Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
De
nuevo la misma narrativa de la revolución. En su sexto aniversario, el
presidente al-Sisi continúa repitiendo la imposible historia de la Historia,
tratar de convertir el hiato en continuación. La celebración de los aniversarios
desde el poder se convierte en farsas lógicas, en arabescos decorativos que llegan en un punto al absurdo. Mientras todos ses proclaman su hijos desde el poder, todos proceden a enterrar sus sueños y aspiraciones mediante dosis de autoritarismo y violencia. La cantan ante los micrófonos de discursos y entrevistas, pero la reprimen en las calles molestos porque se les recuerde a unos y a otros. La sombras de lo ocurrido desde la caída de Mubarak cubren la visión de 2011. Lo ocurrido antes y después de Morsi no trajo luz sino otras formas de retórica encubridora. Daily News Egypt nos cuenta:
President Abdel Fattah Al-Sisi said on
Wednesday that the 25 January Revolution was a turning point in Egypt’s
history, as it gave hope to Egyptians at first, but was also followed by
disappointments after personal interests took over.
In a speech he delivered on the sixth
anniversary of the revolution, Al-Sisi said that the revolution was renewed in
June 2013, when Egyptians decided to take back their revolution to rectify its
path and take control of their decisions to combat terrorist groups.
The president added that he is full of
confidence that the Egyptian generation who decided to start the revolution
will always be remembered. Also, they will be remembered for what they endured
over the past few years as they insisted on reforming the fluctuating economic
situation.*
Mientras Egipto no resuelva esa imposible conjunción, sus
problemas seguirán haciendo chirriar los engranajes de la realidad. Cualquier
invocación unificada de enero de 2011 con junio de 2013 es una falsificación.
El eje obviamente de este problema irresoluble es el año de Morsi. La idea de la
"rectificación" de la revolución es una fantasía justificadora del
retorno de un tipo de represión que sustituyo otro tipo de represión. La
libertad nunca pasó de demanda. Ni la SCAF —la Junta militar que sustituye a
Mubarak al mando—, ni el gobierno islamista surgido de las urnas, pero que acaba
perdiendo legitimidad con cada acción represiva y sectaria, ni el régimen
salido de la violencia, esta vez militar, que da el "no-golpe". Ni
unos ni otros dan una oportunidad a la paz y la convivencia, a las libertades.
Solo cambia el tipo de represión.
Nótese la diferencia entre el discurso oficial del
presidente, un discurso de autolegitimación, y el retrato desolador que nos
trae Egypt Independent mediante el
artículo de Ola Noureldin:
Six years after the January 2011 uprising that
overthrew Egypt's longtime ruler Hosni Mubarak, Egyptians who had participated
in protests back then are now either facing clampdowns on freedoms or grappling
with despair.
"It's unbelievable how reluctant I've
become, from a person who used to beg friends and relatives to join me in
Tahrir, to someone who just wants to leave the country," Mayada Ibrahim,
37, said as she passed by Tahrir Square with her three-year-old son on
Wednesday.
Ibrahim said that all she yearns for right now
is to raise her son in a country where he'll grow up to believe that change
exists.
"There is no such thing as change in this
country," she said.
Millions of Egyptians protested in the square
for 18 days, setting up tents and makeshift hospitals, and demanding an end to
Mubarak's 30-year rule.
"I don't even feel nostalgic anymore, I
mean we used to spend days and nights right here, I should be feeling any sense
of euphoria remembering, but what I really feel is like I've wasted so much
time and effort believing in nonsense," Ibrahim said.**
¿Puede haber mayor distancia, mayor diferencia en las
interpretaciones que las existentes entre el discurso oficial y la voz de los
que vivieron en sus carnes el proceso?
Me imagino que lo más doloroso, mucho más que los golpes y heridas es el
secuestro de los discursos, escuchar en boca de los que estaban de otro lado la
definición de tus anhelos. No creo que haya mayor derrota, ninguna más
deprimente que esta. Es sufrimiento infinito escuchar todo esto en el día en el
que recuerdas a los muertos después de negarlos todo el año, de convertirlos en
agentes de la CIA, en traidores financiados por potencias extranjeras que
querían la destrucción del país.
Entonces llegan a tu mente, como destellos, la violencia,
las ignominias padecidas en aquellos 18 día en los que se sufrió estoicamente,
en los que unos velaban el sueño de los otros en una vigilia de hermanamiento,
en los que las mujeres sufrían acoso y violaciones por parte de los que querían
hacerlas desaparecer de las calles para sufrir después las humillaciones a manos
de los médicos militares los exámenes de virginidad para que los padres
supieran los riesgos de dejar a sus hijas salir a las calles a protestar. Eran
días en los que los manifestantes protegían y bendecían a los periodistas
extranjeros que arriesgaban su vida para contar al mundo la realidad de lo que
ocurría en la Plaza de Tahrir y en otros lugares que los egipcios se negaban a
abandonar hasta que aquel presidente, que había acumulado miles de chistes y
tres décadas en el poder, lo abandonara y dejara crecer la democracia.
De nuevo la
distancia:
Aspiring to become a photojournalist in January
2011, Amira Samy, started taking photos during the revolution, hoping to convey
a transparent image to the world on what was happening in Egypt at a time when
mainstream media had failed to do so. Nowadays, however, Samy faces hurdles
while doing her job as the police tightens its grip on media personel.
"I am hoping my photos can have an impact,
change perceptions, and tell the stories of Egyptians through my captures --
but this is becoming increasingly tough nowadays," she said.**
Desde los tiempos de Nasser, los egipcios viven en un mundo
doble, un mundo de discursos que describen mundos inexistentes, glorioso éxitos
imaginarios que les sacan a las calles a besar las manos que les reprimen, a
festejar a las personas que les desprecian, a corear los nombres de quienes les
roban. Los regímenes sucesivos, más preocupados del poder, les han olvidado en
casi todo y solo les recuerdan que han
de dar gracias por lo que les deben.
Tras escuchar lo que les dicen desde el poder, miran a su
alrededor y lo que ven poco tiene que ver con lo que les han contado. Es
entonces cuando se desatan las iras, las denuncias de conspiración; es cuando
se escucha la voz airada de un conductor de tuk-tuk, denunciado que no le llega
lo que gana, que así no puede vivir. Esa voz irritada molesta en la fantasía
cotidiana, en la burbuja que sueña con capitales futuristas cuando se le están
hundiendo los edificios, cuando no hay para construir escuelas ni para pagar malos
maestros.
Egypt Independent recoge otra voz discordante:
Ryad Abdelhamid, 42, echoed the sentiment
regarding Egypt's deteriorating economic circumstances.
"Two revolutions took place but we are
going backwards, not forward. The economic situation is unbearable, even to the
middle-class. I don’t know how long people can stand living like this,"
Abdelhamid said, as he sipped on some sugarcane juice near Tahrir on the sixth
anniversary of the January 25 Revolution.
Egyptians have been facing shortages of basic
goods such as medicine and sugar in past few months -- a dire situation which
is compounded by prices spiralling upwards after the government floated the
currency and cut fuel subsidies in November.
Those measures were part of economic reforms to
meet the conditions for a US$12 billion loan from the International Monetary
Fund, which was approved later that same month.
"If the poor can't afford to live anymore,
they will steal one day, and they won't be blamed. I don't want to sound
pessimistic, but the government won't be able to control the situation
anymore," Abdelhamid, who works as a banker in Cairo's downtown, added.**
Pese a esta triste realidad, la dura de las cifras que
reflejan las carencias en los campos más elementales, el hundimiento de la
libra, la inflación estratosférica, el
egipcio debe dar por buenos los discursos desde el poder. Es su obligación. De no hacerlo se le acusará
de traidor y de tratar de hundir y difamar al régimen. Este régimen es
consecuencia del deseo divino de premiar los esfuerzos del pueblo, que recibe
como premio a otro militar, iluminado, que les es enviado para confirmar que
Egipto es la madre del mundo, el corazón del islam, el alma del mundo árabe. Nosotros, les dicen, somos especiales. El mundo necesita lo que hacemos y nos envidian por hacerlo, porque
Dios no se lo pidió a ellos sino a nosotros. Y ellos lo creen firmemente o
dicen hacerlo.
El poder siempre les exige cumplir esa misión, respetar sus
deberes. Recogen en Daily News Egypt:
“We are still countering terrorism, in order to
diminish it from its roots. However, it won’t distract us from combating
corruption that is as dangerous as terrorism. We are doing all of this whilst
constructing gigantic projects and improving environment for investments.
“Our efforts over the past six years are not
futile, but it produced a new reality. We need your sincere efforts now to
develop this state, because countries like Egypt don’t develop over night,”
Al-Sisi concluded.
Al-Sisi issued on Tuesday a presidential decree
ordering the release of prisoners on the occasion of the 25 January Revolution
commemoration and National Police Day. On Wednesday, a total of 1,280 prisoners
were released.*
¿Una "nueva realidad"? No hay mucho cambio, solo
la frustración de los que mantienen ese sentimiento nacido de la oportunidad
escamoteada en una campa electoral fulera, con los islamistas y los militares
como alternativas, cuando lo que Tahrir representaba estaba lejos de de unos y
otros. Pero parece que el destino de los egipcios es ahorcarse con las cuerdas de
sus propias cometas.
El discurso gubernamental ha elegido su propia
palabra-fetiche: "contraterrorismo". En ella se encierra todo el
potencial que explica la tercera fase del camino frustrado, la que surge en
junio de 2013 cuando de nuevo los sueños quedan en amargo despertar. Cada vez
que el pueblo egipcio cree tener el poder en sus manos, le es arrebatado con una
promesa de futuro. Pero esas promesas se convierten en descalabro porque
comprenden rápido que tras ellas existe la misma mala voluntad que en todas. Como decía Habdelhamid en el texto: "Two
revolutions took place but we are going backwards, not forward".
En Mada Masr ofrecen hoy un enfoque distinto, pero también
unido inseparablemente de la frustración de las oportunidades escamoteadas. Lo titulan "The politics of the
personal: January 25 through the lens of depression". Son los
efectos sobre la salud mental y la salud a secas de seis años de escamoteo:
“It’s like you died, and God said ‘I will show
you heaven’ and then as soon as you put one foot in, he grabs you by the scruff
of your neck and takes you to hell. We really saw heaven during the 18 days,
and then we went to a terrible reality, worse than where we were before.”
Omar, a leftist involved in politics for nine
years and who was dealing with depression, anxiety and hypochondria for about a
year and half before the 2011 revolution, was in Tahrir during the 18 days.
He found out about Hosni Mubarak stepping down
a couple of hours beforehand and called his therapist asking if it was possible
to die from too much happiness.
The enthusiasm stayed for a while after the
revolution but with waves of violence, this “broke.”
“Maspero, with army APCS running people over,
broke the state of euphoria and feeling of strength and freedom,” Omar recalls.
“And then with Mohamed Mahmoud — and the scene of throwing dead bodies into the
rubbish — and then the Cabinet clashes.”
In December 2011, there was something else that
was “fatal” for Omar. A woman was beaten and her chest stomped on by soldiers
during the Cabinet clashes, revealing her blue underwear beneath her abaya.
Here what broke him was less the incident than the social reaction: instead of
condemning the perpetrators, the more common refrain was, “what made her go
there” and of course a fascination with the woman’s blue bra.***
Esa sensación de haber rozado la gloria y encontrarse arrojados en el infierno, refleja de forma muy expresiva lo que muchos sintieron, una sensación que no olvidan. Que los 18 durísimos días de Tahrir se recuerden como "gloria" dice mucho sobre lo ocurrido después, sobre el desengaño.
Las frustraciones se acumulan sobre aquellos que han tenido esperanzas o que sencillamente no han
querido o no han podido asimilar los discursos oficiales. No han querido o
sabido aceptar la falsificación orwelliana de la felicidad social. La
disociación entre la descripción de la realidad y la realidad misma, entre lo
que te cuentan y lo que ves y padeces acaba produciendo esos efectos, Comienzan
a padecerse síntomas de la enfermedad de la irreal.
La evocación de los sucesos de represión brutal de Maspero o
la imagen traumática del episodio de "la mujer del sujetador azul" no
es casual. Son traumas compartidos por las personas que no se han dejado
arrastrar por el delirio. Esos episodios pasan a ser cronotopos bajtinianos, momentos epifánicos de negatividad
explosiva. Son clavos ardientes cuyo dolor no se mitiga, sino que se
intensifica por el papel que se ha representado en ese tiempo, el sentido de
indefensión ente la Historia trucada.
El final de las voces frustradas que recoge Egypt
Independent habla de ese sentimiento frustrado:
On the anniversary of the 2011 uprising, there
are no signs of celebration to mark the uprising against Mubarak in Tahrir
Square; instead police tighten security measures forbidding anyone to stay
around the square. Additionally, the Saddat metro station leading to the square
was closed on Wednesday.
"Of course I feel hopeless and defeated,
and it's okay to feel that because our expectations were betrayed. But what is
not okay is the detachment we feel, it takes away from the significance of the
revolution; its days shook us to our cores and influenced an entire
generation," Aziza Taha, political science student at Cairo University
said.**
El cierre de la estación Sadat es el indicador de la vida
política callejera. Es el único acto que queda para recordar la revolución que
allí hubo una revolución. Los islamistas trataron de hacerse con el espacio
simbólico de la plaza convirtiéndolo en escenario de sus protestas cuando
también fue escenario de sus actos de represión cuando estuvieron en el poder.
Pero Tahrir permanecerá siempre como esa imagen de un sacrificio real en
beneficio de un sueño. Puedes desalojar a las personas pero no puedes desalojar
sus sueños.
Como cada año por estas fechas, muchos egipcios luchan para
que los recuerdos de lo vivido no sean sustituidos por los discursos oficiales.
Es la batalla más cruenta. En una de estas batallas murió Shaimaa al-Sabbagh
tratando de mantener viva la memoria de los muertos con un ramo de flores.
Murió de un tiro en la cabeza, a pocos metros. Murió por no aceptar que le
administraran sus sueños. Porque, si te fallan los sueños... Y pasó a ser una
imagen traumática más en la cadena de frustraciones, pero también nuevos sueños y
esperanza, demostración viva. Son esas imágenes las que mantienen a raya el olvido.
Descanse en paz y larga vida a su recuerdo. Como la revolución y los que soñaron con ella.
* "25
January Revolution was turning point in Egypt’s history: Al-Sisi" Daily
News Egypt 25/'1/2017
http://www.dailynewsegypt.com/2017/01/25/25-january-revolution-turning-point-egypts-history-al-sisi/
**
"January 25 turns six: Despair overwhelms in Cairo streets, no signs of
celebration" Egypt Independent 25/01/2017
http://www.egyptindependent.com//news/january-25-turns-six-despair-overwhelms-cairo-streets-no-signs-celebration
***
"The politics of the personal: January 25 through the lens of
depression" Mada Masr 25/01/2017
http://www.madamasr.com/en/2017/01/25/feature/society/the-politics-of-the-personal-january-25-through-the-lens-of-depression/
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