Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
fortaleza de las jugadoras es la de las mujeres en su conjunto porque esto de
Rubiales es algo más extendido que en el deporte. Besitos, azotes, pellizcos y
achuchones, vengan a cuento o no, son parte de ese precio que la mujer paga por
adentrarse en la pantanosa y empantanada jungla masculina del deporte. La idea
de igualdad no entra en la mente de todos, según parece.
Creo que comenté hace unos días la salida de un actor en plena entrevista en directo al decirle las presentadoras que el director con el que trabajan habitualmente iba a hacer una comedia, "¡Qué bien, habrá morreo!" Sí, los peligros del directo. Hay mucho "aprovechado" suelto por estos mundos hispanos.
El
acontecimiento en sí —copa del mundo de Fútbol— es un escenario precisamente
muy marcado. Si regresamos a la historia cultural del fútbol femenino
comprendemos que el hecho es algo más que deportivo. En la historia cultural
del fútbol femenino no entran solo los partidos y resultados, sino todo aquello
que rodeo a este deporte y se relaciona con las mujeres. Aquí entran desde los
gritos obscenos que jugadoras (y árbitras, no nos olvidemos), los insultos, las
risas de los que iban a montarla en los partidos. Están los comentarios
sarcásticos en los medios de los varoniles profesionales del periodismo, la
condescendencia y los nombres cariñosos frente a los serios nombres de los
jugadores. Podemos llegar hasta el cine, con aquella película, "Las
ibéricas FC" y los planos escogidos por los cámaras de las televisiones en
sus inicios. En fin, todo eso con lo que han tenido que guerrear las mujeres
que han querido dedicarse a este deporte tan hispano y varonil.
La
verdad es que el recorrido del fútbol femenino, como han notado muchos
comentaristas, ha sido de cero al infinito. Pero ese cero del que partieron fue
sangre, sudor y lágrimas a la española.
Se
habla mucho del racismo en el fútbol, pero esos cantos e insultos dedicados a jugadores
los han padecido durante mucho tiempo las jugadoras en los campos. Empezaron
con los familiares como asistentes y les siguieron los chistosos que iban a
echarse una risas con total impunidad. Ahora tienen legión de fans que las
respetan y admiran, que las tienen como modelo.
Decía
alguien que el caso Rubiales había empañado el gran momento de coronarse
campeonas del mundo. No estoy de acuerdo. Creo que una victoria añadida. Han
ganado en la prórroga otro partido que se disputaba en la sociedad y del que el
expresidente de la Federación Española solo es una pieza. Creo que han dado un
gran golpe justo en el momento en que todos miraban y vimos lo que vimos. Era el momento adecuado; inesperado, pero adecuado. Cómo se desarrolle después, está por ver. Este país tiene acumulado demasiado sexismo y solo se pueden realizar avances cuando termina el partido. Ha sido el mejor escaparate.
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