Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras
en España estamos pendientes de nuestras miserias, el mundo se encuentra bajo
una nueva amenaza, el ataque de Israel contra Irán, contras sus centrales
nucleares y centro militares. Israel lo llama "ataque preventivo" un
concepto según el cual tiene "derecho" a atacar a otros porque
"sabe" que le van a atacar a él. Todo se base, pues, en una
suposición.
Se
empieza con un fallo inaudito de seguridad, el que permite los ataques y
secuestros de Hamás y se acaba al borde de una guerra mundial, ya que Estados
Unidos ha dicho que no sabía nada de esta acción, pero que si Irán ataca
intervendrá. Es de nuevo la lógica de lo inevitable: todo ocurre encadenado.
Las raíces del conflicto se remontan a décadas, pero las prolongaciones nos
llegan hasta el presente, condicionando además el futuro.
La pareja
Trump - Netanyahu, con el añadido de Putin de fondo, nos está condicionando el
futuro del mundo, lo veamos o no. Las sanciones no funcionan porque no hay un
interés real en la paz mundial y sí mucho negocio e intereses tras las guerras,
como se ha visto con la actuación norteamericana en Ucrania.
El uso
del concepto de "ataque preventivo" introduce una serie de factores
distorsionantes de esta situación con los peligros que se supone.
"Prevenir" es una perversión cuando se está atacando a diversos
países de la zona con la misma excusa. ¿Cuándo se darán cuenta, aceptarán o
como queramos llamarlo que estas acciones solo traen paz en el exterminio, que
Israel no puede existir sin acuerdos con lo que le rodea? La cortina protectora
que se ha establecido a su alrededor se ha tomado como impunidad, como libertad
protegida por terceros para desatar
el caos y la destrucción.
Trump
ha amparado y hecho crecer un monstruo que no puede frenar; una ficción terrible que no duda
en destruir, en limpiar étnicamente, en masacrar niños; en destruir escuelas,
hospitales, comedores, en bombardear campamentos de refugiados en contra de
todas las leyes y acuerdos sobre guerras y tratamiento humanitario.
Nadie
frena a Netanyahu. Su visión de la zona es un imposible que solo se resuelve
con la destrucción total y la repoblación —como muestra el vídeo infame de Gaza
convertida en resort— con colonos que desean ardientemente territorios. Para
crecer, Israel necesita expandirse, más colonos, lo que supone borrar sin
piedad del mapa a los que allí viven.
La comunidad internacional no ha sabido entender esta sencilla raíz del problema, lo que ha hecho que Israel, como la Rusia de Putin, se convierta en potencia colonial en la zona. Y para eso necesita, los Estados Unidos de Trump, su vigilancia y apoyo.
Europa
se distancia, pero no debería ser indiferente porque esto nos va a afectar.
Potencia el yihadismo, por lo que nos convierte a todos en objetivos de terroristas dentro de
ese paquete sin distinciones que se llama "Occidente". Ahí estamos todos como posibles
objetivos.
El ataque "preventivo" contra Irán es un disparo de salida para una carrera bélica de imprevisibles consecuencias. En esa carrera, de una manera u otra, nos vamos a ver arrastrados. No hay final bueno.





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