Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
medios están llenos hoy de referencia a los Estados Unidos y las "conversaciones"
para llevar la "paz" a Afganistán. Mientras se dan ataques de los
talibanes, se siguen manteniendo conversaciones desde la administración
norteamericana. El propio Trump ha desconcertado a todos diciendo que paraliza
las "conversaciones secretas" con los talibanes, como recoge la
prensa norteamericana, bastante sorprendida, si es que esto es posible con
Donald Trump en la presidencia.
La
cuestión aquí no es fácil por no es lo mismo negociar una retirada de las
tropas a conseguir una "paz", concepto que nadie sabe qué significa
en Afganistán, empezando por la propia sociedad afgana. El último atentado lo muestra
Aquí
hemos recogido en diversos momentos durante estos años pasados los efectos la paz en
la sociedad. Ha llevado al éxodo de las mujeres que se han formado, que
trabajan o a los que han servido como traductores u otros puestos junto a los norteamericanos. Estos
últimos se han expuesto y serán de los primeros señalados. A muchos se les
negaba la posibilidad de la nacionalización y emigración a los Estados Unidos,
una mínima compensación por lo hecho y evitar lo que les espera.
En
Euronews nos trasladan la preocupación de las autoridades afganas ante los movimientos
norteamericanos:
[...] el Gobierno afgano no oculta su
preocupación por la situación. Además, el portavoz presidencial recuerda que
Afganistán debe liderar cualquier futura iniciativa.
"Creemos firmemente en un proceso que
pueda ser liderado y dirigido por el Gobierno afgano y por el pueblo afgano,
que nos conduzca a una paz digna y duradera, una paz en la que los talibanes no
maten afganos nunca más", ha comentado Sediq Sediqqi.
La tensión es máxima a pocos días para el
decimoctavo aniversario de los atentados del 11-S que provocaron la
intervención estadounidense en Afganistán.
Los que
temen a Trump y cualquier jugarreta que los deje tirados en el camino son
muchos. Pero en estos momentos son más, debido a que Trump se ha querido
presentar como un presidente victorioso ante la campaña de reelección. Salir de
Afganistán es salir de esa especie de Vietnam en el que entraron.
La
guerra de los talibanes no es, como ocurre con los enfrentamientos en los
países musulmanes, una guerra convencional, en la que uno se sienta a negociar.
Son guerra ideológico-religiosas en la que uno de los contendientes cree que
Dios está de su lado, por lo que hay dos consideraciones fundamentales: 1) Dios
gana siempre, al igual que los que le siguen; y 2) cualquier movimiento o cesión
que beneficia a los que no están con Dios (es decir, el gobierno afgano y los
Estados Unidos) es una traición impensable a Dios. Dudar de que se va a ganar,
por muy poderoso que sea el enemigo, es un enorme "pecado".
Los talibanes pueden
hacer todas las promesas que quieran, pero no pueden dejar de hacer lo que
ellos ven como un mandato divino. Y eso afecta a las conductas de los demás,
especialmente a las mujeres, que ya han manifestado a través de sus
asociaciones que quieren más representantes en las mesas de negociación porque
no se fían de que los hombres no las vendan en su toma y daca.
Muchas
de ellas se han ido ya. Saben que no podrán vivir tranquilas en un país con los
talibanes dentro. No podrán desempeñar sus profesiones ni educar a sus hijos en
algo que los talibanes no aprueben.
Saben
también que el poder no es muy de fiar en estas cosas. Con las barreras puestas
en los Estados Unidos a la inmigración desde estos países, son muy pocas las
posibilidades que les quedan de vivir en paz. Las mujeres aben que serán las
primeras víctimas. Los talibanes no se conforman con menos de lo que tenían
antes. Firmarán lo que sea para que se vayan los norteamericanos y luego se
irán haciendo con el control del país, negociando la "conversión"
dura con los que han mantenido posturas ambiguas.
Es un problema de difícil solución en un país que se ha endurecido con las guerras y en las que es muy difícil hablar de paz con algún sentido. Los talibanes son fascistas religiosos y no admiten más que lo suyo. Las etiquetas que se manejen solo ocultan esa realidad. ¿Qué se puede negociar realmente con ellos?
*
"Washington no descarta nuevas negociaciones pese a las amenazas de los
talibanes" Euronews 8/09/2019
https://es.euronews.com/2019/09/08/washington-no-descarta-nuevas-negociaciones-con-los-talibanes-pese-a-las-amenazas-de-los-i
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