Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Si la
economía de la eurozona ha caminado hacia la desigualdad en vez de a la
convergencia es que algo falla en el proyecto. Hay algo, no hay duda; algo que
la crisis ha desatado, desvelado, pero no creado. En el espacio europeo hay
ciertas tendencias que van más allá de las simplezas del "norte-sur"
y "centro-periferia", que no son más que formas retóricas presuntamente
deterministas. La nomenclatura tiene algo de fatalista, algo que conviene a los
que tienen "la sartén por el mango", a los que han asumido ese papel
directivo del conjunto.
Lo que
es evidente hasta el momento es que el diseño actual tiene ciertos problemas,
que no sé a quién atribuir pero sí sabemos quién los padece en toda su
intensidad. España y Francia acaban de batir sus records históricos de paro. No
hablemos de otros países ya intervenidos. El hecho de que Europa en su conjunto
no se recupere parece deberse —según todo el mundo menos Alemania— al
obcecamiento de una "política nacional" determinada, la alemana, y al
congelamiento del resto, que debe esperar rezando a que Alemania haya acertado
en sus decisiones.
¿El
tópico del "motor alemán" significa que los demás están condenados a
no poder ser "motores"? ¿Significa que siempre estaremos a expensas
de lo que decida? ¿Somos germano-dependientes?¿Cuándo se repartieron los papeles de la "opereta"
europea? ¿Por qué se sacrificó "nuestra" industria, nuestras
compañías —vean el caso descarado de Iberia y British Airways— para que
entraran las multinacionales que eliminaban rivales? ¿Por qué muchos países europeos
están condenados a tener migajas industrias solo a cambio de empleos muy mal pagados y
en riesgo permanente de huida de sus patrones extranjeros, los que tienen
"la sartén por el mango"? ¿Se están incluyendo nuevos países en la
Unión con el fin de que el capital disponga de nuevas bolsas de empleo barato,
de lugares a donde trasladar las industrias con menos costes, o se hace para
mejorar el nivel y calidad de vida de sus habitantes? ¿Qué Europa hacemos?
Mientras
Alemania sea la "medida de todas las cosas", parece evidente que no
se crecerá más que cuando Alemania lo haga, idea asumida por nuestros políticos.
Las políticas de Angela Merkel han sembrado también desigualdades en Alemania,
en donde la calidad del empleo se ha deteriorado y abaratado, crecido el paro y
aumentado la desigualdad. Lo que se está construyendo es una Europa satelizada,
dependiente de Alemania, girando a su alrededor. ¿Por qué?
Las
políticas que se han tomado hasta el momento se aseguran que el "crecimiento" no se produzca mediante
la implantación de "error alemán" en toda Europa. Si Alemania no
crece, nadie crece. Ella se encarga de que no ocurra mediante el control de la
política económica europea y del euro que nos ata. Algunos ven la salida de
Alemania del euro como la salvación de Alemania mientras que otros la exigen
para salvar a Europa.
Desde
todos los rincones del planeta se lo dice una y otra vez: el exceso de
austeridad provoca la recesión y destruye el empleo. Se entra en un círculo
vicioso. No se crece, no se crea empleo. Pero, sinceramente, ¿va a permitir
Alemania una Europa industriosa que
le dispute el territorio? Es dudoso. Estamos condenados, según parece, a la
atomización industrial y empresarial, al autoempleo, a las microempresas, al
enanismo económico, a un mar de precariedades. ¿Por qué?
Alemania
fue la primera que entró en crisis y quien tiene un papel muy importante en el
desarrollo de las crisis del "Sur". Hace poco menos de un año,
podíamos leer en La Vanguardia:
La primera vez que se habló en Alemania de crear un banco malo fue en
febrero de 2003. La banca alemana invertía gran parte de los enormes superávits
exportadores del país en especulación inmobiliaria y contribuía a hinchar la
burbuja global. Hubo una reunión confidencial del gobierno con los
representantes de la gran banca nacional en la que se barajó la cifra de
300.000 millones en activos tóxicos y se debatió la posibilidad de una crisis,
así como de la creación de un depósito de basura financiera. La cosa quedó ahí.
Cuatro años después, el estallido pilló de pleno a la banca alemana.
En varias ciudades de Estados Unidos, Baltimore entre ellas, el Deutsche Bank
es hoy propietario de más del 10% de las casas vacías. El negocio americano que
arruinó al banco Hypo Real Estate, persigue al Deutsche Bank con varios pleitos
por estafa en Estados Unidos.
En España la banca alemana tenía 144.000 millones de euros expuestos
en España a finales de 2011, según la cifra publicada en abril por el Banco
Internacional de Pagos. Es la mayor exposición de riesgo de una banca
extranjera en España. En 2008 el riesgo alemán en España era de 200.000
millones.
El discurso populista alemán sobre la
eurocrisis, que ignora su interrelación y carga las tintas sobre naciones
buenas y malas, ha permitido obviar el debate sobre la central contribución de
la banca nacional al estallido especulativo y su coste para el ciudadano.*
El
desastre de los países rescatados tiene unos perfiles muy similares en toda la
Unión: turismo, suelo, burbujas inmobiliarias y servicios, antes que industria,
que se va perdiendo. Hay reparto de papeles. El dinero que ha fluido para
estimular ese modelo perverso de crecimiento, se ha indicado en muchas
ocasiones, venía del "norte". En el diario económico 5 días se explicaba así el rescate a la
banca: "El rescate a los bancos españoles es en realidad un rescate a los
imprudentes bonistas alemanes, según International
Financing Review. Wolfgang Münchau, columnista del Financial Times, también considera que la ganadora de la última
cumbre europea fue Merkel y no Monti o Rajoy." ** Merkel se gana el
sueldo. Los inversionista nacionales lo pierden todo, lo alemanes no.
La
repetida idea de la "cesión de soberanía" solo puede ser eficaz
cuando lo hagan todos y se tomen decisiones favorables al conjunto. Algo que no
sucede ahora y no sabemos si es porque es históricamente imposible que los
países renuncien a sus intereses propios o si "Europa" levanta sus
barreras para que se pierda soberanía y no se gane nada a cambio, al contrario.
Sin la idea del reequilibrio histórico —la verdadera y única idea posible de
una Europa— levantar barreras es hacer que entren los zorros en los gallineros.
Lo que
sí parece evidente es que cuando "las cosas van bien" hay que
analizarlas con detalle porque cuando "van mal" quedan muy pocos
recursos y posibilidades de enderezarlas. Los hechos y las cifras están ahí.
Media Europa está sufriendo una crisis profunda con unas limitadas
posibilidades de recuperación porque nuestro crecimiento europeo se ha hecho
con dependencia. Nuestros errores se produjeron cuando se decía que
"España iba bien"; ahí se sembró la debilidad que hoy nos impide
tener la fuerza suficiente como para crecer. El problema comenzó y se agravó
por esa misma dependencia a las que nos llevaron las inversiones y las burbujas
—apariencias de riqueza— que nos hizo recortar las alas para evitar que
eleváramos el vuelo. El capital que nos hizo crecer determinó nuestro
crecimiento y, si no se remedia, seguirá marcando nuestro desarrollo.
La
única solución para salir de este modelo perverso, aunque rentable para
algunos, es crecer reindustrializando.
Todo lo que no sea hacerlo así, creará un castillo de naipes, una ilusión.
*
"Bankia a la alemana: dos grandes bancos malos y niebla espesa" La
Vanguardia 13/05/2012 http://www.lavanguardia.com/economia/20120513/54292594711/bankia-alemana-dos-grandes-bancos-malos-niebla-espesa.html
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