Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Una vez
más, el gobierno egipcio se rasga las vestiduras cuando se le dice que la
elecciones presidenciales son una farsa en la que se ha impedido o dificultado
el acceso a los opositores y en las que se ha colocado como rival a un devoto
manifiesto del presidente Sisi. Forma parte de la propia farsa el fingir ofensa
por aquello dónde todos ven una manipulación suprema. Pero el gobierno egipcio
no convence nadie más que a los que quieren ser convencidos.
Los
argumentos para justificar lo injustificable, lo condenado desde todas las
instancias internacionales, traspasan las líneas del ridículo. No pueden
calificarse de otra manera las declaraciones que recoge Egypt Independent del
jefe de campaña de Abdel Fattah al-Sisi:
Mohamed Bahaa Abu Shaqa, spokesperson of
President Abdel Fattah al-Sisi’s electoral campaign, said that Egypt did not
ban other candidates from running in the presidential elections in order to
pave the way for Sisi’s victory.
During an interview on the Sada Al-Balad
satellite channel, Abu Shaqa said that Sisi is a noble person who would never
plot a conspiracy against his competitors. “Neither Sisi’s morals nor his
dignity let him prevent any other person from running,” he said.*
Uno no sabe realmente si estas personas se creen lo que
dicen o si poseen una capacidad infinita de reírse de la gente. Reducir la
farsa electoral egipcia a una cuestión sobre la "nobleza" de espíritu
del presidente es tan ridículo como las elecciones mismas. El hecho de que se
les tengan que realizar estas preguntas ya indica el grado de desconfianza, por
lo que este tipo de respuestas sobre la pureza del líder sobran cuando son los
hechos los que lo desmienten.
Y los hechos son claros: la retirada forzosa o solidaria de
toda la oposición democrática llamando al boicot por entender que son un mero
sarao a mayor gloria de un presidente que no se ha caracterizado por su
"nobleza" democrática en ningún momento.
Otra cosa es el "noble disfraz", es decir, la
capacidad ilimitada de convertir las acciones antidemocráticas en casos de
necesidad mayor. No hay nada que se haga por "amor a Egipto", causa
por la que siempre están dispuestos a dar la vida pero que quien la acaba
perdiendo son los demás. Los cientos de medios bloqueados o cerrado lo son por amor a Egipto, los enviados a los
tribunales por un chiste (Sherine) sobre el Nilo es por amor a Egipto... y así se justifican amorosamente los atropellos a las personas, la reducción de las
libertades, etc.
La peculiar psicología egipcia necesita de un líder perfecto
aunque no lo sea. Ante el nulo debate racional, los argumentos pasan a ser
emocionales y apriorísticos. Si es el líder es que es perfecto. El que podía
ser criticado como ministro de Defensa del gobierno islamista de Mohamed Morsi
(etapa borrada de la mente colectiva) o como jefe de los servicios de Inteligencia,
pasa a ser valorado como un perfecto caballero infalible, bondadoso con los
pobres y duro con los enemigos, amigo de los poderosos (Donald Trump) y una luz
para el mundo. Así le gusta pensarlo a un número elevado de egipcios que ven en
el liderazgo la paternidad. Aferrados
a la persona, se ven obligados a justificar sus actos, especialmente sus
errores, impensables. Impensables,
habría que añadir, hasta que se produce la caída, signo de que el amado no lo era tanto.
Desde esta perspectiva de la imposible superación del
elegido, las elecciones se plantean como un absurdo, por definición. Incluso se
plantea como una especie de ofensa. De este modo, la crítica o el debate político
mismo se consideran una especie de cuestionamiento de lo incuestionable y un
reconocimiento de la inferioridad que no puede ser exhibida.
El sentido de "elegido" es completamente diferente
cuando se piensa que unas elecciones no son más que una forma de certificar que
la persona que está al frente es la que debe
estar, ya que ha sido elegida. El famoso sueño de al-Sisi con Sadat pidiéndole
que se presente a las elecciones no fue solo una salida fácil para romper todas
sus afirmaciones anteriores de que sus actuaciones no llevarían a un régimen militar o que él mismo no tenía
aspiraciones de poder. Fue una señal al pueblo egipcio de que él había sido escogido, que era quien había acabado
con el enemigo (los Hermanos Musulmanes) y garantizaba un futuro a todos.
En esta perspectiva, cualquier acto parecido a un debate es
entendido como una forma de debilidad, que es lo que un líder egipcio no debe
mostrar y nadie le pide si no es con intenciones aviesas. Lo podemos ver a
través del curioso personaje que le han buscado para justificar el gasto en
papeletas, Moussa Mostafa Moussa. El 28 de febrero, Egypt Independent recogía
con el titular "Moussa supports extending presidential term for 6 years"
algunas declaraciones sobre el presidente al-Sisi, su rival en la carrera
presidencial:
In an interview ‘Hona Al-Asema’ program with
Lamees al-Hadidy , Moussa also repeated that he refuses to have any kind of
debate between himself and President Abdel Fattah al-Sisi, as he simply has a
program while Sisi has a concrete history of achievements. However, he
expressed his openness to answer any public questions.
He also added that a debate represents a
challenge to the presidency and the current situation cannot afford anyone to
challenge the president.
“I am not here to challenge the president,”
Moussa told Hadidy. “If I win that would be great, but I will not cause any
problems.”
Moussa also invited all Egyptians abroad to
return to Egypt and stop attacking their country.
Finally, Moussa addressed the congratulatory
statement that Mohamed Baradi issued for him on Baradi’s twitter account,
saying, “I do not know Baradi nor do I have a twitter account, and I am not
sure if your congratulations is a real expression of your happiness or a subtle
satire of the current regime.”**
Creo que es difícil encontrar —en el mundo y en la historia—
un "opositor" que se oponga tan poco como este y que esté dispuesto a
lo que sea con tal de preservar a su rival. Si Moussa se dedicara a criticar lo
realizado por al-Sisi o a exigir un debate con el presidente sobre el futuro,
todos el mundo se sentiría sorprendido además de irritado y los problemas
empezarían a producirse en cadena. Solo tiene lugar en el sistema si se dedica
a cantar las proezas de su rival y asegurar que "no causará problemas".
Su comentario sobre el tuit de Mohamed El-Baradei podría
decirnos que no tiene una gran visión de las cuestiones políticas, pero no es
así. Sabe perfectamente que el tuit de El-Baradei es una ironía contra él, pero
Moussa la desvía como una crítica hacia el "current regime", es
decir, hacia el presidente al-Sisi. Con ello despierta las iras de los que consideran que ciertos egipcios en el exterior (lo que ya nos ha dicho antes)
se dedican a atacar a la patria. Se trata así de invalidar los cuestionamientos
que muchos hacen del régimen y por el que han sido advertidos, por no decir
"amenazados" con represalias interiores.
Las elecciones presidenciales egipcias son una farsa. Lo
dicen, desde todas las instancias, observadores y analistas internacionales. Cualquier
intento de justificarlas es inútil porque el régimen ha creado esas situaciones
en las que se encuentran. Ha asociado caos con democracia, el más burdo de los
argumentos creados en las dictaduras militares a lo largo de los tiempos. Se ha
debilitado a través de las leyes a los partidos para evitar que el único grupo
existente en el país, el Ejército, perdiera su protagonismo en el poder. Con
ello, Egipto se condena a seguir teniendo militares en el gobierno de por vida.
Todos serán seleccionados por Dios y llamados en sueños,
todos justificarán la eliminación de aquellos que les cuestionen y todos invocarán
la necesidad de la fuerza, a través de la cual intentarán afianzar su
liderazgo. Todos los que critiquen serán "traidores", enemigos del
pueblo, personas que no merecen ser llamados "egipcios" y a los que se les
retirará la nacionalidad como máximo castigo.
*
"Amid int’l criticism, Egypt denies it prevented presidential hopefuls
from running in elections" Egypt Independent 19/03/2018
http://www.egyptindependent.com/amid-intl-criticism-egypt-denies-it-prevented-presidential-hopefuls-from-running-in-elections/
**
"Moussa supports extending presidential term for 6 years" Egypt
Independent 28/02/2018
http://www.egyptindependent.com/moussa-supports-extending-presidential-term-for-6-years/
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