lunes, 9 de septiembre de 2019

Poco que negociar con los talibanes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los medios están llenos hoy de referencia a los Estados Unidos y las "conversaciones" para llevar la "paz" a Afganistán. Mientras se dan ataques de los talibanes, se siguen manteniendo conversaciones desde la administración norteamericana. El propio Trump ha desconcertado a todos diciendo que paraliza las "conversaciones secretas" con los talibanes, como recoge la prensa norteamericana, bastante sorprendida, si es que esto es posible con Donald Trump en la presidencia.
La cuestión aquí no es fácil por no es lo mismo negociar una retirada de las tropas a conseguir una "paz", concepto que nadie sabe qué significa en Afganistán, empezando por la propia sociedad afgana. El último atentado lo muestra
Aquí hemos recogido en diversos momentos durante estos años pasados los efectos la paz en la sociedad. Ha llevado al éxodo de las mujeres que se han formado, que trabajan o a los que han servido como traductores u otros puestos junto a los norteamericanos. Estos últimos se han expuesto y serán de los primeros señalados. A muchos se les negaba la posibilidad de la nacionalización y emigración a los Estados Unidos, una mínima compensación por lo hecho y evitar lo que les espera.
En Euronews nos trasladan la preocupación de las autoridades afganas ante los movimientos norteamericanos:

[...] el Gobierno afgano no oculta su preocupación por la situación. Además, el portavoz presidencial recuerda que Afganistán debe liderar cualquier futura iniciativa.
"Creemos firmemente en un proceso que pueda ser liderado y dirigido por el Gobierno afgano y por el pueblo afgano, que nos conduzca a una paz digna y duradera, una paz en la que los talibanes no maten afganos nunca más", ha comentado Sediq Sediqqi.
La tensión es máxima a pocos días para el decimoctavo aniversario de los atentados del 11-S que provocaron la intervención estadounidense en Afganistán.



Los que temen a Trump y cualquier jugarreta que los deje tirados en el camino son muchos. Pero en estos momentos son más, debido a que Trump se ha querido presentar como un presidente victorioso ante la campaña de reelección. Salir de Afganistán es salir de esa especie de Vietnam en el que entraron.
La guerra de los talibanes no es, como ocurre con los enfrentamientos en los países musulmanes, una guerra convencional, en la que uno se sienta a negociar. Son guerra ideológico-religiosas en la que uno de los contendientes cree que Dios está de su lado, por lo que hay dos consideraciones fundamentales: 1) Dios gana siempre, al igual que los que le siguen; y 2) cualquier movimiento o cesión que beneficia a los que no están con Dios (es decir, el gobierno afgano y los Estados Unidos) es una traición impensable a Dios. Dudar de que se va a ganar, por muy poderoso que sea el enemigo, es un enorme "pecado". 


Los talibanes pueden hacer todas las promesas que quieran, pero no pueden dejar de hacer lo que ellos ven como un mandato divino. Y eso afecta a las conductas de los demás, especialmente a las mujeres, que ya han manifestado a través de sus asociaciones que quieren más representantes en las mesas de negociación porque no se fían de que los hombres no las vendan en su toma y daca.

Muchas de ellas se han ido ya. Saben que no podrán vivir tranquilas en un país con los talibanes dentro. No podrán desempeñar sus profesiones ni educar a sus hijos en algo que los talibanes no aprueben.
Saben también que el poder no es muy de fiar en estas cosas. Con las barreras puestas en los Estados Unidos a la inmigración desde estos países, son muy pocas las posibilidades que les quedan de vivir en paz. Las mujeres aben que serán las primeras víctimas. Los talibanes no se conforman con menos de lo que tenían antes. Firmarán lo que sea para que se vayan los norteamericanos y luego se irán haciendo con el control del país, negociando la "conversión" dura con los que han mantenido posturas ambiguas.
Es un problema de difícil solución en un país que se ha endurecido con las guerras y en las que es muy difícil hablar de paz con algún sentido. Los talibanes son fascistas religiosos y no admiten más que lo suyo. Las etiquetas que se manejen solo ocultan esa realidad. ¿Qué se puede negociar  realmente con ellos?



* "Washington no descarta nuevas negociaciones pese a las amenazas de los talibanes" Euronews 8/09/2019 https://es.euronews.com/2019/09/08/washington-no-descarta-nuevas-negociaciones-con-los-talibanes-pese-a-las-amenazas-de-los-i



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