jueves, 26 de enero de 2017

Si te fallan los sueños

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De nuevo la misma narrativa de la revolución. En su sexto aniversario, el presidente al-Sisi continúa repitiendo la imposible historia de la Historia, tratar de convertir el hiato en continuación. La celebración de los aniversarios desde el poder se convierte en farsas lógicas, en arabescos decorativos que llegan en un punto al absurdo. Mientras todos ses proclaman su hijos desde el poder, todos proceden a enterrar sus sueños y aspiraciones mediante dosis de autoritarismo y violencia. La cantan ante los micrófonos de discursos y entrevistas, pero la reprimen en las calles molestos porque se les recuerde a unos y a otros. La sombras de lo ocurrido desde la caída de Mubarak cubren la visión de 2011. Lo ocurrido antes y después de Morsi no trajo luz sino otras formas de retórica encubridora. Daily News Egypt nos cuenta:

President Abdel Fattah Al-Sisi said on Wednesday that the 25 January Revolution was a turning point in Egypt’s history, as it gave hope to Egyptians at first, but was also followed by disappointments after personal interests took over.
In a speech he delivered on the sixth anniversary of the revolution, Al-Sisi said that the revolution was renewed in June 2013, when Egyptians decided to take back their revolution to rectify its path and take control of their decisions to combat terrorist groups.
The president added that he is full of confidence that the Egyptian generation who decided to start the revolution will always be remembered. Also, they will be remembered for what they endured over the past few years as they insisted on reforming the fluctuating economic situation.*



Mientras Egipto no resuelva esa imposible conjunción, sus problemas seguirán haciendo chirriar los engranajes de la realidad. Cualquier invocación unificada de enero de 2011 con junio de 2013 es una falsificación. El eje obviamente de este problema irresoluble es el año de Morsi.  La idea de la "rectificación" de la revolución es una fantasía justificadora del retorno de un tipo de represión que sustituyo otro tipo de represión. La libertad nunca pasó de demanda. Ni la SCAF —la Junta militar que sustituye a Mubarak al mando—, ni el gobierno islamista surgido de las urnas, pero que acaba perdiendo legitimidad con cada acción represiva y sectaria, ni el régimen salido de la violencia, esta vez militar, que da el "no-golpe". Ni unos ni otros dan una oportunidad a la paz y la convivencia, a las libertades. Solo cambia el tipo de represión.
Nótese la diferencia entre el discurso oficial del presidente, un discurso de autolegitimación, y el retrato desolador que nos trae Egypt Independent mediante el artículo de Ola Noureldin:

Six years after the January 2011 uprising that overthrew Egypt's longtime ruler Hosni Mubarak, Egyptians who had participated in protests back then are now either facing clampdowns on freedoms or grappling with despair.
"It's unbelievable how reluctant I've become, from a person who used to beg friends and relatives to join me in Tahrir, to someone who just wants to leave the country," Mayada Ibrahim, 37, said as she passed by Tahrir Square with her three-year-old son on Wednesday.
Ibrahim said that all she yearns for right now is to raise her son in a country where he'll grow up to believe that change exists.
"There is no such thing as change in this country," she said.
Millions of Egyptians protested in the square for 18 days, setting up tents and makeshift hospitals, and demanding an end to Mubarak's 30-year rule.
"I don't even feel nostalgic anymore, I mean we used to spend days and nights right here, I should be feeling any sense of euphoria remembering, but what I really feel is like I've wasted so much time and effort believing in nonsense," Ibrahim said.**


¿Puede haber mayor distancia, mayor diferencia en las interpretaciones que las existentes entre el discurso oficial y la voz de los que vivieron en sus carnes el  proceso? Me imagino que lo más doloroso, mucho más que los golpes y heridas es el secuestro de los discursos, escuchar en boca de los que estaban de otro lado la definición de tus anhelos. No creo que haya mayor derrota, ninguna más deprimente que esta. Es sufrimiento infinito escuchar todo esto en el día en el que recuerdas a los muertos después de negarlos todo el año, de convertirlos en agentes de la CIA, en traidores financiados por potencias extranjeras que querían la destrucción del país.
Entonces llegan a tu mente, como destellos, la violencia, las ignominias padecidas en aquellos 18 día en los que se sufrió estoicamente, en los que unos velaban el sueño de los otros en una vigilia de hermanamiento, en los que las mujeres sufrían acoso y violaciones por parte de los que querían hacerlas desaparecer de las calles para sufrir después las humillaciones a manos de los médicos militares los exámenes de virginidad para que los padres supieran los riesgos de dejar a sus hijas salir a las calles a protestar. Eran días en los que los manifestantes protegían y bendecían a los periodistas extranjeros que arriesgaban su vida para contar al mundo la realidad de lo que ocurría en la Plaza de Tahrir y en otros lugares que los egipcios se negaban a abandonar hasta que aquel presidente, que había acumulado miles de chistes y tres décadas en el poder, lo abandonara y dejara crecer la democracia.
De nuevo la distancia:

Aspiring to become a photojournalist in January 2011, Amira Samy, started taking photos during the revolution, hoping to convey a transparent image to the world on what was happening in Egypt at a time when mainstream media had failed to do so. Nowadays, however, Samy faces hurdles while doing her job as the police tightens its grip on media personel.
"I am hoping my photos can have an impact, change perceptions, and tell the stories of Egyptians through my captures -- but this is becoming increasingly tough nowadays," she said.**


Desde los tiempos de Nasser, los egipcios viven en un mundo doble, un mundo de discursos que describen mundos inexistentes, glorioso éxitos imaginarios que les sacan a las calles a besar las manos que les reprimen, a festejar a las personas que les desprecian, a corear los nombres de quienes les roban. Los regímenes sucesivos, más preocupados del poder, les han olvidado en casi todo y solo les recuerdan que han  de dar gracias por lo que les deben.
Tras escuchar lo que les dicen desde el poder, miran a su alrededor y lo que ven poco tiene que ver con lo que les han contado. Es entonces cuando se desatan las iras, las denuncias de conspiración; es cuando se escucha la voz airada de un conductor de tuk-tuk, denunciado que no le llega lo que gana, que así no puede vivir. Esa voz irritada molesta en la fantasía cotidiana, en la burbuja que sueña con capitales futuristas cuando se le están hundiendo los edificios, cuando no hay para construir escuelas ni para pagar malos maestros.
Egypt Independent recoge otra voz discordante:

Ryad Abdelhamid, 42, echoed the sentiment regarding Egypt's deteriorating economic circumstances.
"Two revolutions took place but we are going backwards, not forward. The economic situation is unbearable, even to the middle-class. I don’t know how long people can stand living like this," Abdelhamid said, as he sipped on some sugarcane juice near Tahrir on the sixth anniversary of the January 25 Revolution.
Egyptians have been facing shortages of basic goods such as medicine and sugar in past few months -- a dire situation which is compounded by prices spiralling upwards after the government floated the currency and cut fuel subsidies in November.
Those measures were part of economic reforms to meet the conditions for a US$12 billion loan from the International Monetary Fund, which was approved later that same month.
"If the poor can't afford to live anymore, they will steal one day, and they won't be blamed. I don't want to sound pessimistic, but the government won't be able to control the situation anymore," Abdelhamid, who works as a banker in Cairo's downtown, added.**

Pese a esta triste realidad, la dura de las cifras que reflejan las carencias en los campos más elementales, el hundimiento de la libra, la inflación estratosférica,  el egipcio debe dar por buenos los discursos desde el poder. Es su obligación. De no hacerlo se le acusará de traidor y de tratar de hundir y difamar al régimen. Este régimen es consecuencia del deseo divino de premiar los esfuerzos del pueblo, que recibe como premio a otro militar, iluminado, que les es enviado para confirmar que Egipto es la madre del mundo, el corazón del islam, el alma del mundo árabe. Nosotros, les dicen, somos especiales. El mundo necesita lo que hacemos y nos envidian por hacerlo, porque Dios no se lo pidió a ellos sino a nosotros. Y ellos lo creen firmemente o dicen hacerlo.


El poder siempre les exige cumplir esa misión, respetar sus deberes. Recogen en Daily News Egypt:

“We are still countering terrorism, in order to diminish it from its roots. However, it won’t distract us from combating corruption that is as dangerous as terrorism. We are doing all of this whilst constructing gigantic projects and improving environment for investments.
“Our efforts over the past six years are not futile, but it produced a new reality. We need your sincere efforts now to develop this state, because countries like Egypt don’t develop over night,” Al-Sisi concluded.
Al-Sisi issued on Tuesday a presidential decree ordering the release of prisoners on the occasion of the 25 January Revolution commemoration and National Police Day. On Wednesday, a total of 1,280 prisoners were released.*

¿Una "nueva realidad"? No hay mucho cambio, solo la frustración de los que mantienen ese sentimiento nacido de la oportunidad escamoteada en una campa electoral fulera, con los islamistas y los militares como alternativas, cuando lo que Tahrir representaba estaba lejos de de unos y otros. Pero parece que el destino de los egipcios es ahorcarse con las cuerdas de sus propias cometas.
El discurso gubernamental ha elegido su propia palabra-fetiche: "contraterrorismo". En ella se encierra todo el potencial que explica la tercera fase del camino frustrado, la que surge en junio de 2013 cuando de nuevo los sueños quedan en amargo despertar. Cada vez que el pueblo egipcio cree tener el poder en sus manos, le es arrebatado con una promesa de futuro. Pero esas promesas se convierten en descalabro porque comprenden rápido que tras ellas existe la misma mala voluntad que en todas. Como decía Habdelhamid en el texto: "Two revolutions took place but we are going backwards, not forward".
En Mada Masr ofrecen hoy un enfoque distinto, pero también unido inseparablemente de la frustración de las oportunidades escamoteadas. Lo titulan "The politics of the personal: January 25 through the lens of depression". Son los efectos sobre la salud mental y la salud a secas de seis años de escamoteo:

“It’s like you died, and God said ‘I will show you heaven’ and then as soon as you put one foot in, he grabs you by the scruff of your neck and takes you to hell. We really saw heaven during the 18 days, and then we went to a terrible reality, worse than where we were before.”
Omar, a leftist involved in politics for nine years and who was dealing with depression, anxiety and hypochondria for about a year and half before the 2011 revolution, was in Tahrir during the 18 days.
He found out about Hosni Mubarak stepping down a couple of hours beforehand and called his therapist asking if it was possible to die from too much happiness.
The enthusiasm stayed for a while after the revolution but with waves of violence, this “broke.”
“Maspero, with army APCS running people over, broke the state of euphoria and feeling of strength and freedom,” Omar recalls. “And then with Mohamed Mahmoud — and the scene of throwing dead bodies into the rubbish — and then the Cabinet clashes.”
In December 2011, there was something else that was “fatal” for Omar. A woman was beaten and her chest stomped on by soldiers during the Cabinet clashes, revealing her blue underwear beneath her abaya. Here what broke him was less the incident than the social reaction: instead of condemning the perpetrators, the more common refrain was, “what made her go there” and of course a fascination with the woman’s blue bra.***


Esa sensación de haber rozado la gloria y encontrarse arrojados en el infierno, refleja de forma muy expresiva lo que muchos sintieron, una sensación que no olvidan. Que los 18 durísimos días de Tahrir se recuerden como "gloria" dice mucho sobre lo ocurrido después, sobre el desengaño.
Las frustraciones se acumulan sobre aquellos que han  tenido esperanzas o que sencillamente no han querido o no han podido asimilar los discursos oficiales. No han querido o sabido aceptar la falsificación orwelliana de la felicidad social. La disociación entre la descripción de la realidad y la realidad misma, entre lo que te cuentan y lo que ves y padeces acaba produciendo esos efectos, Comienzan a padecerse síntomas de la enfermedad de la irreal.
La evocación de los sucesos de represión brutal de Maspero o la imagen traumática del episodio de "la mujer del sujetador azul" no es casual. Son traumas compartidos por las personas que no se han dejado arrastrar por el delirio. Esos episodios pasan a ser cronotopos bajtinianos, momentos epifánicos de negatividad explosiva. Son clavos ardientes cuyo dolor no se mitiga, sino que se intensifica por el papel que se ha representado en ese tiempo, el sentido de indefensión ente la Historia trucada.


El final de las voces frustradas que recoge Egypt Independent habla de ese sentimiento frustrado:

On the anniversary of the 2011 uprising, there are no signs of celebration to mark the uprising against Mubarak in Tahrir Square; instead police tighten security measures forbidding anyone to stay around the square. Additionally, the Saddat metro station leading to the square was closed on Wednesday.
"Of course I feel hopeless and defeated, and it's okay to feel that because our expectations were betrayed. But what is not okay is the detachment we feel, it takes away from the significance of the revolution; its days shook us to our cores and influenced an entire generation," Aziza Taha, political science student at Cairo University said.**

El cierre de la estación Sadat es el indicador de la vida política callejera. Es el único acto que queda para recordar la revolución que allí hubo una revolución. Los islamistas trataron de hacerse con el espacio simbólico de la plaza convirtiéndolo en escenario de sus protestas cuando también fue escenario de sus actos de represión cuando estuvieron en el poder. Pero Tahrir permanecerá siempre como esa imagen de un sacrificio real en beneficio de un sueño. Puedes desalojar a las personas pero no puedes desalojar sus sueños.


Como cada año por estas fechas, muchos egipcios luchan para que los recuerdos de lo vivido no sean sustituidos por los discursos oficiales. Es la batalla más cruenta. En una de estas batallas murió Shaimaa al-Sabbagh tratando de mantener viva la memoria de los muertos con un ramo de flores. Murió de un tiro en la cabeza, a pocos metros. Murió por no aceptar que le administraran sus sueños. Porque, si te fallan los sueños... Y pasó a ser una imagen traumática más en la cadena de frustraciones, pero también nuevos sueños y esperanza, demostración viva. Son esas imágenes las que mantienen a raya el olvido. Descanse en paz y larga vida a su recuerdo. Como la revolución y los que soñaron con ella.


* "25 January Revolution was turning point in Egypt’s history: Al-Sisi" Daily News Egypt 25/'1/2017 http://www.dailynewsegypt.com/2017/01/25/25-january-revolution-turning-point-egypts-history-al-sisi/
** "January 25 turns six: Despair overwhelms in Cairo streets, no signs of celebration" Egypt Independent 25/01/2017 http://www.egyptindependent.com//news/january-25-turns-six-despair-overwhelms-cairo-streets-no-signs-celebration

*** "The politics of the personal: January 25 through the lens of depression" Mada Masr 25/01/2017 http://www.madamasr.com/en/2017/01/25/feature/society/the-politics-of-the-personal-january-25-through-the-lens-of-depression/







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