Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No es fácil
leer sin irritarse la entrevista que Daily News Egypt publica con el
responsable oficial de SIS (State Information Service), Salah El-Din
Abdel-Sadek. Es una muestra más de que el gobierno de Egipto sigue sin entender los estándares
internacionales de la información en términos de derechos. Es cierto que los
medios egipcios padecen de una serie de males, la mayoría de ellos fruto de las
décadas de manejos políticos sobre la información. A estos males se añade la presencia de
decenas de canales de televisión o páginas web usadas para la prédica del
radicalismo o para adular a los poderosos y conseguir influencia general.
Existen
también —es obligado decirlo— extraordinarios periodistas, muchos de ellos jóvenes, con una capacidad
de análisis penetrante y documentada, capaces de entrar en lo que Egipto y
otros países de la zona más necesitan: autoanálisis, crítica, debate.
La
entrevista con Salah El-Din Abdel-Sadek es una muestra más de la mentalidad estatalista a la defensiva que caracteriza a los miembros del gobierno egipcio:
todo debe estar bajo control e ir en la dirección prevista. Es una mentalidad
cuartelaria que concibe la información como propaganda y la crítica
como agresión violenta contra la seguridad del Estado.
No ser admite una
divergencia respecto a la versión oficial que es la "única verdad",
como ya hemos resaltado. Esta única verdad es la que está llevando al que
discrepa a la cárcel y a Egipto a tener el triste récord internacional de
periodistas detenidos acusados de faltar a los hechos, difamar al estado o ser
enemigos del país. Por supuesto, el intérprete de todo esto es el poder y sus derivados. Uno de ellos es el SIS.
What are the main
solutions, in your opinion, for the current diplomatic crisis and lack of media representation abroad?
To cooperate with other parties on the
different levels of media, culture and politics. We should choose those who
believe in our cause and are convinced of the justness of our position. They
will be able to defend us from the senior media and journalists who have more
access to public opinion in their own countries. They can also persuade their
people with the truth about what is happening here.
What has the SIS done
in this regard?
After the revolution of 30 June, major
countries attacked us. In Africa, we also suffered a great injustice and a
major attack. Our activities were frozen without hearing our opinion. In
response, we summoned 10 editors with the biggest African newspapers before the
presidential elections so they can know what is really happening and compare it
with what they hear about us from others. They engaged the Egyptian street and
learnt the opinion of the people.
One must not throw the burden of representation
of Egypt on the shoulders of SIS and its employees. There are more than 3,000
employees in Egypt’s governorates and its media offices abroad, and 620
journalists work with the authority, many of whom need long-term training.*
La retórica usada en la del país acosado por una
conspiración universal: "our cause", "attacked us", "the
justness of our position", etc. La propuesta es dividir a los que están
"con nosotros" y "contra nosotros" y me imagino que solo
visitar los favorables. Esos nuestro o nosotros son excluyentes, dejan fuera al que se señala como peligro público.
Cree Salah
El-Din Abdel-Sadek que los demás países "manejan" la prensa con los
mismos criterios con los que Egipto pretende hacer con la suya, es decir,
detenciones, tribunales y desapariciones, como están denunciando los propios periodistas
egipcios a través de su sindicato. Si algún periodista da cifras que no se
corresponden porque la autoridad no se molesta en darlas, se le detiene por faltar
a la verdad y atacar al estado. Si discrepa más de la cuenta, puede ser acusado
de pertenencia a un grupo terrorista o de mero simpatizante.
Pero de
todos los disparates sobre el manejo de la información por el Estado, uno los
favoritos —usado también por su querido enemigo Erdogan o por los dirigentes
iraníes cuando son preguntados— es contestar que estas cosas también las hacen
los países occidentales. Se
recoge en la entrevista:
Now onto another
highly criticised measure taken by the SIS, the persecution of foreign
journalists and reporters, through fact checking. What is your opinion on that?
This is a measure applied in democratic
developed countries, through which anyone who publishes false information is
exposed by revealing the falsehood of the information of the entity that does
not commit to professionalism and impartiality.
Why apply this measure
now?
I have been working on it for a year, and we
have trainers for our employees. The whole issue is that I aim to motivate
reporters to seek credibility, or else they would affect the state of security
by spreading false information.
So you have to provide
information channels to media personnel, so they wouldn’t fall prey to false
rumours, is that your opinion?
Yes, we are working on that, and we all suffer
from information shortage, but we always have to make sure of the credibility
of all the information we get and double check it with the official source, not
just get information from enemies of the state and terrorists and their sites.*
Recogimos aquí la carta publicada por Ricard González, el
corresponsal de El País, con el título "Why I felt forced to leave Egypt",
publicada allí por Mada Masr a primeros de julio, en la que el periodista español señalaba cómo
había sido advertido por el ministerio español de que saliera de Egipto por su
bien. La única explicación de esto es las advertencias discretas desde el
gobierno egipcio para que salgan los periodistas críticos. Quizá es en esto en
lo que estaba pensando Salah
El-Din Abdel-Sadek para mejorar la imagen del gobierno en el extranjero. Quizá
en este tipo de "medidas" —intimidación y amenaza— en lo que está
pensando cuando es preguntado por lo que ocurrirá con la próxima visita de
Al-Sisi a Gran Bretaña, lugar donde puede producirse otra ducha fría mediática:
What are the
preparations for the president’s visit to Britain, which is by no means less
important than his visit to Germany?
We are preparing by monitoring all that is
written or said about the visit in the media over there, and we are
communicating with levels that cannot be revealed at the moment.*
No hay forma de que entiendan que lo medios hacen su trabajo
criticando lo que ocurre en Egipto y que lo que eso sea no forma parte del
discurso oficial más que como una versión más de la realidad. La idea del monopolio
de la verdad es perversa por sí misma y es de la que están aquejados los que
tienen en el poder hoy. No son ellos solos, sino el resultado de una concepción
poco democrática de la realidad, más bien caudillista para la que la unidad de
acción de la información es imprescindible para evitar la erosión del líder,
figura con la que se identifica el sistema en su conjunto. De esta forma se
refuerza la conspiración, la guerra contra el país si se critica la política
seguida o las acciones de los líderes en cada momento.
No sé qué opinará el señor Salah El-Din Abdel-Sadek del titular de ayer
en Mada Masr: "Journalists’ rights violated 658 times during Sisi's
first year, report reveals"**. Probablemente lo considerará subversivo y,
sobre todo, falto a la verdad. El Ministro de Asuntos Exteriores ha tenido el
valor de señalar ante los propios medios que ningún periodista está detenido en Egipto por realizar su trabajo.
Es una frase digna de aparecer en un novela de Orwell, convertido en bestseller
peligroso de llevar encima en Egipto: el razonamiento es que "realizar tu
labor correctamente" (es decir, como el gobierno piensa que está bien) es
hacer periodismo y ser buen profesional, mientras que salirse de esas pautas no
es hacer periodismo, sino atacar al Estado y al país mismo y, sobre todo, a esa
"verdad de la buena" que tanto aseguran defender, amar y besar antes
de acostarse todos los miembros del gabinete. El cinismo es de tal envergadura
que no hay mayores enemigos del sistema implantado que estos teóricos de la "verdad
oficial" que son capaces de decir que estas cosas son normales por todo el
mundo occidental.
Desgraciadamente el señor Salah El-Din Abdel-Sadek tiene hoy un ejemplo
en contra producido en esa Alemania que trató al presidente Al-Sisi desde la
ignorancia de "nuestra causa" y el desprecio de la verdad, en esa
Alemania conspiradora que fue la que recriminó a Morsi en su visita oficial a
Occidente su falta de democracia por no hacer una constitución para todos y
atentar contra los derechos de mujeres y minorías religiosas. Morsi, como los
que le siguieron en el poder, respondieron como siempre hacen: era cuestión
interna.
El
gobierno alemán acaba de destituir a su Fiscal general porque había iniciado un
expediente por revelación de secretos contra dos periodistas. Euronews nos lo
cuenta así:
El ministro alemán de Justicia, Heiko Maas,
ha anunciado este martes el cese de Harald Range debido a que “su confianza en
él está totalmente rota”.
La decisión llega después de la guerra
abierta entre el Gobierno y la Fiscalía por la investigación a un blog
periodístico por presunta alta traición.
La cancillería defendía la libertad de
prensa, un derecho intocable en Alemania, y había criticado el trabajo del
fiscal que se defendió cargando contra el Ejecutivo de Angela Merkel:
“Influir en un caso cuyos resultados pueden
parecer poco oportunos es una intromisión intolerable en la independencia del
poder judicial”, dijo este martes.
Range investigaba a los dos periodistas que
dirigían el portal Netzpolitik.org, en el que habían publicado varios
documentos de los servicios secretos alemanes sobre la vigilancia en internet y
la detección de perfiles radicales.
“Estamos un poco molestos ya que las
investigaciones contra nosotros por traición cambian cada día. Ayer la
canciller dijo que no creía que la investigación fuera correcta, que no había
una razón, al menos no respecto a la acusación de traición”, explicaba uno de
los periodistas fundadores, Markus Beckedahl.
La investigación del fiscal había comenzado a
petición de los servicios secretos en mayo, pero salió a la luz el pasado
jueves provocando marchas a favor de la libertad de prensa.***
Como puede apreciarse, esa pretensión de que en Egipto se
hace lo mismo que en los países occidentales es otra intoxicación informativa
que padece el propio pueblo egipcio, del que se busca el apoyo mediante estas
apelaciones constante de defensa frente a los ataques. El gobierno alemán ha
dejado claro que aunque los servicios secretos y el fiscal quieran procesar a
los periodistas por una información que, dada la naturaleza de la acusación,
sea presumiblemente cierta, está antes el derecho a la información del pueblo
alemán. El pueblo alemán, como todos los pueblos del mundo, tienen el derecho a
saber lo que sus gobiernos o funcionarios hacen mal. Esto no es fácil de
entender si no se quiere entender. Desde luego el gobierno egipcio no lo
entiende por ellos, sencillamente, todo lo hacen bien. No asumir su punto de
vista es "estar mal informado"; contar algo distinto a la versión
oficial es "faltar a la verdad". Puede que lo que le pidiera el
cuerpo a Angela Merkel fuera mandar a la cárcel a los que han publicado el
documento, pero en lugar de eso su respuesta será aumentar el presupuesto en
seguridad para evitar futuras filtraciones o sancionar a los filtradores si
están bajo sueldo del estado. Los estados autoritarios prefieren detenerte para
evitar que otros lo hagan de nuevo; los democráticos, en cambio, expedientan al
responsable y aumentan el presupuesto. Merkel, como canciller, asume que es
mejor rectificar los fallos que atacar las libertades. El fiscal cesado, por el
contrario, siempre tendrá un sitio en Egipto.
Hace
apenas unos días, con motivo de la visita de John Kerry, el Ministro de Asuntos
Exteriores señaló: "no nos importa lo que digan los medios extranjeros".
Como vemos es falso o, al menos, es
contradictorio con lo que otros miembros del aparato egipcio intentan.
La
batalla egipcia de los medios es nacional e internacional. No hace mucho tiempo
comentamos el documento mediante el cual el gobierno egipcio pretendía hacer
que los corresponsales extranjeros llamaran a las cosas por el nombre adecuado. No se podía, por ejemplo, hablar del
"Estado Islámico" porque ¿qué tiene de malo algo islámico, incluido un estado?
Tampoco se podía llamar "yihadistas" a los yihadistas por "yihad"
es un término honorable y los "terroristas" no tienen nada que ver
con la "religión", aunque luego les critiquen por atentar en Ramadán.
Un puro sinsentido y pretencioso.
El responsable de los Medios oficiales egipcios es quien
controla, además, las agregadurías de prensa que deberán servir ahora como
agencias de espionaje de los medios locales y de propaganda. Se equivocan una
vez más. La mejor forma de tener simpatía internacional es respetar los
derechos humanos, no encarcelar a los propios periodistas o no creer, como el
millonario egipcio que se hizo con el control accionarial de Euronews, que con
este tipo de acciones iba a poder mejorar la tozuda realidad. Puedes comprar
medios, sobornar periodistas, pagar campañas encubiertas. etc., pero los
periodistas honestos, egipcios o de cualquier otro lugar, lucharán siempre por
su conciencia y el derecho de sus públicos a saber lo que ellos piensan que es
verdad y no limitarse a contar las verdades oficiales. Para poder hacerlo deben
contar con políticos honestos que crean que sus ciudadanías tienen unos derechos
esenciales para saber qué ocurre en sus propios países y que la misión de los
medios no es darles la razón o simple coba, sino vigilar por todos, expresar
las diferencias y dar versiones honestas de la realidad.
Todo lo
que sea ir en la dirección contraria no es bueno, ni para la imagen ni para los
ciudadanos. Egipto sigue sin parlamento: es decir: no existe más voluntad que
la del gobierno y más crítica o debate que el que se produce en los medios. Lo
malo es que la visión del parlamento —según el diseño hecho por la ley— quiere
también un coro unitario con el que intentar hacer creer que hay democracia.
Mubarak ya lo hizo y podían engañar a todos menos al pueblo egipcio. Ahora
ocurre algo similar: se usa la contemporización internacional por motivos de
seguridad en la zona como aval de democracia y libertades. No es así. Por más
que se presione a los medios y profesionales siempre habrá una resistencia
natural por parte de los que entienden el Periodismo como una profesión responsable.
Los
medios, especialmente la televisión, están llenos de voceros exaltados de la
gloria nacional, de los grandes éxitos, pero el mundo no funciona así. Te
pueden regalar los oídos, pero no puedes comprar o intimidar todas las voces.
La
última respuesta al responsable de la política de información que recoge el
diario no deja lugar a dudas:
The SIS could enter into
complicated confrontations with foreign reporters and end up in court, which
would tarnish its image. What do you think of that?
I will not go to court, but I will expose
anyone who works according to their own agendas and does not follow
professional standards or moral frames of media work. I will deal with anyone
who insists on crossing the line and harming my national security, according to
the law, especially as most foreign correspondents are originally Egyptians
working in foreign media agencies and entities.*
Es difícil no entender esto como una amenaza contra los periodistas
egipcios que trabajan como corresponsales de medios extranjeros. Cuando sean de
otros países, serán "advertidos" sobre los que informa y sus medios
vigilados por las embajadas; con los periodistas locales, en cambio, acabarán por
otra vía, acusados de conspiradores, traidores o de lo que sea necesario si se
ponen muy molestos.
Tengo una gran admiración por muchos periodistas egipcios
que ejercen honestamente su trabajo. Los hay de todas las edades y muchos son
jóvenes que siguen creyendo en la posibilidad de un cambio social y de
mentalidades. Para ello es esencial que la información fluya. El viejo modelo
informativo no funciona ya y cuanto antes lo entienda el ejecutivo egipcio
mejor. La amenaza internacional, la conspiración contra Egipto, los enemigos,
etc., ya no funcionan como antes y, lo que es peor, no van a mejorar la
imagen.
Solo hay un camino posible: entender que Egipto no está ya para verdades oficiales absolutas, incontestables, de las que discrepar se considere un crimen. Es el camino de los Derechos Humanos y de una ley y jueces hechos a su medida. Mientras esto no se logre, los periodistas egipcios estarán sujetos a la arbitrariedad y la amenaza. Su inseguridad es, además, un verdadero ataque a un pueblo que tiene derecho a saber, a estar informado, más allá de lo que a sus gobiernos les apetezca explicar.
*
"Media not nation’s enemy, state not against media: SIS Chairman"
Daily News Egypt 3/08/2015
http://www.dailynewsegypt.com/2015/08/03/media-not-nations-enemy-state-not-against-media-sis-chairman/
** "El Gobierno alemán ‘invita’ a jubilarse al fiscal
federal" Euronews 4/08/2015
http://es.euronews.com/2015/08/04/el-gobierno-aleman-invita-a-jubilarse-al-fiscal-federal/
***
"Journalists’ rights violated 658 times during Sisi's first year, report
reveals" Mada Masr 4/08/2015 http://www.madamasr.com/news/journalists%E2%80%99-rights-violated-658-times-during-sisis-first-year-report-reveals
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