lunes, 25 de abril de 2011

España suspende en el control de la corrupción: el informe GRECO

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No es fácil definir de forma precisa la corrupción y menos todavía medirla. El GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupción), del Consejo de Europa, realizó en 2009 seis recomendaciones a España para que mejorara su situación, los puntos flojos del sistema y cómo se debía atacar la corrupción. Pasados dos años, el grupo GRECO suspende a España*. Nada ha cambiado prácticamente.
Hay muchas formas de corrupción, evidentemente, y un global es siempre difícil de establecer, pero el GRECO ha trabajado sobre un aspecto esencial de la vida democrática: medir el grado de opacidad en las finanzas de los partidos y los esfuerzos destinados para remediarlo por parte de los Estados. Lo que mide es la voluntad política de atajarla. Tenemos al enfermo al que se le pide que se corte la pierna gangrenada.
España está salpicada desde hace años por escándalos de corrupción política que casi siempre giran sobre las formas de financiación de los partidos. Las otras formas tradicionales, las que buscan el beneficio personal, suelen ser más fáciles de reconocer y suele haber mayor acuerdo entre los políticos. Sin embargo, la financiación irregular es un caballo de batalla permanente porque afecta a todos los partidos y es más dañina para la vida democrática por las perversiones que institucionaliza, aunque sea en la sombra.
Esta forma de corrupción tiene un fondo perverso porque supone que las instituciones que han de representar a sus ciudadanos, mejorar sus leyes y gestionar sus recursos, viven en la oscuridad, trabajan desde la oscuridad y responden con oscuridad. También se relacionan con otros en la oscuridad. Esto involucra al sistema financiero y al empresarial, que son los que conceden y no recuperan préstamos o los que aportan dinero a campañas y candidatos. La financiación irregular es una hipoteca sobre nuestras libertades ya que desnivela el valor de nuestras decisiones en favor de los que aportan o perdonan dinero. Por eso es tan importante para la salud democrática. La corrupción pervierte la decisión.


La financiación regular de los partidos es esencial porque establece unos límites y obliga a ser transparente dentro de ellos. Su transparencia permite saber a quién representan realmente los políticos. En la medida en que es una actividad en la sombra ya es antidemocrática, independientemente de que sea ilegal.
GRECO deja claro que en España no existe ninguna voluntad de aclarar las zonas opacas y oscuras, que los encargados de que esto mejore no lo han hecho, por dejadez o por interés. Y las razones son evidentes para todos. La política se contamina con lo económico, cuando lo económico es caja B. Y lo económico se contamina con lo político de la misma forma. La mayor fuente de corrupción en este país ha tenido que ver con la construcción. A los españoles nos queda ahora la duda sobre si la negativa permanente a frenar la especulación inmobiliaria y su estímulo fiscal, por ejemplo, algo que llevaban años advirtiendo todas las instituciones europeas e internacionales a nuestros sucesivos gobiernos, ha sido sordera natural o provocada. Nos queda saber si nuestro rápido camino al desastre económico y nuestra lenta y futura recuperación ha sido fruto del mercado o del mercadeo.
La corrupción tiene un segundo efecto destructivo: considera que los bienes y acciones del Estado son moneda utilizable para conseguir fines propios o de terceros por encima de su destino natural, la mejora del país. Esto es también terrible porque lejos de velar por lo que es de todos, despierta la sensación de que puede ser tomado o utilizado por el que esté allí en cualquier momento. La oscuridad de la financiación se transforma en la oscuridad de las decisiones.
De todas las recomendaciones que GRECO hizo a España en 2009, solo en alguna de ellas se ha “mejorado” parcialmente porque se ha empezado a "pensar en ello". Pero es muy significativo que la recomendación de que se dotara de más medios y personal al Tribunal de Cuentas, el órgano que debe velar por la vigilancia, en los dos años transcurridos solo haya aumentado en una persona. Significativo y elocuente.
Con todo, lo peor es la pérdida de confianza que la corrupción en la financiación provoca en la ciudadanía. Pérdida de confianza y ejemplo negativo, porque el modelo se extiende a todos los ámbitos de la sociedad. El ejemplo más evidente son nuestros niveles estimados de economía sumergida [ver entrada]. La constante aparición de casos de corrupción en todos los espacios y niveles mina la credibilidad política y la ciudadanía pasa a entender que si los que deben velar por la limpieza no lo hacen, tampoco deben ellos hacerlo. Nada se imita con mayor dedicación que el mal ejemplo. Mucha gente se está empezando a hartar.
La financiación irregular siempre tiene un coste en amiguismo, clientelismo y un efecto llamada a más corrupción. No es casual que se detenga en España a mafiosos de todo pelaje y nacionalidad. No es casual, porque viven aquí. Hay muchas buenas causas en las que colaborar.
Las emocionadas defensas que los partidos hacen de sus presuntos corruptos y allegados se han convertido en una especie de culebrón en el que casi se llega a la presunción de santidad, más que a la de inocencia, rebajando la política a lo carismático. El amor al delincuente político va más allá de lo que Concepción Arenal llegó a pensar jamás. Aquí el delito no cuenta y el delincuente es santo súbito.
Espero que como consecuencia del informe GRECO no echen a la persona que contrataron en el Tribunal de Cuentas. Quizá fue por error.
* “El Consejo de Europa suspende a España por la oscura financiación de los partidos” El País 25/04/2011 http://www.elpais.com/articulo/espana/Consejo/Europa/suspende/Espana/oscura/financiacion/partidos/elpepuesp/20110425elpepinac_2/Tes



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