Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
I. La imagen del régimen egipcio
El
régimen egipcio ha estado vendiendo en el interior la simpatía universal y las
críticas como elementos puntuales resultado de mala información y de
conspiraciones dirigidas por sus enemigos y envidiosos. Este factor es
importante porque determina su imagen en el interior, un entorno mediático
controlado prácticamente de forma absoluta gracias a una serie de procesos que como
el cierre de medios, el encarcelamiento de periodistas, la compra de prensa a
cargo de empresarios amigos o la veladas amenazas y apercibimientos de aquellos
de aquellos que se alejan un poco del guión previsto.
Entre
los medios oficiales y los oficializados, solo es posible un discurso de
adhesión con alguna oposición controlada para llegar justo al límite de lo
permitido. Nadie cuestiona la legitimidad del régimen y se acepta que el
"no-coup" de 2013 fue a petición del propio pueblo para salvarlo de
un destino similar al de Siria y Libia, que era el objetivo de sus enemigos. La
destrucción de Egipto es, pues, una conspiración universal y que viene desde
los tiempos faraónicos.
Todo
esto choca con la imagen exterior y generalizada del régimen de Abdel Fatah
al-Sisi, llamado por los medios internacionales "dictador",
considerándose una "dictadura militar" disfrazada mediante una "farsa
democrática", con un parlamento títere y una oposición fabricada. Los que
han intentado oponerse desde dentro del sistema han quedado invalidados,
estigmatizados o difamados, acusados de traiciones o connivencia con poderes
internacionales, como el caso del diputado Mohamed Anwar El Sadat, presidente
del Comité parlamentario de Derechos Humanos, acusado de filtrar a
"embajadas extranjeras" y a la Unión Europea el borrador de la Ley de
ONG en 2017*. Se trataba de eliminar a
un candidato fuerte a la presidencia, tal como se hizo con el resto de los que
intentaban disputarle la presidencia.
Sadat se retiró señalando que era demasiado comprometido para los que le
apoyaban. Lo mismo ocurrió con el resto de los candidatos, unos acabaron en la
cárcel y otros en riesgo de serlo, como el abogado de Derechos Humanos, Khaled
Alí, cuyo dedo anular estuvo a punto de ser encarcelado (junto con el resto del
cuerpo) acusado de hacer gestos indecentes a la judicatura. Egipto es Egipto.
Hace
muchos años, empecé a hablar de la burbuja egipcia (lo que me costó alguna
amistad). El tiempo ha confirmado la existencia de esa burbuja en la que los
egipcios viven o les hacen vivir una situación idílica, manejada para vivir en
el miedo a la desaparición del país si no están en manos de militares. El
paréntesis de Morsi y los islamistas fue nefasto y de él los egipcios sacaron
la conclusión (con mucha ayuda) de sin militares que les salvaran en el poder
no podían vivir. Son los efectos de la política mantenida desde el poder por
los militares de uno u otro signo, de Nasser a Mubarak. El país es el estado
creado a la sombra de los cuarteles. No hay otra fórmula, de ahí la
estigmatización de la Primavera Árabe, a la que se considera responsable de la
inestabilidad de la zona, exonerando a las dictaduras corruptas de su
responsabilidad en el crecimiento del descontento y el aumento de radicalismo
integrista. Si bien es cierto que se ha visto un enorme déficit democrático en
la fuerzas políticas y la debilidad de los que quieren democracia y estabilidad
frente a los partidarios de regímenes integristas (que eran los único
verdaderamente organizados), esta se ha debido a la persecución clara de los
que consideraban demócratas y reclamaban el cambio del poder. Para los
islamistas, en cambio, el objetivo ha sido siempre el poder y con él la
transformación social desde la tenaza con las bien construidas organizaciones
de base.
Tras el
tiempo pasado, el régimen egipcio ha tratado de crear la ilusión de una
democracia, pero lo más que ha conseguido es la consideración de
"farsa", expresión que se repite en prácticamente todos los ámbitos
internacionales. Solo el beneficia al régimen y le salva de las críticas
institucionales la situación que le rodea, de Siria a Libia. No hay la más
mínima simpatía hacia un régimen al que ya todos consideran más represivo que
el de Hosni Mubarak. Pero cuanto mayor es la represión, más crecen las ansias
enfermizas de reconocimiento por parte del régimen, que recibe todo tipo de
críticas internacionales. Con la obcecación característica, el régimen sigue
considerando que está rodeado de enemigos que buscan su destrucción, un mensaje
que cala en la gente y permite un gobierno a la defensiva. Ni las grandes obras
financiadas exteriormente sirven para camuflar lo añejo de las políticas con el
Ejército como elemento controlador de la política y la economía. Las
inyecciones exteriores se destinan a proyectos absurdos, como la ampliación del
Canal de Suez, del que ya apenas se habla, construido a mayor gloria y con la
opinión en contra de la mayoría de los analistas.
Ahora
el régimen va a cambiar la incómoda y limitadora constitución, que es la ya enmendada
sobre el texto que se aprobó en el parlamento post golpe. Lo que se pretendió
en esos momentos fue precisamente lo que ahora se impone, la posibilidad de un
mandato autoritario y eterno de un gobernante. Mubarak gobernó con una ley de
excepción, no necesitó cambiar la constitución. Los islamistas hicieron, junto
a los salafistas, una constitución a su medida ignorando a todos los demás y la
excepcionalidad de su elección. Pero la ilusión democrática duró poco. Al-Sisi
se encargó de ello. El mariscal que no quería ser presidente ni que hubiera
militares en el poder, se transformó pronto en el candidato, arropado por la
sisimanía creada, a la presidencia que no quiere salir de allí al menos hasta
2030, según las nuevas enmiendas. Demasiado tiempo para alguien que no quería
ser presidente.
Ahram
Online recogía ayer, con el titular "Three Egyptian parties declare
opposition to constitutional amendments", las opiniones diversas de los
partidos que se han opuesto en el parlamento a las enmiendas —"The
Islamist Nour, the liberal Conservatives, and the Socialist Democratic parties"—
.
Los motivos son variados y merece la pena ver la percepción
que conllevan y las explicaciones. En el caso de los salafistas, se señala:
Ahmed Khalil, the parliamentary spokesperson of
the ultraconservative Salafist Nour, said that his party will vote against the
amendments because over Egypt being described as "a civilian state"
in the newly amended constitution.
"As long as the meaning of this word is
still unclear, we declare that we will vote 'no' to these amendments,"
said Khalil, adding that "our party stands against the secular state, the
theocratic state, and the police and military state."
"If the word 'civilian' means a
non-theocratic state or a non-police or military state, we will vote 'yes', but
if it means a secular state, we will vote 'no'," said Khalil.
In response, parliament speaker Ali Abdel-Aal
said "the word civilian does not mean a secular state, and it means that
Egypt is not a military or a police state and that it is governed by a
constitution and civilian authorities."
"I hope when we come to vote on this
article, your party will change its opinion and opt to vote 'yes' for the
amendments," said Abdel-Aal.*
Como resulta evidente por la pregunta de los salafistas, se
trata de jugar con las palabras. Para evitar la palabra "secular" y
poder mantener las expectativas religiosas de un estado "teocrático" encubierto,
se usa una palabra absurda, "civil" en el sentido de "no
militar" o "no policial", lo que no deja de ser un buen chiste
para los juristas. ¿Hay algún régimen que se defina constitucionalmente como
"militar" o "policial"? Se trata, una vez más de jugar con
las palabras menospreciando la inteligencia de la gente. Los islamistas
hicieron lo mismo en su momento y se puede considerar parte de las malas
costumbres políticas egipcias. No hay sinceridad, solo ambigüedades que dejen
posteriormente la capacidad de maniobrar o, descaradamente, manipular. Los
propios salafistas son un buen ejemplo de ello en un país donde teóricamente
los partidos religiosos están prohibidos. Pero al régimen le interesaba dar
cancha a los enemigos políticos y competidores Hermanos Musulmanes. Nadie duda que
el Partido Nour sea salafista, es decir, religioso, pero permite jugar con la
idea de que no se tiene nada contra la religión, solo contra los Hermanos. Por
eso se usa el término "civil" en ese absurdo sentido. Permite decir a
los religiosos que no hay nada contra la religión y a los laicos que el estado
no será teocrático. Una vez más, Egipto
es Egipto.
En cuanto a los otros dos partidos que rechazan las
enmiendas, los conservadores también han opinado:
Businessman Akmal Qortam, head and
parliamentary spokesperson of the liberal Conservatives Party, said his party
"is firmly against the constitutional amendments and will surely vote
'no'."
"We believe that parliament does not have
the authority to amend the constitution, and that a constituent assembly should
be formed to take charge of this job," said Qortam.
"We also reject the amendments because they
represent an aggression on the basic principles of the constitution, primarily
the principle of rotation of power, and we believe that a president should not
stay in power more than 10 years, because this means that he can stay forever
and that he is not here for a temporary job," he added.
In response, speaker Abdel-Aal said "all
constitutions should include an article that shows how they can be
changed."
"In the current constitution, we have
Article 226, which allows MPs and the president to propose amending one or more
of the constitution's articles," said Abdel-Aal.
Abdel-Aal told Qortam that "the problem is
that you are a businessman and everything for you is measured by gains and
losses."
"Besides, the second chapter of the
constitution, dealing with the basic pillars of society and the state, will not
be changed at all," said Abdel-Aal.*
La descalificación del presidente de la cámara a Akmal
Qortam por ser un "hombre de negocios" también debe quedar en el
anecdotario del parlamentarismo egipcio, como una forma de entender el diálogo
político. La cuestión de la necesidad de una asamblea constituyente para
realizar las enmiendas es un argumento, mejor o peor. Más seria es la
consagración del poder presidencial y su extensión en décadas, que —¿por qué
no?— podría ser vuelta a ampliar en el futuro y seguir alargando los mandatos.
El argumento, en este caso, es más sólido y afecta a la credibilidad democrática.
Solo los dictadores, reales y vocacionales, usan el mecanismo de prolongación
del poder evitando la renovación de personas. Es un aviso del personalismo del
poder frente al poder democrático. No es algo que surja de las urnas, es algo
que sale del principio democrático básico. Eternizarse en el poder ya es negativo
e invalida las reformas, que pasan a ser —como ha ocurrido— un paso atrás, un
paso hacia el mundo de Hosni Mubarak. Da igual que al-Sisi haya soñado que
Sadat se le apareció en sueños (enviado por Dios, claro) a pedirle el favor de
que salvara a Egipto. Se convierte así en un régimen autocrático en el que como
hemos visto, se eliminan con malos modos a los rivales del presidente y se
silencian las críticas al sistema y a su cabeza visible. Esto ya lo hemos visto
anteriormente en este periodo.
En cuanto a la izquierda socialdemócrata, el diario señala:
Ihab Mansour, the parliamentary spokesperson of
the Egyptian Social Democratic Party, also said his party is against the
amendments.
"We think it would be better to change the
constitution as a whole, but what we see now are some amendments which serve
personal interests," said Mansour.*
Era otra opción, pero la posibilidad de hacer una nueva
constitución no quita la crítica principal, que sirve a intereses personales.
Evidentemente el centro de las enmiendas constitucionales es la prolongación de
los mandatos, que es lo más personal que puede haber en estos momentos. Pero
hay mucho más: no solo va a estar más tiempo en el poder, sino con más poderes
y destruyendo la presunta separación de poderes, especialmente del judicial, que
Egipto tiene y tendrá un importante ya que el régimen necesita leyes represivas
que "estabilicen" el país. Las enmiendas, además de dar más poder al
presidente sobre los órganos del estado, amplía los militares y controla el
papel de la Universidad de Al-Azhar, que necesita como vocero de la virtud del
régimen convenciendo al país de cosas como, por ejemplo, que hacer huelga va
contra el islam, como ya ocurrió. Es un universo orwelliano, en el que el
control absoluto de los medios de comunicación cierra la asfixiante y tóxica burbuja.
Un último apunte del diario:
Most political parties, including the
long-standing Wafd and the Free Egyptians parties, have declared their support
for the amendments. The leftist Tagamoa party has changed its earlier position
and said it now supports the changes.*
Esto hace a todos los partícipes responsables de admitir la
dictadura encubierta en la que les han asegurado su supervivencia política. La
debilidad de los partidos políticos, diseñada por medio de la Ley que los
estableció, hace que queden supeditados a los deseos del poder. La verdadera
oposición se calla, el resto es maquillaje o intereses circunstanciales.
Una vez aprobadas las enmiendas por el parlamento, queda el "mero
trámite" de su votación popular. De nuevo, el fantasma será la abstención,
como ocurrió en las presidenciales.
Las respuestas internacionales ante estas enmiendas han sido
muy claras en toda la prensa mundial. Como escribimos el otro día, solo Donald
Trump le ríe la gracias al régimen egipcio y la cuerda se está tensando por la
cuestión del apoyo a Israel.
II- Las reacciones en España.
En cuanto a la prensa española, queremos hacer un breve
repaso por las reacciones y por las interpretaciones.
1) El País: "El
Parlamento egipcio aprueba una reforma constitucional para blindar a Al Sisi
hasta 2030". (Ricard González)
El diario es probablemente el más crítico con el régimen. No
esconde los mecanismos ni los fines, la consolidación del poder del presidente,
convertido en figura incontestable, al margen de la cual no hay existencia
política.
En el Egipto del mariscal
Abdelfatá al Sisi no hay margen para las sorpresas. El Parlamento egipcio
aprobó el martes por una abrumadora mayoría la reforma constitucional que
permitirá a Al Sisi permanecer en el poder hasta el año 2030. De acuerdo con la
Constitución aprobada en 2014, el presidente debería abandonar el poder en
2022, tras cumplir dos mandatos de cuatro años. Sin embargo, en una férrea
dictadura militar como la instaurada en 2013, un dócil legislativo puede
siempre hacer un traje a la medida del implacable mariscal. [...]
Al Sisi lleva las riendas del
país después del golpe de Estado de 2013, por el que derrocó al islamista
Mohamed Morsi, único presidente elegido en unas elecciones libres. El año
siguiente, el mariscal se impuso por un margen abrumador en unas elecciones presidenciales
bajo sospecha, y el año pasado fue reelegido con más del 97% de los votos en un
proceso ampliamente considerados como una auténtica farsa. El régimen impidió
de una forma u otra -a través de la encarcelación, el arresto domiciliario o
una extraña sentencia de inhabilitación- la candidatura de cualquier adversario
serio, y a última hora, optó por presentar un candidato de paja.
Los seguidores del presidente
justifican las medidas en la necesidad de otorgar más tiempo a Al Sisi para
ejecutar su programa político y de preservar la estabilidad del país. El
mariscal cuenta con el respaldo de los países occidentales que lo ven como un
socio fiable en la lucha antiterrorista y en la contención de la inmigración
irregular. Su más estrecho aliado es el Donald Trump, que la semana pasada le
definió como "un gran presidente" tras una reunión en la Casa Blanca.
Y ello a pesar de las denuncias de las violaciones graves y sistemáticas de
derechos humanos hechas por ONGs tanto locales como internacionales.
La diezmada oposición, que apenas
cuenta con una quincena de representantes en un Parlamento de 596 diputados y
cuyos principales líderes languidecen en prisión, ha rechazado la reforma al
considerarla una afrenta al espíritu de la Revolución de 2011, y no solo por la
ampliación del mandato presidencial. “Las enmiendas tienen implicaciones muy
negativas, al continuar laminando la independencia de la judicatura, que hasta
ahora no siempre fallaba en favor del Ejecutivo. Además, otorga un rol de
supervisor al Ejército que pone en duda el rol de las otras instituciones del
Estado”, apunta a través de un correo electrónico May al-Sadany, experta legal
del think tank TIMEP.**
El régimen se califica como una "férrea dictadura
militar", centrándose en el control de los militares, las violaciones del
los derechos humanos, la farsa de la oposición controlada y el encarcelamiento
de la real, el apoyo de los países occidental para prevenir el paso del
terrorismo y la inmigración. Como puede apreciarse —el resto del artículo es
igualmente duro— no es una visión demasiado positiva del régimen y de la nueva
constitución.
2) El Mundo: "El Parlamento reescribe la Constitución
para que Al Sisi "reine" hasta 2030 (precedido de "Censura y represión contra los
opositores") (Francisco Carrión)
El uso del término "reinar" deja clara la actitud
ante el presidente y mariscal. Pero sobre todo se insiste en el control de los
militares, en su ampliación más allá de la ya existente y en la brutalidad de
la represión:
Como estaba previsto, el
Parlamento egipcio ha aprobado este martes una reforma 'exprés' de la
Constitución que permitirá al ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi
permanecer en palacio hasta 2030 e incrementará el ya vasto poder de las
fuerzas armadas, en un movimiento que ha levantado las críticas de la
perseguida oposición tras seis años de salvaje represión política.
[...]
La reforma desempolva, además, la
figura del vicepresidente, designado por el jefe del Estado; reduce el número
de diputados hasta los 450, con una cuota reservada a mujeres que alcanzará el
25% del Hemiciclo (112 escaños); recupera la Cámara Alta; refuerza el
intervencionismo del presidente sobre la judicatura, al ostentar la potestad de
nombrar a los principales responsables del poder judicial y al presidente el
consejo superior de las autoridades judiciales, un organismo de nuevo cuño.
Otro de los aspectos más
polémicos de esta reforma realizada en tiempo récord es el nuevo papel
reservado a las fuerzas armadas, la institución que gobierna "de
facto" el país más poblado del mundo árabe desde el derrocamiento de la
monarquía en 1952. Las enmiendas convierten al estamento castrense en
"garante de la constitución y la democracia" y le encomiendan
"mantener los pilares básicos del Estado y su naturaleza civil y conservar
los logros del pueblo y los derechos y libertades de los individuos".
[...]
Las enmiendas proporcionan las
bases constitucionales para la dictadura militar ya establecida al prolongar
los mandatos presidenciales; incrementar el poder de la presidencia sobre el
poder judicial; debilitar la rama legislativa con una Cámara Alta parcialmente
presidencial; consagrar a los militares como el verdadero poder soberano de la
nación y consolidar su capacidad para juzgar a los civiles en cortes
castrenses", indica a este diario Robert Springborg, acreditado experto en
las fuerzas armadas egipcias.
La justicia de los uniformados ha
caído como una losa desde el golpe de Estado que en 2013 hizo descarrilar la
transición democrática e inauguró una campaña de represión que ha enviado a la
cárcel a varias decenas de miles de disidentes, cerrado medios de comunicación
e impuesto la censura. Entre octubre de 2014 y finales del pasado año, 15.500
civiles, entre ellos, 200 menores de edad, han sido juzgados en tribunales
militares. [...]**
Todo el texto gira sobre el carácter manipulador de las
enmiendas constitucionales y su intención de controlar el país sin dejar cabos
sueltos.
El final del texto va más allá y liga el proceso al
presidente, el ejército y la familia:
La sombra de las agencias de
inteligencia planea sobre una reforma constitucional con la que el mariscal se
proclamará faraón. En noviembre, un reportaje de investigación del digital Mada Masr desveló las reuniones secretas
mantenidas entre la inteligencia y representantes de la oficina del presidente,
con su hijo Mahmud al Sisi a la cabeza, para abordar una reforma que, según los
críticos, humilla al Parlamento.
"Esta propuesta procede del
presidente y el aparato de seguridad. El Parlamento es una herramienta en sus
manos", aseguró Anuar el Sadat, sobrino del presidente asesinado en 1981 y
uno de los aspirantes a las elecciones presidenciales del pasado año, que
renunció alegando la represión del aparato de seguridad en una cita marcada por
la compra de votos.**
La denominación de "faraón" deja clara la actitud;
es un término que se repite frecuentemente en la prensa internacional para
referirse a al-Sisi. Evidentemente no es un término positivo, sino que representa
lo contrario de la separación de poderes en un sistema democrático, la
acumulación, como está ocurriendo.
3) ABC: "El Parlamento egipcio vota alargar a 2030 el mandato
de Al Sisi" (agencias)
Es el que ejerce una crítica más moderada sin ocultar el
objeto de las enmiendas. Se insiste en la concentración de poderes en manos del
presidente, si bien se trata de equilibrar las críticas dando voz a los
partidarios. Esto contrasta con la línea más dura usada contra el régimen,
especialmente tras los atentados contra los cristianos coptos y sus iglesias. La
explicación de la "moderación" pudiera estar en la firma del texto,
"agencias", que implica que se reproduce el texto sin entrar en más
detalle.
En el diario se explica:
Los cambios propuestos también
piden establecer una segunda cámara parlamentaria, que sería llamada Senado,
compuesta por 180 miembros, y otorgaría al presidente nuevos poderes, como el
nombramiento de jueces y el del fiscal de la nación.
Una de las modificaciones más
polémicas es la enmienda del artículo 200 de la Constitución, donde se añadiría
que el deber de los militares es proteger «la democracia constitucional, la
composición fundamental del país y su naturaleza civil». Algunos sectores
críticos temen que esos cambios otorguen a los militares aún más influencia en
la vida política de Egipto.
Los partidarios de Al Sisi
sostienen que los cambios son necesarios para darle más tiempo y completar el
desarrollo de ciertos proyectos y reformas económicas. Sus críticos lamentan,
en cambio, que el mandatario concentre cada vez más poder en sus manos, a pesar
de las acusaciones por violar los derechos humanos que se ciernen sobre él.
El voto de las enmiendas que
pueden cambiar el futuro de Egipto llega una semana después de que el
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibiese al presidente egipcio en
la Casa Blanca. Durante la visita, los periodistas preguntaron al mandatario
estadounidense por las ambiciones de su homólogo de mantenerse en el cargo
hasta 2034: «No conozco el plan, solo puedo decir que está haciendo un gran
trabajo», respondió Trump.****
El ABC mantiene su propia "agenda" en la forma de
enfocar las cuestiones relacionadas con el mundo árabe y Egipto. La
calificación de las enmiendas como forma de protección de la "democracia
constitucional, la composición fundamental del país y su naturaleza civil "
acepta el punto de vista, sin cuestionar, el régimen y sus conceptos de
democracia, el juego de la amenaza de división (Siria, Libia) del país y, menos
todavía, su concepto de "civil", tal como se ha explicado
anteriormente.
La asociación final con Trump, ya no se sabe si es un elogio
o un sarcasmo, ya que cada uno tendrá su visión de esta peculiar "amistad".
4) La Vanguardia: "Egipto refuerza el poder del
presidente Al Sisi y del ejército" (Redacción / agencias/ El Cairo)
También muy crítico con las enmiendas y el régimen,
acentuando el carácter de perpetuación en el poder de al-Sisi. Se resalta el
autoritarismo creciente, el hecho de que los pretendientes a la presidencia
fueran arrestados, encarcelados o forzados a retirarse. Se recogen los datos
sobre detenciones, condenas, etc. del régimen y los juicios militares a civiles
Tal y como estaba previsto, el
Parlamento egipcio aprobó el miércoles varias enmiendas a la Constitución que
permitirán al presidente Abdul Fatah al Sisi mantenerse en el poder hasta el
2030. También refuerzan su control de la justicia y otorga nuevos poderes al
ejército para juzgar a civiles.
Al Sisi accedió al poder en el
2014 a raíz de un golpe militar contra el presidente Mohamed Morsi, un
islamista elegido en las elecciones democráticas que siguieron a la revolución
del 2011.
Desde entonces, el general Al
Sisi, que era ministro de Defensa en el gobierno de Morsi, ha reforzado su
autoritarismo. El año pasado, por ejemplo, fue reelegido para un segundo
mandato en unas elecciones sin rivales de entidad. Los que no renunciaron a participar
fueron detenidos.
[...]
Los partidarios de Al Sisi, que dominan
el Parlamento, consideran que no hay nadie como él para gestionar la profunda
reforma económica que necesita el país, estancado desde la primavera árabe del
2011. Cada pocos días, la prensa oficial muestra al presidente en un acto
público, reforzando el relato de su implicación total en las reformas. Esta
imagen de dinamismo marca un acusado contraste con la de su predecesor, Mohamed
Morsi, al que la mayoría de egipcios veía como un títere de los Hermanos
Musulmanes, así como con el absentismo de Hosni Mubarak, derrocado en el 2011.
Al Sisi tendrá a partir de ahora
la última palabra en la elección de jueces y del fiscal general. El ejército,
asimismo, tendrá más poder como “guardián y protector” del país. La justicia
militar amplía sus competencias para poder procesar a civiles. Amnistía
Internacional denuncia que más de 15.000 han sido juzgados por los militares en
los últimos años. Entre ellos hay muchos menores de edad. También denuncia que
el régimen de Al Sisi es mucho más intolerante con la oposición que el de
Mubarak.*****
El ministerio de Asuntos Exteriores egipcio puede rasgarse
las vestiduras ante lo escrito, pero la unanimidad en la descripción (salvo la
peculiar equidistancia del diario
ABC) es bastante clara y se corresponde con las de las principales cabeceras
periodísticas del mundo.
Vimos con anterioridad las respuestas a la visita a la Casa
Blanca y sus resultados periodísticos, la petición a que las Cámaras de
representantes pusieran límites a los excesos egipcios mediante el control de
los fondos, que ya no se puede ignorar a qué van destinados a través del
Ejército. Los medios norteamericanos, además, le criticaban el doble juego del
armamento con la Rusia de Putin. Aquí no se ha entrado en estas sutilezas.
Por mucho terrorismo islamista que exista, no es justificación
para convertir al país en una dictadura militar. Muchos países democráticos
sufren la lacra del terrorismo, pero no por ello deben pisotear sus principios,
que son los que marcan diferencias.
La imagen internacional del Egipto de al-Sisi empeora, va
siendo cada vez más oscura. No se trata ya de seguridad, sino de hacerse con
todas las riendas del poder, del estado, de la administración. Allí se van
colocando las piezas militares una tras otra, cubriendo todo el tablero.
Las simpatías hacia el pueblo egipcio, tras el levantamiento
frente a Hosni Mubarak y sus treinta años en el poder, se han dilapidado. Besar
las fotografías del presidente, omnipresentes por el país, puede ser
gratificante para algunos. Pero no es el amor precisamente lo que caracteriza a este duro régimen. Las razones de dentro no valen fuera.
Hoy, el parlamento egipcio le ha dado ya el visto bueno a las enmiendas constitucionales. Nadie parece haber aprendido la lección de los treinta años de Mubarak y confunden estabilidad con aburrimiento, seguridad con represión.
Otro día en Egipto, donde todo sigue su curso.
*
"Three Egyptian parties declare opposition to constitutional
amendments" Ahram Online 16/04/2019
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/330126/Egypt/Politics-/Three-Egyptian-parties-declare-opposition-to-const.aspx
** Ricard González "El Parlamento egipcio aprueba una
reforma constitucional para blindar a Al Sisi hasta 2030" El País
16/04/2019
https://elpais.com/internacional/2019/04/16/actualidad/1555413656_729655.html
*** Francisco Carrión "El Parlamento reescribe la
Constitución para que Al Sisi "reine" hasta 2030" El Mundo
16/04/2019
https://www.elmundo.es/internacional/2019/04/16/5cb61d4dfc6c8398198b46e1.html
**** "El Parlamento egipcio vota alargar a 2030 el
mandato de Al Sisi" ABC (Agencias) 16/04/2019
https://www.abc.es/internacional/abci-parlamento-egipcio-vota-alargar-2030-mandato-sisi-201904161005_noticia.html
***** "Egipto refuerza el poder del presidente Al Sisi
y del ejército" La Vanguardia 17/04/2019
https://www.lavanguardia.com/internacional/20190417/461705914129/egipto-poder-presidente-al-sisi-ejercito.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.