viernes, 9 de febrero de 2024

Otra vez contra los libros

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hay diferentes focos de conflicto repartidos por nuestro mundo occidental. La violencia es de muchos tipos y en la noticia que RTVE.es selecciona de la AFP francesa esta vez las víctimas son los libros. Es un tipo de violencia muy específica, característica de momentos en los que la intransigencia, el odio, se ha dirigido hacia determinados focos. Lo característico de los ataques a los libros es que solían ser una respuesta censora del poder hacia la discrepancia. Era la Iglesia la que quemaba los libros considerados heréticos en la edad media, la que los regulaba; fueron los nazis los que quemaban libros considerados "decadentes" en cualquier versión.

El libro se veía entonces como una herramienta de libertad, como un vehículo de ideas para luchar contra el poder autoritario. El libro se veía como depósito de libertades. La culminación de este proceso nos lo dio Ray Bradbury en su obra Fahrenheit 451. En la sociedad a la que Bradbury dio forma, basada en su propio tiempo, el libro es el "enemigo" absoluto, aquello que se opone a la inmovilidad de la mente, al pensamiento único creado por los estados totalitarios.

Hoy nos parece que toda esta jerga no tiene sentido. Sin embargo es el regreso de la intransigencia, la polarización, el odio sistematizado. La noticia que nos llega de Alemania nos hace ver que no ha desaparecido el problema, sino que se ha transformado. Si Orwell, Bradbury y otros mostraban el poder autoritario de los estados, el problema se plantea hoy en los estados liberales en los que vuelven a surgir las fuerzas de la intransigencia. No cuenta la noticia de la APF: 

Libros pintarrajeados y destrozados, mensajes políticos garabateados en sus páginas: las pruebas de una presunta ola de vandalismo de extrema derecha en una biblioteca municipal de Berlín cubren una mesa entera. "La primera reacción fue de confusión, luego de indignación, cuando nos dimos cuenta de lo que había ocurrido aquí", dijo a la AFP Boryano Rickum, bibliotecario jefe del distrito de Tempelhof-Schoeneberg. El incidente, obra de un solo sospechoso, no fue sin embargo un caso aislado. Se cree que la biblioteca de la Universidad Técnica de Berlín también ha sido objeto de actos vandálicos de extrema derecha, mientras que en otros lugares los extremistas se han colado en actos y han amenazado al personal.

Los casos ilustran lo que los activistas llaman una "lucha cultural" a medida que las ideas extremistas ganan adeptos y la extrema derecha sube en las encuestas. El aumento de la amenaza ha impulsado los esfuerzos para armar mejor los espacios públicos contra los ataques y protegerlos como espacios de diálogo. El personal de la biblioteca de la acomodada Tempelhof-Schoenberg estaba acostumbrado a encontrar alguna esvástica garabateada, pero el vandalismo cruzó la línea, dijo Rickum. Destruir libros equivale, en su opinión, a un "ataque a la democracia".* 

¿Qué está fallando para que las viejas tendencias autoritarias, las viejas prácticas de la intransigencia, vuelvan a tomar forma, a plasmarse en esas y otras iniciativas en nuestras democracias? Indudablemente existen al menos dos factores claros: 1) la democracia no está solucionando los problemas como debe ni estamos educando en sus valores de forma adecuada, y 2) los extremismos, especialmente, los de corte nacional populista, disponen de armas retóricas y comunicativas para ofrecerse como alternativas a los fallos del punto primero. 

La idea del "realidad alternativa", propuesta curiosamente desde los conservadores republicanos norteamericanos, abre las puertas al negacionismo: la historia es una falsificación y ellos la van a reescribir: Hitler era buena persona. Todo es una conspiración contra ellos, que llevaron a Alemania a la "gloria".

En el texto de APF se señala:

Los temas tratados en los libros daban indicios de la posible motivación: la historia del feminismo, análisis críticos de grupos de extrema derecha y autobiografías de destacados políticos verdes. "Tuvimos que suponer que se trataba de un intento de impedir un debate crítico sobre la extrema derecha y el nacionalsocialismo", dijo Rickum. Los actos de violencia contra los libros tienen una resonancia especial en Alemania, donde los nazis, que gobernaron hasta 1945, quemaban ceremonialmente las publicaciones que consideraban subversivas o desviadas. Los actos de censura radical se conmemoran en el centro de Berlín, en la Bebelplatz, lugar donde se realizó una hoguera de este tipo en la década de 1930.

En los últimos tiempos, muchas instituciones culturales han tenido encontronazos con extremistas, dijo Bianca Klose, de MBR, un grupo asesor que ofrece ayuda para hacer frente a la extrema derecha. "Pero ahora nos hemos dado cuenta de que, en particular las bibliotecas públicas, están notando cada vez más una supuesta lucha cultural de la derecha", dijo Klose. Al dirigirse a las bibliotecas, "la extrema derecha intenta cambiar los límites de lo que se puede decir", según Klose, cuya organización publicó el año pasado un folleto con consejos para bibliotecarios. La publicación detalla enfrentamientos con la extrema derecha, como las amenazas proferidas el año pasado contra una lectura para niños a cargo de dos drag queens en una biblioteca de Múnich.* 


Los ataques a los libros muestran el deseo de destruir la diversidad del pensamiento, un deseo que tiende al pensamiento único. Ha pasado un tiempo desde el periodo del nazismo en el poder. Parece que se mantienen sus ideas, renovadas con nuevas adecuaciones a las crisis del momento (como es el caso del feminismo). Se muestra aquello que puede atraer a través de una retórica envolvente, que se hace con las frustraciones sociales y personales.

Hemos visto aquí en varias ocasiones ya ese dato que nos dice el recelo de los jóvenes hacia la democracia y la creciente atracción por las fórmulas autoritarias. Es ahí donde se hace necesario trabajar. No basta con vivir en un sistema democrático, elegir y ser elegidos. Es necesario mostrar y demostrar que la democracia funciona, que es diálogo y eficacia. La corrupción, el narcisismo, la polarización política, la retórica del grito, la falta de diálogo creciente, etc. son síntomas de que algo está fallando, algo que los autoritarios aprovechan para demostrar que no le tienen miedo al sistema. Es muy preocupante el atractivo de la violencia y el autoritarismo para los jóvenes.

Los libros no solo tienen conocimiento sino que son un símbolo. Destruirlos, marcarlos con esvásticas y demás signos autoritarios, es una forma de salir de las catacumbas y lanzarse a conseguir cada vez parcelas más amplias de poder desde las cuales poder controlar el mundo. Lo hemos visto, curiosamente, en los Estados Unidos, que es hoy el foco de todas estas tendencias retrógradas. Allí hay estados en los que la guerra de los libros es un hecho, logrando sacar los libros molestos de los estantes y haciéndolos desaparecer de la vista.  Los libros son la memoria, las bibliotecas espacios en los que almacena.

Hay demasiadas evidencias de todo esto como para ignorarlas. Como suele ocurrir, cuando nos demos cuenta será demasiado tarde. Esto compete a la propia configuración de nuestras sociedades, a cómo las percibimos. Nuestras debilidades son la fortaleza de los que quieren cambiarlas y hacerlas a su imagen y semejanza autoritarias.

He visto aplaudir la desaparición de los libros en papel, ignorando las especiales relaciones que los lectores mantienen con ellos, lo que suponen para la construcción de la individualidad y la conciencia. Pero creo que no han leído mucho, incluido Fahrenheit 451. El libro es algo más que un objeto que ocupa espacio aprovechable. Los ataques contra su materialidad lo son también para sus ideas, que son las nuestras o deberían serlo.

Ataque, censuras, etc. nos llevan siempre al problema de pensar que la democracia se sostiene sola. La fuerza de una democracia es la de las ideas que la sostienen y esas dependen de nosotros, de nuestra voluntad. Lo que ocurre en Alemania o aquí, en Estados Unidos, etc. tiene consecuencias y marca el principio de una pérdida.

* "Las bibliotecas alemanas se defienden de los ataques de la extrema derecha" RTVE.es / AFP 8/02/2024  https://www.rtve.es/noticias/

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