Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
diario ABC llama a esto que nos ocurre "el parón". Esto que nos
ocurre, claro está, se refiere a la situación de indefinición en la que vivimos
tras las elecciones que todos ganaron y ninguno perdió, aunque al final no se
trata de quién gana, sino de quién gobierna, que es otra cosa.
No sé si "parón" es el término más adecuado para describir esta intensa situación llena de incidentes y declaraciones continuas. El diario ABC nos explica esto que nos ocurre desde la perspectiva de los empresarios:
El parón político perjudica a las empresas. En el día de la sesión de investidura, el presidente de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), Alfonso Merry del Val, ha enviado un mensaje claro: «La parálisis política envía una señal de desconfianza hacia un país que se dirige a un estancamiento debido a la inoperancia de sus responsables políticos a la hora de abordar las grandes reformas pendientes», ha dicho.*
Es
cierto que los inútiles políticos son una fábrica de, entre otras cosas,
inseguridad. Pero la inseguridad tiene otra cara: la inseguridad en el empleo,
algo que a los empresarios parece que les trae al fresco, por no decir otra cosa. Tienen
un nombre más fino y eufemístico: lo llaman "flexibilidad", que suena
más moderno y le da un toque aeróbico. Así podemos leer al final del artículo
de ABC, lo siguiente y que sirve de cierre del texto:
Previo al discurso de Garamendi y Merry del Val, Anged y la consultora Lasker han presentado los resultados de una encuesta a 100 directivos y profesionales del mundo empresarial: un 51% de los encuestados cree que para recuperar la confianza de las empresas hay que garantizar unas reglas de juego claras, previsible y ágiles, y un 45% aboga por simplificar las cargas burocráticas y los trámites para aumentar la productividad. Además, en cuanto al mercado laboral, un 37% cree que hay que seguir avanzando en la flexibilidad para adaptarse mejor a los cambios y un 31% ve necesario mejorar el sistema educativo y universitario para incorporar nuevos perfiles.*
En un país como España, a la cabeza del
paro europeo, con una cantidad de contratos por persona de auténtico escándalo
(este papeleo continuo no es burocracia, claro), una caída de sueldos que
impide que nazcan niños y hace que los de cuarenta años estén regresando a las casas
de sus padres para intentar comprarse una casa ahorrando el alquiler, etc.
hablar de "flexibilidad" es una broma de mal gusto. ¿El "parón" es solo por la política o llevamos arrastrándolo años por el modelo económico de país elegido del que son responsables también los empresarios?
En días anteriores, vimos aquí a
multimillonarios de diversos países reclamar más "dolor social", más
paro, para que la gente supiese quién tiene la sartén por el mango.
Escuchábamos a empresarios pedir perdón por sus agresivas peticiones sin tener
en cuenta es "sufrimiento social" que les parece poco marcado para
conseguir sus fines.
Me gustaría que alguna vez los grandes y
los pequeños empresarios mandarán un mensaje de apoyo a esos que
"sufren" poco, según sus estimaciones. Los que sufren la inseguridad
de la flexibilidad, los que padecen esos cambios que llevan a buscar más
ganancias y más fáciles, menos presión
fiscal, que es la forma en que se establezca algo de "retorno". Nunca
es el momento de subir salarios, de mejorar las condiciones de los
trabajadores, nunca llega el momento de tener seguridad y se siguen encadenando
contratos temporales, uno tras otro.
Pero ¿qué esperar de una sociedad en la
que se aprende que la codicia es realmente el motor? hay voces pidiendo que se
reforme la enseñanza. Algo muy necesario. Pero los motivos para hacerlo es
adecuar el perfil educativo al empresarial. Educar
en el sentido que la sociedad necesita para evitar los excesos que estamos
viendo parece que no es solución a nada. Los problemas de cada día no son cosa
suya.
Mientras no miremos la sociedad como lo
que realmente es, tendremos estas peticiones en las que lo único que cuenta es
el dinero y poco las personas, algo que parece ser solo cuestión empresarial y no de los que se
deben ganar la vida con sueldos paupérrimos, alimentar familias sin llegar a fin de mes, etc. La culpa siempre está en aquellos
que quieren que les suban el sueldo, seres de baja productividad, y en los
políticos que no les dan seguridad, es decir, hacer lo que quieren
El "parón" existe, claro. Pero esas críticas desde el empresariado no creo que arreglen mucho. Manda señales de "desconfianza", dice. Pero hay muchas formas de desconfianza que son provocadas por los que tienen la sartén por el mago. Eso es también "inseguridad" y en un sentido más dramático. Cuando vas al supermercado ves a voluntarios recogiendo material escolar para aquellos que no lo pueden pagar. Eso y muchas otras cosas no parecen contar.
Sería bueno que en vez de quejarse, mandaran un mensaje más solidario y contribuyeran a paliar el deterioro de ese "parón" anterior al de los políticos y que proviene de un mal reparto de la riqueza.
* Nerea
San Esteban "La patronal de El Corte Inglés e Ikea critica que la
parálisis política «envía una señal de desconfianza»" ABC 26/09/2023
https://www.abc.es/economia/patronal-corte-ingles-ikea-critica-paralisis-politica-20230926180418-nt.html
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