wafd and the Free Egyptians parties, have declared their support for the amendments. The leftist Tagamoa party has changed its earlier position and said it now supports the changes.*

Esto hace a todos los partícipes responsables de admitir la dictadura encubierta en la que les han asegurado su supervivencia política. La debilidad de los partidos políticos, diseñada por medio de la Ley que los estableció, hace que queden supeditados a los deseos del poder. La verdadera oposición se calla, el resto es maquillaje o intereses circunstanciales.
Una vez aprobadas las enmiendas por el parlamento, queda el "mero trámite" de su votación popular. De nuevo, el fantasma será la abstención, como ocurrió en las presidenciales.
Las respuestas internacionales ante estas enmiendas han sido muy claras en toda la prensa mundial. Como escribimos el otro día, solo Donald Trump le ríe la gracias al régimen egipcio y la cuerda se está tensando por la cuestión del apoyo a Israel.

II- Las reacciones en España.
En cuanto a la prensa española, queremos hacer un breve repaso por las reacciones y por las interpretaciones.
1) El País: "El Parlamento egipcio aprueba una reforma constitucional para blindar a Al Sisi hasta 2030". (Ricard González)
El diario es probablemente el más crítico con el régimen. No esconde los mecanismos ni los fines, la consolidación del poder del presidente, convertido en figura incontestable, al margen de la cual no hay existencia política.

En el Egipto del mariscal Abdelfatá al Sisi no hay margen para las sorpresas. El Parlamento egipcio aprobó el martes por una abrumadora mayoría la reforma constitucional que permitirá a Al Sisi permanecer en el poder hasta el año 2030. De acuerdo con la Constitución aprobada en 2014, el presidente debería abandonar el poder en 2022, tras cumplir dos mandatos de cuatro años. Sin embargo, en una férrea dictadura militar como la instaurada en 2013, un dócil legislativo puede siempre hacer un traje a la medida del implacable mariscal. [...]
Al Sisi lleva las riendas del país después del golpe de Estado de 2013, por el que derrocó al islamista Mohamed Morsi, único presidente elegido en unas elecciones libres. El año siguiente, el mariscal se impuso por un margen abrumador en unas elecciones presidenciales bajo sospecha, y el año pasado fue reelegido con más del 97% de los votos en un proceso ampliamente considerados como una auténtica farsa. El régimen impidió de una forma u otra -a través de la encarcelación, el arresto domiciliario o una extraña sentencia de inhabilitación- la candidatura de cualquier adversario serio, y a última hora, optó por presentar un candidato de paja.
Los seguidores del presidente justifican las medidas en la necesidad de otorgar más tiempo a Al Sisi para ejecutar su programa político y de preservar la estabilidad del país. El mariscal cuenta con el respaldo de los países occidentales que lo ven como un socio fiable en la lucha antiterrorista y en la contención de la inmigración irregular. Su más estrecho aliado es el Donald Trump, que la semana pasada le definió como "un gran presidente" tras una reunión en la Casa Blanca. Y ello a pesar de las denuncias de las violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos hechas por ONGs tanto locales como internacionales.
La diezmada oposición, que apenas cuenta con una quincena de representantes en un Parlamento de 596 diputados y cuyos principales líderes languidecen en prisión, ha rechazado la reforma al considerarla una afrenta al espíritu de la Revolución de 2011, y no solo por la ampliación del mandato presidencial. “Las enmiendas tienen implicaciones muy negativas, al continuar laminando la independencia de la judicatura, que hasta ahora no siempre fallaba en favor del Ejecutivo. Además, otorga un rol de supervisor al Ejército que pone en duda el rol de las otras instituciones del Estado”, apunta a través de un correo electrónico May al-Sadany, experta legal del think tank TIMEP.**



El régimen se califica como una "férrea dictadura militar", centrándose en el control de los militares, las violaciones del los derechos humanos, la farsa de la oposición controlada y el encarcelamiento de la real, el apoyo de los países occidental para prevenir el paso del terrorismo y la inmigración. Como puede apreciarse —el resto del artículo es igualmente duro— no es una visión demasiado positiva del régimen y de la nueva constitución.

2) El Mundo: "El Parlamento reescribe la Constitución para que Al Sisi "reine" hasta 2030 (precedido de  "Censura y represión contra los opositores") (Francisco Carrión)
El uso del término "reinar" deja clara la actitud ante el presidente y mariscal. Pero sobre todo se insiste en el control de los militares, en su ampliación más allá de la ya existente y en la brutalidad de la represión:

Como estaba previsto, el Parlamento egipcio ha aprobado este martes una reforma 'exprés' de la Constitución que permitirá al ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi permanecer en palacio hasta 2030 e incrementará el ya vasto poder de las fuerzas armadas, en un movimiento que ha levantado las críticas de la perseguida oposición tras seis años de salvaje represión política.
[...]
La reforma desempolva, además, la figura del vicepresidente, designado por el jefe del Estado; reduce el número de diputados hasta los 450, con una cuota reservada a mujeres que alcanzará el 25% del Hemiciclo (112 escaños); recupera la Cámara Alta; refuerza el intervencionismo del presidente sobre la judicatura, al ostentar la potestad de nombrar a los principales responsables del poder judicial y al presidente el consejo superior de las autoridades judiciales, un organismo de nuevo cuño.
Otro de los aspectos más polémicos de esta reforma realizada en tiempo récord es el nuevo papel reservado a las fuerzas armadas, la institución que gobierna "de facto" el país más poblado del mundo árabe desde el derrocamiento de la monarquía en 1952. Las enmiendas convierten al estamento castrense en "garante de la constitución y la democracia" y le encomiendan "mantener los pilares básicos del Estado y su naturaleza civil y conservar los logros del pueblo y los derechos y libertades de los individuos".
[...]
Las enmiendas proporcionan las bases constitucionales para la dictadura militar ya establecida al prolongar los mandatos presidenciales; incrementar el poder de la presidencia sobre el poder judicial; debilitar la rama legislativa con una Cámara Alta parcialmente presidencial; consagrar a los militares como el verdadero poder soberano de la nación y consolidar su capacidad para juzgar a los civiles en cortes castrenses", indica a este diario Robert Springborg, acreditado experto en las fuerzas armadas egipcias.
La justicia de los uniformados ha caído como una losa desde el golpe de Estado que en 2013 hizo descarrilar la transición democrática e inauguró una campaña de represión que ha enviado a la cárcel a varias decenas de miles de disidentes, cerrado medios de comunicación e impuesto la censura. Entre octubre de 2014 y finales del pasado año, 15.500 civiles, entre ellos, 200 menores de edad, han sido juzgados en tribunales militares. [...]**


Todo el texto gira sobre el carácter manipulador de las enmiendas constitucionales y su intención de controlar el país sin dejar cabos sueltos.
El final del texto va más allá y liga el proceso al presidente, el ejército y la familia:

La sombra de las agencias de inteligencia planea sobre una reforma constitucional con la que el mariscal se proclamará faraón. En noviembre, un reportaje de investigación del digital Mada Masr desveló las reuniones secretas mantenidas entre la inteligencia y representantes de la oficina del presidente, con su hijo Mahmud al Sisi a la cabeza, para abordar una reforma que, según los críticos, humilla al Parlamento.
"Esta propuesta procede del presidente y el aparato de seguridad. El Parlamento es una herramienta en sus manos", aseguró Anuar el Sadat, sobrino del presidente asesinado en 1981 y uno de los aspirantes a las elecciones presidenciales del pasado año, que renunció alegando la represión del aparato de seguridad en una cita marcada por la compra de votos.**

La denominación de "faraón" deja clara la actitud; es un término que se repite frecuentemente en la prensa internacional para referirse a al-Sisi. Evidentemente no es un término positivo, sino que representa lo contrario de la separación de poderes en un sistema democrático, la acumulación, como está ocurriendo.

3) ABC: "El Parlamento egipcio vota alargar a 2030 el mandato de Al Sisi" (agencias)
Es el que ejerce una crítica más moderada sin ocultar el objeto de las enmiendas. Se insiste en la concentración de poderes en manos del presidente, si bien se trata de equilibrar las críticas dando voz a los partidarios. Esto contrasta con la línea más dura usada contra el régimen, especialmente tras los atentados contra los cristianos coptos y sus iglesias. La explicación de la "moderación" pudiera estar en la firma del texto, "agencias", que implica que se reproduce el texto sin entrar en más detalle.
En el diario se explica:

Los cambios propuestos también piden establecer una segunda cámara parlamentaria, que sería llamada Senado, compuesta por 180 miembros, y otorgaría al presidente nuevos poderes, como el nombramiento de jueces y el del fiscal de la nación.
Una de las modificaciones más polémicas es la enmienda del artículo 200 de la Constitución, donde se añadiría que el deber de los militares es proteger «la democracia constitucional, la composición fundamental del país y su naturaleza civil». Algunos sectores críticos temen que esos cambios otorguen a los militares aún más influencia en la vida política de Egipto.
Los partidarios de Al Sisi sostienen que los cambios son necesarios para darle más tiempo y completar el desarrollo de ciertos proyectos y reformas económicas. Sus críticos lamentan, en cambio, que el mandatario concentre cada vez más poder en sus manos, a pesar de las acusaciones por violar los derechos humanos que se ciernen sobre él.
El voto de las enmiendas que pueden cambiar el futuro de Egipto llega una semana después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibiese al presidente egipcio en la Casa Blanca. Durante la visita, los periodistas preguntaron al mandatario estadounidense por las ambiciones de su homólogo de mantenerse en el cargo hasta 2034: «No conozco el plan, solo puedo decir que está haciendo un gran trabajo», respondió Trump.****



El ABC mantiene su propia "agenda" en la forma de enfocar las cuestiones relacionadas con el mundo árabe y Egipto. La calificación de las enmiendas como forma de protección de la "democracia constitucional, la composición fundamental del país y su naturaleza civil " acepta el punto de vista, sin cuestionar, el régimen y sus conceptos de democracia, el juego de la amenaza de división (Siria, Libia) del país y, menos todavía, su concepto de "civil", tal como se ha explicado anteriormente.
La asociación final con Trump, ya no se sabe si es un elogio o un sarcasmo, ya que cada uno tendrá su visión de esta peculiar "amistad".

4) La Vanguardia: "Egipto refuerza el poder del presidente Al Sisi y del ejército" (Redacción / agencias/ El Cairo)
También muy crítico con las enmiendas y el régimen, acentuando el carácter de perpetuación en el poder de al-Sisi. Se resalta el autoritarismo creciente, el hecho de que los pretendientes a la presidencia fueran arrestados, encarcelados o forzados a retirarse. Se recogen los datos sobre detenciones, condenas, etc. del régimen y los juicios militares a civiles

Tal y como estaba previsto, el Parlamento egipcio aprobó el miércoles varias enmiendas a la Constitución que permitirán al presidente Abdul Fatah al Sisi mantenerse en el poder hasta el 2030. También refuerzan su control de la justicia y otorga nuevos poderes al ejército para juzgar a civiles.
Al Sisi accedió al poder en el 2014 a raíz de un golpe militar contra el presidente Mohamed Morsi, un islamista elegido en las elecciones democráticas que siguieron a la revolución del 2011.
Desde entonces, el general Al Sisi, que era ministro de Defensa en el gobierno de Morsi, ha reforzado su autoritarismo. El año pasado, por ejemplo, fue reelegido para un segundo mandato en unas elecciones sin rivales de entidad. Los que no renunciaron a participar fueron detenidos.
[...]
Los partidarios de Al Sisi, que dominan el Parlamento, consideran que no hay nadie como él para gestionar la profunda reforma económica que necesita el país, estancado desde la primavera árabe del 2011. Cada pocos días, la prensa oficial muestra al presidente en un acto público, reforzando el relato de su implicación total en las reformas. Esta imagen de dinamismo marca un acusado contraste con la de su predecesor, Mohamed Morsi, al que la mayoría de egipcios veía como un títere de los Hermanos Musulmanes, así como con el absentismo de Hosni Mubarak, derrocado en el 2011.
Al Sisi tendrá a partir de ahora la última palabra en la elección de jueces y del fiscal general. El ejército, asimismo, tendrá más poder como “guardián y protector” del país. La justicia militar amplía sus competencias para poder procesar a civiles. Amnistía Internacional denuncia que más de 15.000 han sido juzgados por los militares en los últimos años. Entre ellos hay muchos menores de edad. También denuncia que el régimen de Al Sisi es mucho más intolerante con la oposición que el de Mubarak.*****



El ministerio de Asuntos Exteriores egipcio puede rasgarse las vestiduras ante lo escrito, pero la unanimidad en la descripción (salvo la peculiar equidistancia del diario ABC) es bastante clara y se corresponde con las de las principales cabeceras periodísticas del mundo.
Vimos con anterioridad las respuestas a la visita a la Casa Blanca y sus resultados periodísticos, la petición a que las Cámaras de representantes pusieran límites a los excesos egipcios mediante el control de los fondos, que ya no se puede ignorar a qué van destinados a través del Ejército. Los medios norteamericanos, además, le criticaban el doble juego del armamento con la Rusia de Putin. Aquí no se ha entrado en estas sutilezas.
Por mucho terrorismo islamista que exista, no es justificación para convertir al país en una dictadura militar. Muchos países democráticos sufren la lacra del terrorismo, pero no por ello deben pisotear sus principios, que son los que marcan diferencias.


La imagen internacional del Egipto de al-Sisi empeora, va siendo cada vez más oscura. No se trata ya de seguridad, sino de hacerse con todas las riendas del poder, del estado, de la administración. Allí se van colocando las piezas militares una tras otra, cubriendo todo el tablero.
Las simpatías hacia el pueblo egipcio, tras el levantamiento frente a Hosni Mubarak y sus treinta años en el poder, se han dilapidado. Besar las fotografías del presidente, omnipresentes por el país, puede ser gratificante para algunos. Pero no es el amor precisamente lo que caracteriza a este duro régimen. Las razones de dentro no valen fuera.
Hoy, el parlamento egipcio le ha dado ya el visto bueno a las enmiendas constitucionales. Nadie parece haber aprendido la lección de los treinta años de Mubarak y confunden estabilidad con aburrimiento, seguridad con represión.  
Otro día en Egipto, donde todo sigue su curso.



* "Three Egyptian parties declare opposition to constitutional amendments" Ahram Online 16/04/2019 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/330126/Egypt/Politics-/Three-Egyptian-parties-declare-opposition-to-const.aspx
** Ricard González "El Parlamento egipcio aprueba una reforma constitucional para blindar a Al Sisi hasta 2030" El País 16/04/2019 https://elpais.com/internacional/2019/04/16/actualidad/1555413656_729655.html
*** Francisco Carrión "El Parlamento reescribe la Constitución para que Al Sisi "reine" hasta 2030" El Mundo 16/04/2019 https://www.elmundo.es/internacional/2019/04/16/5cb61d4dfc6c8398198b46e1.html
**** "El Parlamento egipcio vota alargar a 2030 el mandato de Al Sisi" ABC (Agencias) 16/04/2019 https://www.abc.es/internacional/abci-parlamento-egipcio-vota-alargar-2030-mandato-sisi-201904161005_noticia.html
***** "Egipto refuerza el poder del presidente Al Sisi y del ejército" La Vanguardia 17/04/2019 https://www.lavanguardia.com/internacional/20190417/461705914129/egipto-poder-presidente-al-sisi-ejercito.html


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