Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Nos advierte la norteamericana Michele Zackheim*, en un artículo publicado por Al-Jazeera, del fenómeno de la represión juvenil e infantil por parte del régimen sirio. Zackheim, miembro del Comité para la Libertad de Escritura, del PEN American Center, nos cuenta, entre otros casos, el de la bloguera detenida en Siria en diciembre de 2009, con tan solo 17 años. La joven Tal al-Mallouhi fue detenida bajo la acusación de espionaje a favor de un país extranjero. Así se llama en la Siria de al-Asad a escribir un blog. Según los funcionarios sirios de seguridad, ella enviaba información a la embajada estadounidense en Egipto a través de su blog. Absurdo. La imagen de un Bush convertido en un Adolf Hitler es la mayor evidencia de que nos encontramos ante una espía norteamericana. Tal, además, es hija de un antiguo ministro del padre del dictador actual, es decir, del dictador anterior. Eso ha hecho que la familia no haya tratado de dar demasiada publicidad al asunto por temor a que se volviera contra ella y lo tomaran como un caso propagandístico.
No es el único caso. Las cárceles, nos dice Zackheim, se están llenado de quinceañeros cuyo delito contra la seguridad del estado es haber realizado pintadas en las paredes de sus pueblos. Un grupo de niños de 10 años fue sacado de su clase para obtener información y las edades de otros detenidos está ya entre los 14 y 15 años.* Así intenta reprimir el régimen lo que se está viniendo encima, mientras los muertos se acumulan cada día en sus calles. Como gesto de buena voluntad, acaban de derogar la ley que regula el estado de emergencia desde 1963. ¿Será porque el régimen de al-Asad se siente ahora más seguro? La paranoia crece en estos regímenes que ven conspiradores por todas partes, incapaces de reconocer las evidencias de su propio fracaso y el desprecio que han generado en sus pueblos. Egipto acaba de aprobar la retirada del nombre de Mubarak de calles plazas y bibliotecas. Ya le tocará a Siria. Habrá un momento en el que estos países pongan el nombre de sus blogueros en las calles y en las bibliotecas. Las lista recientemente hecha pública por Times de sus 100 personalidades mundiales más influyentes está encabezada por el bloguero egipcio, Wael Ghonim.**
Cada vez se hace más evidente que la semilla del levantamiento contra estas dictaduras se ha gestado de forma emergente, no conspiratoria. La diferencia es esencial. Se ha ido creando un caldo de cultivo de frustración que se ha manifestado, llegado a cierto nivel, de forma espontánea a través de los blogs y redes sociales. Así se ha producido esa emergencia de la protesta que se ha ido contagiando a los demás sectores sociales. El caso de Egipto, con la muerte del bloguero en Alejandría, quizá ha sido el más claro, pero no el único. Estos casos han servido para que la desesperación hiciera perder la prudencia y el miedo, se diera el salto al siguiente nivel, y se saliera a las calles. Una amiga, periodista egipcia, me dijo en los primeros días de la revuelta, en enero: “si los internautas se juntan con los chabolistas, todo estallará”. Y así ocurrió.
Tal al-Mallouhi ha sido condenada a cinco años de prisión. Cinco años por tener un blog con sus poemas y contarle al mundo lo que se le pasaba por la cabeza y por el corazón cuando veía el mundo que le rodeaba. Describió un mundo que no le gustaba. Y ese mismo mundo la ha condenado a otro peor. Cinco años en un infierno.
El blog de Tal al-Mallouhi está detenido en la última entrada que su autora pudo realizar, en el 2009, Desde entonces, una solitaria imagen de Mahatma Gandhi —un conocido subversivo, como todos sabemos— espera a que la dueña del blog pueda actualizarlo. Esperamos y deseamos que Tal pueda actualizar su blog antes de los cinco años a los que ha sido condenada. Sería la señal de que Siria ha cambiado y que los que están en las cárceles no son los que escriben poemas o en las paredes sino los que las levantan para encerrar a sus pueblos.
Mientras tanto, podemos leer un poema suyo:
This is my Homeland
In which
I have
A palm tree
A drop in the cloud
And a grave to protect me
In which
I have
A palm tree
A drop in the cloud
And a grave to protect me
* Michele Zackheim: “Syria’s teenaged prisoners of conscience”. Al Jazeera 15/04/2011 http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/04/2011414104949575606.html#
**http://www.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,2066367_2066369,00.html
VIVA SIRIA LIBRE!!!
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