lunes, 19 de marzo de 2018

Estudiando las mentiras


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Parece que el Ministerio de Defensa y la Comisión del Parlamento se han tomado en serio la cuestión de las noticias falsas y sus efectos. Está bien que se debata está cuestión, que es probablemente irresoluble en sus orígenes, pero que es necesario frenar en su alcance. La cuestión de las noticias falsas, finalmente, es que quede claro que lo son y aquellos agentes repetidores dejen de hacerlo.
La creación de un grupo en el parlamento de estudio del problema es importante para que quede evidencia de la unión de las fuerzas democráticas frente a una cuestión que trata de desestabilizar precisamente los sistemas democráticos. España se suma así a los países e instituciones preocupadas por el deterioro de la información veraz en favor de las noticias falsas intencionadas.
Nos informa el diario EL País sobre los fines buscados:

El propósito del Gobierno es que expertos en seguridad, defensa, relaciones internacionales —tanto civiles como militares— especialmente en temas de comunicación y tácticas de intoxicación; periodistas, editores, plataformas de divulgación (Twitter, Facebook, Linkedin, etcétera) y buscadores y agregadores (Google, Yahoo); así como autoridades europeas o entidades de verificación de noticias ilustren a los diputados sobre el problema de desinformación en la Red. El objetivo sería después proponer sistemas que eviten el impacto de la desinformación: mecanismos de alerta temprana, verificación editorial, ritmos de publicación, posibilidad de retirada de oficio de calumnias y falsedades verificadas y repetidas... Y, al mismo tiempo, hacer una lectura geoestratégica y militar de la cuestión.
¿Qué estudiará exactamente el grupo de trabajo? Las noticias falsas o tergiversadoras con intención de intoxicar masivamente, o Fake News. A través de estas, ideas interesadamente falsas y tergiversadas se difunden masivamente en las redes sociales, sobre todo en medio de periodos electorales u otros momentos especiales y gracias a tecnologías ad hoc impiden rastrear su procedencia.
El Parlamento Europeo también ha debatido recientemente sobre el control y supervisión de las Fake News, y la Comisión Europea creó un grupo de expertos el pasado noviembre.*


La suma de agentes no garantiza la verdad de las noticias, desde luego. Es dudoso también que se puedan establecer medios efectivos para convencer a los que no desean ser convencidos. Es la parte psicológica de la cuestión.
Analizábamos ayer aquí el uso fraudulento para fines políticos electorales en los Estados Unidos de datos masivos obtenido a partir de Facebook. Las noticias falsas son la segunda parte de este proceso ya que son los elementos diseñados para actuar desde el establecimiento de una serie de condiciones que los mecanismos del Big Data permiten conocer.
En las recientes elecciones italianas, se ha detectado que las noticias falsas se referían básicamente a la inmigración, que se mostraba como una presión insostenible sobre Italia. Muchas de ellas eran alarmistas y con datos agrandados, sin confirmar en absoluto. Pero el mecanismo es que quien quiere creerlo lo creerá.
Cada nivel tiene su finalidad. Las noticias falsas son la fase final, la de distribución del mensaje adecuado para el público receptivo. La campaña electoral hace el resto, poniéndose sobre la mesa en los discursos y programas el refugio para la angustia creada con las noticias.


La campaña de Donald Trump fue la del miedo. Por todas partes había enemigos de los Estados Unidos. Para unos era China, para otros México y el sur. Los norteamericanos escucharon lo que querían escuchar, en ese principio están de acuerdo casi todos los analistas. Trump no creó el racismo, sino que lo removió para enturbiar la campaña.
El diario ABC señala:

Se reconoce que la difusión de noticias falsas se ha aprovechado del fenómeno de las redes sociales que «no se consideran medios de comunicación y no están, por lo tanto, sometidas a las restricciones o a la autorregulación propia de estos. El carácter interactivo de los medios digitales añade una mayor carga afectiva y emocional a los mensajes que los hacen más efectivos».**


Desde el origen de las redes (antes de ser "sociales" en el sentido actual) se ha planteado la cuestión de su "horizontalidad" frente a la "verticalidad" de los medios tradicionales. El estatus de los medios personales es difícil de definir porque oscilan entre el uso naif de mostrar familia y mascotas hasta tener mayor potencial que un medio profesional en la difusión de cualquier noticia, falsa o real.
Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos con las formas de enfrentarse a ellas porque muchos están utilizando este problema para el recorte de libertades. Suele servir de muy poco, además, porque las fuentes de las noticias las más de las veces se encuentran fuera del espacio físico y jurídico. Ese ha sido otro de los problemas clásicos también desde los inicios, la falta de coincidencia entre el espacio informativo y el espacio jurídico. Las noticias se pueden lanzar desde fuera del espacio en el que se recibe la información. De esta forma es difícil tanto frenarlas como perseguirlas.
Por otro lado, las democracias son espacios de derechos, por lo que entran en juego la libertad de expresión e información, lo que hace que desde los jueces sea complicado aplicar normas que pudieran afectarlas. La verdad o no de las noticias se complica cuando no hay nadie responsable detrás de ella a quien sancionar.


El problema no tiene respuesta fácil desde los ámbitos políticos y jurídicos. Tampoco está claro que se pueda hacer mucho desde las estrategias de defensa. Estos últimos pueden realizar investigaciones para determinar el origen, pero las evidencias se tienen después de la acción, como hemos podido ver en Italia o en Cataluña desde las elecciones. Lo más que se llega es a medir el flujo de noticias de un punto a otro.
Más allá de declaraciones y comités, la mejor estrategia utilizada hasta el momento es la de la prensa norteamericana: publicar las verificaciones de falsedad, internas y externas. Puede parecer poco eficaz publicar el recuento de mentiras dichas cada día por el presidente de los Estados Unidos, pero tiene su efecto, aunque tenga en contra la exposición selectiva a los medios, es decir, cada uno usa el medio que más se ajusta a sus creencias, por lo que aceptara como "verdades" lo que se le presente allí.
La creación de centros de verificación de noticias que publiquen resultados puede tener alguna eficacia, pero no evitan el impacto. Las noticias falsas salen cuando sus autores creen que hacen más daño y son difíciles de frenar y verificar. Aparecen en momentos de crisis o las crean ellas mismas. Los que intentan frenarlas juegan siempre por detrás.
La creación de un sistema instantáneo y global de transmisión de información es un gran logro, pero las luchas e intereses que pueden utilizarlas forman parte de la lucha por el poder en la que se usan todos los mecanismos posibles. La falta de escrúpulos en estas guerras refleja el de la realidad.


Lo más preocupante es que el uso de las redes también sirve para combatir las mentiras de los regímenes autoritarios. Estos están copiando las razones de las democracias para frenar a sus críticos. Diferenciar entre "críticas" y "noticias falsas" es esencial, pero a los que tienen el poder la crítica es algo que les parece una agresión al considerarla falsa.
La universalidad de la red, el flujo de informaciones por unos espacios y otros solo puede mantenerse en un clima de confianza y apertura. Esto es lo que ha cambiado. El aumento del autoritarismo y de sus fuentes nacionalistas, populistas y religiosas, ha hecho que la información sea un espacio más de lucha.
Es un síntoma más de este regreso a la "guerra fría" al que asistimos impotentes. El titular de ABC habla de "luchar", el de El País de "estudiar". Creo que el segundo se ajusta más a lo hecho que el primero. Antes se estudiaba la verdad; hoy se hace con la mentira. Ironía de los tiempos.
Se juntan con la esperanza de que alguno tenga soluciones, pero no es fácil. En cualquier caso es importante que todos sean conscientes de la importancia del caso.



* "El Congreso acelera el estudio de las noticias falsas" El País 18/03/2018 https://politica.elpais.com/politica/2018/03/18/actualidad/1521397380_796523.html
** "El Congreso crea un grupo de trabajo para luchar contra las «fake news»" ABC 19/03/2018 http://www.abc.es/espana/abci-congreso-crea-grupo-trabajo-para-luchar-contra-fake-news-201803182108_noticia.html



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