Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Las
leyes que se proclaman en Egipto muestran siempre la misma cara del dado: la autoritaria.
No se puede decir de otra manera cuando la conclusión a la que todos llegan es
la misma: se trata de silenciar al país. El régimen de El-Sisi no tiene sentido
democrático, palabra que siempre se pospone en beneficio de otras que, de
nuevo, siempre buscan el silencio. "Seguridad", "orden",
"estabilidad", etc. son todos conceptos que en la realidad se
traducen de la misma manera: menos libertades, más silencio.
Egypt
Independent nos trae una escueta noticia, cuyo titular es "Supreme
Judicial Council bans publishing news on judicial affairs, judges on social
media" y que vuelve a la senda del silencio:
The Supreme Council of Judiciary banned on
Monday publishing news related to judicial affairs or judges on all websites
and social media platforms.
In a statement, the council said, “Violating
the ban will lead to notifying investigative authorities if necessary or
applying disciplinary penalties as mentioned in the judicial authority law.”
Meanwhile, the Judges Club, headed by Mohamed
Abdel Mohsen Mansour, welcomed the decision and considered this an important
step that comes to confront a campaign launched against judges.
Mansour approved the decision and stressed that
the constitution bans tackling all judicial affairs. He said that the decision
was a step toward confronting the campaign that judges have been facing.
Speaking to Al-Masry Al-Youm, Mansour said that
the council has the right to notify investigation authorities about any news,
posts or incidents believed to be a violation against judicial affairs. He
added that the council is the one responsible for judicial affairs and that the
club had called for such measures previously.
In related news, Adel al-Shorbagy, first deputy
chief of the council, told Al-Masry Al-Youm that the decision applies to all
news websites, saying that the decision also bans judges from speaking to
media, so long as no reason exists, adding that the judge’s work is limited to
the law.*
Esto se hace en plena crisis del Consejo de Estado, uno de
los pilares del sistema judicial egipcio, debido al escándalo de la corrupción
y el suicidio tras su dimisión y arresto, de uno de sus miembros [ver entrada].
Teniendo en cuenta que todo en Egipto pasa por los jueces,
la medida es grave y condena al silencio a todos. Nadie podrá hablar de los
juicios ni de los jueces. La distinción es importante, sobre todo ahora que se
perciben los nubarrones de juicios complicados.
Sorprende que se diga que los jueces hacen esto para
"protegerse de las campañas contra ellos" y una vez más se diga que
la Constitución lo permite. Una cosa es decretar el secreto de un sumario y
otra decretar que todos los sumarios son secretos y los jueces invisibles y además
deben estar callados, impidiéndoseles hablar con los medios.
El camino elegido por el régimen es del absurdo y solo
demuestra la incapacidad de manejar la realidad y enfadarse mucho porque se lo
digan. ¡El apoyo que se ha ido malgastando en este tiempo!
La medida de silenciar a todos es una confesión de
impotencia. Siguen pensando que la situación egipcia puede mejorar si no se
habla de ella. Esto, como se ha podido comprobar hasta el aburrimiento, es
completamente erróneo y además contraproducente.
Hay una segunda noticia en Egypt Independent que confirma
esta falta de visión, que se convierte de forma retórica en la incomprensión
del mundo —y de los medios de comunicación— ante el camino heroico tomado por
el régimen. Una vez más, la incompetencia se disfraza de heroicidad y los
errores de cumplimiento de un destino incomprendido.
Las declaraciones del presidente, la única voz autorizada, a
un programa de televisión nos muestran cómo se maneja ese lado trágico ante la
sociedad, que debe asumirlo como un gran sacrificio frente al mundo:
Egypt President Abdel Fattah al-Sisi said
Tuesday that the cost of fighting terrorism is “very high,” but that Egyptians
have chosen “the difficult path".
In a phone-in with Amr Adib’s show Kol Youm (Everyday) on a privately owned
satellite channel, Sisi said “I would like to remind you Egyptians and myself
of July 24 (2013) I asked for a mandate from the people to counter terrorism
and would-be violence, and people took to the streets. I was telling the
Egyptians that you will see a huge amount of challenges, not just over one day,
or a month or a year, but over years.”
“In the challenge, there will be a very high
cost, the cost of our sons; then the financial cost, which is a huge cost on
the Egyptian state for 3.5 half years (now), and the size of the challenge that
Egypt is still facing (terrorism) alone,” he continued.
“The difference between normal media coverage
and the estimates of the various state bodies of the size of the challenge was
great,” he said.
Sisi went on that “the size of the challenge
was huge because you chose the difficult path.
And you know that a very big size of losses is a consequence for this
choice, this is what we have seen for three and a half years and we continue to
see this.. And that is because we chose a way opposite to what had been planned
for the Middle East region.”
“Egypt is in a very real war against terrorism
and will not back down, and if it was not for what Egypt has done and continues
to do, terrorism could have flared up even more in the region,” Sisi said.**
La invocación del origen de la violencia del estado en un "mandato
del pueblo" que salió a manifestar su voluntad de que se produjeran las
masacres callejeras es realmente una confesión de esa impotencia y de falta de
argumento, además del decoro. Que un gobernante del siglo XXI salga
públicamente a justificar la violencia del estado como un
"imperativo" del pueblo, que asume respetuosamente no deja de ser una
gran impostura.
En Egipto no se lucha solo contra el terrorismo. En las
cárceles y en la tumbas hay mucha gente que no ha tenido ni tiene nada que ver
con el terrorismo pero a los que se mete en esa categoría para justificar la
violencia que siempre ha permanecido tras el estado desde Nasser, Sadat y
Mubarak, y después con la SCAF y los islamistas de Morsi. Todos han convertido,
con razón o sin ella, a sus contrarios en "terroristas" y han usado
la excepcionalidad para aplicarla a la generalidad y silenciar las protestas
que sus injusticias, sus errores y sus dogmas provocaban. El estado egipcio
siempre ha sido autoritario, desde su origen mismo ha usado la misma retórica de
la fatalidad para justificar su degradación, su incapacidad para hacer un
estado inclusivo al servicio de sus ciudadanos. Por eso, esta retórica del
"camino trágico" choca con noticias como la de la corrupción, que es
el "camino fácil", el que han seguido aquellos que se han beneficiado
de ese silencio para construir sus feudos, sus islas de tranquilidad en medio
de las turbulencias sociales.
Los escándalos de la corrupción —el escándalo del trigo, la
harina y el pan, el del Consejo de Estado, los medicamentos, de las enfermedades
en las que Egipto bate récords mundiales, como la hepatitis-C o la diabetes,
etc. — no tienen que ver con el "terrorismo", pero es lo que
justifica la permanencias de regímenes que siempre han acallado las protestas considerando
criminales a los que denunciaban la desidia, la corrupción, la incompetencia.
Ha sido más cómodo —todos lo han hecho— rodearse de silencio mediante leyes de
excepción —treinta años la de Mubarak— que escuchar los problemas reales de la
gente.
Una vez más, se invocan los desastres de los demás para
justificar los propios. Una vez se habla de conspiraciones para destruir
Egipto, de los intereses del mundo occidental, de los vecinos, etc. para
destruir y de lo heroico de la resistencia. Pero se acerca el aniversario del
25 de enero, de la muerte de Shaimaa al-Sabbagh, muerta de un tiro en la cabeza
por llevar flores a los mártires de la revolución de 2011, personas a las que
la retórica del régimen ya convirtió en "terroristas" para justificar
la dictadura anterior, convertida en paraíso. El propio régimen se metió en un
callejón sin salida al intentar unir las dos "revoluciones", la de
2011 —imperfecta, caótica, desintegradora— con el "golpe de timón" de
2013, la invocada definitivamente como un "mandato" contraterrorista
del pueblo.
La petición de que
salieran a manifestarse se convirtió en una orden ejecutiva y una justificación
de la violencia posterior no solo contra los Hermanos Musulmanes, desalojados
del poder, sino contra todo el que llevara la contraria al régimen. Una vez
más, se aprovechó para hacer limpieza de obstáculos. Todos los apoyos políticos
que tuvo la salida de los islamistas del poder se perdieron en poco tiempo por
las formas violentas de actuar que pronto se volvieron contra todos los
discrepantes. El gobierno se quedó solo y lo achacó a las conspiraciones del
mundo, a los medios de comunicación, etc. Todo el planeta conspiraba contra
Egipto. Y esta sigue siendo la retórica oficial, lo que hay tras las palabras
del presidente Sisi. Nuestro destino, viene a decir, es hacer lo correcto
aunque este camino difícil no sea comprendido por el ingrato mundo en el que
vivimos. Ese es el camino difícil, el compromiso del que ha sido llamado desde
el otro mundo a incumplir su palabra de que no habría un gobierno militar tras
el golpe, tras el "no-coup", el "milagro" de los milagros.
El gobierno se queja de ser incomprendido, de que no se entiende el destino trágico de
Egipto y el sacrifico de sus dirigentes, incluidos los de las maletas llenas de
dólares, que son la élite, incluido el parlamento. Los medios no reflejan la
realidad, nos dice el presidente con frecuencia. Veamos un ejemplo de cómo sí
reflejan la realidad, de cómo le gusta al régimen verse a sí mismo en los
medios. Se trata de un artículo firmado por un panegirista habitual del régimen
cuyo título es ya revelador: "Unprecedented Miracles by an Exceptional
President". El artículo nos da la misma versión que el presidente pero sin
la modestia obligada. Incapaces de enfrentarse a la realidad, los medios afines
repiten a los egipcios la interpretación del cuento de hadas de la fundación
del régimen en el que viven, el surgido del golpe tras el 30 de junio. Se uso
al pueblo por delante para realizar el "milagro" después. Es la forma
de entender la "democracia", a través de la interpretación de una
manifestación. Lo que Tamarod había pedido era la dimisión del presidente Morsi
y la convocatoria de elecciones para cerrar el periodo islamista, absolutamente
nefasto. Pero lo que se le dio fue otra cosa. Esta es la versión beatífica de
los aduladores del régimen. No es un caso excepcional de un baboso profesional,
es la interpretación literal de lo que el régimen piensa y se quiere que piense
de lo ocurrido:
It's the spirit of June 30 that spread into
those great people, turning them into prophet-like creatures able to make
miracles inspired by the heavens.
This was the spirit of great people who rose up
in a rare historical moment in which he decided to make his future, refusing to
be ruled by a treacherous group. The people seized the moment and created the
June 30 miracle.
No one had ever imagined that the Egyptians
would change the face of history, but they managed to, challenging the whole
world.
The beginning was the miracle of June 30, which
was like the Moses’s stick which swallowed the magicians’ snakes leaving the
pharaohs of the world who wanted to make us kneel astonished. Then, the
miracles went on including the construction of the constitution which began
with choosing the Constituent Assembly and the constitutional referendum. Then
came the presidential and parliamentary elections.
The construction phase started with the launch
of the new Suez Canal, which paved the way for the East Port Said giant project
that moved in parallel with Ataka Mountain power station and Al-Galala city
followed by the one and a half million housing units in addition to the
agricultural reform project.
All this was in parallel to fierce fights
against terrorism and conspiracies made by the evil powers around us so that we
are now a modern world in steadfastness and challenge, two flashlight and work
and effort is still ongoing and still miracles in succession.
This was the spirit is the spirit of prophets
supported by heaven, performed miracles on their hands because they have every
right to succeed.
This spirit moved from the Egyptian people into
one of their sons who supported the right, put his soul on his hand, and came
out to announce to the whole world that the abduction of this country is
impossible.
Finally, he responded to the people who asked
him to run for president, he decided to complete his long road to building a
modern civil state.
Over two years, we have fought terrorism and
criminal groups without forgetting the battle for construction, a major battle
fought by a national leader, we celebrate the today's achievements that were
incredible, but the will of the people created miracles.
What has been achieved on the ground opens up
prospects for the future that we have repeatedly dreamt of.***
No es de extrañar que el presidente Sisi entre en shock
cuando se enfrenta a la prensa extranjera. No es de extrañar que se despida o
silencie a los periodistas que le dicen, como hizo una presentadora de
televisión durante un programa, que creen que no está haciendo bien su trabajo. El paso de la adulación a la
crítica no es sencillo cuando uno se considera no como un gobernante
(normalidad) sino como un enviado (excepcionalidad)
El texto en un revelador ejercicio retórico de la mentalidad
que justifica el poder y su brutalidad. Ese Egipto de milagros y profetas no
existe o, para ser más precisos, solo existe en los discursos que camuflan la
dura realidad. Son esos discursos los que muestran la incompatibilidad con un
pensamiento democrático, que acepta críticas y ve las acciones como decisiones
y no como destinos marcados. El destino de Egipto no puede ser construir más
cárceles que escuelas. Sin embargo es la realidad.
La dura realidad es la inflación por encima del 20%, el
hundimiento de la libra egipcia, el rechazo internacional, la falta de
confianza de los inversores, la indefinición en política exterior que ha creado
fisuras con los países que le financia, como Arabia Saudí, la ineficacia del
tramo del Canal (advertida por los especialistas en comercio internacional) y el
hundimiento del país en todos los indicadores sobre Derechos Humanos, además de
en sectores como la educación, la sanidad, etc. por la falta de atención. El
largo etcétera incomodaría al autor del artículo, Abdel Rehim Ali, y a sus
lectores habituales.
El mundo de profetas y mesías, de milagros, mandatos
divinos, del bien y del mal, etc. sencillamente no existe. Lo que Egipto o al
menos una parte de su población pedía en 2011 era precisamente el final del
mundo de los presidentes elegidos por el dedo de Dios, la entrada en una modernidad
que se resiste, cuyos retrasos tienen en el caos a los pueblos árabes,
controlados por minorías respaldadas en la fuerza, favoreciendo con la
incultura, con la eliminación de los críticos, la fuerza de los dogmáticos.
El silencio avanza hasta llegar al silencio total, al
silencio en el que solo se puedan escuchar las pisadas del presidente
recorriendo el largo pasillo egipcio. Nunca el silencio ha solucionado nada,
pero menos cuando trata de encubrir una realidad dolorosa que la mayoría de los
egipcios padecen en su vida cotidiana. Añadido al silencio impuesto, el económico: la caída de la libra ha obligado a subir los precios de los periódicos, tanto por el encarecimiento de las materias como por la caída de la publicidad por el hundimiento de muchas empresas por la crisis económica. Muchos son los caminos del silencio.
No hay milagros, no hay mandato divino, no hay pueblos
elegidos, sino pueblos que eligen o no eligen. No es sorprendente la existencia de esa
casta formada alrededor del poder que acepta y aplaude el mantenimiento de sus
privilegios, surgidos estos de la sumisión y de los negocios fraudulentos, de
los beneficios del roce con el poder que acaban en esas imágenes de maletas
llenas de billetes mientras el resto vive de mendigar subsidios unos y de
aprovecharlos para hacer negocios oscuros otros.
El silencio crece cada día. Se acercan las fechas de enero
que el gobierno teme. Como cada año. Tiene razón el presidente al decir que
Egipto ha escogido el camino difícil. El más difícil, podría decirse. Y el más
inútil porque no llevará a una democracia sino a una situación de conflicto
permanente sin la capacidad de regenerarse por la inexistencia de la crítica,
por la ausencia de libertades. Así el sistema se perpetuará en lo negativo, en su autoritarismo y amparo de la corrupción, y eliminará las posibilidades de regeneración. No se puede construir una casa sólida sobre pilares débiles. Y Egipto trata de hacerlo sobre los mismos pilares una y otra vez.
El régimen se perpetuará con las bendiciones de
muchos.
*
"Supreme Judicial Council bans publishing news on judicial affairs, judges
on social media" Egypt Independent 10/01/2017
http://www.egyptindependent.com//news/supreme-judicial-council-bans-publishing-news-judicial-affairs-judges-social-media
**
"Sisi: Egyptians chose 'the difficult path'" Egypt
Independent10/01/2017
http://www.egyptindependent.com//news/sisi-egyptians-chose-difficult-path
***
"Unprecedented Miracles by an Exceptional President" Albwaba
04/06/2016 http://www.albawabaeg.com/88928
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.