Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
información que va surgiendo del terrible grupo de atentados en Sri Lanka ha
creado nuevas inquietudes respecto a las posibilidades. Cada vez que se comete
un atentado, los futuros terroristas "aprenden" también. Lo hacen
tanto sobre lo que deben hacer como sobre lo que no deben hacer. Es como la
época en que las autoridades policiales se quejaban de las series CSI daban
tanta información sobre la forma de actuación que los criminales sabían qué no
tenían que hacer y se ocupaban de borrar sus rastros.
La
información sobre un atentado fascina a los futuros asesinos terroristas. El
protagonismo, el proceso de salir a la luz, la atención prestada, etc. forman
parte del proceso de preparación, por eso debería analizarse mejor el retrato
de los muertos para no convertirlos en motivadores de acciones futuras. Lo
hemos visto en el terrorista asesino de Nueva Zelanda, el que realizó las
matanzas de las mezquitas. Se veía a sí mismo como parte de una orgullosa cadena
de asesinos, héroes para él, una cadena que incluía a Don Pelayo.
El
diario El País nos ofrece datos sobre los asesinos terroristas de Sri Lanka
Alto nivel de educación, familia de clase
media o media alta, con recursos económicos propios. Este es el perfil de los
nueve terroristas suicidas que, según la policía de Sri Lanka, llevaron a cabo
la cadena de atentados el domingo en tres hoteles de lujo y tres iglesias que
deja ya al menos 359 muertos y más de 500 heridos.
[...] Los nueve suicidas, ocho de ellos ya
identificados pero cuya identidad no se ha difundido públicamente, tenían un
perfil común. “La mayor parte eran educados y procedentes de clase media o
media alta, bastante independientes financieramente y de familias estables.
Este es un factor inquietante, ha declarado el portavoz policial Ruwan
Wijewardene. Varios han viajado al extranjero o mantenían contactos con el
exterior. Uno de ellos estudió en el Reino Unido y concluyó estudios
universitarios de posgrado en Australia.
El interés se centra, especialmente, en una
familia concreta, la de un acomodado empresario del sector de las especias. Dos
de sus hijos, menores de treinta años, fueron los que hicieron estallar las
mochilas que llevaban en el bufé de desayuno de dos hoteles de lujo en el
centro de Colombo, la principal ciudad del país.*
No
entendemos bien el concepto aquí de "factor inquietante" cuando, por
ejemplo, Bin Laden era hijo de una familia multimillonaria y había estudiado en
los mejores colegios y universidades de Reino Unido.
Las
diferencias entre el terrorismo religioso y el terrorismo político son muy
grandes, por más que los efectos puedan ser terriblemente similares. En
general, el terrorista político tiene un objetivo concreto y el acto de terror
es muchas veces una forma de presión para conseguir un objetivo que se quiere
negociar. El terrorista religioso no sigue su propia estrategia sino un plan
divino que no es negociable.
¿Por
qué es "inquietante"? Entiendo porque se enfrentan a personas con una
movilidad mucho mayor, con complicidad de la familia, ya que la radicalización
se ha hecho durante el proceso de formación y si hubieran estado en contra se
habrían dado cuenta y lo habrían evitado.
El
hecho, como se nos cuenta, que la esposa de uno de los asesinos hiciera
estallar los explosivos en la casa al llegar la Policía, llevándose por delante
a sus dos hijos pequeños, explica que el proceso se da dentro de grupos con
niveles altos de integración. En este caso, no es lo mismo vigilar los barrios bajos
pensando que el terrorismo surge de la miseria y la ignorancia, que tener que
moverse por familias muy bien relacionadas y con poder económico, lo que se
traduce en una mejor capacidad de ocultación, medios y planificación. Esto
abre, además, un serie de peguntas y recelos.
The New
York Times titula "Sri Lanka Suicide Bombers Included Two Sons of a Spice
Tycoon", lo que es más fuerte que el "acomodados", expresión un
tanto ambigua y pasada de moda.
La
versión que se nos da desde el diario norteamericano va más lejos:
He built his fortune on black pepper, white
pepper, nutmeg, cloves and vanilla. His family lived in a beautiful white villa
and traveled in a chauffeured BMW. He was feted by Sri Lanka’s former president
for “outstanding service provided to the nation.”
But on Wednesday the narrative of Mohammad
Yusuf Ibrahim, one of Sri Lanka’s wealthiest spice traders, was ripped apart.
Officials revealed he was in custody in connection with the devastating suicide
attacks on Easter Sunday that killed more than 350 people.
An Indian official said that two of Mr.
Ibrahim’s sons, who have been identified in Indian media reports as Inshaf and
Ilham, were among the eight suicide bombers who struck at hotels and churches
across this island. The Islamic State has claimed responsibility for the
attack, and investigators said Mr. Ibrahim was being extensively interrogated.
During a raid Sunday at his family’s villa near
Colombo, Sri Lanka’s capital, a female suspect blew herself up in front of two
of her children, killing them all, along with several police officers who were
closing in, investigators said. The Indian official, who spoke on the condition
of anonymity, citing the sensitivity of a major terrorism investigation, said
the woman who killed herself and her children was most likely the wife of one
of Mr. Ibrahim’s sons.
Sri Lankan officials have been reluctant to
identify the suicide bombers, saying that could hamper their investigation.
But at a news conference on Wednesday, Ruwan
Wijewardene, Sri Lanka’s minister of defense, said most of the bombers had been
well educated and had come from middle-class or upper-class families.**
Podemos apreciar que el "factor inquietante" va
adquiriendo sentido. El hecho de que esté involucrada la familia de un magnate
nacional, de una figura bien relacionada en los mejores círculos y al que se le
ha concedido "reconocimiento" por parte del antiguo presidente del
país por sus “outstanding service provided to the nation”, como se nos dice en
el artículo, claro que es inquietante.
La primera incógnita que se nos plantea lleva abierta desde
el inicio: el enorme fallo de seguridad ya que los servicios de información
extranjeros avisaron de la realización de los atentados. Hasta las autoridades
del país han pedido públicamente perdón por ello. Ha sido en India, no en Sri
Lanka, donde han identificado a los hijos del magnate de las especias.
La detección de terroristas de usar y tirar (los terroristas
suicidas) no es sencilla si se esconden o cuentan la protección de personajes
en las altas esferas políticas y económicas. El hecho de que haya hermanos es
un factor relevante porque implica una estructura determinada y unas
interacciones específicas. La familia forma parte. La muerte suicida de la
madre y la muerte de los niños lo demuestran.
Si en el terrorismo político se busca la "heroicidad",
ser vistos como héroes, en el religioso se busca una forma de
"santidad", se percibe como un acto de entrega que asegura el camino
al paraíso. Por ello se presenta como un estado de perfección, de renuncia, de
sumisión a Dios y a sus planes eliminando obstáculos del camino. Psicológica y
socialmente son dos planteamientos muy diferentes. El héroe lo es por su propia
decisión; el "santo", en cambio, sigue el camino marcado por Dios,
obedece. El proceso recorrido es muy diferente.
Los investigadores se preguntan por las conexiones con el Estado
Islámico. Es casi una pregunta obligada, pero no sabemos si tiene un interés
logístico, histórico o estadístico. Creo que toda la información que se posea
es importante, pero no es lo único. El Estado Islámico no es el radicalismo; es una forma de radicalismo estructurado ligada a un grupo. El
terrorismo de lo que regresan es una parte del terrorismo potencial. Es un
nivel avanzado porque ya lo han practicado. El problema más grave es el del
terrorista de usar y tirar, el que ha estado atiborrándose de doctrina hasta
llegar al punto crítico en el que pasa una sola vez a la acción. Ese es difícil
de detectar y, como ha ocurrido, difícil de detener si está bien relacionado.
La combinación iglesias y hoteles de lujo como objetivo de los
atentados es un mensaje doble: cristianos locales y turistas occidentales, lo
que le crea un problema también doble a Sri Lanka. Con ambos se manda un
mensaje islamista y antioccidental coincidente. También se mandan otros, que son precisamente los inquietantes para las autoridades que se han dado cuenta de lo que implica el caso.
Un último apunte: gracias al "héroe" de la matanza
de musulmanes en Nueva Zelanda, cincuenta muertos, tenemos a los
"santos" vengadores de Sri Lanka, 360 muertos y 500 heridos, y la
cifra de muertos sigue ascendiendo cada día. Estos muertos se le deberían
contabilizar en su juicio al admirador de Don Pelayo. Ya se lo comentarán también en el
paraíso.
* "Acomodados y con alto nivel educativo: el perfil de
los terroristas de Sri Lanka" El País 24/04/2019
https://elpais.com/internacional/2019/04/24/actualidad/1556093350_478257.html
**
"Sri Lanka Suicide Bombers Included Two Sons of a Spice Tycoon" The
New York Times 24/04/2019
https://www.nytimes.com/2019/04/24/world/asia/sri-lanka-bombers-millionaire.html
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