Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La agencia Europa Press nos informa de un incidente educativo en la franja de Gaza. Hay un conflicto sobre la enseñanza de la Historia en las escuelas que las Naciones Unidas gestionan allí. Las autoridades palestinas han pedido a los profesores que no se hable del holocausto judío a los niños. Lo consideran como una provocación inaceptable. Europa Press nos añade que el ministro de Educación de Gaza, Mahamad Ashkuol, ha subrayado que se trata de «una línea roja que no puede ser ignorada»*. También el Ministerio de Cultura se ha expresado en términos similares rechazando la enseñanza.
En Gaza existen más de 200 escuelas gestionadas por la ONU con cerca de 200.000 niños. El sufrimiento que esos niños han conocido en su vida se ve confrontado ahora con un sufrimiento ajeno y supone una prueba por ser el de los enemigos declarados.
La asignatura en la que se ha dado el conflicto es la de Derechos Humanos. Uno de los mayores logros del concepto de “derechos humanos” es precisamente la anulación de las diferencias. Los derechos humanos son “universales” porque no distinguen las circunstancias en que deben ser reconocidos. Por ser universales deben ser defendidos por todos y aplicados a todos. Si no entendemos eso, no entendemos los derechos humanos y lo que significan. Serán una parte retórica de nuestro derecho de queja, justa, pero poco sustancial.
El que hayamos sido víctimas no significa que no podamos ser verdugos y debemos ser capaces de asimilarlo alejando cualquier tentación de purificación. Conocer —o reconocer la existencia— del holocausto judío en la Guerra Mundial no perjudicará a los niños palestinos porque la verdad no te puede perjudicar, aunque te pueda disgustar. Vivir en el engaño puede ser más placentero y útil para algunos, pero lo que hagamos desde el desconocimiento no dejará de aumentar nuestras probabilidades de equivocarnos. El sufrimiento del pueblo judío en el pasado no justifica un ápice el sufrimiento que pudieran llevar a otros hoy. Sí, en cambio, perjudica a quien se empeña en no querer ver lo que ha sucedido. Decía Nietzsche que
El mundo parece […] lleno de «servidores de la verdad», Sin embargo, la virtud de la justicia está raramente presente y es todavía más raro que sea conocida y, casi siempre es mortalmente odiada […] (93)*
Producir generaciones, en cualquier bando, cuya fuerza surja de una ceguera impuesta, de un silencio obligatorio de la Historia, no ayudará a nadie. Hacer justicia con el pasado no significa dejar de aplicarla en el presente. Si la Historia era, como señalaba Cicerón, magistra vitae, el silencio no nos hace aprender nada. Los jóvenes palestinos de la Franja de Gaza no actuarán con más justicia, sino con menos conocimiento. La línea roja es la que marca el límite de la ignorancia.
* “Hamás pide a niños y profesores de escuelas de la ONU en la Franja de Gaza que rechacen la educación sobre el holocausto” http://www.europapress.es/epsocial/noticia-hamas-pide-ninos-profesores-escuelas-onu-franja-gaza-rechacen-educacion-holocausto-20110302072638.html 2/03/2011
** Friedrich Nietzsche (2000): Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida. Edaf, Madrid.
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