Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Aumenta
en España la violencia y su efecto intimidatorio hacia diversas causas. A esa
violencia que hace que dos personas se disparen tras una discusión por una
plaza de aparcamiento o situaciones similares de estallidos circunstanciales,
hay que sumar otra, la dirigida contra causas sociales, hacia activistas que se
ven atacados por su forma de pensar o defensas de causas a las que otros se
oponen.
En
20minutos se recogen unos cuantos casos de agresiones, quemas de coches, etc.
con el titular "Agresiones, ataques incendiarios e insultos, los
ecologistas se sienten más en la diana que nunca: "Me niego a tener
miedo"", firmada por Pablo Rodero el último día de agosto. Esta vez
el objeto de los ataques son los ecologistas, cuyos programas y objetivos son
elegidos para practicar esa violencia creciente.
En el
texto se recogen los testimonios de agredidos, de víctimas de esta creciente
forma de plantearse la vida pública. Tras citar uno de los casos ocurrido, el
de Adolfo Rodríguez en 2024, se señala:
Agresiones como la sufrida por Rodríguez son algo cada
vez más habitual, según denunció la organización Ecologistas en Acción mediante
un comunicado público el pasado 18 de julio, en el que defendían que “la causa
de la escalada de este tipo de violencia pueda encontrarse en el avance
de las ultraderechas xenófobas, misóginas y antiecologistas”.
En la larga trayectoria activista de Rodríguez en la
sierra de Madrid, él y sus compañeros de grupo ecologista han parado numerosos
proyectos de desarrollo urbanístico y han impedido lucrativos negocios lo que
les ha costado no pocos conflictos con otros vecinos del pueblo. El propio
Rodríguez, que fue concejal durante una legislatura, sufrió numerosas amenazas
verbales y es un personaje bien conocido en el pueblo. Desde hace unos cuatro
años, asegura el ecologista, los niveles de violencia han alcanzado cotas
impensables.*
La conexión de la ultraderecha y sus tres fobias principales con los "negocios urbanísticos" y la especulación es una cuestión compleja, pero no por ello irreal, generando un tipo específico y creciente de violencia.
Ese trío de fobias —la xenofobia y el racismo, la misoginia y contra el ecologismo— forma el "pack" ideológico que le sirve para la captación de un tipo de gente que identifica todo ello bajo una extraña etiqueta, la de un "patriotismo" retrógrado, desfasado y ultra.
Esta trilogía del odio se reviste de extrañas motivaciones que no solo contemplan el uso de la violencia como un acto "heroico", sino que se va extendiendo como un reguero entre aquellos que desconocen la historia española y son fácilmente seducidos por la violencia. El ejemplo de lo ocurrido en Torre Pacheco, la idea de "cacería" ilustra con claridad el funcionamiento.
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| 13 de julio 2025 |
Con la xenofobia y el racismo se crea una imagen mitificada de la "pureza española" frente a la "contaminación" exterior, que ignora que España es históricamente el resultado de todo tipo de mezclas desde sus inicios, de Roma a Al-Ándalus pasando por los que llegaron del Norte. El mito de la raza "pura" no es más que una caricatura de la pureza germánica que dio lugar a exterminios y guerras para conquistar lo que su superioridad les daba "derecho".
La mala copia de lo peor que se está gestando en los Estados Unidos de Donald Trump incentiva este tipo de fobias, en las que un falso patriotismo hace un uso folclórico de la idea de España para justificar ataques a todos los que llegan de fuera, que no sean turistas.
Hemos insistido aquí en la idea de que no debemos renunciar a un verdadero patriotismo evitando que manipulen símbolos e ideas que la ultraderecha considera propiedad. A esta distorsionada, violenta y caduca idea de España hay que contestar con una España civilizada, abierta, dialogante y plural. Esto no es "debilidad" ni "retroceso", sino un futuro posible y real.
Otra fobia que se cita es la "misoginia". De nuevo una idea contra el tiempo y la historia, algo que trata de atacar la idea de la igualdad de género. La reunión de Vox estos días ha sido reveladora por la claridad con que se ha expuesto su fobia misógina: no existe la violencia contra la mujer, es un invento, ideología, para justificar la verdadera violencia, con la que la mujer trata de justificar su ataque al orden natural y divino, la superioridad del varón.
De nuevo, la idea llega desde los Estados Unidos de Donald Trump. El machismo siempre ha sido una idea presente en España, con una estructura patriarcal con el refuerzo social y religioso. Pero esto era visto como una forma de atraso, algo que era necesario cambiar. Cuanto más crece la idea de igualdad, más crece la violencia contra las mujeres.
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| 26 de agosto 2025 |
Vox va a celebrar en el Congreso de los Diputados una actividad en la que se parte del principio de que las denuncias por violencia son "falsas" y que todo se trata de "ideología de género". La presentación de esta actividad ha generado todo tipo de condenas y respuestas con datos en la mano. Las muertes que se producen no tienen nada de "falso"; cada cadáver tiene su nombre y apellidos. No hay nada de ideología, a no ser la machista. De nuevo, la ultraderecha camina sobre caminos trillados del pasado, intentado crear la idea de la falsedad de la violencia y de que con la "autoridad masculina" esto no pasaba y las familias eran como "Dios quería", ajustadas al orden natural.
El tercer elemento, el anti ecologismo, es más complejo y se une a intereses económicos subyacentes. El capitalismo inmobiliario, por llamarlo de alguna manera, necesita que le quiten los obstáculos para encontrar terrenos libres sobre los que se puedan asentar sus negocios especulativos. Los ataques a los que tratan de impedirlos son una mezcla de ideología y negocios. La ultraderecha sabe que puede usar el anti ecologismo si lo presenta como algo que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos al restringir las posibilidades de construcción. Lo ocurrido con la dana valenciana es bastante ilustrativo: una parte importante de los daños y muertes se han debido —los especialistas están de acuerdo—a construir donde no se debe. Convencer a los vecinos de que el ecologismo les impide lograr ingresos por el turismo, que la "tierra verde" es un "problema" para ellos, convierte automáticamente en enemigos a los ecologistas y dirige contra ellos el odio primero y la violencia después, tal como se nos cuenta en el artículo citado al inicio.
Esta trilogía de las fobias de la ultraderecha está funcionando en diversos países, entre ellos España, rentabilizándolo en las urnas. Pero es sobre todo el aumento de la violencia como arma, especialmente directa en el racismo y el ecologismo, e indirecta en el negacionismo de la violencia de género, que crea la violencia doble de la desprotección y del silencio, que se añade a la violencia directa sobre las mujeres.
Todas estas formas de violencia están creando una realidad española poco democrática, poco dialogante, que dificulta la convivencia. Un día son los ataques a inmigrantes, otros coches quemados o ataques físicos a ecologistas; el acto de Vox en el Congreso es una violencia contra todas las mujeres, a las que se les niega su condición de "victimas" y se retrocedes hacia una situación más de más poder patriarcal.
Desgraciadamente, estas violencias se intensifican, crecen cada día por más que se nieguen. Hay que combatir que esto, en cualquiera de sus variantes, se convierta en bandera patriótica. No hay que renunciar a una idea de España distinta, hacia el futuro y no hacia un pasado oscuro.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de contestar todos estos discursos. El silencio les favorece, les hace crecer y hacerse con la calle.
* Pablo
Rodero "Agresiones, ataques incendiarios e insultos, los ecologistas se
sienten más en la diana que nunca: "Me niego a tener miedo" 20minutos
31/08/2025
https://www.20minutos.es/nacional/agresiones-ataques-incendiarios-e-insultos-ecologistas-sienten-diana-nunca-me-niego-miedo_6240301_0.html






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