Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Puede
que haya una gran movida en Estados Unidos, en lo0s bastiones demócratas,
lugares que han mostrado su resistencia y solidaridad ante las amenazas del
presidente Trump. Estas amenazas se fundan en la descripción inicial de un
estado casi apocalíptico, incontrolado, que requiero de la intervención de
fuerzas externas a las ciudades, como el mismo ejército o la Guardia Nacional.
Esta
vez la amenaza se cierne sobre una ciudad importante, como es Chicago. La
posibilidad de que la ciudad sea tomada por las fuerzas militares y se
produzcan deportaciones masivas de sus habitantes es tomada muy en serio por
sus autoridades locales y por otras instituciones.
En
Independent en español se recogen las medidas preventivas que recomiendan a los
ciudadanos:
El reverendo Marshall Hatch instó a los feligreses de una destacada iglesia afroamericana en el lado oeste de Chicago a portar identificación, mantenerse conectados con la familia y protestar en un momento que la ciudad se prepara para una esperada intervención federal.
"Necesitan empezar a decirle a la gente dónde están, para que no desaparezcan", dijo Hatch durante los servicios del domingo en la Iglesia Bautista Misionera New Mount Pilgrim. "No vamos a desesperarnos. No vamos a sentirnos amenazados. No vamos a rendirnos ni a ceder ante el fascismo y el autoritarismo".
Al tiempo que Chicago se prepara para
una represión de la aplicación de la ley de inmigración y un posible despliegue
de la Guardia Nacional, las iglesias de toda la ciudad intensificaron su
respuesta desde el púlpito. Algunas trabajaron para calmar los temores sobre la
detención y deportación, y otras abordaron la posibilidad inminente de más
presencia policial en las calles de la tercera ciudad más grande del país.
El presidente Donald Trump ha amenazado con una intervención federal en bastiones demócratas, advirtiendo recientemente que se podría usar una fuerza apocalíptica en Chicago para combatir el crimen y aumentar las deportaciones. Ha citado repetidamente los planes esperados ante las feroces objeciones de las autoridades locales y muchos residentes que lo consideran innecesario e indeseado.*.
La situación, como puede apreciarse, está en su límite crítico, donde la intervención de las fuerzas federales sobre las locales puede llevar a acciones y resistencia con uso de la fuerza.
Advertir a los ciudadanos de orígenes diversos que lleven su documentación encima o que estén siempre localizados es un intento de evitar algo que se ha estado produciendo hasta el momento con la administración Trump en el poder. Los ciudadanos pueden "desaparecer" y reaparecer después fuera del país, en cualquier lugar al que sean deportados. De ahí las recomendaciones de estar documentados y localizados.
Las llamadas a la resistencia son la manifestación de una voluntad opositora clara. Chicago, dicen, no está dispuesta a perder su población a manos del trumpismo, como parte de la guerra declarada contra los demócratas y los que son considerados una especie de "plaga" responsable de todos los males de Estados Unidos, los migrantes.
Las amenazas de Trump son tomadas en serio y ponen a prueba los sistemas jurídicos y los derechos de las personas, que son vulnerados por una política de hechos consumados. Para Trump es la fuerza la que actúa tras sus estimaciones de "peligros".
Esta vez, el Departamento de Seguridad Nacional planea usar una base militar al norte de la ciudad y ha alertado a las autoridades de otro suburbio que usarán un centro federal de procesamiento de inmigración allí para una operación que potencialmente durará 45 días. Por su parte, Trump ha advertido que podría enviar tropas de la Guardia Nacional a Nueva Orleans antes que a Chicago.
Trump ya ha desplegado la Guardia Nacional en Los Ángeles y Washington, D.C., donde también ha federalizado la fuerza policial. Un juez federal ha dictaminado que el despliegue en Los Ángeles es ilegal.*
Resulta
difícil asociar todo esto con la idea de los Estados Unidos convertido en un
estado policial autoritario bajo la dirección de Trump. La invocación constante
de la excepcionalidad de las situaciones y la aplicación de leyes de urgencia,
muchas veces olvidadas en el tiempo que resurgen ahora como amenazas
constantes. La criminalización de los migrantes, transformados por Trump en delincuentes
simplemente por su origen, adquiere nuevos tintes ante la "toma" de
las ciudades por parte de las fuerzas federales.
Es una medida autoritaria más como lo puedan ser los aranceles de "castigo" o el bombardeo de lanchas en los que no se da opción a juicio alguno. Trump decide como juez y actúa como verdugo. Ha usado en su cuenta de la red social propia una frase de la película "Apocalypse Now!" para mostrar su visión de lo que está creando. ¿Infantilismo, sadismo, narcisismo...? Probablemente una mezcla de todo ello, algo que sale a la luz sin embargo alguno.
Su
vicepresidente JD Vance sigue sus pasos y justifica el uso de la fuerza diciendo
que "le importa una mierda" cómo se llame a lo que están haciendo. Es
la continuidad con Trump mediante la que ya apuestan los candidatos a sucederle
en el caso dudoso de que no quiera pisotear más normas y trate de continuar en el
cargo.
Declarando
como "antiamericanos" a los que se les oponen; invadiendo las
competencias locales; enviando fuerzas militares a las ciudades, etc., ¿Cómo y cuándo va a recuperarse Estados Unidos de todo
esto?
Veremos qué ocurre con Chicago en los próximos días.
*
Sophia Tareen "Iglesias de Chicago piden resistencia pacífica ante posible
intervención federal" Independent en español 7/09/2025
https://www.independentespanol.com/noticias/america-latina/iglesias-de-chicago-piden-resistencia-pacifica-ante-posible-intervencion-federal-b2821908.html






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