Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ayer
recogíamos aquí el informe del Fiscal General del Estado sobre el preocupante
aumento de agresiones y delitos sexuales entre la juventud y el descenso de la
edad en que estos se producen. Machismo infantil y juvenil en un patriarcado de
menores que muestra que los males se transmiten ante la inoperancia cuando no
la indiferencia de esos adultos que creen
que los niños siguen prefiriendo Bambi
antes que Insidius.
Esta vez, pasadas pocas horas, nos llegan una noticia a través del diario El Mundo con el titular "La Universidad de la Rioja abre un expediente informativo por los mensajes machistas en un grupo de whatsapp", dando entrada al texto que adjuntamos y a un vídeo en el que se nos dan los ejemplos del chat y algunos comentarios de alumnos. El texto de la noticia es el siguiente:
La Universidad de La Rioja abrió ayer un expediente informativo después de que se hicieran públicos por la Cadena SER los mensajes de un grupo privado de Whatsapp de estudiantes de primero y segundo del grado de Educación Primaria de la Universidad de La Rioja. En él se podían leer expresiones como «muy putas», «buenorras» o «quesito de cabra», en referencia a las nuevas alumnas de la universidad, y también circulaban fotos de éstas obtenidas a través de sus perfiles en las redes sociales. El rector, Juan Carlos Ayala, calificó estos mensajes como «repugnantes» e «impropios de jóvenes y de los valores que deben promoverse en nuestra sociedad» y enfatizó el compromiso de la universidad contra «la aparente normalización social de este tipo de expresiones denigrantes».*
Pero lo
que no he visto resaltado es lo más grave: es un chat de alumnos de Magisterio, es decir, son los futuros
educadores de los que vayan llegando. Esto no hace sino confirma parte de lo
que decíamos ayer. Es algo más que el acceso a la pornografía; es una forma de
interacción social en el que la iniciativa individual malsana acaba teniendo
más fuerza que la institucional positiva, que se diluye ante la fuerza del
grupo. La ampliación de la información ha restado fuerza a las acciones
positivas y deja a las negativas campo de acción suficiente, el placer de la
transgresión, el sentimiento de poder que da el estar contra lo instituido,
contra lo "correcto". Todos estos sentimientos se canalizan hacia
acciones que antes eran individuales y de riesgo. Ahora saben que este tipo de
actos compartidos les dan sentido de impunidad, de poder. No hemos comprendido
todavía el poder del teléfono, la nueva tribuna social; no entendemos el poder
psicológico de sentirse dominador, el macho que ve entrar "carne
fresca" y la clasifica como el que lo hace con ganado. Es una violación
mental, una compra imaginaria.
Usar hoy la palabra "valores" es casi vergonzante. Hemos entendido, como siempre, que nuestras libertades no incluyen el respeto a los otros. Eso es lo primero que nos enseñan los políticos con sus malas maneras y sus insultos permanentes unos a otros. Es lo que vemos en ese machismo que se disfraza de "tradicionalismo" para defender una supuesta familia duradera, "natural" u "orden divina", basada en la posesión, en los roles fijos y en el mando unificado. Es lo que hay tras la negación de la "violencia de género" (¿qué otra cosa han hecho en ese chat de cretinos?).
La
violencia de género no es espontánea; es el resultado, el efecto de una serie
de causas que siguen ahí y, lo que es peor, creciendo. Pero nos negamos a
reconocerlas. Pese a lo que algunos piensan, son derivaciones específicas de
otros males presentes. Hay una violencia flotante que se canaliza hacia
distintas formas, de la política al machismo, del deporte a la delincuencia.
Es el síntoma de una sociedad llena de carencias, falta de esos valores que nadie echa en falta, que se pueden concentrar en uno: el "respeto al otro". Del respeto parten muchos valores como el de la igualdad, la defensa del más débil que nos lleva a reparar injusticias y compensar desigualdades. Pero esta sociedad se ha quedado solo con un valor, el del egocentrismo. Cada uno construye un mundo a su alrededor, un mundo del que es soberano, legislador, administrador. Como esta fantasía no la puede hacer solo, busca en ocasiones el amparo grupal. Allí aparecen el mismo tipo de frustrados que se reúnen a reforzarse los unos a los otros.
Hace
mucho que la Universidad no insiste en valores, muchos de los cuales ella misma
ha perdido. La Universidad de la Rioja no ha actuado porque viera esos
comportamientos, sino porque un medio de comunicación, la Cadena Ser, los ha
sacado a la luz. No dudo de su buena fe al abrir ese expediente, pero me
gustaría ver hasta dónde llega. Me gustaría que no se convirtiera en una
inutilidad más que sirva a los estudiantes implicados en motivo de juerga, en
sentirse muy ufanos.
Que los
futuros educadores de los niños sean de esta calaña es preocupante. Pero
Magisterio ha sido precisamente el lugar donde acababan muchos que pensaban que
la Educación era lo menos exigente. Terrible error que estamos pagando desde hace
mucho tiempo. Otros países valoran mucho a los futuros educadores por lo que procuran
poner a los estudiantes más capaces en los puestos de enseñanza. Aquí solo
valoramos las carreras en las que te puede hacer rico. En Magisterio, desde
luego no. Hay muchos que van a la enseñanza con verdadera vocación docente;
pero hay otros con otros planteamientos y miras.
No es
el único año en que esto ocurre al comienzo de curso. La misma o parecida
situación se repite en Facultades o Colegios Mayores. Parece que lo que ocurre
en unos no sirve de ejemplo para otros. Esta especie de ritual bárbaro de
recepción de las chicas nos hace ver que queda mucho por hacer, pero so sé
hasta qué punto somos conscientes.
El fenómeno al que estamos asistiendo es al del descenso de la perversidad (cada vez más jóvenes hacen peores cosas) y al ascenso de la inmadurez (cada vez personas de más edad hace cosas infantiles o se comportan como niños). Esto es la muestra de un serio problema social. Hay una franja de impunidad a la que algunos quieres ascender y de la que otros no quieren salir.
Uno de los entrevistados señala que "no pensaba que esto pudiera ocurrir a estas edades". Es precisamente la ocurrencia de lo impensable, lo que le da sentido en este mundo en el que muchos luchan por salir del anonimato y destacar ante los otros de cualquier manera. Es el que adelanta donde no debe, lo graba y lo sube a las redes. Hace falta que los demás vean tu heroísmo de patán para sentir que estás vivo.
En estos días en que se celebra la llegada de los alumnos y alumnas con discursos de bienvenida, sería bueno que se dejaran claras ciertas cosas.
*
"La Universidad de la Rioja abre un expediente informativo por los
mensajes machistas en un grupo de whatsapp" El Mundo
https://videos.elmundo.es/index.php/v/0_w2mmlenu-la-universidad-de-la-rioja-abre-un-expediente-informativo-por-los-mensajes-machistas-en-un-grupo-de-whatsapp?
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