Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿Por qué
a los dictadores y figuras autocráticas que rozan la inclusión en la categoría les da por hacer
cosas tan raras? Probablemente no
todos actúen con los mismos objetivos y exista una diversidad en la rareza.
Pero creo que sí existe un cierto perfil, una forma de actuar común en ellos.
La
noticia de que Nicolás Maduro vuelve a trasladar la Navidad al uno de octubre,
no deja de sorprendernos pese a los aplausos entusiastas de algunos de los
"aplaudidores" oficiales que nos muestran en el reportaje de RTVE.es,
con la acosada periodista Almudena Ariza, culpable de horrorizarse por el
genocidio en Palestina. Nuestra solidaridad desde aquí para ella.
Ariza,
de horror en horror, está ahora en la Venezuela de Maduro, en la que este
vuelve a pisotear el calendario e invertir sus efectos. En la sinopsis de la
información se nos detalla:
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado este lunes el adelanto de las fiestas navideñas en el país, que, según ha avanzado, darán inicio por "decreto" el próximo 1 de octubre, en medio de la tensión entre Caracas y Washington por el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, próximas al país suramericano. "Vamos a aplicar la fórmula de otros años, que nos ha ido muy bien, para la economía, para la cultura, para la alegría, la felicidad, y vamos a decretar (que) desde el 1 de octubre arranca la Navidad en Venezuela otra vez, este año también", ha afirmado el gobernante en su programa semanal 'Con Maduro +', transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV A juicio del jefe de Estado, anticipar las fiestas de diciembre es una forma de "defender" el "derecho a la felicidad, a la alegría".*
La noticia tiene dos aspectos notables. El primero de ello es que Maduro asume un control sin límites del calendario, es decir, el calendario no es independiente sino que está al servicio de lo que se quiera lograr. Lleva la navidad al 1 de octubre como podría llevar el verano al principio del invierno y obligar a bañarse con una sonrisa de felicidad por fría que pueda estar el agua. Afortunadamente, la posición geográfica de Venezuela salva del peligro de excesivos contrastes atmosféricos. Pero esto no anula el hecho.
En este primer aspecto, Nicolás Maduro no es muy diferente de otros mandones repartidos por el globo. Sus ideas son su voluntad y su voluntad pasa a ser la de todos. Vuelvo a la imagen citada, la de los aplaudidores entusiastas que celebran sus palabras como llegadas directamente del cielo. Maduro demuestra que ni Trump (¡otro que tal baila!) ni el calendario ni la Iglesia Católica, que se opone a estos descreídos cambios, pueden frenarlo. ¡El día en que Trump sea nombrado Papa, veremos qué ocurre!
Pero si los mandones suelen compartir perfil y estilo, es el segundo punto el que me parece relevante por lo que tiene de modernidad. Me refiero a la inversión entre causas y efectos, es decir, si la Navidad supone felicidad, ¿por qué no podemos ser felices en cualquier momento o, si las extendemos, siempre?
Los dictadores ya no recurren a los teóricos políticos, sino a los publicitarios, que son los que gobiernan el mundo, los que mejor nos conocen y los que son capaces de crearnos necesidades que nos vuelvan infelices hasta que deciden darnos lo que nos falta y hacernos felices de nuevo. Recordemos que en España, aunque sea otro el móvil hay lugares que celebra el "fin de año" el día antes. El motivo es sencillo: el consumo.
Para Maduro y sus teóricos, es la navidad la que trae la felicidad y está no es más que la reactivación incontrolada del consumo. Para el presidente de los venezolanos hay dos momentos de auténtica felicidad. El primero es escucharlo; el segundo obedecerlo, asumir la ficción navideña con todo lo que implica: felicitaciones, consumo, encuentros, consumo, canciones, consumo, alegría, consumo... Todo esto es bueno para las personas, que son felices, y para el mercado, que se reactiva. Es sencillo. Basta con invertir la dirección y empezar la casa por el tejado. Todo se llena de eso que llamamos "espíritu navideño" por decreto y se olvida la miseria, la protesta, el exilio... todo eso que no tiene hueco en los corazones durante las navidades. Es un desahucio de la tristeza.
La cuestión es, si en paralelo, no se le estén ocurriendo al inquilino de la Casa Blanca ideas similares. Frente a las protestas, montar un "4 de julio" en cualquier fecha del año. ¡A lo mejor le funciona!
*
"Maduro vuelve a adelantar la Navidad en Venezuela al 1 de octubre"
RTV Play diario 24
10/09/2025https://www.rtve.es/play/videos/diario-24/maduro-vuelve-adelantar-navidad-venezuela-1-octubre/16723148/




No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.