Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Mientras
se avisa de la terminación de la muy restrictiva y autoritaria ley de medios
egipcia con la que el gobierno trata de evitar las críticas y erigirse en
portavoz de la única verdad posible, se abren nuevos focos de intransigencia. Lo
que el gobierno cierra por un lado, trata de abrirlo por otro, pero lo que se
siembra es lo que se recoge.
Es difícil
tratar de crear ambientes más abiertos cuando lo que se está fomentando es la
visión única de la realidad. Eso convierte en conflictivos muchos movimientos
que algunos ministerios tratan de hacer, ya sea con lo que otros hacen o con la
sociedad misma, que se vuelve mucho más conservadora y rechaza cualquier
perspectiva distinta a la tradicional.
Esto
ocurre en especial con uno de los puntos más sensibles de cualquier
transformación: las mujeres. Ellas han jugado un papel importante desde el 25
de enero de 2011, fecha en que salieron a la calle a pedir más libertades
políticas y sociales. La respuesta fue usar las violaciones y el acoso sexual,
los humillantes exámenes de virginidad practicados por los no criticables por decreto médicos militares, que se lanzaron a
realizarlos para garantizar a las familias que la "mercancía" se
encontraba en "buen estado".
El
gobierno ha intentado mostrar un lado progresista respecto a las mujeres desde
su constitución. Primero lo hizo aumentando el número de mujeres elegidas para
el parlamento. Han tenido que aguantar desde que llegaron hasta la opinión
sobre su vestimenta a cargo de sus colegas. Tampoco han tenido mucho
protagonismo. En la última revisión del gobierno, se incorporaron más mujeres a
los ministerios con gran publicidad. Pero la distancia está en la calle, en la
realidad ultra conservadora que se está creando desde la intransigencia.
Son
varias las noticias en los últimos días que vuelven a poner a las mujeres en
primera línea y, en especial, a sus vigilantes y detractores. Egypt Independent
nos trae una noticia sobre la Universidad de Alejandría:
Vice president of Alexandria University Mohamed
Ismail decided to apply a fine of LE50 for misconduct of students on campus,
including smoking, dumping rubbish, and writing on the wall. He also announced
the prevention of entry for those who wear torn or ‘inappropriate’ clothing.
Ismail confirmed that this decision was
approved by the board of the Alexandria University and all the deans of the
faculties of the branch, in order to preserve the values and ethics of the
community and educational establishments.
Dean of Faculty of Agriculture at Alexandria
University, Tarek Sorour, issued a decision banning torn pants and excessive
jewellery on female students in September 2017.
Sorour claimed that torn trousers and revealing
clothing that ‘stir up feelings’ among young people may cause sexual harassment
incidents.
In statements to Al-Masry Al-Youm, Sorour said
that torn trousers show students’ bodies, which he considered a breach of
university traditions.*
El argumento de que es la vestimenta de las mujeres la que
justifica las violaciones es el más retrógrado de todos porque convierte a la
víctima en culpable y al culpable en víctima de la causalidad: Si ella no hubiera vestido así yo seguiría
siendo virtuoso. Las mujeres egipcias ya constaron en antiguos carteles,
cuando salieron a la calle, que no les dijeran cómo tenían que vestirse sino
que enseñaran a sus hijos a comportarse y respetarlas.
La cuestión de los pantalones rasgados ya le ha valido
controversia y cárcel —como informamos aquí—a ese abogado vociferante que pidió
públicamente, en un debate televisivo, que se violara a las mujeres que
salieran a la calle con pantalones rasgados. El energúmeno lo planteó como un
deber patriótico que todo piadoso egipcio debía realizar para encarrilar la
vida desaforada de las mujeres que se alejan del bien, la moral y la religión,
que es todo lo mismo. Tal fue el escándalo que tuvieron que enjuiciarle y
condenarle, como no podía ser de otra forma, por más que a muchos les pesara.
Hemos mencionado antes que lo primero que hicieron los
diputados egipcios cuando se constituyó el parlamento último fue advertir a las
diputadas sobre su vestimenta, manía masculina egipcia. Nada más correcto que
las diputadas, que ya se saben bajo el constante escrutinio visual y moral de
sus compañeros. Nada agrada más a un varón patriótico egipcio que hacer alarde
público de su virtud afeando a los
demás, verdadera enfermedad.
Esa es la actitud de las autoridades de la Universidad de
Alejandría, cuya función es "to preserve the values and ethics of the
community and educational establishments" como se señala en el artículo.
No hace mucho aparecieron pancartas por las calles de Egipto —lo comentamos
aquí— exigiendo a los padres que vigilaran la vestimenta de sus hijas. Es un
recordatorio de que no existe "individualidad" para la mujer, siempre
sometida a la supervisión de alguien, padre, marido, hermano, hijos o el varón
más cercano. Y así llegamos al que la viola como escarmiento, para ejemplo de
otras mujeres.
Es una lástima que las tradiciones universitarias a las que
apelan las autoridades académicas no se dirijan hacia la tolerancia y la
defensa de las libertades de las personas. De esta forma el retroceso social
hace que las universidades se conviertan en recinto de atraso y no de progreso.
El progreso no es solo poner centrales nucleares o enviar satélites al espacio,
fabricar móviles nacionales (aunque luego te roben las 15.000 batería
encargadas a China), etc. sino en poder asistir a los partidos en los estadios
de fútbol sin que se conviertan en masacres (los partidos son a puerta cerrada)
o poder salir a la calle sin que te violen o agredan si eres mujer.
La contestación no se ha dejado esperar:
Feminist activists rejected the decision and
described it as “unacceptable,” saying he had no right to define a particular
garment for students, emphasizing that harassment can not be linked to dress.*
Pero como todo el mundo sabe en Egipto, las feministas son
conspiradoras al servicio de Occidente para destruir la sacrosanta familia
egipcia, un centro de valores, por más que se siga manteniendo la mutilación
genital como uno de los grandes males del país, una verdadera guerra contra las
mujeres, o que eso mismo santos varones se conviertan muchos de ellos en
agresores sexuales cuando salen a las calles y dejan a sus familias a buen
recaudo.
Las tasas de divorcio son del 60,7%, lo que preocupa al
gobierno. Con esas cifras no se puede convencer al mundo de que la familia
egipcia es un modelo y un remanso de paz. Egypt Independent titulaba en noviembre
pasado "National Women Council to launch workshops to fight high divorce
rate"**, mostrando la preocupación existente desde hace mucho tiempo por
este dato y lo que implica.
Por muy buena voluntad que se pueda tener y por mucha confianza
que se tenga en el poder del seminario para cambiar la vida a la gente, a nadie
se le escapará que es más una campaña para acallar las quejas que dejan en
evidencia los argumentos sobre la defensa de las familias desde la moralidad
general. Está claro que el matrimonio actúa aquí como un reflejo negativo de la
situación social y de las grandes diferencias. Hay unas tasas admisibles de
divorcio basadas en la incompatibilidad, pero unas tasas como las egipcias
reflejan algo más profundo. Los motivos pueden ser, como se señalaba desde las
propias instituciones, otros:
Shawky stressed that the reason behind the high
divorce rates is that couples decide to get married at a very young age.
Problems such as lack of finances and responsibility, as well as interference
by relatives and friends were found to be the main problems resulting in
marriages to fail.**
La tendencia a bajar la edad del matrimonio tiene
consecuencias graves, porque es la edad de la mujer la que se reduce. Se trata
precisamente de obtener una mujer dócil, sin experiencia alguna en la vida, que
acaba sintiéndose prisionera en un entorno al que se ha condenado. Ese gesto
del estrechar la mano entre el novio y el padre de la novia, como se señala en
el artículo, define el planteamiento. El uso de las mujeres para "conectar"
familias es otra de esas tradiciones que acaban muchas veces con la infelicidad
y la ruptura, cuyas cifras podrían ser mucho más altas de no ser por las
resistencias familiares o por la incapacidad de las mujeres de tener autonomía
que les permita subsistir tras el divorcio. Muchas no han tenido opción a
formarse por la edad en que se casaron o deben hacer frente al cuidado de los
hijos, acabando de regreso con su familia y estigmatizadas socialmente. De esto
último nos hemos ocupado en varias ocasiones en estos años, pues la vida de las
mujeres divorciadas está llena de restricciones, problemas y estigmas.
De nuevo, Egypt Independent nos acerca a la cuestión de las
mujeres con un titular "Draft law proposes jailing husbands who remarry
without telling first wife"***, que nos lleva a algunas cuestiones
sociales fundamentales:
A new law draft will soon face the legislative
body of parliament, calling for jailing husbands who remarry without telling
their first wives for six months. The law was submitted by MP Abla Hawary and
has stirred debate between Islamic scholars and women’s rights advocates.
Hawary told Egypt Independent she considered
the law to be necessary, “we are fighting polygamy at its core. Even if it is
permitted by Islam, we should at least try and moderate it.”
Hawary said the law should not come as a
surprise as it protects the most basic rights of women, “a wife has the right
to know,” she said. “To begin with, Maazouns [Islamic clerics], cannot remarry
a husband unless he [informs] his first wife. However, now we are trying to
fight the problem at its core.”
Hawary defended a wife’s right to know if her
husband is getting remarried. Firstly, she said, “she cannot live a lie,
secondly, she cannot [discover] the surprise that her husband had remarried,
after he dies, as this affects inheritance. Third, in case the husband has
children with the second wife, the children should not grow up not knowing who
their brothers and sisters are.”
Beyond that, Hawary argues that the law
protects the new wife as much as the first one. “The fact that a man was not
willing to tell his first wife he was going to get remarried makes me doubt
that he will tell the second wife in the first place. So now [he] is violating
the rights of two women.”***
Esta es la explicación del problema social. Muchos hombres
ocultan a su esposa que se han casado por segunda vez. La cuestión de la
poligamia y sus derivados es algo más que una cuestión social: es política y religiosa en un mundo donde la mayoría de las cosas se confunden
entre ambos conceptos. No es casualidad que allí donde llegan los islamistas lo
primero que modifican son las edades del matrimonio bajándolas y fomentando la
poligamia. Así ocurrió en el año de Morsi, en el que se buscó facilitar los
créditos bancarios para los casos de "adquisición" de una segunda
esposa.
La expresión de la diputada Able Hawary "even if it is
permitted by Islam" para referirse al problema es importante. Es donde se
plantea la cuestión de la "modernización" y las "reformas"
y, por ello, el lugar de la resistencia. No se plantea que la poligamia sea un "problema",
sino el hecho de que los maridos que se casan por segunda vez no adviertan a
sus esposas primeras que lo han hecho. En ese caso, los problemas se plantean
tras la desaparición del marido. Al menos inicialmente, porque los problemas planteados
se producen en cascada, con un efecto dominó. Los tres casos señalados por la
diputada son solo aspectos incuestionables: vivir engañando, la cuestión de la
herencia y el desconocimiento de ser parte de la familia con otros
hermanastros. Como veremos después estos elementos pueden ser reivindicado en
favor del propio "derecho superior" del hombre.
La violación del derecho de las mujeres a saber que su
marido está casado con otra u otras mujeres no importa mucho si se considera
que esas mujeres están supeditadas a la voluntad del varón, que para variar
tiene a Dios de su lado, de ahí la importancia de la expresión de que no todo
lo permitido es justo, algo que plantea un serio problema.
Nos explican en Egypt Independent:
However, some Islamic scholars view this law to
be in direct conflict with the essence of marriage in Islam. Speaking on the
‘Huna Al-Kahera’ show, Asharaf Tammam, Moderator of the National Council of
Egyptian Families, described the draft law as a conspiracy from the west to
destroy Egyptian families. “I am not against women’s rights,” says Tammam, “A
woman has the right to get an education, join the workforce, and get married to
the one she chooses.”
“However,” he continued, “my problem with this
law that it opposes the basis of Sharia (Islamic Law), as having several wives
is a base rule in Islam.” Tammam believed that “those who are trying to get
this law to pass can’t make a law that allows women to have more than one
husband, so they are pushing for this instead.”
“Is God’s law a crime?” he went on. As for
lying to one’s wife about being married to another, he explained, “While lying
is generally forbidden, God cited a few circumstances that makes it
permissible.” Tammam argued that a man remarrying without telling his wives is
one case where lying is permitted, because a husband is doing it to protect his
wives’ feelings.***
Es fácil preocuparse teóricamente
por los derechos de las mujeres y luego invocar el derecho divino de los
varones, que las deja supeditadas al deseo de ellos. La inamovible Sharia es
invocada para bloquear los derechos de las mujeres en lo que respecta a la cuestión
de los matrimonios.
Vuelve a escucharse por boca de ese representante del
Consejo Nacional de las Familias Egipcias que "the draft law as a
conspiracy from the west to destroy Egyptian families", la consabida
acusación contra todo lo que se quiere denigrar y suscitar rechazo en la población.
Como hay muchos que quieren escucharlo, funciona. Occidente, parece ser, tiene
un interés especial en que los maridos digan a sus primeras esposas que se han
casado con otras.
Recordemos que no hace mucho recogíamos aquí otra polémica,
la del divorcio sin avisar a la esposa, otro privilegio masculino. También se
trataba de limitar los derechos masculinos y, por ello, los clérigos y demás
piadosos se lanzaron contra la iniciativa.
En la pregunta “Is God’s law a crime?” es donde reside todo el
radicalismo, lo mismo para evitar decir a la primera esposa que se ha vuelto a
casa, como para divorciarse sin aviso, para el matrimonio infantil, etc. Es lo
que se invoca por los reaccionarios egipcios y por los miembros del Estado
Islámico, la Hermandad Musulmana o los salafistas. Es el argumento que acaba
con todos los argumentos y sobre el que manifestar dudas te lleva a la cárcel
(ofender al Islam) o a la muerte (ofender a Dios). Por eso la valentía de la
diputada diciendo que aunque esté
permitido no debería permitirse.
Los conflictos ante el argumento total se amplían:
However, MP Ghada Agami disagrees, “religion
says if she [the first wife] is not accepting the fact that he has a second
wife, she can demand divorce. Not telling her takes away this right from the
first wife.”
“You [men] have the right to get a second wife
for any reason that you please, but she [the wife] has the right to choose
whether she accepts this life or not, if not, then God says you must ‘let her
go peacefully.'”
“Which is why,” continued Hawary, a husband
must “tell her, because her not knowing is a harm, and while religion allows
men to get married, it forbids bringing harm to the wife.”***
Los argumentos se deslizan sutilmente para ignorar la cuestión
central, la poligamia, que es intocable. Si el varón tiene el derecho a casarse
varias veces, se dice, no tiene porqué ser haciendo daño a su esposa o
mintiendo o no informando de algo que algunos opinan que tiene derecho a saber.
Pero ¿por qué se va a complicar la vida el varón que se puede permitir, con el
visto bueno divino y legal, tener dos esposas separadas e ir a pasar el rato con
la que le apetezca sin dar más explicaciones?
No pensemos que esto es solo una lucha de sexos. Pronto
saltan más contendientes a la arena el debate social:
Mona Abu Shanab, creator of the ‘Having Several
Wives’ movement, which aims to help society accept the concept of a man having
several wives, told Egypt Independent, “there isn’t a single Quranic verse or a
Hadith that makes it mandatory for a man to let his wife know he is remarrying.
He is free to do what he wants because he has superiority, according to Quran.”
“We do not even have a law that makes it a
crime for a woman to marry more than one man at the same time, a practice I
assure you happens. So where is gender equality in that law?”
“I created my movement because I am trying to
help people accept a phenomena that happens a lot. While statistics say only 4
percent of men who have more than one wife. My independent research tells me
the number is closer to 40 percent.”
“This bill is an indirect message for society’s
abandonment of morals, and an implicit invitation for discrimination against
second wives.”
As for the wife’s right a get a divorce
according to Quran, Abu Shanab answered, “divorce is only permissible if life
becomes impossible, which is not the case here. Therefore, a wife has no right
to demand divorce if her husband remarries, so telling her will not change the
facts.”
Waleed Ismail, a Salafi scholar agrees, “a
woman has no right to demand divorce if a husband remarries, because no harm
has been inflicted upon her,” he said on the ‘Huna Al-Kahera’ television
program.***
No es la primera vez que aparecen estas mujeres ultra
conservadoras que consideran que lo mejor que puede hacer una mujer es
aguantar, con la ayuda de Dios, todo lo que le caiga encima junto con el marido.
La obligación de la mujer es aguantar, sin más. Por eso la mujer que reclama
derechos o se resiste es acusada de atentar contra esa extraña moral que se
considera sagrada. El hombre puede divorciarse sin necesidad de dar
explicaciones. La mujer, en cambio, no tiene ese derecho, debe aguantar lo
imposible. Solicitarlo ya supone una afrenta a Dios, que las ha mandado al
mundo a sufrir y obedecer.
La mujer debe aceptar una segunda esposa sin derecho a solicitar
divorciarse, según el clérigo salafista citado en la polémica. Sería también ir
contra Dios, al que llevan todos los
caminos de este diseño masculino hacia el paraíso, pasando por encima de las
mujeres que le pongan a su paso.
El texto sigue mostrando más puntos de controversia, como el
esgrimido por el salafista señalando que si se encarcela al hombre que no avisa
a su primera esposa, se perjudica a la familia al completo, etc. A la crítica
de que Dios prohíbe mentir, los clérigos citados en el texto, señalan que esta
mentira tiene como objeto no hacer daño a
la mujer, por lo que está permitida y debe ser aplaudido el buen corazón
del piadoso marido. Hay contestación para todo, claro.
No sabemos si la diferencia entre el 4% de poligamia
señalado oficialmente y el 40% señalado en el artículo por la defensora de
poligamia es real. Probablemente ni una ni otra son ciertas y la verdad esté en
algún punto intermedio. Pero la discusión sobre este punto que, recordemos, no
cuestiona la poligamia sino solo la obligación del marido en informar a su
primera esposa que se ha vuelto a casar, nos muestra que es un problema real
que refleja las tensiones de la sociedad egipcia bloqueada por el
tradicionalismo de los ultra conservadores que la arrastran hacia una oscuridad
medieval.
Todo ello —la vestimenta, las tasas de divorcio, las edades
de los casamientos y la cuestión de los avisos en la poligamia— nos lleva de
nuevo a la idea inicial: las cuestiones centrales son las relacionadas con las
mujeres. El sistema patriarcal, fundamentado en la ley divina, plantea muros al
desarrollo y a los derechos de las mujeres. La sociedad egipcia no acaba de
resolver o plantear cuestiones que lo mantienen atado y si lo hace se encuentra
con la contestación social.
Por ello el silenciamiento de los medios de comunicación que
supongan crítica y modernidad se vuelve contra la propia sociedad y el régimen
mismo. La detención o silenciamiento de las voces que puedan llevar a la
sociedad hacia el cambio es un suicidio que deja el poder en la calle a los más
conservadores. El régimen cree que puede controlarlo, pero lo que hace es
fomentar el anclaje en las ideas más retrógradas. Derrocó a los islamistas
Hermanos para caer en manos del salafismo retrógrado y ultra conservador que se percibe. Cuando
quiere sacar un proyecto que implique algo de modernidad, se encuentra
encerrado en sus contradicciones. Y las mujeres son ese punto.
La modernidad de una sociedad se basa en la igualdad de
derechos y sobre ese concepto es posible ir construyendo y avanzando. Pero una
sociedad que establece legalmente la desigualdad de derechos es difícil, por no
decir imposible, que se modernice.
La lucha de muchas mujeres egipcias —no todas, como hemos
visto— es el centro del cambio. Por eso se han recrudecido desde 2011 las
medidas contra las mujeres, se ha fortalecido la vigilancia. La idea de que sus
peticiones son maniobras de occidente para destruir las familias, el estado y
el islam es infantil y demuestra la falta de recursos y voluntad para resolver
algo que no se considera problemático. Mantener el poder sobre las mujeres es
esencial para los que quieren mantener un control social a través de diversos
caminos autoritarios.
La cuestión de las reformas desde arriba choca con la
resistencia de los que controlan la sociedad desde abajo, esencialmente, a través
de la invocación religiosa, fundamento de toda legalidad y de la legitimidad
del gobernante. Estas son las consecuencias de tratar de hacer funcionar un
imposible.
*
"Alexandria University to fine students wearing torn clothes" Egypt
Independent 16/03/2018
http://www.egyptindependent.com/alexandria-university-to-fine-students-wearing-torn-clothes/
**
"National Women Council to launch workshops to fight high divorce
rate" Egypt Independent 14/11/2017
http://www.egyptindependent.com/national-women-council-to-launch-workshops-to-fight-high-divorce-rate/
***
"Draft law proposes jailing husbands who remarry without telling first
wife" Egypt Independent 9/03/2018
http://www.egyptindependent.com/draft-law-proposes-jailing-husbands-who-remarry-without-telling-first-wife/
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