sábado, 7 de junio de 2025

Los efectos de las pantallas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La cuestión del uso de las pantallas no es nueva en nuestros medios. Es un tema recurrente el efecto de su uso en los menores, Es rara la semana en la que no aparecen informaciones de estudios realizados en diversos países, casi todos ellos coincidentes en lo negativo.

Ya sea por efectos cognitivos o por efectos sociales, los estudios advierten de los problemas y peligros, de los cambios en las relaciones sociales y de muchos problemas que vemos traducidos muchas veces en actos concretos de muy diversa naturaleza, pero a los que se asigna la misma causa. Pese a ello, enfrentarse a ello parece un imposible. De la resistencia al olvido, el tema aparece y desaparece en nuestros medios y de nuestras mentes. La cuestión se vuelve invisible por el propio efecto que el mundo de las pantallas tiene sobre la sociedad y las personas.

En RTVE.es nos vuelven a traer los resultados de nuevos estudios.

Este sábado se han convocado concentraciones en toda España para abogar por la desconexión digital de menores y adolescentes. Los riesgos derivados de la exposición a pantallas, tablets, ordenadores, móviles son altamente preocupantes, tal y como demuestran numerosos estudios.

Los médicos y psicólogos alertan también sobre los posibles daños neuronales en niños y los estudios realizados reflejan una reducción paulatina del coeficiente intelectual y de la mielinización en las conexiones neuronales en las áreas del cerebro que se encargan del lenguaje y la alfabetización.

Estas conclusiones se extraen de las investigaciones que van "desde la observación clínica a los resultados escolares, hasta estudios con resonancias magnéticas muy específicas", ha explicado en Las Mañanas de RNE el vicepresidente y responsable del Área de Neurotecnología e Inteligencia Artificial de la Sociedad Española de Neurología, David Ezpeleta. "Se han observado cambios estructurales en el cerebro de niños con alta exposición a pantallas frente a aquellos que no tienen esta exposición".

Aunque todavía queda por descubrir cuál es el mecanismo que activa esta desmielinización, lo que si se ha constatado a través de estos estudios con resonancia magnética es que se producen cambios sutiles en los cerebros de los preescolares, en la sustancia que recubre las vías de comunicación entre las diferentes áreas del cerebro (mielinización).

En definitiva, los expertos establecen una relación directa entre el uso excesivo del móvil y problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, además de dificultades para prestar atención. También observan una reducción paulatina del coeficiente intelectual y de la mielinización en las conexiones neuronales.*

Como se puede apreciar, los efectos no son cualquier cosa, tienen trascendencia para el futuro de las personas. Pero una vez que se señala los efectos y se ligan a la infancia, gran parte de su efectividad de la advertencia sobre los daños desaparece. La cuestión es ¿qué pasa con esos niños después? Esa es la pregunta clave. Mientras muchos entiendan que es un problema "exclusivo" ligado a esa edad, el problema se percibe de otra forma. ¿No se entiende que eso es solo el inicio de algo que no se recupera? Pero el adulto que usa y abusa igualmente de las pantallas no se percibe a sí mismo como problemático; hace lo que todos los demás hacen.

Cuando uno va en el transporte público esquivando a gente que va desde primeras horas de la mañana pegada a sus móviles; cuando ve a veinteañeros manipulando sus teléfonos bajo las mesas, incapaces de concentrarse en otra cosa; cuando ves que los padres empujan con una mano el cochecito de los ya no tan bebés y en la otra sostienen sus móviles; cuando ves parejas en un restaurante o terraza sosteniendo cada uno su teléfono, sin comunicación alguna... comprendes que el problema va más allá de la infancia, que es ya un problema del conjunto y afecta a muchas dimensiones.

No, el problema de las pantallas ya no es solo de la infancia. Muchos niños tienen su móvil porque así no distraen a sus padres de los suyos. La mejor forma de que no te distraigan es que los que te rodean estén en la misma situación, entretenidos.

La interacción social se ha modificado, tanto en las familias como en los centros escolares. Se ha modificado en la vida social haciendo que nuestras relaciones sean otras. No, no es cosa de la infancia. Es parte del sistema y nos transforma a todos, obligados ya a esa distancia que el contacto virtual impone.

Cada vez es más difícil, cuesta más relacionarse con personas reales, y cada vez costará más. Crecerán los casos de conflictos personales y sociales por la pérdida de trato y cierta deshumanización a la que lleva. Cada vez tratamos más con asistentes virtuales que simulan ser personas que nos atienden con una "humanidad" fingida, de laboratorio, lo que hace a su vez más complicado relacionarnos con las personas reales. Empresas y administraciones nos empujan cada vez más a este tipo de relaciones que pasan por las redes, deshumanizadas. Vamos perdiendo habilidades sociales, empatía.

Aunque no haya nada que hacer, nos escudamos en la "pérdida de tiempo". Los otros reales nos distraen, nos exigen poner en práctica habilidades sociales que hemos olvidado o que no llegamos a aprender. Las IA aprenden a tratarnos y no nos llevan la contraria, se nos adaptan. La vida social se nos hace demasiado compleja y nos adecuamos más fácilmente a lo que nos llega a través de las pantallas.

Aquí hemos tratado la cuestión de las IA entrenadas para reencarnar virtualmente a nuestros fallecidos. ¿Por qué no hablar con los sustitutos artificiales de los fallecidos, aunque antes dejáramos en soledad a las personas reales? Los ancianos se relacionan con voces que les hablan con amabilidad artificial ante la dificultad de los vivos para encontrar huecos para los mayores.

Todas estas situaciones se están produciendo ya en mayor o menor medida. Soledad, agresividad, falta de empatía, pérdida de concentración, etc. son síntomas cada vez más extendidos. Comienzan en la infancia, como todo aprendizaje social. No, no es un problema de mejores o peores notas, aunque se nos den esos datos. Es un problema de cambio social dirigido por el peor enemigo, el más difícil de combatir, el mercado. Esto es cuestión de beneficio a cualquier precio que impide que se tomen medidas reales y eficaces. 

No es solo un problema de niños: este es un enfoque interesado porque así la responsabilidad pasa a los padres. Pero esto va creciendo y esos niños siguen su vida distante, algo que se manifiesta a través de otras noticias igualmente preocupantes.


* "Estudios neurológicos detectan cambios estructurales en el cerebro de niños con alta exposición a pantalla" RTVE.es 6/06/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250606/exceso-pantallas-riesgos-formacion-cerebral/16613509.shtml

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