lunes, 15 de octubre de 2012

El futuro o el que no corre, vuela

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La prensa nos avisa de la posible caída en desgracia de la ministra de educación alemana, la señora Anette Schavan, por otro caso de plagio, tal como el que ya afectó a su ministro estrella, Karl-Theodor zu Guttenberg, hace un año, al que se le retiró el título de doctor por motivos similares, el uso de las ideas ajenas más allá de los debido. Por otro lado, el mismo periódico nos informa también de las actividades de algunos de nuestros jóvenes emprendedores, que seguramente acabarán como ellos.
Dos muchachos "universitarios", nos dice la noticia*, con las aulas todavía poco pisadas —nos dicen que tienen apenas 18 y 19 años—, se han montando un negocio para facilitar "trabajos". Cuando digo "trabajos" no me refiero a "empleos", claro —que eso aquí no lo hace nadie—, sino a ese conjunto de páginas con una grapita que los profesores solicitamos a los alumnos para tratar de adivinar si se van enterando de algo, qué piensan, que aprendan a redactar, etc., asuntos banales, como se puede apreciar.

Lo sorprendente del caso es lo bien organizados que están, lo cumplidores de las reglas del mercado y, especialmente, el desparpajo con que el fraudulento negocio es explicado. Ellos, como buenos empresarios, explican que se limitan a poner en contacto a gente que tienen una necesidad con otros que pueden satisfacerla, es decir, la oferta y la demanda. Que necesitas un trabajo sobre "Karl Marx y la idea de alienación" que te han pedido para la semana que viene, pues nada, dices cuánto ofreces y los que se sientan capacitados para realizarlo se ponen manos a la obra y después —no pierdan detalle— un "comité de expertos" (lo llamaríamos "control de calidad") revisa para seleccionar el que esté en mejores condiciones y, además, se asegura de que no sea un plagio, por aquello de que cree el ladrón que todos son de su condición que dice el refrán. ¡Buen material, oiga, de primera!
El mal, piensan, está en el plagio, que es copiar el trabajo de los demás. Aquí no hay plagio, sino ideas frescas y originales. ¡Por fin se reconocen! El único inconveniente es que no son de quienes las firman, solo de quien las paga. Así tendrá mejores notas aquel que pueda pagar los mejores trabajos. No hay como una sociedad competitiva y que remunere bien el trabajo de cada uno. Los únicos estafados, al fin y al cabo, somos los profesores, pero para eso estamos. 
Yo los tenía haciendo exámenes orales lo que les quede de carrera.


Creo que nos estamos pasando de motivación. La señora del "Ecce homo" —por cierto, best seller para Halloween en USA— se pasó de motivación piadosa y estética, y salió lo que salió, aunque también está generando puestos de trabajo e ingresos a los más avispados. Ahora son estos muchachos, a los que se les ha dicho que no hay nada como ser emprendedores en sus clases de empresariales. Con tres o cuatro más así, nos acaban cuadrando los presupuestos de este año. Lo malo es que a estos nos los fichan Merkel o los chinos, que ya me conozco el patio.

Hace un par de años premiaron a unos jóvenes estudiantes por un proyecto empresarial que habían presentado a un concurso de la universidad. ¡Qué alegría! Cuando tuvieron que pasar del papel a la realidad aquel proyecto, se presentaron en la Facultad a pedir cuarenta becarios, que eran los que necesitaban para poner en marcha el negocio y poder vivir ellos dos. ¡Hola, mundo cruel! Me ahorro los comentarios de entonces y de ahora.
De lo que se come se cría, nos dice el refrán. Hartos de ver la explotación y la desvergüenza con la que son tratados los jóvenes en este país, cuando se ponen a emprender, les sale el "crimen organizado", que dirían en las series americanas. A ellos les han dicho sus profesores de empresariales que busquen una necesidad en el mercado y que canalicen la oferta y así lo hacen. ¡Lástima que sea para un fin perverso; pero esa preocupación es para países en los que se pueden permitir la ética!


Ellos se defiende diciendo que ya saben que la idea es polémica —¡tiene bemoles el eufemismo!—, pero que hacen un "bien" a la sociedad porque dan "empleo", más bien unos eurillos, a los que se dedican a redactar los trabajos para escuelas y universidades. Incluso, ya puestos, podrían realizar programas electorales para los partidos y discursos para los políticos.... ¡Quién sabe si no llegarán hasta la misma Alemania —allí parece que hay mercado— a fuerza de expandir el negocio!
Luego, pasados unos años, les saldrá algún "cuervo vaticano" que filtre la lista de los malos estudiantes a los medios cuando muchos de ellos estén repartidos por ayuntamientos, ministerios, consejerías, etc., ocupando los más altos cargos, con coche, despacho y escolta incluidos.
No hay duda de que esta naturalidad del fraude augura mejores tiempos para España; por fin tendremos la futura y competente clase ilustrada que tanto necesitamos servida por una espléndida y emprendedora clase empresarial. Unos y otros se habrán forjado en los mismos campos prácticos del fraude. Se entenderán bien.
¡Y luego dicen que no se lo curran! ¡Aquí el que no corre, vuela!

* "Trabajos de estudiantes a precio pactado" El Mundo 14/10/2012 http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/13/economia/1350132278.html




1 comentario:

  1. Ayer leí esta noticia y me quedé ojiplática... Un abrazo.

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