jueves, 7 de abril de 2011

11 minutos por Minamisoma: no estamos solos


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
The New York Times nos cuenta la historia de localidad japonesa de Minamisoma. Cincuenta mil habitantes huyeron de la ciudad durante las dos primeras semanas tras el terremoto y el tsunami quedando la población reducida a menos de un tercio que se refugió en sus casas. La radiación les hizo huir. Minamisoma está a 15 kilómetros de la central nuclear, dentro del límite de los 20 kilómetros fijado como muy peligroso y de evacuación. Pero no todos se van. Unos porque no tienen dónde ir, otros porque no acaban de entender su destino. Los que se quedan, viven encerrados, condenados al aislamiento en una zona de alto riesgo, cada vez con menos alimentos y recursos.

La desesperación por la falta de ayuda cundía hasta que le sugirieron al alcalde, el Sr. Sakurai, que grabara un vídeo casero pidiendo ayuda y colgarlo en Youtube.* Alguien le puso subtítulos en inglés al mensaje del desesperado alcalde y lo subieron a la red. Todo cambió: “Suddenly, the world was extending its hand to us […] We learned we’re not alone.”**
El efecto de un video de once minutos colgado de la red se ha mostrado más efectivo que los planes de ayuda, que no llegaba a la ciudad. Envíos de alimentos y objetos de primera necesidad han ido llegando; voluntarios se han ofrecido para ir. Ha funcionado.
Hay dos aspectos interesantes en el caso de Minamisoma, El primero se refiere a la eficacia de la organización espontánea, a la capacidad de movilización tras la llamada. El segundo aspecto relevante se refiere al funcionamiento de los micromedios en contraposición a los medios masivos. “Until now, we waited for the mass media to come here and videotape us […] This time, we reversed the process by taking our own video and broadcasting it”, ha señalado el alcalde.
En pleno debate sobre los formatos de los nuevos medios surgidos de la combinación de la digitalización y la globalización, el ejemplo de la ciudad de Minamisoma nos enseña que hemos creado un ecosistema informativo reversible. La dirección de la información ya no está prefijada sino que es variable en función de las circunstancias. Hemos comentando en varias entradas anteriores, el papel de los ciberperiodistas ciudadanos en el caso del conflicto libio y su importancia cuando los medios convencionales se retiran. Nos encontramos con un caso similar. Frente a la constitución de un medio paralelo, como ocurrió en el caso libio —la creación de una televisión en Bengasi para ofrecer imágenes de lo que allí ocurría al mundo—, aquí nos encontramos con un ejemplo minimalista. Un simple vídeo ha servido para poner en marcha toda una serie de dispositivos que van envolviéndolo y amplificándolo hasta conseguir establecer su propio público para cumplir su objetivo.
Tradicionalmente consideramos al público como una generación del medio que espera la información. El medio va creando sus públicos estables que reciben las informaciones que le son filtradas en función de las expectativas establecidas por los casos anteriores. El medio selecciona las noticias en función de lo que ha aprendido del comportamiento anterior de su público.
En este caso, es la información la que genera su público específico y efímero, un “público” que dura mientras es necesario. Podemos entenderlo como la disolución del medio como concepto y la extensión del público como realidad. Los debates existentes sobre las formas posibles del periodismo en el futuro tendrán que darse prisa en incorporar y comprender estos mensajes que el día a día nos muestra. Lo relevante no es que el mundo  se haya llenado de medios, sino que se ha llenado de hablantes. Los medios de comunicación surgieron con la llegada de la revolución industrial y los procesos de traslado a las ciudades como una alternativa al mundo oral de las aldeas. Cuando el medio habla, el público calla. Hoy vivimos en la “aldea global” de McLuhan; los públicos ya no son oyentes, sino hablantes, o las dos cosas. Es el regreso del foro como escenario público de comunicación.
“Hemos aprendido que no estamos solos”, ha señalado el alcalde de Minamisoma. Esta frase tiene dos niveles, el de la solidaridad y el de la comunicación. El mensaje es igual de relevante en ambos casos.

* http://www.youtube.com/watch?v=70ZHQ--cK40
** “Japanese City’s Cry Resonates Around The World” Martin Fackler - The New York Times 6/04/2011 http://www.nytimes.com/2011/04/07/world/asia/07plea.html?_r=1&hp



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