viernes, 1 de septiembre de 2023

No lo entiendo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

A ver si es que no lo entiendo yo bien. Primero se nos dice que España es el segundo país de la Unión Europea con un tasa más baja de inflación, aunque después se nos añade que somos el país con más paro de la misma Unión, más del 11%. Pero se nos dice que los carburantes se han encarecido tras dos meses de subidas y se alzan con la operación retorno de las vacaciones más caras de la historia y que nos disponemos a enfrentarnos a la vuelta al cole más cara de la historia. Se nos dan las quejas de los que tienen contratadas hipotecas, que experimentarán unas insufribles subidas por causa de Euribor, lo que ha provocado, nos dice otra noticia, que la firma de hipotecas haya caído un 22% en junio, subiendo más de un punto, hasta el 3,19%. Quizá yo no lo entiendo bien.

Se nos dice hoy en RTVE% el drama de los pacientes oncológicos en Baleares, que ven mermada su atención porque no hay médicos, apenas la mitad de los necesarios. ¿La causa? Que nadie quiere ir a Baleares por lo elevado del coste de la vida y el precio desorbitado de los alquileres. Médicos y pacientes se quejan de que no se cubren las plazas. Los sueldos bajos empujan a irse al extranjero y los precios altos por ser zona turística, con "precios turísticos", hacen imposible vivir allí y, por ello, no quiere nadie irse a la zona. Nos dice incluso que el gobierno balear ha quitado el requisito del conocimiento del catalán, porque el nacionalismo demagógico tiene el límite en la muerte de las personas en listas de espera.


Lo confieso: me baila todo. No acabo de entender cómo tenemos la inflación más baja mientras sube todo. No creo que la gente se queje por quejarse y que los medios hablen de las subidas simplemente por hacerlo.

La combinación del dato de la tasa de paro con la de la subida de los precios, con el frenazo a las hipotecas, casan con otros datos que los investigadores sociales nos ofrecen, por ejemplo, el regreso a casa de los padres de muchos hijos que no pueden afrontar la emancipación o que tratan de ahorrar para evitar las hipotecas.

Los hosteleros despiden las vacaciones ordinarias más caras de la historia y se disponen a lanzarse sobre las otoñales e invernales del IMSERSO, avisando, claro, de que deberán subirlas porque está todo muy caro, pese al buen dato de la inflación respecto a Europa.

El regreso a casa de los padres o el alojamiento de los padres en casa de los hijos para contribuir a la economía se puede constatar en las cajas de cualquier supermercado. Entre desempleo y bajos sueldos, la economía española es una ficción turística. Aunque a lo mejor la ficción somos nosotros y los turistas la realidad.

¡Cómo estará la cosa que en RTVE.es escriben "respiro", con comillas! No sé muy bien si es por ironía o porque la gente ya no sabe qué significa eso de "respirar" económicamente. Las comillas son necesarias porque no son respiros-respiros, sino simplemente que lo que había subido mucho baja un poquito. En realidad sigue carísimo, pero da un poco de ánimo ver la palabra "respiro" en un titular.

Lo mismo pasa con esa montaña rusa que es el precio de la luz, donde es la palabra "baja" la que debería ir siempre entrecomillada. Un día se dispara y al otro nos dicen que "baja" un 15%, lo que no tiene sentido más que en términos de secuencia. Bajar un poco cuando sube mucho crea una ficción si lo damos en términos de tantos por ciento. Sería mejor ver una gráfica y saber cómo evolucionan los precios realmente en lo importante: en cómo afectan a nuestro bolsillo. Pero a lo mejor nos asustamos o, peor, nos enfadamos. Así que mejor vivir la ficción de la "tregua", otro término bélico que usamos a diario. Pero siempre ganan los mismos.

Todas estas jugadas técnicas de la información económica finalmente se vuelve extraña cuando llega el momento de ver lo que queda en el banco después de pagar y lo que queda en el bolsillo después de comprar. Ambas cifras se ajustan y son las que interesan. El ahorro que se había producido durante la pandemia es evacuado de nuestras cuentas corrientes para beneficio de los que ganan siempre. Esos bancos y empresas de los que nos cuentas cómo se han disparado las ganancias.

No lo entiendo. 

 

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