Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Cada
vez que el gobierno egipcio intenta convencer a alguien de algo, todas sus
acciones consiguen lo contrario de lo que pretenden. La estrategia de detener a
los que dicen que hay detenidos no es más que la confirmación de lo dicho. Cada
vez que el régimen pretende demostrar al mundo lo liberal que es lo hace
mediante acciones de represión.
¿Cómo
se puede cometer tamaño error político? La única explicación a este absurdo
político es la ceguera que produce el control absoluto de un país tras décadas
de permanencia y poder de unas estructuras de poder que se consideran eternas. Egipto
inventó la "eternidad" y eso marca mucho.
La
guerra con la BBC y con medios de todo el mundo porque se niegan a ver el mundo
como ellos quieren tiene mucho de esa soberbia empecinada que caracteriza a sus
políticos, cuya posición se alcanza con obediencia al poder y a los que se les
pide que hagan ostentación de ella lanzándose contra aquellos que dentro o
fuera deciden ver el mundo de otra manera.
Desde
que el régimen llegó al poder con un golpe de estado que no puede ser llamado
por su nombre, que es la primera característica de los gobiernos autoritarios
(la imposición del lenguaje). La segunda característica es perpetuarse en el
poder y acabar con cualquier oposición.
Lo que
sorprende inicialmente del régimen egipcio es empeño en parecer lo que no es,
un régimen moderno y democrático. Las detenciones de homosexuales, ateos,
escritores, activistas, etc. van más allá de la cuestión de la prensa
extranjera, que se limita las más de las veces a ignorarlo y solo en contadas
ocasiones a recogerlo.
Hoy el
diario estatal Ahram Online nos da cuenta de la detención de una de las
personas entrevistadas por la BBC:
An Egyptian woman who claimed during an
interview with the BBC that her daughter had been tortured and disappeared by
security services will be detained on the orders of prosecutor-general Nabil
Sadek, state news agency MENA reported.
Mona Mahmoud will be detained for 15 days
pending investigations into charges including "publishing and broadcasting
false news that could harm the country's national interests" and joining
an illegal group, a reference to the outlawed Muslim Brotherhood.
The accusations stem from the woman's claims
during an interview with the BBC that her daughter, Zubaida, had not been seen
since April after being apprehended by security forces, and that she was
tortured in detention during her previous stint in custody.
Mahmoud’s account was part of a short
documentary and online report by the BBC on what it said were cases of enforced
disappearances and torture carried out by the Egyptian security forces.*
Los cargos contra ella son característicos de un régimen
autoritario en el que unos indeterminados "country's national interests"
son convertidos en el centro de la denuncia. ¿Quién determina esos intereses?
La identificación "estado", "país" con el "régimen",
es decir, el poder y sus intereses, es la base de la visión monopolística del
país, que pasa a ser una propiedad sobre la que se tiene total poder de
decisión, incluidos sus ciudadanos, cuya única función es ser sumisos y
aplaudir.
¿Cómo pretende Egipto ser tomado en serio después de la
farsa de las elecciones que ha montado para mayor gloria de su presidente, alrededor
del cual se ha establecido un culto a la personalidad que rivaliza ya con otros
famosos en la historia? ¿Es posible sostener que son unas elecciones libres sin
inmutarse? Evidentemente sí. Se puede decir que todos mienten, que todos son
enemigos del pueblo, etc. Pero no se puede pretender que el mundo se lo tome en
serio.
La explicación egipcia es el poder la de Hermandad
Musulmana, convertida así en "primera potencia mundial en la sombra",
un poder por encima de los estados, de las instituciones internacionales, etc.
a las que controla y manipula para conseguir la destrucción de Egipto. Es tal
el grado de irrealidad conspiratoria del país que ya es difícil distinguir una
mentira de otra, sin que hayan quedado opciones para la verdad, cuya definición
es "lo que el poder establece".
La represión egipcia ha abarcado a profesores universitarios
laicos, a novelistas y poetas, a activistas sociales, a cantantes, a
reformistas religiosos, a científicos que han huido espantados del grado de
ineptitud y dogmatismo. Para todo ello han elaborado la fórmula mágica del "country's
national interests", que ahora aplican a la señora que salió en un
programa de la BBC pidiendo explicaciones sobre la desaparición de su hija.
Mientras el presidente del parlamento egipcio habla con
desprecio de la "democracia" y de la "libertad de
expresión", se detiene a los que no participan del régimen o se cierran
los medios que critican lo que ocurre. Y lo que ocurre puede ser protestar por
la cacicada sumisa de entregar a Arabia Saudí dos islas que los egipcios
creían, siguiendo sus propios libros de texto, eran suyas. También aquí se ha
decretado que iban contra los intereses
del estado los que se oponían a la entrega del territorio. Decir que las
islas eran egipcias era ir contra los
intereses del estado.
El ridículo nos llega de nuevo desde el titular de Egypt
Independent, "Not a single journalist detained for a publishing case:
Journalists Syndicate President"**. Se puede apreciar en la figura que
dice eso, el presidente del sindicato de los periodistas, el cambio producido
con el presidente anterior, que defendió a los periodistas que se refugiaron en
la sede del sindicato, perseguidos por la Policía por haber publicado que las
islas eran egipcias, lo que se considera también "difundir noticias
falsas". De nada sirve que Egipto sea declarado como uno de los peores
países para ejercer la profesión, tal como han informado las asociaciones
internacionales de periodistas. Se ha puesto al frente del sindicato (como de
otros sindicatos) "perros del régimen", por usar el término que se
aplicaba a los que realizaban idéntica función en la época de Hosni Mubarak.
Las declaraciones del presidente y representante fiel de los
periodistas aparecen en Egypt Independent:
President of the Journalists Syndicate Abdel
Mohasen Salama said there are no journalists detained in Egypt due to a
publishing case, and that the syndicate stands behind those detained for other
reasons. He added that negotiations with the General Prosecutor are underway
for journalists to undergo an internal investigation by the syndicate before
reaching court.
Salama stressed that the country is currently in
a delicate situation that demands the cooperation of all, and that President
Abdel Fattah al-Sisi has been making an effort to improve the country,
therefore different institutions should work together. He added that the
relation between the state and the Journalists’ Syndicate has never been
stronger.
Salama also added that he does not spare any
efforts in improving journalists’ social status, saying that the syndicate has
increased their pensions. He also promised a solution for the Party Newspapers
that have been unpublished for more that 15 years.**
Eso lo dice días después de que fuera detenido el periodista
que recogió en HuffPost Arabic las declaraciones de Hisham Geneina. El
periodista se limitó a recoger lo que el otro le dijo, lo que forma parte de su
profesión, pero en Egipto se le pide al periodista que además ejerza de censor teniendo
en mente lo que le gustará o no escuchar al poder.
Cuando el sindicato empezó a ser crítico se arreglaron unas
elecciones y se cambió al equipo. El miedo y el sueldo hacen mucho en un país en
el que los medios dependen del poder o de magnates que los venden y compran
para ponerlos al servicio del poder despidiendo a los periodistas críticos.
Pero vemos aquí una prueba más de ese querer aparecer
virtuosos, más virtuosos que nadie, ejemplares cumplidores de unas leyes que
son arbitrarias y quedan en manos de unos jueces, que como dijo el que fue su
presidente y breve ministro de Justicia, deberían suceder sus hijos en el cargo.
No hay idea más retrógrada en el moderno Egipto que el planteamiento de una
justicia hereditaria de facto, muestra de cómo el régimen se perpetúa a través
de las familias acomodadas, las beneficiadas por el régimen.
El artículo de Egypt Independent no puede dejar de cerrar
con algunos "detalles", recordatorios de lo que ocurre tras las
palabras del presidente del sindicato:
The announcement comes after years of backlash
regarding the freedom of press in Egypt. In 2016, the head of Egyptian Press
Syndicate was arrested, in what Amnesty International called “an unprecedented
crackdown” on media in Egypt.
It also comes at a time that Egypt has blocked
access to dozens of websites, in addition to dismissing reports from
international organizations and media groups, including the Amnesty report
saying “dozens of news websites [were] blocked as Egypt ramps up digital
censorship.”
The report says that Egypt has shifted its
attention to digital media blocking over 40 websites.**
Está bien que los compañeros se lo recuerden. Algunos se lo
podrían recordar desde el extranjero a donde por seguridad se desplazaron. Por
esa misma seguridad, las cifras se atenúan para evitar la provocación que puede
llevar al cierre o a la detención por los mismos motivos que se denuncian. El
planteamiento simplista del presidente del parlamento, insigne jurista, es que la gente quiere libertad de expresión y
luego la utilizan para criticar al régimen, lo que se traduce en atentar
contra los intereses del país.
Hoy, el control se ejerce sobre la práctica totalidad de las
instituciones civiles, tomadas por afectos al régimen, cuya función en
controlar la disidencia. Sirva de ejemplo el impresentable lacayo que preside
el sindicato de cantantes y músicos, lanzado al cuello de la cantante Sherine y
prohibiéndole las actuaciones sobre el sagrado suelo patrio tras ir contra los
intereses del país al no considerar recomendable para su salud beber el agua
del Nilo. "Egyptian
Singer Sherine Sentenced to 6 Months Over ‘Offending the Nile River’",
titulaba hace unos días Egyptian Street, ¡Pobre río Nilo, pobre Egipto!
Mada Masr, un
medio independiente bloqueado sin más explicación, tras escuchar tanta alarma,
se preguntan desde sus titulares "Who are ‘the forces of evil’ controlling
Egypt’s media?". Esos indefinidos males con los que los egipcios son
asustados o se les reclama su indignación patriótica son un misterio que pide
ser resuelto:
There are “forces of evil” that control Egypt’s
media outlets, according to a Wednesday statement issued by Public Prosecutor
Nabil Sadek. To protect “national security” and prevent “spreading fear
throughout society,” Sadek instructed public prosecutors and regulators to
monitor media outlets and arrest anyone who disseminates or broadcasts false
news.
However, it is unclear whom Sadek was referring
to in his statement. And in the absence of clarity, media regulators and
lawyers are left to speculate whether the term “forces of evil” is confined to
the spat with the British Broadcasting Corporation (BBC) over the critical
report titled “The Shadow Over Egypt” on human rights violations in Egypt
during President Abdel Fattah al-Sisi’s first term in office, or if it signals
the beginning of a broader wave of future legal prosecution targeting
journalists in the coming period in Egypt.***
La rétorica empleada es simplista e infantiloide que se
corresponde con un público al que se le priva de la inteligencia para sumirlo
en miedos y pánicos ante un futuro de destrucción. Pero no pasar de “forces of
evil” tiene también una función de complemento. Esas fuerzas del mal, como
reflejaba una pancarta que se lucía en una escuela y que mostramos aquí son las
que están en el imaginario egipcio: Estados Unidos, Israel, Turquía, Irán y
ahora Qatar. A los egipcios, más que a otros, se les ha programado a través de
los propios medios a asociar esas "fuentes del mal", reorientadas a
conveniencias según los momentos políticos o históricos. Cuando interesa, son
los israelíes y los norteamericanos; si conviene, lo serán los iraníes, qatarís
y turcos los que busquen la destrucción del país.
El absurdo es tal que se camuflan las relaciones con Estados
Unidos y con Israel, como el pseudo escándalo del negocio del gas israelí (otra
vez) en el que el régimen ha tenido que decir que no es el gobierno quien lo ha
realizado sino "particulares". Mientras se sigue manteniendo la
retórica antijudía dentro de esas fuerzas del mal que poco compromete pero que
todos entienden. Lo mismo ocurre con los Estados Unidos, que es el que financia
al ejército egipcio y por cuyas academias militares ha pasado el propio Abdel Fattah al-Sisi.
Preguntarse quiénes
son las fuerzas del mal es una acción pertinente pero irresoluble. Los
gobiernos egipcios están muy habituados a esta doble moral de la hipocresía de
azuzar al pueblo contra sus "tradicionales enemigos" que son, por
otro lado, financiadores, como ocurre con los Estados Unidos, mientras que se
estrechan las manos de sus dirigentes. Los aprietos del "fantastic
guy" con las acciones pro Israel de Donald Trump apoyando el cambio de
capital son disimulados permitiendo esas manifestaciones públicas que sirven de
desahogo. Es interesante que en Egipto te detengan por defender la tierra
propia, Tiran y Sanafir, pero te animen a que protestes por un Jerusalén
palestino. Pero así funciona.
En Mada Masr se recoge la misma tesis sobre el motivo de los
ataques a la BBC que aquí hemos expuesto:
Who are “the forces of
evil?”
Head of the state-aligned Supreme Media
Regulatory Council Makram Mohamed Ahmed asserts that the prosecution’s
statement was solely intended to apply to the BBC.
Ahmed tells Mada Masr that the BBC has refused
to retract its “offensive” report, despite the “proof” provided by SIS falsifying
the accusations. He describes Ibrahim’s TV appearance as evidence that the BBC
is “following an agenda that is aligned against the Egyptian state.”
The head of the Supreme Media Regulatory
Council continued to criticize the BBC, arguing that “it claims to be neutral,
objective, and professional,” but still uses the phrase “military coup against
democratically elected President [Mohamed] Morsi” to refer to the events of
June 30, 2013, arguing that, by doing this, the BBC ignores “40 million
citizens who took to the streets during the June 30 revolution.”
However, rights lawyer Negad al-Borai has a
different interpretation of the public prosecutor’s statement. “We are
approaching a systematic campaign to silence what remains of media freedom,”
Borai says, pointing to a number of factors, including the timing and tone of
the public prosecutor’s statement, the SIS’s calls to boycott the BBC, as well
as the charges leveled against Strong Egypt Party head Abdel Moneim Abouel
Fotouh for his interviews with “hostile” media outlets.***
Las ofensivas de las autoridades egipcias —aquí las
recogemos habitualmente— contra los medios extranjeros o los periodistas
individualmente son constantes. Especialmente contra los grandes medios
extranjeros. Los ataques a otros medios británicos o norteamericanos especialmente
a The New York Times son frecuentes. Egipto ha despilfarrado el dinero en
campañas de relaciones públicas, valoradas en millones de dólares, para mejorar
su imagen en Estados Unidos, pero la imagen no hay quien la mejore con las noticias
negativas que habitualmente produce.
Es gracioso —y revelador— que el jefe del organismo
regulador de los medios egipcios (una de las tres piezas administrativas creadas
para el control mediático) se queje de que se hable de "golpe de
estado", algo que hacen todos los medios del mundo, que ven al régimen
como un gobierno militar en traje de paisano. Es asombroso también ver cómo se
va multiplicando el número de ciudadanos que salieron a la calle en 2013, ¡40
millones!, conforme pasa el tiempo y a mayor gloria del régimen. El
"no-coup" no fue lo que pidieron los egipcios, sino nuevas
elecciones, que es algo distinto, que el nefasto gobierno de Morsi no supo
calibrar en sus consecuencias. La pretensión de que el mundo vea el 30 de junio
como un "movimiento de liberación" es ridículo no por lo que ocurrió
ese día, sino por lo que comenzó después: el mayor periodo de represión del
país, según valoran todos. El régimen está en su derecho a rechazarlo, pero el
mundo tiene derecho a valorar al régimen egipcio desde criterios, como los
derechos humanos o el tratamiento de la prensa, el estado de derecho, etc. que
lo marcan de forma muy negativa.
Los tiempos de al-Sisi no son los de Mubarak. Lo primero que
la Primavera Árabe reclamaba era acceso a los medios sociales, conexión con el
mundo. Nacieron cientos de micromedios y medios digitales a los que ya no era tan sencillo
controlar por más que intenten hacerlo mediante costosos programas de control,
cierre y bloqueos de medios. A través de estos medios o de simples teléfonos
móviles captando lo que ocurre han transformado el espacio social y político.
Aquí hemos podido ver grabaciones que dejaban en evidencia las versiones
oficiales. El mundo ya no puede ser controlado como antes. Por eso la
irritación constante.
Egipto ha sido condenado por las Naciones Unidas por los
derechos humanos; lo ha sido por el parlamento europeo hace pocos días. No son
las "fuerzas del mal". Lo ha sido por entidades e instituciones
internacionales que han denunciado la represión constante contra los disidentes
y crítico, más allá de su ampliación del concepto de "terroristas" a
personas que no lo son.
La interpretación de Negad al-Borai coincide con lo
expresado aquí en ocasiones anteriores. El fracaso del régimen en la
convocatoria de las elecciones, eliminando a todos los aspirantes a candidatos,
y presentando a un impresentable como rival de al-Sisi, Moussa Mostafa Moussa,
uno de los personajes más patéticos de los apoyos del régimen que se ha
prestado a la pantomima, ha hecho que se recrudezcan las críticas sobre el
gobierno y la situación política de Egipto.
Las elecciones son un foco de atención. Eso multiplica las
críticas que se centran en la evaluación del primer periodo de al-Sisi y lo que
sale es negativo en muchos órdenes. Lo es especialmente en el tratamiento de
los derechos humanos, es decir, la represión constante. Esta se traduce en
todos esos elementos que al régimen no le gusta escuchar y ha intentado
silenciar a través de la fuerza y de la promulgación de leyes en distintos
ámbitos, del control de las redes sociales a los sermones de las mezquitas, del
controvertido control de las ONG a la aplicación de viejas leyes a ateos y
homosexuales para mostrar su "virtud".
La represión religiosa ha aumentado, convirtiendo Egipto en
un país que ataca a los reformistas, el pago de tener a Al-Azhar contenta. Los
enfados del presidente porque no se reforma el "discurso religioso"
resultan cómicos ante la instalación de cabinas de asesoría religiosa en las
estaciones de metro de El Cairo, medida con la que dicen se calmarán los
terroristas y volverán al redil del oficialismo religioso, del que salen en
cambio cosas como ajuste a la ley del mantenimiento de relaciones sexuales con
las esposas muertas, según escándalo reciente. Se puede sancionar a un clérigo
por cantar una canción en un programa televisivo, con el consuelo que en
territorio del Estado Islámico le habrían cortado la cabeza. Las muestras
serían interminables.
Hace mucho tiempo que se percibía que esto acabaría con un
conflicto de este tipo. Los regímenes egipcios tratan de imponer una verdad más
allá de sus límites. Y en esto fracasan. Es quizá un tipo especial de soberbia,
esa necesidad de que su "líderes" tengan que estar revestidos por un
aura salvadora, elegidos por la mano de Dios, que siempre ha estado de su lado. Egipto
no se ve a sí mismo como un país más, sino siempre como algo especial. No basta
con que su presidente se presente a las elecciones, tiene que ser tras un
llamado divino, lo que hace que cuestionarle sea ir contra Dios. Y si pierden
su poder, es porque Dios lo ha querido,
como consiguieron los islamistas convencer a la gente tras la derrota del 67
frente a Israel de que Nasser era un impío. Y establecieron la conexión
causa-efecto.
La guerra contra la prensa, dentro y fuera, es una
manifestación más del autoritarismo que rige la mente del régimen. En un país
en el que se habla mucho, lo que se dice acaba contando. Por eso el régimen se
esfuerza en mantener una imagen interior sin erosionar —la realidad se acaba
por imponer en la economía, la seguridad, etc.—, que permita seguir vendiendo
que el orden y el progreso solo pueden salir de los cuarteles y convirtiendo,
como quiere el actual presidente, al país en reducto a la defensiva.
En un mundo global, la información fluye constantemente. El
gobierno bloquea el acceso pero no consigue frenar la entrada de información
que cree descontento. Ahram Online es ya prácticamente la agenda de
inauguraciones del presidente al-Sisi y la recolección de artículos del núcleo
duro del Ahram Weekly. Los columnistas afilan sus armas contra los medios
extranjeros y claman por la victoria final de las virtudes egipcias frente a un
mundo mentiroso, irreligioso e inmoral.
Cuanto más polvo levante el gobierno egipcio, será peor para
él. No van a convencer al mundo de que vean lo que el régimen quiere. Y lo que
quiere es ir diciendo por el mundo que su presidente ha sido elegido por
abrumadora mayoría por lo bien que lo hace; que lo ha sido democráticamente,
con más garantías (como decía otro empleado público) que en muchas democracias
occidentales.
Egipto no ha conseguido que nadie, de los comités de ayuda de las cámaras norteamericanas al parlamento europeo, de las Naciones Unidas a The New York Times, cambie su opinión sobre el régimen y la situación de los derechos humanos, a los que ha despreciado públicamente desde las más altas instancias del estado, incluido el presidente. Boicotear a la BBC tampoco le servirá de mucho. Sobre pocos regímenes hay tanto acuerdo en la evaluación de su situación.
*
"Egypt's top prosecutor orders detention of woman over torture claims in
BBC report" Ahram Online 2/03/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/291991/Egypt/Politics-/Egypts-top-prosecutor-orders-detention-of-woman-ov.aspx
**
"Not a single journalist detained for a publishing case: Journalists
Syndicate President* Egypt Independent 2/03/2018
http://www.egyptindependent.com/not-a-single-journalist-detained-for-a-publishing-case-journalists-syndicate-president/
***
"Who are ‘the forces of evil’ controlling Egypt’s media?" Mada
Masr 1/03/2018
https://www.madamasr.com/en/2018/03/01/feature/politics/who-are-the-forces-of-evil-controlling-egypts-media/
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