viernes, 8 de septiembre de 2023

La alerta del Fiscal general

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Evidentemente, algo no funciona. Esta sencilla observación se vuelve compleja en un sistema en el que se niega todo y mantiene una sonrisa artificial ante cualquier circunstancia negativa El político de cualquier signo vende eficacia y resultados; cuando se produce un error o no se obtiene lo esperado, los diferentes mecanismos de negación se ponen en marcha.

En RTVE.es se nos dice sin florituras: "La Fiscalía alerta de un "preocupante" aumento, del 45%, de las agresiones sexuales de menores en 2022"*. El tema lo hemos ido tratando aquí en diversas ocasiones, al hilo de los caso. Hemos mostrado nuestra preocupación por el aumento y nuestra extrañeza ante la ausencia de respuestas o la extravagancia de algunas de ellas.

La insistencia política de una serie de grupos y partido en la inexistencia de la violencia de género es parte evidente de la cuestión como fondo o marco. Su conversión en motivo de polémica y la ausencia de unanimidad en el rechazo, tal como debería ser hacen que el problema no solo no se soluciones, sino que no se plantee como una cuestión social, sino como conductas particulares.


Los centros escolares se dedican a negar la violencia y cuando esta se produce critican la ausencia de medios, justificando su inoperancia. Nuestra "tecnificación de los problemas" hace que estos se vean como cuestión de otros, de los expertos, de tal forma que se genera una cadena de ausencias: los maestros echan de menos a los psicólogos, los psicólogos reclaman más medios y más personal, la administración reclama más financiación para desarrollar las políticas adecuadas, etc. Todo ello acaba chocando con las luchas políticas que la administración central echa en cara a las locales, que, dice, tiene las competencias en educación. Unos por otros no encontramos con ese preocupante problema real, que se junta a otros, como los suicidios juveniles, ante el que existe las dos tendencias: crecimiento e inoperancia. Hemos generado un sistema político administrativo basado en la ausencia de responsabilidad ante los problemas reales de la sociedad y la sociedad se mueve entre la queja y distracción. El problema siempre lo tiene que resolver otro y ese "otro" se desplaza hasta el olvido o el aburrimiento.

En esta línea, en RTVE.es se señala:

La Fiscalía General del Estado ha denunciado un "notabilísimo y preocupante ascenso" de las agresiones sexuales cometidas por menores de edad en su memoria anual relativa a 2022: el ministerio público investigó 974 casos frente a los 668 registrados en 2021, lo que supone un aumento del 45,8%.

Las investigaciones abiertas por agresiones sexuales con autores menores han aumentado un 116% desde el año 2017 con crecimientos anuales desde esa fecha. Solo en 2022 se investigaron 1.973 abusos sexuales cometidos por menores de 18 años, un 0,81% más que el año anterior, según la Memoria presentada al inicio del año judicial por el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz.

Según la memoria del Ministerio Público, las causas que explican este "auge" son "complejas" y que son diversos los factores que llevan a los menores a "realizar conductas sexuales virulentas".*


Que las instituciones "avisen" pero no resuelvan se está convirtiendo en un modo de acción. De esta forma, se lleva la contabilidad de los casos, pero no hay profundización en las causas y, por ello, tampoco en los remedios o soluciones.

En lo que me toca como profesor universitario lamento que el sistema de meritoriaje nos aleje en gran medida de los problemas reales de la sociedad. En Ciencias Sociales y Humanidades, la comunicación "entre pares" debería ser solo una parte. El efecto de esto es que se han cortado los vínculos con una sociedad que necesita de análisis crítico y de formación. Pero el sentido de lo que debería ser una universidad hoy se ha desvirtuado hasta convertirse en una forma de acceso a titulaciones y a categorías. A nadie le importa la realidad y su problemática. Si se realizan proyectos de investigación, se centran en otras cosas menos problemáticas y, sobre todo, preocupados por ser citados por los compañeros (otro mérito) nos olvidamos de nuestra función social, de la utilidad de lo que investigamos para tener una sociedad mejor. Pero este cutre modelo neoliberal ha acabado silenciando a la universidad y a que nada de lo que hacemos llegue a esta sociedad trivial del entretenimiento.

Hay un serio problema social. Lo hemos dicho. Estos violadores infantiles y juveniles serán los maltratadores del futuro. Los malos ejemplos se difunden y acaban calando. El factor imitación con unos medios que buscan la espectacularidad para atraer la atención no hace sino aumentar el número de casos. Así, de la "manada" pasamos a estas "manadas infantiles" que han aprendido que se puede hacer todo hasta determinada edad porque no hay castigo.


El maltrato no es solo algo que se da en una pareja. Es un comportamiento que se aprende en las familias y que se mantiene como norma a lo largo de la vida con los estallidos que las circunstancias causan. Los sistemas que deberían prevenirlo fallan como es claro ante los hechos y ante los informes.

En el del Fiscal General del Estado se señala:

Destaca entre ellas la carencia de una adecuada formación en materia ético-sexual y el visionado "inapropiado y precoz" de pornografía violenta: ambos factores conducen a una "trivialización de su concepto de las relaciones sexuales normales".*

Es la "explicación estándar", la que no sirve de nada. Pero se ignoran los factores de transmisión grupales y su papel en infancia y adolescencia. No hace falta que todos lo vea, basta con que uno lo proponga y convenza a los que son fáciles de convencer.

Cuando salimos a la calle vemos a niños con móviles y a bebés a los que se les dan teléfonos para que jueguen con ellos. Tener un teléfono en la mano es la forma en la que los padres han conseguido que los niños les dejen tranquilos para consultar sus propios teléfonos. ¿Se ocupan de lo que ven? Lo dudo.

En la "era del acceso" no hay limitaciones. La limitación es un freno a ese desarrollo que nadie quiere porque es el negocio de muchos. De esta forma, se van responsabilizando unos a otros, entre familias, escuelas y administraciones, sin que nadie vaya derecho a un problema. Para lo malo, esgrimir las libertades siempre funciona. 

No se trata solo de la "trivialización de su concepto de las relaciones sexuales normales". A lo mejor el problema está en la inexistencia de esa "normalidad" sexual, que ¿quién define? Las relaciones sexuales dependen en gran medida de la propia concepción del otro, de cómo se le percibe. Volvemos al origen: un concepto de educación que ha sido "tecnificado" convirtiéndolo en cosa de expertos, de la escuela. Tú mandas un niño o niña a la escuela y esta te devuelve una "persona normal". ¿Funciona así?

Nos "educamos" con todo lo que nos rodea y lo que nos rodea es violencia, disputa, enfrentamiento, falta de respeto al otro, cosificación de las personas, sexualización como forma de atracción comercial... ¿Por qué solo el porno duro y no la MTV con sus vídeos sexualizados?

La violencia suele ser una respuesta a la violencia. Es a esa violencia que se adquiere desde el entorno y desde la percepción de lo que te espera fuera, en el futuro. Violencia es la explotación laboral, es la presión sobre los estudios que realizas; violencia es no poder emanciparte... Tenemos que dejar de tener una visión efecto-causa de la violencia y adquirir un enfoque más sistémico, de conjunto, de suma de causas y diversidad de efectos.

No se debe separar la violencia sexual de la violencia de género; no se deben separar de la violencia que supone el suicidio, al que se contempla como un "problema psicológico" y no como una respuesta desesperada ante la violencia del entorno. Esa violencia lleva a la autodestrucción o se vuelve llena de ira a destrozar escaparates y coche, a prende fuego a las calles o se dirige hacia las mujeres en cualquier edad.

Hay una pérdida de la inocencia que se va adelantando porque no se dota a las personas de principios sólidos. El aumento del racismo, de la discriminación, de la explotación, de la violencia de género... son indicadores claros de la ausencia del respeto al otro, de la elevación de la idea de que el más fuerte se lleva todo.

Quienes deben enseñarles muestran lo contrario; de los padres que dejan a los niños solos en un coche mientras beben en un bar a los profesores que se desentienden que son personas aquellos a los que enseñan. El énfasis en que "aprender" es absorber lo que hay en los libros no impide comprender que estamos aprendiendo siempre, que los malos ejemplos son los que nos enseñan a movernos en una sociedad en la que cada vez son más.

Ahora la Fiscalía General avisa, da datos. Pero ¿ a quiénes? ¿Cree alguien que este incremento se para solo?

 

* "La Fiscalía alerta de un "preocupante" aumento, del 45%, de las agresiones sexuales de menores en 2022" RTVE es 7/09/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230907/memoria-fiscalia-2022-aumento-agresiones-sexuales-menores/2455399.shtml

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