Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
diario El País me sorprende con un titular: "Junqueras: “En los próximos
días tendremos que tomar decisiones y no siempre serán fáciles de
entender”"*. Pero, ¿creen realmente que hay alguien —en el planeta, alguna
forma exterior de vida inteligente— que ha entendido no ya lo que han hecho,
sino lo que han dicho? ¿Ha existido una proclamación de algo que sembrara de
dudas a los presentes y se tuvieran que poner a discutir qué es lo que había
entendido cada uno, como ocurrió con la proclamación (o no) de Puigdemont? El
espectáculo de los periodistas discutiendo tras la lectura de Puigdemont lo
recogimos aquí como lo más sintomático. Lo importante no es lo que había dicho
o no, sino que nadie lo supiera. Estamos ya entrenados, curtidos, en intentar
entenderles.
Pero su
misma duda se va a enfrentar al duro lunes cuando trate de incorporarse a su
"trabajo" y cuando deje de recibir su sueldo tras el cese. Pero así
son las cosas con estos señores visionarios. Ninguno se da por aludido. ¿Lo
entenderán entonces?
Amigos y
alumnos de distintos países y culturas me preguntan por qué no entienden nada
de lo que ocurre allí. Ven que la gente sale a la calle y luego vuelve a salir,
que todos hablan mucho, pero que nada ha cambiado. Una alumna china tradujo uno
de los post de este blog y estoy contento porque me dijo que se lo había leído
a los miembros de una empresa china en Dubái y ¡lo habían entendido! Pero eso
no va con Puigdemont o Junqueras. Los de la CUP da igual porque ellos viven
lejos de la realidad en un Shangrila del que es difícil salir, pero estos
políticos de toda la vida es penoso que vayan a seguir enredando hasta el final
intentando confundir a todos con sus constantes quiebros a todos.
Hay un
compañero de celda de uno de los "Jordis", nos cuenta la prensa, que
ha pedido el cambio. No entiende por qué le someten a la tortura de tener que
estar escuchando a ese señor que no habla más que de la independencia. Tiene
razón el pobre preso. Seguro que su delito no es tan grave como para merecer
semejante pena. Es una anécdota, sí, pero no tanto; más bien un detalle stendhaliano.
Hasta
qué nivel de desvergüenza habrán llegado que el presidente vasco Urkullu ha
dicho de todo cuando se vio liado en
la falta de seriedad de estos secesionistas hamletianos. El artículo de Carlos
Segovia en el diario El Mundo lleva el significativo título de "Los
mediadores de Urkullu: "Puigdemont no tiene palabra"". No se
puede resumir mejor. Todos se sintieron engañados por Puigdemont que diciendo
que sí, decía lo contrario poco después, dejando a todos fuera de fuego. Pero más allá de las trampas y engaños, Segovia
cierra su artículo con unos párrafos interesantes en el que, tras señalar que
muchos apoyaban la idea de las elecciones en Cataluña para poder sentarse
después a hablar, dice:
Ése debió ser el objetivo de Puigdemont y de,
no olvidemos, Artur Mas. Éste estableció por cierto en la ley que regula los
derechos de los ex presidentes que solo una mayoría parlamentaria de dos
tercios podría revocar la pensión. Es decir, hace falta más mayoría en el Parlament
para quitar la pensión a Puigdemont que para declarar la independencia en una
estrafalaria muestra de esta clase dirigente nacionalista.
El propio Mas sigue cobrando su pensión a la
espera del Tribunal de Cuentas, pero su daño es infinito.**
Lo
primero es lo primero. En un sentido parecido, se manifestaban algunos tertulianos nocturnos al contar —según
ellos de muy buena fuente— que en la negociación abierta discretamente entre
cargos de la Generalidad y del gobierno central, con esa mediación antes
citada, la mayor preocupación era la situación de los dirigentes, es decir,
como en el caso del sueldo, lo primero eran ellos. Las cosas están ya
medianamente claras.
Cada
vez más, se va entendiendo el calibre de los mentirosos que se han juntado en
la cima del secesionismo. Hace dos días salía a la luz cómo Junqueras,
responsable de la viabilidad económica de la secesión, había engañado a sus
socios por temor a ser acusado de frenar la proclamación de la independencia.
Es decir, era preferible llevar a Cataluña al desastre con tal de cubrirse ante
la Historia y pasar como un Judas.
Siempre habrá tiempo de echarle después la culpa a alguien; no es cuestión de
correr riesgos.
Las
mentiras y las fantasías se acumulan hasta el infinito. El propio Junqueras ha
escrito un artículo en el que mantiene sus fantasías, como recoge El País:
Bajo el título El camino que nos queda por recorrer, Junqueras señala que el
Govern ha intentado “por tierra, mar y aire” que el Gobierno central escuchara
sus reivindicaciones y admite que quizá han pecado de “ingenuidad” al creer que
“votando y haciendo un referéndum” su petición sería atendida. Junqueras
lamenta la “liquidación” del autogobierno, el “asedio” a un ejecutivo nunca
visto en Europa y que se constate que la fórmula de Escocia –el referéndum
pactado- no se pueda aplicar en Cataluña. “¿Cuántas veces no habíamos escuchado
que en ausencia de violencia todo era posible y se podía hablar de todo?”, se
pregunta el ex-vicepresidente, que lamenta: “Pues no es así. Es más: hemos
visto violencia, tanto de uniformados como grupos de extrema derecha que han
actuado con total impunidad. Pegar a personas, en nombre de según qué ideas,
parece que es lícito”. “Han sido capaces de pasar por encima de todos los
preceptos constitucionales para preservar el artículo segundo. La unidad del
Estado por encima de todo y de todo el mundo”.*
Pero
cómo es posible decir estas cosas si han estado ignorando todo lo que se les ha
dicho, incluida la convocatoria de elecciones, con la que tuvo a todos engañados
hasta el último momento. ¿"Ingenuidad"? ¿Es "ingenuidad"
pensar que un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, sin
censos y con todo tipo de inconsistencias permite destruir una nación, la
española, romper un Estado? Yo no lo llamaría "ingenuidad". Todas las
instituciones del país, todas las europeas, las mundiales, le han acusado de
antidemocrático, y Puigdemont, Junqueras y compañía siguen pensando que están
en lo correcto. ¿"Ingenuidad"? Llámelo como quiera.
Es
especialmente irónico (no sé qué palabra emplear) cuando señala que se pasa por
encima de la constitución con tal de preservar el artículo segundo. No es
posible que este señor haya sido vicepresidente. El gobierno del señor
Puigdemont ha vulnerado toda la Constitución, ignorando todo lo que el Tribunal
Constitucional le exigía. No ha sido "un artículo", ha ido contra
todos los principios y poderes del Estado, comenzando por decir que no los
reconocía, tal como ahora afirma que Puigdemont es el presidente de Cataluña y
él el vicepresidente.
No, no
hay ninguna "ingenuidad" sino una deliberada negación de España y sus
instituciones, de las autoridades y el olvido de que todos su poderes provienen
de los que les atribuye la Constitución, votada por todos los españoles, la
misma que contiene el artículo 155 para cuando los responsables de las
instituciones hacen lo que no deben.
Cientos de miles de personas salieron ayer a la calle en Barcelona. Son las personas que no existen para ellos o que son más bien un estorbo para su visión unitaria de Cataluña. Ayer han vuelto a salir para reivindicar el derecho a ser como los otros millones de personas en España. Y han dicho algo que no quiere entender: que son catalanes y españoles, que no es incompatible. Es lo que quieren y sienten. Lo hicieron de forma festiva y contundente. "¡Votaremos", fue su grito, algo que la ingenuidad de algunos prefería evitar. Han perdido el miedo y ven posible una Cataluña armónica, diferente a la que se ha ido gestando día a día durante décadas en manos del secesionismo. Las cuentas les sale y ahora espera que los políticos esté a la altura de la ciudadanía para hacerla realidad. Como compañeros de celda de un "jordi" general, están hartos de la "matraca". Es secesión del secesionismo.
La ingenuidad de Oriol Junqueras es tan auténtica
como las confusiones de Puigdemont. La gente que se equivoca tanto acaba siendo
un peligro para todos.
*
"Junqueras: “En los próximos días tendremos que tomar decisiones y no
siempre serán fáciles de entender”" El País 29/10/2017
https://elpais.com/ccaa/2017/10/29/catalunya/1509270963_043996.html
**
"Los mediadores de Urkullu: "Puigdemont no tiene palabra""
El Mundo 29/10/2017
http://www.elmundo.es/economia/2017/10/29/59f38bf646163f7e248b45cf.html
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