martes, 31 de enero de 2017

Héroes y villanos o cuidado a quien das la mano

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Que Donald Trump haya tenido que cesar a la Fiscal responsable provisional del Departamento de Justicia por dudar de la validez jurídica de la orden ejecutiva firmada para la prohibición de la entrada de ciudadanos de siete países marca una línea de continuidad clara entre las protestas populares que se han producido por todos los Estados Unidos y la que se produce en las capas superiores  de la administración. Los alcaldes de muchas ciudades, especialmente de las declaradas "santuarios" ya se han manifestado. Ahora toca en otros niveles políticos y administrativos.
El diario El Mundo recoge la noticia del cese de la fiscal Sally Yates y señala:

La decisión de Trump ahonda un creciente caos en la Administración pública de EEUU con motivo de la Orden Ejecutiva que prohíbe la entrada de personas se Libia, Irán, Irak, Siria, Sudán, Somalia, y Yemen. Según la agencia de noticias Associated Press, los secretarios de Defensa y de Seguridad Interior, los generales retirados James Mattis y John Kelly, no habían sido informados con anterioridad de la orden. Tampoco lo fue la persona nominada para secretario de Estado, Rex Tillerson, ni los líderes republicanos del Senado.
Todo eso ha provocado una serie de tensiones entre el gabinete y el Senado, por un lado, y la Casa Blanca, por otro. Según el primero de esos grupos, Trump solo escucha a un grupo muy estrecho de asesores encabezados por el líder de la llamada 'derecha alternativa', Steve Bannon, y por su yerno, Jared Kushner, y mantiene en la ignorancia a todos los demás.
Yates, que había sido nombrada por Barack Obama, había declarado en un documento que "no estoy segura" de que la orden se ajuste a Derecho, ni que, aún cuando ése sea el caso, se ajuste a los objetivos de "buscar la justicia" de su Departamento. Su sustituta es la fiscal del Distrito Este de Virginia, Dana Boente, que se ha comprometido a aplicar la orden y defenderla.*


Son dos los aspectos reseñables. El primero de ellos resalta el hecho de que pocos se quieren ver arrastrados por la política de Trump. Esto afecta a los republicanos, responsables de su nominación a la Casa Blanca y, esto es importante, su elección en el Colegio Electoral. De nuevo se plantea la excepcionalidad del caso de la elección de Trump, no llevando directamente por la urnas (tres millones de votos menos que su rival, Hillary Clinton) sino por el voto de los republicanos en el Colegio Electoral. Hasta el último momento se escucharon voces pidiendo que no se refrendara a Trump en el Colegio, hasta con ofertas demócratas de apoyar a un candidato alternativo a quien se veía como un peligro para el país y la democracia.
Es en este segundo aspecto donde la decisión y el comentario de la ya ex Fiscal tienen el valor de sembrar la duda no sobre la "legalidad" de las medidas sino sobre su "justicia", que es un problema más profundo ya que afecta a los "valores" y "principios". De ahí la distinción, negativa en ambos casos, sobre la legalidad (que se ajuste a derecho) y su búsqueda de la justicia, una aspiración desde los principios morales. Esto último es de importancia porque deslegitima la acción en sí misma al no buscar un bien acorde con los valores.
Cuando la gente levanta pancartas diciendo "USA país de inmigrantes" está resaltando un principio moral que se deriva de su propia historia. Lo mismo hace cuando se resalta la discriminación religiosa o la equiparación de las religiones o países enteros con el terrorismo. Se atenta contra la libertad religiosa o se criminaliza a los países.
La idea de que Trump siga encerrado en su Torre, rodeado solo de un grupo de afines desde la primera semana, se debe tener en cuenta porque es el cumplimiento de sus palabras en el discurso inaugural: el pueblo, Trump y Dios. Un mensaje que no se debe olvidar, pues era toda una declaración de intenciones sobre su forma de entender el poder y actuar. Mentalmente, Trump sigue al frente de sus empresas; ordena y despide sin miramientos.


La imagen de un Trump cogido de la mano con Theresa May, como nos muestran Euronews resulta casi ridícula y ha conseguido que los británicos se lancen a la calle  a protestar por la invitación que la primera ministra británica le ha hecho al presidente de los Estados Unidos. La web del parlamento británico ha recogido un millón y medio de firmas en contra de que la Reina haga formalmente la invitación. Las pancartas ya no solo muestran a Trump sino a la idílica pareja. De nuevo, también en Londres, la acusación de desvergüenza, "Shameles May!", en los carteles. Trump ya no está solo en los carteles.
La preocupación de los republicanos se puede hacer extensiva a los conservadores británicos, que pueden padecer por contagio, primero, y por exhibicionismo político de Theresa May los efectos de Trump, el indeseado. "¡Teresa, qué has hecho!", podrían estarle diciendo los colegas políticos. Un Trump visitando Reino Unido no es el escenario más adecuado para enfrentarse a las negociaciones del Brexit y lo que May pensaba que le ayudaría a ganar apoyos se puede volver contra ella en lo personal y contra Reino Unido en general. May "advirtió" que la Unión no debía enfrentarse a la salida de Reino Unido como una forma "ejemplar" de frenar otras posibles salidas de Europa. La amistad de Mr. Brexit, Donald Trump, festejando su salida con el Brexit la convierte en cabeza doblemente merecedora de sanción ejemplar, por Trump y por ella misma. La imagen de ambos cogidos de la mano ha dado la vuelta al mundo y dolores de cabeza. Políticos y feministas le han recordados cosas de esas manos.



La amistad de Trump empieza a ser complicada. La sospecha, levantada por The New York Times, de que los países con intereses económicos de las empresas Trump no se han visto sancionados eleva el nivel de injusticia y el de inmoralidad de las medidas. Eso debería de servir de aviso sobre la causa a la que se está sirviendo. La amistad con Trump no solo es impopular sino arriesgada.
La ex Fiscal Sally Yates, en cambio, recibe en estos momentos el apoyo de miles de personas que consideran que ha actuado de forma ética y representando a los valores y principios con los que los norteamericanos piensan que deben ser identificados. Por el mismo motivo rechazan lo que Trump supone y representa.
En otras ocasiones, el antiamericanismo ha tomado a los presidentes como rostros sobre los que descargar las iras. Esta vez la ira tiene nombre y apellidos, rostro bien definido. Y, sorprendentemente, con ´tanta contestación dentro como fuera del país. El egocentrismo de Trump ha generado un sentimiento anti-Trump bien definido, cuyo siguiente nivel son los grupos que le apoya, que se ven absorbidos por la atracción fatal trumpista.



De esta forma, la vida política norteamericana, con Trump como test, irá produciendo héroes y villanos. Los héroes son las víctimas que ha ido dejando, los que se le han enfrentado en las campañas, como el matrimonio musulmán, padre de un héroe de guerra, que le sacaron la Constitución aunque no los colores. Las personas insultadas, como Meryl Streep (a la que consideró una "actriz sobrevalorada", lo que puede darle un nuevo Oscar; a Rosie O'Donnell, que no encarna su tipo de mujer; a Madonna a la que después de decir “Yes, I’m angry. Yes, I am outraged. Yes, I have thought an awful lot about blowing up the White House” en la Marcha de la Mujeres pretende llevar a los tribunales por terrorismo. Sus discos son eliminados de las emisoras de estados como Texas, ya acostumbrados a la pena de muerte, por falta de patriotismo. 



Héroes son los abogados voluntarios que se sientan en los aeropuertos dispuestos a defender a los que se quiere impedir entrar, a asistirles legalmente. Lo serán las grandes empresas tecnológicas que van a hacer una declaración conjunta contra las medidas. Lo son individualmente los que salen a reconocer públicamente, sin tener que avergonzarse como otros, de ser hijos de inmigrantes y de además estar casados (como Trump) con inmigrantes, como ha hecho el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg y su esposa asiática. Han salido a recordar, como dice los carteles, que todos allí son inmigrantes. Lo es, finalmente, Sally Yates, que cuestionó la legalidad y la justicia de la orden presidencial para dejar fuera a los refugiados y las personas de países enteros, y ha sido cesada. Es un honor que llevará toda la vida.


El sistema produce simultáneamente héroes y villanos. La decisión que se toma en un segundo puede marcar el resto de la vida. La imagen de Trump y May de la mano es ya historia. "Shame on you Theresa May", cantaban las multitudes reunidas en Londres.


* "Trump cesa a la responsable del Departamento de Justicia por desafiar la orden contra la entrada de musulmanes" El mundo 31/01/2017 http://www.elmundo.es/internacional/2017/01/31/588fd9d1ca47413e238b45b3.html
** "Madonna banned from radio station for lack of 'patriotism'" Entertainment 25/01/2017 http://ew.com/music/2017/01/25/madonna-banned-trump/




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.