Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La publicación egipcia Mada Masr trae un interesante
artículo dedicado a la decadencia de los estudios de Ciencias Sociales en las
universidades del país, la caída del interés y trata de explicar este fenómeno
desde distintos puntos. El artículo se titula "What happened to the social
sciences in Egypt?", está firmado por Mai Shams El-Din, y ha sido
publicado en colaboración con Al Fanar Media. La inclusión de algunos estudios
que incluiríamos dentro de las Humanidades nos da cuenta de la percepción
"histórica", antes que crítica, que se tiene de ellas.
Tras constatar la pérdida de alumnado por parte de las
universidades, se señala la falta de interés de estas (“The university
considers social science departments as decorative”, señala una de las personas
entrevistadas). Pero son básicamente dos las presiones que existen sobre ellas.
La primera es una tendencia general que afecta a Egipto como a otros países, la
"corporativización" de la educación, con una perspectiva más de
empresa (recortes de gastos, supresión de cursos o materias no rentables, etc.)
y, algo más específico, el clima político que hace que las Ciencias Sociales se
vean con ciertos recelos:
She [Reem Saad, profesora asociada de
Antropología en la UAC] points to a political environment that is not open for
critical research in social sciences at large. For example, she cites an
amendment in the Penal Code in 2014 that made penalties on the receipt of
foreign funding more severe, restricting funding for social science research in
the country.
According to Saad, “funding is very important
to research. This amendment was tailored to target human rights organizations,
but it also affects research. This will affect anyone wanting to conduct
serious and critical research in the social sciences.”
Sadda agrees, adding that academic freedoms and
work in the field of social sciences become easily affected when political and
civil rights are suppressed.
“When we talk about threats against academic
research, we are directly talking about political threats against research in
disciplines like history, philosophy and literature, more than scientific
studies. The public sphere is getting narrower, and universities are a
microcosm of society,” she says.*
Si ayer hablábamos de los problemas de las ONG y su
financiación exterior, los fondos para investigar llegan muchas veces de fuera.
La arbitrariedad y el recelo, la sanción a las personas incómodas, etc. harán
que muchas de esas investigaciones tengan todo tipo de problemas. El tema mismo
de investigación se convierte en problemático si es percibido como tal por la
escala jerárquica que va de los departamentos de las facultades a los
ministerios.
Ese estrechamiento
señalado de la esfera pública está matando, junto a la vida política, la
intelectual. Cada vez son menos los temas sobre los que se puede investigar
porque todos pasan a ser considerados peligrosos en el momento en que
cuestionan la perfección del régimen o de la situación del país. El miedo s
hacer preguntas pasa a ser esencial y no puede investigarse la sociedad sin tratar
de establecer lazos con la sociedad misma, que pasa a ser un objeto temido y
borroso, algo de lo que hablar es peligroso.
No quiero entrar en detalles sobre esto, pero mis
experiencias directas confirman lo dicho en al artículo, el miedo pasa a
instalarse en el investigador, que debe medir cuidadosamente sus objetivos y
con quién se relaciona. No todos están dispuestos a afrontar los riesgos,
máxime cuando la vida de los investigadores está ligada a subvenciones
estatales, salidas al extranjero, paso por tribunales para sus plazas, etc. Manifestarse
especialmente interesado en temas sociales, políticos, culturales, etc. conflictivos
puede ser considerado como un suicidio académico.
No se puede ignorar en este punto lo ocurrido con el
doctorando italiano Giulio Regeni, llegado a la Universidad Americana de El
Cairo para hacer su investigación de campo sobre los movimientos sindicales
después el 25 de enero de 2011, caso que hemos tratado de continuo aquí:
After the tortured body of Italian PhD student Giulio
Regeni was found on a highway near Cairo in January of last year, evidence that
he could have been targeted by Egypt’s security apparatus continued to emerge.
While the truth behind his murder remains uncertain, the prospect that he might
have been a target for his research activities sent shock waves in the academic
community. He was researching labor organization in Egypt.*
No hace
falta certeza. La única
necesaria es la que nos dice lo que estudiaba, que hacía preguntas en las
calles y que se informó de él a la Policía por parte de los vendedores
callejeros, que actuaron de informantes policiales. El caso sigue abierto para
desesperación de Italia, gobierno y familiares. Fue un avisó claro de lo que
puede ocurrir al que investiga en estos campos.
La obsesión conspirativa egipcia convierte en espía a todo
el que hable otro idioma y vaya preguntando, como el caso de los comensales que
denunciaron como terroristas a los de la mesa junto a ellos porque hablaban en
inglés; resultó ser un periodista y unos universitarios comentando la situación
política del país. Fue en noviembre de 2014 y The New York Times lo contó entonces. **
Hasta qué punto es obsesión o se trata de una justificación
ritual de la intransigencia es una cuestión importante. La profesora Mona Abaza
publicó, con el título "Social Sciences in Egypt: The Swinging Pendulum
between Commodification and Criminalization". En su introducción se decía:
Specialists who have closely observed the
evolution of the fields of sociology and anthropology in Egypt seem to agree
that there are insurmountable paradoxes that continue to loom in the
professional and academic sphere due to the intricate relationship between
intellectuals and the long history of the authoritarian military state.***
En este sentido, compartimos la raíz del problema: el
autoritarismo y la incapacidad de abordar la crítica. El estado ha exportado la
mentalidad cuartelaria en el que no se concibe ni la crítica ni el debate ni el
simple diálogo.
En el artículo —publicado en una Universidad de Taiwán— se
indagaba el caso del profesor de la Universidad Americana de El Cairo, Saad
Eddin Ibrahim, conocido sociólogo, encarcelado dos veces por sus críticas al
presidente Mubarak y acusado de recibir fondos de la Unión Europea para "difamar
a Egipto", que en lenguaje normal quiere decir que recibió una
financiación internacional para sus investigaciones. Señala la investigadora:
This paper explains the culmination of
“criminalizing sociology” through the cause célèbre of the trial of the
sociologist Saad Eddin Ibrahim, who was charged with allegedly spying,
spreading false information and tarnishing the country’s reputation. The
gathering of empirical data and the practice of sociology as a profession have
a long history of eliciting distrust from the regime. Ibrahim’s case can be
read as a logical continuation of a “public culture” produced by a long history
of clashes with an authoritarian state that neither needed nor understood why
sociological investigation should exist. (3)***
Es un conocido caso, del que dio cuenta la prensa
internacional dado el prestigio —receptor de varios premios internacionales,
que son considerados por el régimen siempre como muestra de traición— y su
defensa de los derechos humanos. Su caso, como el de la muerte de Regeni está
presente en todo aquel que mira lo que le rodea y siente la tentación de
explicarlo.
Si Egipto sigue con la política de no escuchar, no ver, no hablar, que es la que se está practicando,
los efectos van a ser terribles para su futuro. A la crisis económica que padece habrá que añadir otras. Más allá de la política, Egipto tiene que afrontar muchos campos problemáticos, como la cuestiones del acoso sexual y las relaciones de género, el sectarismo, el aumento de la intransigencia, las distancias generacionales, etc. Es absolutamente necesario tener información sobre esto y no declararlo, como sucede, tabú:
[Hoda al] Sadda explains that other than being a vehicle for
intellectual progression, the study of social sciences is important in fostering
national development.
“Social sciences are important for providing
knowledge in different development areas, either directly or indirectly. Social
research in these fields is important to offer policy advice for the government
in fields of education, development, economy, among other fields,” she says. “Studying
social science is not a matter of luxury.”**
No lo es. Es
una necesidad nacional esencial. Lo es, además, en un país cuya degradación
intelectual no ha dejado de producirse por la imposición del conservadurismo
tradicionalista, el radicalismo religioso y el autoritarismo acrítico. Como hemos
dicho muchas veces, Egipto necesita a sus intelectuales para poder combatir los
males que le aquejan, de la corrupción estatal al integrismo religioso de los
islamistas que se ha filtrado durante décadas por el tejido muy debilitado del
mundo de la educación y de la investigación. Sin referencias intelectuales que
muestren la verdadera realidad de la sociedad egipcia, esta vive en una enorme
y fantasiosa burbuja en la que le endulzan los oídos con canciones alegres. Es
el "estado civil moderno" del que hablaba increíblemente el portavoz
del gobierno y que tratamos ayer aquí, una fantasía más.
El poder político y militar no puede seguir dictando a escritores,
cineastas, investigadores, científicos, etc. cómo deben contar el mundo, como
deben describir a Egipto.
* "What happened to the social sciences in
Egypt?" Mada Masr 15/01/2017 http://www.madamasr.com/en/2017/01/15/feature/society/what-happened-to-the-social-sciences-in-egypt/
** "Life Imitates Propaganda in Egypt.
Journalists Detained for Talking Politics in Cairo Cafe" The New York
Times 12/11/2014
https://www.nytimes.com/2014/11/13/world/middleeast/journalists-detained-for-talking-politics-in-cairo-cafe.html
*** Mona Abaza "Social Sciences in Egypt: The Swinging Pendulum between
Commodification and Criminalization" s/f [aprx. 2010] Instituto de
Sociología. Academia Sínica http://www.ios.sinica.edu.tw/cna/download/proceedings/12.Abaza.Egypt.pdf
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