sábado, 3 de marzo de 2018

Otra vuelta de tuerca egipcia o el poder herrumbroso


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Cada vez que el gobierno egipcio intenta convencer a alguien de algo, todas sus acciones consiguen lo contrario de lo que pretenden. La estrategia de detener a los que dicen que hay detenidos no es más que la confirmación de lo dicho. Cada vez que el régimen pretende demostrar al mundo lo liberal que es lo hace mediante acciones de represión.
¿Cómo se puede cometer tamaño error político? La única explicación a este absurdo político es la ceguera que produce el control absoluto de un país tras décadas de permanencia y poder de unas estructuras de poder que se consideran eternas. Egipto inventó la "eternidad" y eso marca mucho.
La guerra con la BBC y con medios de todo el mundo porque se niegan a ver el mundo como ellos quieren tiene mucho de esa soberbia empecinada que caracteriza a sus políticos, cuya posición se alcanza con obediencia al poder y a los que se les pide que hagan ostentación de ella lanzándose contra aquellos que dentro o fuera deciden ver el mundo de otra manera.
Desde que el régimen llegó al poder con un golpe de estado que no puede ser llamado por su nombre, que es la primera característica de los gobiernos autoritarios (la imposición del lenguaje). La segunda característica es perpetuarse en el poder y acabar con cualquier oposición.


Lo que sorprende inicialmente del régimen egipcio es empeño en parecer lo que no es, un régimen moderno y democrático. Las detenciones de homosexuales, ateos, escritores, activistas, etc. van más allá de la cuestión de la prensa extranjera, que se limita las más de las veces a ignorarlo y solo en contadas ocasiones a recogerlo.
Hoy el diario estatal Ahram Online nos da cuenta de la detención de una de las personas entrevistadas por la BBC:

An Egyptian woman who claimed during an interview with the BBC that her daughter had been tortured and disappeared by security services will be detained on the orders of prosecutor-general Nabil Sadek, state news agency MENA reported.
Mona Mahmoud will be detained for 15 days pending investigations into charges including "publishing and broadcasting false news that could harm the country's national interests" and joining an illegal group, a reference to the outlawed Muslim Brotherhood.
The accusations stem from the woman's claims during an interview with the BBC that her daughter, Zubaida, had not been seen since April after being apprehended by security forces, and that she was tortured in detention during her previous stint in custody.
Mahmoud’s account was part of a short documentary and online report by the BBC on what it said were cases of enforced disappearances and torture carried out by the Egyptian security forces.*


Los cargos contra ella son característicos de un régimen autoritario en el que unos indeterminados "country's national interests" son convertidos en el centro de la denuncia. ¿Quién determina esos intereses? La identificación "estado", "país" con el "régimen", es decir, el poder y sus intereses, es la base de la visión monopolística del país, que pasa a ser una propiedad sobre la que se tiene total poder de decisión, incluidos sus ciudadanos, cuya única función es ser sumisos y aplaudir.
¿Cómo pretende Egipto ser tomado en serio después de la farsa de las elecciones que ha montado para mayor gloria de su presidente, alrededor del cual se ha establecido un culto a la personalidad que rivaliza ya con otros famosos en la historia? ¿Es posible sostener que son unas elecciones libres sin inmutarse? Evidentemente sí. Se puede decir que todos mienten, que todos son enemigos del pueblo, etc. Pero no se puede pretender que el mundo se lo tome en serio.
La explicación egipcia es el poder la de Hermandad Musulmana, convertida así en "primera potencia mundial en la sombra", un poder por encima de los estados, de las instituciones internacionales, etc. a las que controla y manipula para conseguir la destrucción de Egipto. Es tal el grado de irrealidad conspiratoria del país que ya es difícil distinguir una mentira de otra, sin que hayan quedado opciones para la verdad, cuya definición es "lo que el poder establece".


La represión egipcia ha abarcado a profesores universitarios laicos, a novelistas y poetas, a activistas sociales, a cantantes, a reformistas religiosos, a científicos que han huido espantados del grado de ineptitud y dogmatismo. Para todo ello han elaborado la fórmula mágica del "country's national interests", que ahora aplican a la señora que salió en un programa de la BBC pidiendo explicaciones sobre la desaparición de su hija.
Mientras el presidente del parlamento egipcio habla con desprecio de la "democracia" y de la "libertad de expresión", se detiene a los que no participan del régimen o se cierran los medios que critican lo que ocurre. Y lo que ocurre puede ser protestar por la cacicada sumisa de entregar a Arabia Saudí dos islas que los egipcios creían, siguiendo sus propios libros de texto, eran suyas. También aquí se ha decretado que iban contra los intereses del estado los que se oponían a la entrega del territorio. Decir que las islas eran egipcias era ir contra los intereses del estado.
El ridículo nos llega de nuevo desde el titular de Egypt Independent, "Not a single journalist detained for a publishing case: Journalists Syndicate President"**. Se puede apreciar en la figura que dice eso, el presidente del sindicato de los periodistas, el cambio producido con el presidente anterior, que defendió a los periodistas que se refugiaron en la sede del sindicato, perseguidos por la Policía por haber publicado que las islas eran egipcias, lo que se considera también "difundir noticias falsas". De nada sirve que Egipto sea declarado como uno de los peores países para ejercer la profesión, tal como han informado las asociaciones internacionales de periodistas. Se ha puesto al frente del sindicato (como de otros sindicatos) "perros del régimen", por usar el término que se aplicaba a los que realizaban idéntica función en la época de Hosni Mubarak.
Las declaraciones del presidente y representante fiel de los periodistas aparecen en Egypt Independent:

President of the Journalists Syndicate Abdel Mohasen Salama said there are no journalists detained in Egypt due to a publishing case, and that the syndicate stands behind those detained for other reasons. He added that negotiations with the General Prosecutor are underway for journalists to undergo an internal investigation by the syndicate before reaching court.
Salama stressed that the country is currently in a delicate situation that demands the cooperation of all, and that President Abdel Fattah al-Sisi has been making an effort to improve the country, therefore different institutions should work together. He added that the relation between the state and the Journalists’ Syndicate has never been stronger.
Salama also added that he does not spare any efforts in improving journalists’ social status, saying that the syndicate has increased their pensions. He also promised a solution for the Party Newspapers that have been unpublished for more that 15 years.**


Eso lo dice días después de que fuera detenido el periodista que recogió en HuffPost Arabic las declaraciones de Hisham Geneina. El periodista se limitó a recoger lo que el otro le dijo, lo que forma parte de su profesión, pero en Egipto se le pide al periodista que además ejerza de censor teniendo en mente lo que le gustará o no escuchar al poder.
Cuando el sindicato empezó a ser crítico se arreglaron unas elecciones y se cambió al equipo. El miedo y el sueldo hacen mucho en un país en el que los medios dependen del poder o de magnates que los venden y compran para ponerlos al servicio del poder despidiendo a los periodistas críticos.
Pero vemos aquí una prueba más de ese querer aparecer virtuosos, más virtuosos que nadie, ejemplares cumplidores de unas leyes que son arbitrarias y quedan en manos de unos jueces, que como dijo el que fue su presidente y breve ministro de Justicia, deberían suceder sus hijos en el cargo. No hay idea más retrógrada en el moderno Egipto que el planteamiento de una justicia hereditaria de facto, muestra de cómo el régimen se perpetúa a través de las familias acomodadas, las beneficiadas por el régimen.
El artículo de Egypt Independent no puede dejar de cerrar con algunos "detalles", recordatorios de lo que ocurre tras las palabras del presidente del sindicato:

The announcement comes after years of backlash regarding the freedom of press in Egypt. In 2016, the head of Egyptian Press Syndicate was arrested, in what Amnesty International called “an unprecedented crackdown” on media in Egypt.
It also comes at a time that Egypt has blocked access to dozens of websites, in addition to dismissing reports from international organizations and media groups, including the Amnesty report saying “dozens of news websites [were] blocked as Egypt ramps up digital censorship.”
The report says that Egypt has shifted its attention to digital media blocking over 40 websites.**

Está bien que los compañeros se lo recuerden. Algunos se lo podrían recordar desde el extranjero a donde por seguridad se desplazaron. Por esa misma seguridad, las cifras se atenúan para evitar la provocación que puede llevar al cierre o a la detención por los mismos motivos que se denuncian. El planteamiento simplista del presidente del parlamento, insigne jurista, es que la gente quiere libertad de expresión y luego la utilizan para criticar al régimen, lo que se traduce en atentar contra los intereses del país.


Hoy, el control se ejerce sobre la práctica totalidad de las instituciones civiles, tomadas por afectos al régimen, cuya función en controlar la disidencia. Sirva de ejemplo el impresentable lacayo que preside el sindicato de cantantes y músicos, lanzado al cuello de la cantante Sherine y prohibiéndole las actuaciones sobre el sagrado suelo patrio tras ir contra los intereses del país al no considerar recomendable para su salud beber el agua del Nilo. "Egyptian Singer Sherine Sentenced to 6 Months Over ‘Offending the Nile River’", titulaba hace unos días Egyptian Street, ¡Pobre río Nilo, pobre Egipto!
Mada Masr, un medio independiente bloqueado sin más explicación, tras escuchar tanta alarma, se preguntan desde sus titulares "Who are ‘the forces of evil’ controlling Egypt’s media?". Esos indefinidos males con los que los egipcios son asustados o se les reclama su indignación patriótica son un misterio que pide ser resuelto:

There are “forces of evil” that control Egypt’s media outlets, according to a Wednesday statement issued by Public Prosecutor Nabil Sadek. To protect “national security” and prevent “spreading fear throughout society,” Sadek instructed public prosecutors and regulators to monitor media outlets and arrest anyone who disseminates or broadcasts false news.
However, it is unclear whom Sadek was referring to in his statement. And in the absence of clarity, media regulators and lawyers are left to speculate whether the term “forces of evil” is confined to the spat with the British Broadcasting Corporation (BBC) over the critical report titled “The Shadow Over Egypt” on human rights violations in Egypt during President Abdel Fattah al-Sisi’s first term in office, or if it signals the beginning of a broader wave of future legal prosecution targeting journalists in the coming period in Egypt.***


La rétorica empleada es simplista e infantiloide que se corresponde con un público al que se le priva de la inteligencia para sumirlo en miedos y pánicos ante un futuro de destrucción. Pero no pasar de “forces of evil” tiene también una función de complemento. Esas fuerzas del mal, como reflejaba una pancarta que se lucía en una escuela y que mostramos aquí son las que están en el imaginario egipcio: Estados Unidos, Israel, Turquía, Irán y ahora Qatar. A los egipcios, más que a otros, se les ha programado a través de los propios medios a asociar esas "fuentes del mal", reorientadas a conveniencias según los momentos políticos o históricos. Cuando interesa, son los israelíes y los norteamericanos; si conviene, lo serán los iraníes, qatarís y turcos los que busquen la destrucción del país.
El absurdo es tal que se camuflan las relaciones con Estados Unidos y con Israel, como el pseudo escándalo del negocio del gas israelí (otra vez) en el que el régimen ha tenido que decir que no es el gobierno quien lo ha realizado sino "particulares". Mientras se sigue manteniendo la retórica antijudía dentro de esas fuerzas del mal que poco compromete pero que todos entienden. Lo mismo ocurre con los Estados Unidos, que es el que financia al ejército egipcio y por cuyas academias militares  ha pasado el propio Abdel Fattah al-Sisi.


Preguntarse quiénes son las fuerzas del mal es una acción pertinente pero irresoluble. Los gobiernos egipcios están muy habituados a esta doble moral de la hipocresía de azuzar al pueblo contra sus "tradicionales enemigos" que son, por otro lado, financiadores, como ocurre con los Estados Unidos, mientras que se estrechan las manos de sus dirigentes. Los aprietos del "fantastic guy" con las acciones pro Israel de Donald Trump apoyando el cambio de capital son disimulados permitiendo esas manifestaciones públicas que sirven de desahogo. Es interesante que en Egipto te detengan por defender la tierra propia, Tiran y Sanafir, pero te animen a que protestes por un Jerusalén palestino. Pero así funciona.
En Mada Masr se recoge la misma tesis sobre el motivo de los ataques a la BBC que aquí hemos expuesto:

Who are “the forces of evil?”
Head of the state-aligned Supreme Media Regulatory Council Makram Mohamed Ahmed asserts that the prosecution’s statement was solely intended to apply to the BBC.
Ahmed tells Mada Masr that the BBC has refused to retract its “offensive” report, despite the “proof” provided by SIS falsifying the accusations. He describes Ibrahim’s TV appearance as evidence that the BBC is “following an agenda that is aligned against the Egyptian state.”
The head of the Supreme Media Regulatory Council continued to criticize the BBC, arguing that “it claims to be neutral, objective, and professional,” but still uses the phrase “military coup against democratically elected President [Mohamed] Morsi” to refer to the events of June 30, 2013, arguing that, by doing this, the BBC ignores “40 million citizens who took to the streets during the June 30 revolution.”
However, rights lawyer Negad al-Borai has a different interpretation of the public prosecutor’s statement. “We are approaching a systematic campaign to silence what remains of media freedom,” Borai says, pointing to a number of factors, including the timing and tone of the public prosecutor’s statement, the SIS’s calls to boycott the BBC, as well as the charges leveled against Strong Egypt Party head Abdel Moneim Abouel Fotouh for his interviews with “hostile” media outlets.***

Las ofensivas de las autoridades egipcias —aquí las recogemos habitualmente— contra los medios extranjeros o los periodistas individualmente son constantes. Especialmente contra los grandes medios extranjeros. Los ataques a otros medios británicos o norteamericanos especialmente a The New York Times son frecuentes. Egipto ha despilfarrado el dinero en campañas de relaciones públicas, valoradas en millones de dólares, para mejorar su imagen en Estados Unidos, pero la imagen no hay quien la mejore con las noticias negativas que habitualmente produce.


Es gracioso —y revelador— que el jefe del organismo regulador de los medios egipcios (una de las tres piezas administrativas creadas para el control mediático) se queje de que se hable de "golpe de estado", algo que hacen todos los medios del mundo, que ven al régimen como un gobierno militar en traje de paisano. Es asombroso también ver cómo se va multiplicando el número de ciudadanos que salieron a la calle en 2013, ¡40 millones!, conforme pasa el tiempo y a mayor gloria del régimen. El "no-coup" no fue lo que pidieron los egipcios, sino nuevas elecciones, que es algo distinto, que el nefasto gobierno de Morsi no supo calibrar en sus consecuencias. La pretensión de que el mundo vea el 30 de junio como un "movimiento de liberación" es ridículo no por lo que ocurrió ese día, sino por lo que comenzó después: el mayor periodo de represión del país, según valoran todos. El régimen está en su derecho a rechazarlo, pero el mundo tiene derecho a valorar al régimen egipcio desde criterios, como los derechos humanos o el tratamiento de la prensa, el estado de derecho, etc. que lo marcan de forma muy negativa.
Los tiempos de al-Sisi no son los de Mubarak. Lo primero que la Primavera Árabe reclamaba era acceso a los medios sociales, conexión con el mundo. Nacieron cientos de micromedios  y medios digitales a los que ya no era tan sencillo controlar por más que intenten hacerlo mediante costosos programas de control, cierre y bloqueos de medios. A través de estos medios o de simples teléfonos móviles captando lo que ocurre han transformado el espacio social y político. Aquí hemos podido ver grabaciones que dejaban en evidencia las versiones oficiales. El mundo ya no puede ser controlado como antes. Por eso la irritación constante.


Egipto ha sido condenado por las Naciones Unidas por los derechos humanos; lo ha sido por el parlamento europeo hace pocos días. No son las "fuerzas del mal". Lo ha sido por entidades e instituciones internacionales que han denunciado la represión constante contra los disidentes y crítico, más allá de su ampliación del concepto de "terroristas" a personas que no lo son.
La interpretación de Negad al-Borai coincide con lo expresado aquí en ocasiones anteriores. El fracaso del régimen en la convocatoria de las elecciones, eliminando a todos los aspirantes a candidatos, y presentando a un impresentable como rival de al-Sisi, Moussa Mostafa Moussa, uno de los personajes más patéticos de los apoyos del régimen que se ha prestado a la pantomima, ha hecho que se recrudezcan las críticas sobre el gobierno y la situación política de Egipto.
Las elecciones son un foco de atención. Eso multiplica las críticas que se centran en la evaluación del primer periodo de al-Sisi y lo que sale es negativo en muchos órdenes. Lo es especialmente en el tratamiento de los derechos humanos, es decir, la represión constante. Esta se traduce en todos esos elementos que al régimen no le gusta escuchar y ha intentado silenciar a través de la fuerza y de la promulgación de leyes en distintos ámbitos, del control de las redes sociales a los sermones de las mezquitas, del controvertido control de las ONG a la aplicación de viejas leyes a ateos y homosexuales para mostrar su "virtud".
La represión religiosa ha aumentado, convirtiendo Egipto en un país que ataca a los reformistas, el pago de tener a Al-Azhar contenta. Los enfados del presidente porque no se reforma el "discurso religioso" resultan cómicos ante la instalación de cabinas de asesoría religiosa en las estaciones de metro de El Cairo, medida con la que dicen se calmarán los terroristas y volverán al redil del oficialismo religioso, del que salen en cambio cosas como ajuste a la ley del mantenimiento de relaciones sexuales con las esposas muertas, según escándalo reciente. Se puede sancionar a un clérigo por cantar una canción en un programa televisivo, con el consuelo que en territorio del Estado Islámico le habrían cortado la cabeza. Las muestras serían interminables.

Hace mucho tiempo que se percibía que esto acabaría con un conflicto de este tipo. Los regímenes egipcios tratan de imponer una verdad más allá de sus límites. Y en esto fracasan. Es quizá un tipo especial de soberbia, esa necesidad de que su "líderes" tengan que estar revestidos por un aura salvadora, elegidos por la mano de Dios, que siempre ha estado de su lado.  Egipto no se ve a sí mismo como un país más, sino siempre como algo especial. No basta con que su presidente se presente a las elecciones, tiene que ser tras un llamado divino, lo que hace que cuestionarle sea ir contra Dios. Y si pierden su poder, es porque Dios lo ha querido, como consiguieron los islamistas convencer a la gente tras la derrota del 67 frente a Israel de que Nasser era un impío. Y establecieron la conexión causa-efecto.
La guerra contra la prensa, dentro y fuera, es una manifestación más del autoritarismo que rige la mente del régimen. En un país en el que se habla mucho, lo que se dice acaba contando. Por eso el régimen se esfuerza en mantener una imagen interior sin erosionar —la realidad se acaba por imponer en la economía, la seguridad, etc.—, que permita seguir vendiendo que el orden y el progreso solo pueden salir de los cuarteles y convirtiendo, como quiere el actual presidente, al país en reducto a la defensiva.
En un mundo global, la información fluye constantemente. El gobierno bloquea el acceso pero no consigue frenar la entrada de información que cree descontento. Ahram Online es ya prácticamente la agenda de inauguraciones del presidente al-Sisi y la recolección de artículos del núcleo duro del Ahram Weekly. Los columnistas afilan sus armas contra los medios extranjeros y claman por la victoria final de las virtudes egipcias frente a un mundo mentiroso, irreligioso e inmoral.
Cuanto más polvo levante el gobierno egipcio, será peor para él. No van a convencer al mundo de que vean lo que el régimen quiere. Y lo que quiere es ir diciendo por el mundo que su presidente ha sido elegido por abrumadora mayoría por lo bien que lo hace; que lo ha sido democráticamente, con más garantías (como decía otro empleado público) que en muchas democracias occidentales.
Egipto no ha conseguido que nadie, de los comités de ayuda de las cámaras norteamericanas al parlamento europeo, de las Naciones Unidas a The New York Times, cambie su opinión sobre el régimen y la situación de los derechos humanos, a los que ha despreciado públicamente desde las más altas instancias del estado, incluido el presidente. Boicotear a la BBC tampoco le servirá de mucho. Sobre pocos regímenes hay tanto acuerdo en la evaluación de su situación. 


* "Egypt's top prosecutor orders detention of woman over torture claims in BBC report" Ahram Online 2/03/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/291991/Egypt/Politics-/Egypts-top-prosecutor-orders-detention-of-woman-ov.aspx
** "Not a single journalist detained for a publishing case: Journalists Syndicate President* Egypt Independent 2/03/2018 http://www.egyptindependent.com/not-a-single-journalist-detained-for-a-publishing-case-journalists-syndicate-president/
*** "Who are ‘the forces of evil’ controlling Egypt’s media?" Mada Masr 1/03/2018 https://www.madamasr.com/en/2018/03/01/feature/politics/who-are-the-forces-of-evil-controlling-egypts-media/







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