sábado, 12 de marzo de 2022

La gran pregunta

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Volvamos al principio: ¿qué gana Putin con todo esto? ¿Ha hecho a Rusia "más segura"? Creo que es imprescindible intentar penetrar en la mente opaca y oscura de Putin para poder saber, aunque no sepamos hasta dónde puede llegar, el porqué lo hace. No se puede jugar esta partida sin saber qué quiere o hasta dónde está dispuesto a llegar.

La excusa de la "seguridad" se ha desvanecido porque no ha hecho de sus fronteras espacios más seguros que los que tenía antes de invadir Ucrania. Hay algo que se nos escapa en todo esto, el punto de racionalidad que explique esta locura. Pero que necesitemos explicaciones no significa que estas existan o que nos resulten coherentes.

Las cosas que se escuchan sobrepasan la locura: desde la tercera guerra mundial hasta la importación de mercenarios sirios. Esto es una nueva amenaza que añadir a la que en su momento se barajó: la llegada de cuerpos especiales desde la islámica Chechenia, a cuyo frente hay otro horroroso payaso dictador. Desde el punto de vista de una guerra, todo el mundo entiende lo que significa esto: crímenes masivos, ataques sin piedad ante la seguridad de que desaparecerán sin huellas. El dictador Muamar El-Gadafi hizo algo así enviando a mercenarios que luchaban por África hacia las ciudades que se rebelaban; la amenaza era borrarlas del mapa, sepultarlas bajo un baño de sangre.

Putin ha mentido en todo. Le miente a su pueblo y le miente al mundo. Su aparato de propaganda suena heroico en Rusia, acompañado por la propaganda mediática y los gestos contra Occidente. Muchos rusos colocan las "Z" simbólicas en sus coches, ventanas, ropa, caminos o plazas. Lo hacen porque consideran un héroe a su presidente eternizado gracias a los cambios sucesivos de todo tipo que le permitían seguir en el poder, al que se agarra y del que no puede ya descabalgar.


Putin lleva tanto tiempo en el poder que nadie se lo imagina sin él. Es lo típico de las dictaduras, donde las instituciones acaban fusionándose en el rostro del poder, que el del presidente. Lo vemos en muchos países en los que los tiranos se han eternizado. Ya no hay diferencias.

¿Por qué este cambio en el "orden mundial"? ¿Qué reivindica Rusia, si se puede decir así, a qué aspira? Eso es lo que no acabamos de comprender y es esencial intentar hacerlo.

Tenemos la hipótesis de la maldad natural; simplemente, es malo, un diablo con cuernos, rabo y tridente. Eso vale para describir el comportamiento, pero no la motivación. ¿Una confrontación abierta con la Unión Europea, con Occidente, con la gran mayoría de los países que se han manifestado en contra? ¿Cree Putin que ha llegado el momento de crear un "eje" como el elaborado en la II Guerra Mundial, con Alemania, Japón e Italia? ¿Quiénes serían los integrantes de ese "eje" dictatorial, capaz de controlar el mundo? ¿Quiere un mundo orwelliano, un mundo dividido en zonas controladas por la propaganda y enfrentadas entre sí, como amenaza permanente? 

En otro orden, ¿es el ataque destructivo contra Ucrania un fin en sí mismo o una advertencia? ¿Ambas cosas? ¿Con qué fin, ya que es obvio que no consigue más espacio de defensa, sino prolongar su frontera de guerra hasta un límite peligroso?

¿Cabe la posibilidad de que Putin crea que la OTAN no va a intervenir nunca en defensa de nadie? Es lo que aprendieron algunos países de Oriente Medio sobre la presencia norteamericana, que basta la decisión de un nuevo presidente para dejarte colgado. Eso convirtió a Putin en una "valor seguro", en alguien que no te deja ni te critica porque seas un dictador, porque asesines o hagas desaparecer personas. Eso la Casa Blanca lo reserva para los muy amigos, como ocurre con Arabia Saudí y el príncipe Bin Salman. ¿Esa es la hipótesis sobre la que gira lo que ocurre, que la OTAN va de farol y no intervendrá? Que Rusia podrá ir tragándose país por país hasta llegar a ¿dónde? ¿Cuál será el límite? ¿Hemos pasado de la globalización económica al diseño de un planeta lleno de telones de acero, con cañones apuntando al otro lado? Hay muchos dictadores repartidos por el mundo que han hecho mejores migas con Putin que con Trump. Putin es un valor fijo; los Estados Unidos cambian cada cuatro años. A los dictadores les gusta la estabilidad y poco las sorpresas.

¿Ha jugado Putin estos años a entrar en el espacio aéreo de muchos países para comprobar que nadie le va a disparar por temor a una reacción rusa enloquecida e incontrolable? En noviembre de 2015, Turquía derribó un avión ruso que se había metido en su espacio aéreo camino del conflicto de Siria. Turquía apoyaba a los islamistas y Rusia al régimen del dictador Bachar al-Assad.

En La Vanguardia leíamos entonces:

No va a ser el inicio de la tercera guerra mundial, ni mucho menos... El derribo de un avión ruso de ataque por cazas turcos no va a provocar una confrontación entre Rusia y la OTAN. Nada parece indicarlo, ni lo sucedido ni los precedentes más recientes de invasión del espacio aéreo por unos y por otros (a menos que se produzca un error catastrófico). Además, por otra parte, los lazos e intereses que unen a Rusia y a Turquía son demasiado fuertes.

El ambiente expectante que reinaba ayer se diluyó rápidamente tras una reunión de urgencia en la sede de la OTAN en la que se llamó a la calma tanto a Turquía –país miembro- como a Rusia. A nadie le interesa una escalada, y menos en estos momentos.*

 

Lo que Rusia no quiso provocar, pese a las palabras de Putin diciendo que "pagarían" el derribo, se produce ahora en Ucrania, un riesgo elevadísimo. Ucrania no es miembro de la OTAN, Turquía sí lo es. 

La retirada del ejército norteamericano de la zona dejó a los kurdos literalmente al descubierto, algo que avergonzó a los propios militares. Fue una decisión "política" que hizo que abandonaran a aquellos con los que habían luchado codo con codo. Lo tratamos aquí en su momento. ¿Es el caso que ha servido a Putin para confiar que los norteamericano, el gran peso de la OTAN, no están dispuestos —pese a lo que diga Biden— a meterse en una guerra a gran escala, especialmente tras la vergonzosa retirada de Afganistán, dejando a su suerte a millones de personas? ¿Le ha tomado Putin la medida a la OTAN y a los Estados Unidos? ¿Cree firmemente que la OTAN no intervendrá y que se puede tragar todo lo que oficialmente no está en la organización? ¿Será ese el destino de los demás países "advertidos" de no entrar en la OTAN?

Es difícil evaluar lo que ocurre sin saber cuál es el objetivo real, que ha de estar en concordancia con el derroche de crueldad generado. El sufrimiento del pueblo ucraniano está solo comenzando. Rusia no se va a retirar de Ucrania. Se la va a anexionar y lo va a presentar como una "gran victoria", que será bendecida por el pope moscovita, cabeza de su Iglesia y que ya vio cómo Ucrania se le escapaba de la "diócesis". Putin va a poner a "los verdaderos ucranianos" al frente del país, por el que circularán libremente los tanques y soldados rusos haciendo una "limpieza" del territorio, descabezando las instituciones y colocando a los más proclives.

La resistencia del pueblo ucraniano está siendo feroz, sin importarles el tamaño del enemigo, algo que le ha fallado a Putin. Lo que ha quedado claro es que Putin no se va a retirar de Ucrania como "perdedor", por eso le interesa obligar a sentarse en una mesa a Ucrania a que acepte sus demandas, algo que los ucranianos no quieren. Es su decisión porque es su país y su destino. La cuestión es qué caro le puede salir a Putin, que se presenta como invencible. Si la OTAN no quiere participar y Rusia no quiere perder, el destino está claro en un sentido, pero no en las posibilidades que abre para el futuro. Putin cree controlarlo todo y puede que no todo le salga como quiere.

Las consecuencias de la guerra en Ucrania son devastadoras para ellos. Abren además una serie de incertidumbres sobre Europa y parte del mundo. Obligan a la desconexión de Rusia del sistema mundial, algo que no controlará, pero lo intentará a través de alianzas con aquellos que necesiten su ayuda y comprensión. Sabe también que a la fuerza militar y la brutalidad le debe añadir las penurias que causará fuera. El controla el hambre de su pueblo, pero la de Europa es otra cosa. Putin cuenta con la inflación como aliado.

En el artículo de 2015 sobre el avión derribado se señalaba,

-Turquía compra a Rusia el 60% del gas que consume (es el segundo mercado ruso después de Alemania) y tiene un contrato de 20.000 millones de dólares con Rusia para construir centrales nucleares. A ninguna de las partes les interesa perder estos negocios.

-Además, Turquía exporta a Rusia y sus socios de Unión Euroasiática frutas y verduras. Rusia fue el principal país importador de productos turcos en el 2014, según el diario ruso Kommersant.

-El año pasado visitaron Turquía 4,5 millones de turistas rusos. Esto parece quedar ahora en suspenso y es un importante golpe para Turquía, pero de todos modos el turismo ruso no está en su mejor momento.

-Rusia necesita a Turquía: para llegar a su base naval en Tartus (Siria) y abastecerla, sus barcos tienen que atravesar el estrecho del Bósforo desde el mar Negro. De otro lado, mercantes turcos atracan en la península de Crimea ignorando la prohibición del Gobierno ucraniano.

-Los rusos han demostrado que pueden responder a sanciones económicas incluso perjudicándose. Así ha hecho con la Unión Europea a propósito de la invasión de Ucrania. Las amenazas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en este sentido no le han servido de nada.*

¿Podemos aprender algo de lo que ocurrió entonces para lo que está ocurriendo ahora? Los primeros párrafos nos muestran los lazos económicos y el freno que suponen para los conflictos. Pero también se nos contó que los rusos responden aunque se perjudiquen. Es lo malo. En junio del año siguiente, 2016, Erdogan, el presidente turco, se disculpaba por el derribo del avión ruso dentro de su espacio aéreo. No es fácil que se disculpe por algo, pero Putin ya había conseguido algo..

Queda por ver cómo le ha sentado a los oligarcas las requisas y cancelaciones. Pero Putin ya les ha ofrecido una compensación: nacionalizar las empresas extranjeras que cierren y "dárselas" a los que las quieran "trabajar". Es evidente que quienes las querrán trabajar son los mismos que están perdiendo poder por otro lado.

Vladimir Putin ha lanzado a Rusia a una locura. Cuál sea su finalidad está por verse pues, por mucho error de cálculo que haya cometido, es un camino de difícil retorno a algún tipo de "normalidad". Estamos acostumbrados a ver la guerra como algo intrínsecamente malo, algo que evitar. Putin nos la muestra como una herramientas más del poder y de una forma imperialista que considera "natural". Lo que se resiste, se destruye.

Putin ha creado una fisura en la forma de ver el mundo. Allí donde se nos explicaba por qué no había réplica al derribo del avión en 2015, no existe ahora explicación. ¿Ha estado tanteando estos años para llegar a este asalto bélico? ¿Es un camino o solo una etapa de un camino oscuro y violento que puede destruir ese nicho de paz que ha sido Europa tras la II Guerra Mundial? Entonces, la Rusia de la Unión Soviética llegó hasta el corazón de Europa, anexionándose países enteros que pudieron recuperar su libertad tras la caída del Muro muchos años después. Puede que sea ahí, en esa estrategia y objetivos de entonces, donde deberíamos mirar. La pregunta entonces sería "¿hasta dónde puede llegar?" 


* Félix Flores "Por qué el derribo del avión ruso no desata una guerra" La Vanguardia 25/11/2015 https://www.lavanguardia.com/internacional/20151125/30383703868/guerra-derribo-avion-ruso-rusia-turquia.html

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