viernes, 15 de septiembre de 2023

El piquito llega a Europa

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Que los diputados en masa en el Parlamento Europeo hayan condenado el caso Rubiales, el beso que marcó un antes y un después, me parece muy bien. Merece la pena ser europeo solo por eso. Que Vox haya dado la nota discordante y haya salido por peteneras también me parece bien porque cada uno se retrata como quiere o puede.

La ultraderecha debe quedar enmarcada en sus propias filias y fobias para que los demás tengan claro hasta dónde se puede ir del brazo con ellos. Una cosa es compartir valores y otra compartir mesa y cama. Lo que "se comparte" acaba resultado inexplicable y una forma de autoengaño que te acaba pasando factura.

En RTVE.es detallan las críticas en Europa a Rubiales (jamás un impulso incontinente le ha salido a alguien tan caro) y que de nada le valieron sus cinco negaciones de dimisión. Al final no se puede ir contra todos y además que Vox le reste importancia. Nos dicen en RTVE.es como cierre:

La nota disconforme en el debate la puso el diputado de Vox Jorge Buxadé, que, aunque se refirió brevemente al beso no consentido como un "gesto grosero", dedicó la mayor parte de su discurso a criticar la entrada de mujeres trans en el deporte femenino, a las reducciones de condena a agresores sexuales por la ley del "Sólo sí o sí" en España, los ataques de extranjeros a mujeres o "la sexualización de los niños en los colegios".

"Cuando los autores son extranjeros ustedes callan porque no encaja en su enfermo esquema moral de que el sujeto a destruir es el hombre occidental", dijo.*


¡Acabáramos! Ya salió lo del "hombre occidental". Habría que explicarle al señor Buxadé que se está refiriendo al hombre occidental Medieval, que es lo que cuadra a esa visión retrógrada de las diferencias sexuales.

En muchas ocasiones he resaltado la similitud del discurso voxista con el del trumpismo, ya que son hijos de una misma y santa madre ideológica. Pero es necesario resaltar que el planteamiento va más allá y se acerca al integrismo islámico, ya que tienen las mismas fobias en lo que al género y la sexualidad se refieren. Para ambos las diferencias sexuales son obra divina y jerárquica, es decir, Dios colocó a cada uno con su tarea y puesto: el hombre gana el pan con el sudor de su frente, lo que elimina que las mujeres trabajen y demás; y las mujeres paren con dolor, es decir, no hay mucho más allá de la maternidad. Las mujeres quieren trabajar (¡me arece mentira que haya que decir esto en 2023!) y esos seres endemoniados llamados feministas se empeñan en que lo hagan para destruir la virilidad occidental, es decir, llenar de complejos al Ken de Occidente o de Oriente, pues los retrógrados e inmovilistas de todos los continentes comparte un mismo pasado idealizado en el que las mujeres parían y aceptaban si rechistar lo que les llegaba de sus amos y señores por cualquier ritual.

Trump se burlaba de las mujeres que querían hacer algo más que posar para él o aceptar sus magreos institucionales. Durante su mandato imperial la tomó con diversas mujeres que le hicieron frente en diversas cuestiones, de la actriz Rosie O'Donnell a la gobernadora de Míchigan ("¡Esa mujer de Míchigan!") contra la que lanzó algo más que insultos, con cercos al palacio gubernamental por parte de sus milicianos armados. El discurso voxista debe mucho a los ideólogos articuladores del trumpismo norteamericano, una mezcla de capitalismo salvaje, machismo irredento y ultranacionalismo de pacotilla.

La cronología nos juega una mala pasada. Pensamos que todos vivimos en el mismo año, en el 2003, pero no es cierto. Eso es solo una convención para no perder trenes aviones y encontrarnos puntuales. La triste realidad es que cada uno de nosotros vivimos en un momento diferente de la historia. Algunos viven hace cien años o doscientos o quinientos. Otros viven un presente más o menos aceptado y unos poquitos viven adelantado y tiran del resto si les quedan ganas.

Dice Rubiales que cuando él era jugador se daban "piquitos". ¿Preguntaba? Es un buen momento para que vuelva al presente, si le quedan ganas. Pero el mal ejemplo de Rubiales y manadas futboleras sigue. No podemos responsabilizar a Rubiales de todos los abusos futbolísticos, pero sí podemos hacer ver que se le condena y que eso sirva de advertencia a muchos que van a más, como nos dice la prensa cada día.

Ha hecho bien el Parlamento Europeo poniendo en su sitio a los que vienen del "pasado okupa". Es necesario que vean firmeza y rechazo o seguirán haciendo piquitos. Pero se empieza así y se acaba mucho peor. 

* "La Eurocámara muestra su crítica casi unánime al caso Rubiales, con la nota discordante de Vox" RTVE.es 14/09/2023 https://www.rtve.es/deportes/20230914/eurocamara-critica-beso-rubiales-jenni-hermoso-excepcion-vox/2455971.shtml

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