sábado, 17 de marzo de 2018

El derecho a saber si tu marido se casa con una segunda esposa


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras se avisa de la terminación de la muy restrictiva y autoritaria ley de medios egipcia con la que el gobierno trata de evitar las críticas y erigirse en portavoz de la única verdad posible, se abren nuevos focos de intransigencia. Lo que el gobierno cierra por un lado, trata de abrirlo por otro, pero lo que se siembra es lo que se recoge.
Es difícil tratar de crear ambientes más abiertos cuando lo que se está fomentando es la visión única de la realidad. Eso convierte en conflictivos muchos movimientos que algunos ministerios tratan de hacer, ya sea con lo que otros hacen o con la sociedad misma, que se vuelve mucho más conservadora y rechaza cualquier perspectiva distinta a la tradicional.
Esto ocurre en especial con uno de los puntos más sensibles de cualquier transformación: las mujeres. Ellas han jugado un papel importante desde el 25 de enero de 2011, fecha en que salieron a la calle a pedir más libertades políticas y sociales. La respuesta fue usar las violaciones y el acoso sexual, los humillantes exámenes de virginidad practicados por los no criticables por decreto médicos militares, que se lanzaron a realizarlos para garantizar a las familias que la "mercancía" se encontraba en "buen estado".
El gobierno ha intentado mostrar un lado progresista respecto a las mujeres desde su constitución. Primero lo hizo aumentando el número de mujeres elegidas para el parlamento. Han tenido que aguantar desde que llegaron hasta la opinión sobre su vestimenta a cargo de sus colegas. Tampoco han tenido mucho protagonismo. En la última revisión del gobierno, se incorporaron más mujeres a los ministerios con gran publicidad. Pero la distancia está en la calle, en la realidad ultra conservadora que se está creando desde la intransigencia.
Son varias las noticias en los últimos días que vuelven a poner a las mujeres en primera línea y, en especial, a sus vigilantes y detractores. Egypt Independent nos trae una noticia sobre la Universidad de Alejandría:

Vice president of Alexandria University Mohamed Ismail decided to apply a fine of LE50 for misconduct of students on campus, including smoking, dumping rubbish, and writing on the wall. He also announced the prevention of entry for those who wear torn or ‘inappropriate’ clothing.
Ismail confirmed that this decision was approved by the board of the Alexandria University and all the deans of the faculties of the branch, in order to preserve the values and ethics of the community and educational establishments.
Dean of Faculty of Agriculture at Alexandria University, Tarek Sorour, issued a decision banning torn pants and excessive jewellery on female students in September 2017.
Sorour claimed that torn trousers and revealing clothing that ‘stir up feelings’ among young people may cause sexual harassment incidents.
In statements to Al-Masry Al-Youm, Sorour said that torn trousers show students’ bodies, which he considered a breach of university traditions.*


El argumento de que es la vestimenta de las mujeres la que justifica las violaciones es el más retrógrado de todos porque convierte a la víctima en culpable y al culpable en víctima de la causalidad: Si ella no hubiera vestido así yo seguiría siendo virtuoso. Las mujeres egipcias ya constaron en antiguos carteles, cuando salieron a la calle, que no les dijeran cómo tenían que vestirse sino que enseñaran a sus hijos a comportarse y respetarlas.
La cuestión de los pantalones rasgados ya le ha valido controversia y cárcel —como informamos aquí—a ese abogado vociferante que pidió públicamente, en un debate televisivo, que se violara a las mujeres que salieran a la calle con pantalones rasgados. El energúmeno lo planteó como un deber patriótico que todo piadoso egipcio debía realizar para encarrilar la vida desaforada de las mujeres que se alejan del bien, la moral y la religión, que es todo lo mismo. Tal fue el escándalo que tuvieron que enjuiciarle y condenarle, como no podía ser de otra forma, por más que a muchos les pesara.
Hemos mencionado antes que lo primero que hicieron los diputados egipcios cuando se constituyó el parlamento último fue advertir a las diputadas sobre su vestimenta, manía masculina egipcia. Nada más correcto que las diputadas, que ya se saben bajo el constante escrutinio visual y moral de sus compañeros. Nada agrada más a un varón patriótico egipcio que hacer alarde público de su virtud afeando a los demás, verdadera enfermedad.


Esa es la actitud de las autoridades de la Universidad de Alejandría, cuya función es "to preserve the values and ethics of the community and educational establishments" como se señala en el artículo. No hace mucho aparecieron pancartas por las calles de Egipto —lo comentamos aquí— exigiendo a los padres que vigilaran la vestimenta de sus hijas. Es un recordatorio de que no existe "individualidad" para la mujer, siempre sometida a la supervisión de alguien, padre, marido, hermano, hijos o el varón más cercano. Y así llegamos al que la viola como escarmiento, para ejemplo de otras mujeres.
Es una lástima que las tradiciones universitarias a las que apelan las autoridades académicas no se dirijan hacia la tolerancia y la defensa de las libertades de las personas. De esta forma el retroceso social hace que las universidades se conviertan en recinto de atraso y no de progreso. El progreso no es solo poner centrales nucleares o enviar satélites al espacio, fabricar móviles nacionales (aunque luego te roben las 15.000 batería encargadas a China), etc. sino en poder asistir a los partidos en los estadios de fútbol sin que se conviertan en masacres (los partidos son a puerta cerrada) o poder salir a la calle sin que te violen o agredan si eres mujer.
La contestación no se ha dejado esperar:

Feminist activists rejected the decision and described it as “unacceptable,” saying he had no right to define a particular garment for students, emphasizing that harassment can not be linked to dress.*

Pero como todo el mundo sabe en Egipto, las feministas son conspiradoras al servicio de Occidente para destruir la sacrosanta familia egipcia, un centro de valores, por más que se siga manteniendo la mutilación genital como uno de los grandes males del país, una verdadera guerra contra las mujeres, o que eso mismo santos varones se conviertan muchos de ellos en agresores sexuales cuando salen a las calles y dejan a sus familias a buen recaudo.


Las tasas de divorcio son del 60,7%, lo que preocupa al gobierno. Con esas cifras no se puede convencer al mundo de que la familia egipcia es un modelo y un remanso de paz. Egypt Independent titulaba en noviembre pasado "National Women Council to launch workshops to fight high divorce rate"**, mostrando la preocupación existente desde hace mucho tiempo por este dato y lo que implica.
Por muy buena voluntad que se pueda tener y por mucha confianza que se tenga en el poder del seminario para cambiar la vida a la gente, a nadie se le escapará que es más una campaña para acallar las quejas que dejan en evidencia los argumentos sobre la defensa de las familias desde la moralidad general. Está claro que el matrimonio actúa aquí como un reflejo negativo de la situación social y de las grandes diferencias. Hay unas tasas admisibles de divorcio basadas en la incompatibilidad, pero unas tasas como las egipcias reflejan algo más profundo. Los motivos pueden ser, como se señalaba desde las propias instituciones, otros:

Shawky stressed that the reason behind the high divorce rates is that couples decide to get married at a very young age. Problems such as lack of finances and responsibility, as well as interference by relatives and friends were found to be the main problems resulting in marriages to fail.**


La tendencia a bajar la edad del matrimonio tiene consecuencias graves, porque es la edad de la mujer la que se reduce. Se trata precisamente de obtener una mujer dócil, sin experiencia alguna en la vida, que acaba sintiéndose prisionera en un entorno al que se ha condenado. Ese gesto del estrechar la mano entre el novio y el padre de la novia, como se señala en el artículo, define el planteamiento. El uso de las mujeres para "conectar" familias es otra de esas tradiciones que acaban muchas veces con la infelicidad y la ruptura, cuyas cifras podrían ser mucho más altas de no ser por las resistencias familiares o por la incapacidad de las mujeres de tener autonomía que les permita subsistir tras el divorcio. Muchas no han tenido opción a formarse por la edad en que se casaron o deben hacer frente al cuidado de los hijos, acabando de regreso con su familia y estigmatizadas socialmente. De esto último nos hemos ocupado en varias ocasiones en estos años, pues la vida de las mujeres divorciadas está llena de restricciones, problemas y estigmas.


De nuevo, Egypt Independent nos acerca a la cuestión de las mujeres con un titular "Draft law proposes jailing husbands who remarry without telling first wife"***, que nos lleva a algunas cuestiones sociales fundamentales:

A new law draft will soon face the legislative body of parliament, calling for jailing husbands who remarry without telling their first wives for six months. The law was submitted by MP Abla Hawary and has stirred debate between Islamic scholars and women’s rights advocates.
Hawary told Egypt Independent she considered the law to be necessary, “we are fighting polygamy at its core. Even if it is permitted by Islam, we should at least try and moderate it.”
Hawary said the law should not come as a surprise as it protects the most basic rights of women, “a wife has the right to know,” she said. “To begin with, Maazouns [Islamic clerics], cannot remarry a husband unless he [informs] his first wife. However, now we are trying to fight the problem at its core.”
Hawary defended a wife’s right to know if her husband is getting remarried. Firstly, she said, “she cannot live a lie, secondly, she cannot [discover] the surprise that her husband had remarried, after he dies, as this affects inheritance. Third, in case the husband has children with the second wife, the children should not grow up not knowing who their brothers and sisters are.”
Beyond that, Hawary argues that the law protects the new wife as much as the first one. “The fact that a man was not willing to tell his first wife he was going to get remarried makes me doubt that he will tell the second wife in the first place. So now [he] is violating the rights of two women.”***


Esta es la explicación del problema social. Muchos hombres ocultan a su esposa que se han casado por segunda vez. La cuestión de la poligamia y sus derivados es algo más que una cuestión social: es política y religiosa en un mundo donde la mayoría de las cosas se confunden entre ambos conceptos. No es casualidad que allí donde llegan los islamistas lo primero que modifican son las edades del matrimonio bajándolas y fomentando la poligamia. Así ocurrió en el año de Morsi, en el que se buscó facilitar los créditos bancarios para los casos de "adquisición" de una segunda esposa.
La expresión de la diputada Able Hawary "even if it is permitted by Islam" para referirse al problema es importante. Es donde se plantea la cuestión de la "modernización" y las "reformas" y, por ello, el lugar de la resistencia. No se plantea que la poligamia sea un "problema", sino el hecho de que los maridos que se casan por segunda vez no adviertan a sus esposas primeras que lo han hecho. En ese caso, los problemas se plantean tras la desaparición del marido. Al menos inicialmente, porque los problemas planteados se producen en cascada, con un efecto dominó. Los tres casos señalados por la diputada son solo aspectos incuestionables: vivir engañando, la cuestión de la herencia y el desconocimiento de ser parte de la familia con otros hermanastros. Como veremos después estos elementos pueden ser reivindicado en favor del propio "derecho superior" del hombre.


La violación del derecho de las mujeres a saber que su marido está casado con otra u otras mujeres no importa mucho si se considera que esas mujeres están supeditadas a la voluntad del varón, que para variar tiene a Dios de su lado, de ahí la importancia de la expresión de que no todo lo permitido es justo, algo que plantea un serio problema.
Nos explican en Egypt Independent:

However, some Islamic scholars view this law to be in direct conflict with the essence of marriage in Islam. Speaking on the ‘Huna Al-Kahera’ show, Asharaf Tammam, Moderator of the National Council of Egyptian Families, described the draft law as a conspiracy from the west to destroy Egyptian families. “I am not against women’s rights,” says Tammam, “A woman has the right to get an education, join the workforce, and get married to the one she chooses.”
“However,” he continued, “my problem with this law that it opposes the basis of Sharia (Islamic Law), as having several wives is a base rule in Islam.” Tammam believed that “those who are trying to get this law to pass can’t make a law that allows women to have more than one husband, so they are pushing for this instead.”
“Is God’s law a crime?” he went on. As for lying to one’s wife about being married to another, he explained, “While lying is generally forbidden, God cited a few circumstances that makes it permissible.” Tammam argued that a man remarrying without telling his wives is one case where lying is permitted, because a husband is doing it to protect his wives’ feelings.***

Es fácil preocuparse teóricamente por los derechos de las mujeres y luego invocar el derecho divino de los varones, que las deja supeditadas al deseo de ellos. La inamovible Sharia es invocada para bloquear los derechos de las mujeres en lo que respecta a la cuestión de los matrimonios.
Vuelve a escucharse por boca de ese representante del Consejo Nacional de las Familias Egipcias que "the draft law as a conspiracy from the west to destroy Egyptian families", la consabida acusación contra todo lo que se quiere denigrar y suscitar rechazo en la población. Como hay muchos que quieren escucharlo, funciona. Occidente, parece ser, tiene un interés especial en que los maridos digan a sus primeras esposas que se han casado con otras.
Recordemos que no hace mucho recogíamos aquí otra polémica, la del divorcio sin avisar a la esposa, otro privilegio masculino. También se trataba de limitar los derechos masculinos y, por ello, los clérigos y demás piadosos se lanzaron contra la iniciativa.


En la pregunta “Is God’s law a crime?” es donde reside todo el radicalismo, lo mismo para evitar decir a la primera esposa que se ha vuelto a casa, como para divorciarse sin aviso, para el matrimonio infantil, etc. Es lo que se invoca por los reaccionarios egipcios y por los miembros del Estado Islámico, la Hermandad Musulmana o los salafistas. Es el argumento que acaba con todos los argumentos y sobre el que manifestar dudas te lleva a la cárcel (ofender al Islam) o a la muerte (ofender a Dios). Por eso la valentía de la diputada diciendo que aunque esté permitido no debería permitirse.
Los conflictos ante el argumento total se amplían:

However, MP Ghada Agami disagrees, “religion says if she [the first wife] is not accepting the fact that he has a second wife, she can demand divorce. Not telling her takes away this right from the first wife.”
“You [men] have the right to get a second wife for any reason that you please, but she [the wife] has the right to choose whether she accepts this life or not, if not, then God says you must ‘let her go peacefully.'”
“Which is why,” continued Hawary, a husband must “tell her, because her not knowing is a harm, and while religion allows men to get married, it forbids bringing harm to the wife.”***

Los argumentos se deslizan sutilmente para ignorar la cuestión central, la poligamia, que es intocable. Si el varón tiene el derecho a casarse varias veces, se dice, no tiene porqué ser haciendo daño a su esposa o mintiendo o no informando de algo que algunos opinan que tiene derecho a saber. Pero ¿por qué se va a complicar la vida el varón que se puede permitir, con el visto bueno divino y legal, tener dos esposas separadas e ir a pasar el rato con la que le apetezca sin dar más explicaciones?
No pensemos que esto es solo una lucha de sexos. Pronto saltan más contendientes a la arena el debate social:

Mona Abu Shanab, creator of the ‘Having Several Wives’ movement, which aims to help society accept the concept of a man having several wives, told Egypt Independent, “there isn’t a single Quranic verse or a Hadith that makes it mandatory for a man to let his wife know he is remarrying. He is free to do what he wants because he has superiority, according to Quran.”
“We do not even have a law that makes it a crime for a woman to marry more than one man at the same time, a practice I assure you happens. So where is gender equality in that law?”
“I created my movement because I am trying to help people accept a phenomena that happens a lot. While statistics say only 4 percent of men who have more than one wife. My independent research tells me the number is closer to 40 percent.”
“This bill is an indirect message for society’s abandonment of morals, and an implicit invitation for discrimination against second wives.”
As for the wife’s right a get a divorce according to Quran, Abu Shanab answered, “divorce is only permissible if life becomes impossible, which is not the case here. Therefore, a wife has no right to demand divorce if her husband remarries, so telling her will not change the facts.”
Waleed Ismail, a Salafi scholar agrees, “a woman has no right to demand divorce if a husband remarries, because no harm has been inflicted upon her,” he said on the ‘Huna Al-Kahera’ television program.***

No es la primera vez que aparecen estas mujeres ultra conservadoras que consideran que lo mejor que puede hacer una mujer es aguantar, con la ayuda de Dios, todo lo que le caiga encima junto con el marido. La obligación de la mujer es aguantar, sin más. Por eso la mujer que reclama derechos o se resiste es acusada de atentar contra esa extraña moral que se considera sagrada. El hombre puede divorciarse sin necesidad de dar explicaciones. La mujer, en cambio, no tiene ese derecho, debe aguantar lo imposible. Solicitarlo ya supone una afrenta a Dios, que las ha mandado al mundo a sufrir y obedecer.


La mujer debe aceptar una segunda esposa sin derecho a solicitar divorciarse, según el clérigo salafista citado en la polémica. Sería también ir contra Dios, al que llevan todos los caminos de este diseño masculino hacia el paraíso, pasando por encima de las mujeres que le pongan a su paso.
El texto sigue mostrando más puntos de controversia, como el esgrimido por el salafista señalando que si se encarcela al hombre que no avisa a su primera esposa, se perjudica a la familia al completo, etc. A la crítica de que Dios prohíbe mentir, los clérigos citados en el texto, señalan que esta mentira tiene como objeto no hacer daño a la mujer, por lo que está permitida y debe ser aplaudido el buen corazón del piadoso marido. Hay contestación para todo, claro.
No sabemos si la diferencia entre el 4% de poligamia señalado oficialmente y el 40% señalado en el artículo por la defensora de poligamia es real. Probablemente ni una ni otra son ciertas y la verdad esté en algún punto intermedio. Pero la discusión sobre este punto que, recordemos, no cuestiona la poligamia sino solo la obligación del marido en informar a su primera esposa que se ha vuelto a casar, nos muestra que es un problema real que refleja las tensiones de la sociedad egipcia bloqueada por el tradicionalismo de los ultra conservadores que la arrastran hacia una oscuridad medieval.
Todo ello —la vestimenta, las tasas de divorcio, las edades de los casamientos y la cuestión de los avisos en la poligamia— nos lleva de nuevo a la idea inicial: las cuestiones centrales son las relacionadas con las mujeres. El sistema patriarcal, fundamentado en la ley divina, plantea muros al desarrollo y a los derechos de las mujeres. La sociedad egipcia no acaba de resolver o plantear cuestiones que lo mantienen atado y si lo hace se encuentra con la contestación social.
Por ello el silenciamiento de los medios de comunicación que supongan crítica y modernidad se vuelve contra la propia sociedad y el régimen mismo. La detención o silenciamiento de las voces que puedan llevar a la sociedad hacia el cambio es un suicidio que deja el poder en la calle a los más conservadores. El régimen cree que puede controlarlo, pero lo que hace es fomentar el anclaje en las ideas más retrógradas. Derrocó a los islamistas Hermanos para caer en manos del salafismo retrógrado y ultra conservador que se percibe. Cuando quiere sacar un proyecto que implique algo de modernidad, se encuentra encerrado en sus contradicciones. Y las mujeres son ese punto.
La modernidad de una sociedad se basa en la igualdad de derechos y sobre ese concepto es posible ir construyendo y avanzando. Pero una sociedad que establece legalmente la desigualdad de derechos es difícil, por no decir imposible, que se modernice.
La lucha de muchas mujeres egipcias —no todas, como hemos visto— es el centro del cambio. Por eso se han recrudecido desde 2011 las medidas contra las mujeres, se ha fortalecido la vigilancia. La idea de que sus peticiones son maniobras de occidente para destruir las familias, el estado y el islam es infantil y demuestra la falta de recursos y voluntad para resolver algo que no se considera problemático. Mantener el poder sobre las mujeres es esencial para los que quieren mantener un control social a través de diversos caminos autoritarios.
La cuestión de las reformas desde arriba choca con la resistencia de los que controlan la sociedad desde abajo, esencialmente, a través de la invocación religiosa, fundamento de toda legalidad y de la legitimidad del gobernante. Estas son las consecuencias de tratar de hacer funcionar un imposible.


* "Alexandria University to fine students wearing torn clothes" Egypt Independent 16/03/2018 http://www.egyptindependent.com/alexandria-university-to-fine-students-wearing-torn-clothes/
** "National Women Council to launch workshops to fight high divorce rate" Egypt Independent 14/11/2017  http://www.egyptindependent.com/national-women-council-to-launch-workshops-to-fight-high-divorce-rate/
*** "Draft law proposes jailing husbands who remarry without telling first wife" Egypt Independent 9/03/2018 http://www.egyptindependent.com/draft-law-proposes-jailing-husbands-who-remarry-without-telling-first-wife/



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