Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
artículo más leído en estos momento en The Washington Post lleva por título
"A vexing mystery in Spain: How did a nurse contract Ebola?"*. No es
para menos. El hecho de que después de la exhibición mediática realizada para
mostrarnos a todos el transporte, llegada, vaciado de un hospital entero,
decirnos que el lugar era el idóneo y el personal el mejor preparado, que se
tenían todos los requisitos necesarios y los medios desplegados, etc., se haya
producido un contagio en una de esas personas no es para menos. Un
"misterio desconcertante".
Mis
estudiantes extranjeros me comentaban que recibían llamadas de sus familias
preocupadas desde sus lejanos países. "Nos preguntan qué pasa en España
con el ébola", me dicen. "Eso está muy cerca de tu casa", dice la
secretaria por teléfono en un despacho. De regreso a casa en el metro, escucho las
conversaciones en tono más agrio de los estudiantes: "¿Por qué se le trajo
a España si no estamos preparados?", le dice muy enfadada una estudiante a
otra.
Otros
países han repatriado a sus enfermos, los han aislado e incluso se han recuperado,
como los casos de Estados Unidos y Francia. Y no se ha contagiado a nadie en
ese proceso. Está el caso del que entró en Estados Unidos llevando el virus,
pero no tenemos constancia todavía de que haya habido contagios. No han tenido
tan suerte nuestros enfermos, desgraciadamente, ni nuestros profesionales. Han fallecido los
repatriados y se ha contagiado una de las auxiliares, que constituye el caso
que asombra al mundo.
Lo que
se percibe socialmente y por los medios es una mezcla de preocupación e
irritación. Ya estamos preocupados por muchas cosas e irritados por muchas más.
Como decía una periodista ayer en una tertulia televisiva matutina: "¡Lo
que nos faltaba era el ébola!". Pues no le falta razón. Habrá que hacer
sitio para una preocupación más y reservar nuestra capacidad de enfadarnos.
Y es
que la gente está muy enfadada. Sobre todo con la ministra Mato, cuya
comparecencia el otro día ha causado la irritación de los que no lo estaban y
la sobredosis en los que ya lo estaban con el tema de la sanidad pública y
derivados. Las polémicas con la cuestión de la sanidad han sido constantes y
han acabado hasta en los juzgados, como ha ocurrido en la Comunidad de Madrid,
sin ir más lejos. Aquí estamos metidos en polémicas del "medicamentazo",
del "euro por receta", de las privatizaciones y un sinfín de quejas,
carencias y debates. Los hospitales han estado en el centro de las polémicas
desde hace tiempo y sus entradas sirven de espacio habitual de protestas y
manifestaciones de los profesionales y, ocasionalmente, de pacientes.
Sobre
el fondo de todo aparece la ministra Ana Mato a dar explicaciones para
"tranquilizar". Pero sus declaraciones y estilo de gestión tienen
efectos adversos, reacciones alérgicas en la opinión pública.
En la
prensa, Milagros Pérez Oliva, en El País, cierra su columna titulada "No
es una equivocación, sino varias" con una frase lapidaria: "El riesgo,
ahora, se llama Ana Mato"**. No deja, desde luego, en buen lugar a la
ministra. En el diario El Mundo, Fernando Baeta tampoco se controla demasiado y
comienza así el bombardeo:
Con Ana Mato, la sociedad española ha llegado
ya a esos 38.6 grados de temperatura corporal de los que tanto se habla ahora.
A esa barrera que nos advierte del peligro inminente. A esa línea roja que, en
este caso, nos pone en guardia no contra una enfermedad mortal que nos acecha
sino contra aquellos gobernantes que, teóricamente, deberían protegernos, velar
por nosotros. Y hemos llegado a esa temperatura límite, sin margen de error,
por la incapacidad de la ministra de Sanidad para tranquilizarnos, por su
manifiesta incompetencia para gestionar una crisis de estas características y,
por último, por su cobardía política a la hora de no dar la cara y afrontar las
responsabilidades que todo político que se precie debería asumir en el
desempeño de sus funciones a la hora de valorar a la ministra.***
Lo que
desde fuera se ve como un "misterio inexplicable", aquí lo percibimos
como una realidad palpable y evidente. Sumamos dos y dos y nos sale. Y un "dos"
son los políticos, con la ministra Mato, como cabeza visible, y demás cabezas
repartidas por nuestros consejeros autonómicos de Sanidad y demás responsables
del sistema; y el otro "dos" de la suma viene por las carencias de
medios y, sobre todo, formación que reclaman los representantes sindicales o
profesionales que salen a dar la cara.
Desde
la portada del diario El Mundo, un médico con cara de circunstancias y cruzado
de brazos, el doctor Yus, señala "Nadie me ha enseñado a ponerme el
traje"****:
"Mañana o pasado mañana me tocará
atender a la enferma de ébola y nadie me ha enseñado a ponerme el traje. No
estoy preparado. No estoy entrenado. Y eso les pasa a muchos compañeros. ¿Es
que no podían habernos preparado? ¿Es que no pueden ocuparse otras personas con
la formación específica?". Habla Santiago Yus, un médico especialista en
cuidados intensivos con más de 30 años de experiencia en el Hospital La Paz y
que será uno de los encargados de atender, en la UCI aislada y especial del
complejo Carlos III-La Paz, a la primera enferma de ébola contagiada fuera de
África.
La denuncia de Yus es la denuncia de una
quincena de compañeros que ayer se reunieron con la gerencia de su hospital
para advertir de la escasa preparación específica que han recibido para atender
a enfermos de ébola. "He tenido que decirle a la subgerencia del hospital
que no insulte a nuestra inteligencia diciéndonos que nos han formado".****
Dado
que este es el primer caso de ébola en España, los que saben algo de esto son
los que están en África combatiéndola, que son los que se están contagiando y
llegan a España para que les atiendan sus compañeros que no saben nada. Círculo
interesante y que revela lo que es para algunos la medicina en los países en los que la
gente se muere por comer mucho y no por no comer, por fumar en vez de por vivir
en ciudades en las que no se ve el sol por la contaminación, etc. Crece mi admiración por los que dejan una vida cómoda y se van, sin saber cómo ponerse un traje o sin traje siquiera, a ayudar en lo que puedan. Los expertos, nos dicen, están divididos ahora sobre si hay que sacrificar o no al perro de la enfermera infectada. La televisión nos muestra imágenes en estos mismos momentos, en directo, de la manifestación que bloquea la puerta del centro en el que se encuentra recluido el pobre animal para evitar su sacrificio. Han intentado asaltar la ambulancia en la que iba la mascota, nos cuenta la periodista desde el lugar custodiado por la policía. Nos dicen que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se han llamado para afrontar juntos la "crisis del ébola". Al final un virus nos ha unido; solo falta que llame Artur Mas. ¡Extraño país el nuestro!
La
gente se irrita, además, cuando escucha la palabra "formación". Y se
irrita por asociación de ideas. Se piensa en la estafas de cursos de formación,
en los millones dilapidados, que podrían haber servido para que en alguno de
esos cursos que nunca se celebraron, con alumnos inexistentes, se podría haber enseñado
a alguien a ponerse el traje al doctor Yus y a sus compañeros de La Paz para
cuando reciban a su compañera infectada o algún otro caso, que espero que no se
diga ya que es "imposible".
Es aquí
donde se ve el contraste entre los políticos que dicen que todo está listo y aseguran su confianza en el sistema que ellos gestionan. Los que están abajo
que ya sea por "a" o por "b" consideran que eso no es así. Siempre estamos con lo de las "responsabilidades políticas", frase que no encanta porque la repiten los políticos todos los días. Pero hay que ir más allá. Es el sistema mismo.
"Es un tema de salud personal y de salud
pública, porque nuestra seguridad es también la de nuestros entornos",
sostiene Yus. Para este especialista de 55 años, la "insuficiente"
formación recibida por el equipo de La Paz responde a una "desgraciada
gestión de la dirección".
La alerta de los médicos de La Paz entronca
con el carrusel de críticas de la profesión sanitaria a la formación y
seguridad establecidas por las autoridades. El sindicato CSIF afirma que aunque
algunos trabajadores han recibido 50 horas de formación sobre los trajes «no se
ha practicado nunca en simulacros», sino que la primera vez fue con los casos
reales de los misioneros. Auxiliares de enfermería y enfermeros de La Paz dicen
que han recibido un curso de media hora sin prácticas.
Todos los sindicatos de clase y sanitarios
dijeron ayer que el contagio de Teresa R. R. se produjo por un "fallo del
protocolo". "Lo que queremos son profesionales informados, con
protocolos adecuados, sin incertidumbres ni riesgos".****
Así nos
gustaría ser a todos en lo nuestro, claro. Y así nos gustaría ser atendidos; también los pacientes asumimos nuestros riesgos cuando vamos al médico y entramos en un hospital, ¿o no? Casos hay. Es
una lástima que se hayan perdido tantos millones en las estafas por los cursos
de formación que deberían haber dado sindicatos y patronales, incluidos los de la
Sanidad. Dinero había para estas cosas, pero... Son estos casos, la realidad misma, la que nos enfrente a la dimensión de nuestras capacidades. Son los hechos los que nos ponen en nuestro lugar. Y eso es lo que hay que entender; ese es el mensaje que nos trae el virus, la imperfección del sistema por encima de la palabrería o de lo que creamos ser o aparentar.
No.
Para nosotros no es un "misterio" que ocurra lo que nunca podría
ocurrir. Estamos acostumbrados. Quizá estamos pagando el deterioro de nuestra
propia demagogia, por arriba y por abajo, con la que hemos decidido afrontar
nuestro desarrollo. Hace mucho que no mejoramos, que gastamos energías en
demasiadas cosas que nos impiden con seso, con
inteligencia, más allá de los dogmas y la retórica. Eso tiene un desgaste y unas consecuencias. Deterioro y desgana. Esto es solo un caso, pero se puede palpar.
El
hecho de que a una enfermera que ha estado expuesta al ébola se le diagnostique
"gripe" por parte del médico de familia que la atendió cuando tuvo
los primeros síntomas, significa mucho más que el que no te enseñen a ponerte
el traje o no hayas hecho simulacros. Si la enfermera no se lo advirtió al
médico o si el médico no le hizo caso son detalles que importan y que revelan
el grado de conciencia que se desarrolla en unos sistemas que tienden a los
automatismos. Todos hacen lo que deben, pero nada sale como debe salir. Lo imposible ocurre.
Todos
han cumplido sus protocolos. Ahora dicen que van a revisarlos. Es una frase más acuñada para salir del paso. De nada
sirven los protocolos si no se mejora a las personas que tienen que llevarlos a
cabo, si no se dan los medios suficientes y, sobre todo, si no se piensa que el
protocolo puede ser imperfecto. Hasta los trapecistas saben que hay que revisar
la red. Estamos convirtiendo el país en una estúpida máquina protocolaria que, parafraseando
a Galileo, "sin embargo, falla".
Dicen que cuando la enfermera se presentó en el hospital les dijo a sus compañeros: "Os voy a hacer una faena; creo que tengo ébola". Pues sí. Que se restablezca. Y que aprendamos algo. Lo único positivo de los errores es aprender a corregirlos. Y cometemos el mismo siempre: creer que porque decimos que algo es imposible, lo sea realmente. Los políticos no defienden el sistema, defienden su gestión al frente del sistema. Y la defienden rodeándose de personas que siempre les dicen que tienen razón, que todo es correcto.
La solución del ébola es científica y técnica, no política. Lo político es asignar los recursos adecuados para que eso se consiga, producir el entorno para que eso sea posible, poner a las personas adecuadas en los lugares adecuados. Y eso es lo que falla por múltiples motivos e interferencias.
* "A
vexing mystery in Spain: How did a nurse contract Ebola?" The Washington Post 7/10/2014
http://www.washingtonpost.com/news/to-your-health/wp/2014/10/07/after-nurse-contracts-ebola-spanish-health-workers-raise-concerns-about-protective-equipment/?tid=pm_pop
**
"No una equivocación, sino varias" El País 8/10/2014
http://politica.elpais.com/politica/2014/10/07/actualidad/1412711231_141082.html
***
"Ana Mato" El Mundo
8/10/2014
http://www.elmundo.es/espana/2014/10/08/5434cc0fe2704e2e3e8b456b.html?a=bc89383a855e50e27ed774e3cd7850ed&t=1412749615
****
"'Mañana me toca atender a la enferma de ébola y nadie me ha enseñado a
ponerme el traje'" El Mundo
8/10/2014 http://www.elmundo.es/espana/2014/10/08/54347682268e3ef2498b4570.html
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