sábado, 4 de octubre de 2025

La paz imposible

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Se supone que la finalidad de un "plan de paz" es alcanzar la paz. Pero esto solo es posible si los que debe aceptarlo desean realmente la paz. Lo que está ocurriendo no es precisamente eso. Es algo raro: los implicados en ello buscan otra cosa. No desean ser señalados como el obstáculo para la paz, algo que reservan para el otro. De esta forma el que dice aceptar el plan imposible obliga al otro a rechazarlo, convirtiéndose en el responsable de la guerra, Es decir, el que se levanta primero de la mesa pierde, pasa a ser responsables ante el mundo. ¿Astuto?

En 20minutos se recogen las opiniones de varios expertos españoles en la zona y sus conflictos. Prácticamente ninguno de ellos concede viabilidad al proyecto de paz presentado desde la Casa Blanca.

Para Villar hay tres problemas que esta propuesta o ultimátum genera: primero, que es "un plan unilateral", es decir, que no ha tenido en cuenta para su elaboración a Hamás; segundo, la creación de "ese ente apolítico" que controlará Gaza, "poco determinado"; y tercero, "que no descarte al 100% la posibilidad de un Estado palestino" cuando Netanyahu ya ha adelantado que no se creará. 

Sobre este último asunto, Villar sostiene además que la solución de los dos Estados en su concepción primigenia, es decir, aquella que recogen los organismos y el derecho internacionales, no podría ejecutarse dada la coyuntura, ya que son más de 700.000 los israelíes que viven en territorio palestino ocupado. * 

¿Cuál es entonces el objetivo? En un momento en el que la opinión pública mundial está protestando en las calles, en que se está dividiendo a los gobiernos, etc., hacer ver que estás dispuesto a la paz y que es el otro el que no la acepta puede ser una jugada.

¿Por qué los expertos creen que el plan no tiene futuro? Porque no tiene sentido haber pasado por lo que se ha pasado para luego retroceder a la casilla de salida y perderlo todo. En realidad, ambos saben que es imposible, pero desean que sea el otro quien lo diga. Por eso hablan solo de encuentros, no de logros.

Si esto es así, lo señalado por David Villar en el párrafo citado es un obstáculo real frente a la idealidad doble del imposible acuerdo. En realidad, el conflicto actual es una superposición al existente durante década, el que iba reduciendo la única posibilidad, la de paz, la de dos estados, otra imposibilidad que llevaría a una guerra civil dentro del estado israelí. ¿Quién les dice a esos 700.000 colonos colocados donde no deben que se vayan? ¿Y a dónde?


No hay paz porque no hay solución pacífica, es decir, aceptable, sin que implique el uso de la fuerza. Por eso la barbarie se disfraza de "guerra defensiva". No se trata de saber quién tiene razón, sino de que nadie la tiene realmente por lo que se hizo o por lo que se acaba de hacer.

En realidad, esto el confirmación de un error histórico disfrazado de mejor solución posible tras siglos de persecución y exterminio. Lo que se hizo realmente fue trasladar un problema del presente hacia el futuro e invirtiéndolo, lo que entonces eran perseguidos sería los perseguidores futuros, los invasores de otro pueblo. Con el argumento mítico de la "tierra prometida", sostenido hoy por Netanyahu y los más radicales, Dios es la excusa para la intransigencia y la crueldad. Israel crece y necesita expandirse y expulsar para hacerlo. Esos 700.000 "ocupas" son la prueba de ello.

Hoy ha explotado lo que llevaba décadas creciendo y será difícil evitar que siga creciendo. Es pura geografía: dos pueblos no pueden ocupar el mismo espacio, especialmente si uno tiene el poder y su fortaleza viene precisamente del crecer.

UNE TV 26 octubre 2023

Si a esto le sumamos la mala conciencia occidental y el apoyo a una causa complicada sin poner condiciones; si le sumamos el desarrollo de otros conflictos en la zona con motivos y focos múltiples (Irán, Afganistán, los enfrentamientos entre sunitas y chiitas, la estrategia del liderazgo islámico, los intereses económicos, el petróleo, etc.), el resultado es el caos bárbaro con el que nos encontramos hoy.

En la actualidad la cuestión palestino-israelí se ha convertido en internacional, pero a la vez se ha multiplicado como local. Como ocurre en España, sirve para marcar distancias entre unos y otros con una frivolidad pasmosa.

Con Netanyahu y el apoyo de Trump es difícil que se logren medidas eficaces. Israel está tratando de imponer una lógica de la fuerza que se sostiene finalmente en el mandato divino, el del "pueblo elegido", que lo justifica todo. Es lo que les interesa más, pero la más complicada de sostener y de llegar a algún resultado que se pueda aceptar por las partes.

Mientras tanto Israel juega la estrategia de los hechos consumados: la destrucción de personas y territorios que se hacen inhabitables. Son más de 66.000 muertos los que se acumulan y cientos de miles, millones, los desplazados. Se expulsa o mata y se repuebla. Esto, nos dicen, no puede considerarse un "genocidio". Habrá que reformar el diccionario o buscar nuevas palabras.

Muchos judíos huyeron de Rusia, donde aprendieron estás tácticas en sus propias carnes. Ahora algunos iluminados ponen en práctica lo aprendido. Invade, destruye y repuebla.

Le pedimos mucho a la paz, que sea justa, que convenza a todos, que tenga futuro. Algunos dicen que se contentan con un alto el fuego,

Noticias de Navarra, 20 de mayo 2025

* Alejandro Tobalina "Las líneas rojas que separan a Israel y Hamás pese a la aceptación del plan de Trump: "Solo podemos aspirar a un cese de hostilidades"" 20minutos 4/10/2025 https://www.20minutos.es/internacional/las-lineas-rojas-que-separan-israel-hamas-pese-aceptacion-plan-trump-solo-podemos-aspirar-un-cese-hostilidades_6402605_0.html

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