Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Anoche
deslizaban una pregunta —sin esperanza de respuesta directa— en la tertulia periodística
de RTVE: ¿cómo es posible que unos servicios secretos capaces de realizar la
operación de meter 50 g de explosivos de "buscas", radios, "walkie
talkies", ordenadores personales, etc. de los miembros de Hizbulá no
detectara una invasión como la que desencadenó esta guerra de Israel? ¿Cómo es
posible una negligencia de tal calibre y una precisión tal?
La
pregunta se la hace mucha gente y me llevó a acordarme de un mensaje de una amiga
del mundo árabe que repetía una teoría: Israel había "dejado pasar"
la incursión de Hamás para poder desencadenar una repuesta que le permitiera
una nueva expansión territorial mediante desalojo y eliminación de miles de
palestinos.
No es
compatible, piensan algunos, que miles de miembros de Hamás entren por las
buenas y después se dé una situación de control selectivo, de infiltración y
manipulación de miles de dispositivos con explosivos. No se es tan "tonto"
un día y tan "listo" al siguiente. No es posible saber la verdad
obviamente; al menos, por ahora, tendremos que conformarnos con lo que se dice.
Que
esto ocurra cuando el crecimiento del descontento popular crece en Israel ante
la ineficacia por resolver el problema de los rehenes también es preocupante
porque no ayuda a ningún proceso de paz o negociación.
BBC |
Es también
muy raro ver el desinterés del gobierno de Netanyahu en cualquier proceso de
paz. Hace tiempo escribimos aquí que era una
manera muy extraña de buscar la paz la de Netanyahu. Es algo que han
comprendido bien esos colonos que se abalanzan sobre los terrenos despoblados,
arrasados por el ejército israelí. Por lo pronto, hay cerca de 40.000 que no
volverán a vivir en ninguna parte. Ahora nos dicen que el ejército se desplaza
hacia el norte, hacia el Líbano y que incursionará en su territorio.
Están
practicando algo propio de las grandes potencias imperialistas, algo que llaman
"guerra preventiva", una aberración conceptual que encubre los
propósitos agresivos y coloniales en "defensivos". Lo dicho, una
aberración. Significa que tú agredas porque un pajarito te ha dicho que te van
a atacar. Lo más parecido a lo de Israel es la Venezuela de Maduro o la Rusia
de Putin, a lo que se perece cada día más.
Lo que
sí ha quedado claro, al margen de cualquier comprobación, es que nadie puede
frenar a Israel, algo que en un sistema de alianzas internacionales compromete
a todos los que respaldan y no condenan, a los que aportan materiales de guerra
o información.
Pero es el propio Netanyahu el que está acabando con Israel. Lo está aislando del mundo. Solo cierto radicalismo xenófobo puede amparar tanta barbarie como la que estamos viendo cada día. Con sus acciones, Netanyahu está sembrando el odio y el terrorismo consiguiente por décadas. Está garantizando que miles, decenas de miles de niños y jóvenes estén deseando poder devolver a Israel las muertes y el dolor que les han causado.
Está
poniendo a prueba la política de alianzas porque ya se dan movimientos de
repulsa, peticiones de exigir la paz o romper relaciones, dejar de vender o
enviar armas. Cuanto más irracional sea su dominio, más presión habrá sobre los
gobiernos. Las palabras oficiales de Estados Unidos ayer diciendo que
"apoyan a Israel" pero que no sabían nada de la operación de la
manipulación de los dispositivos tienen un límite.
En la cumbre del cinismo, el gobierno ha felicitado al ejército sin que decir por qué lo hacía. Hamás, Hizbulá son grupos terroristas. Eso no quita para que Israel pueda transformarse en un estado que práctica métodos de represión, "anticipación", etc. inaceptables. Cada vez se hace más complicado el apoyo de su causa si cada vez que se habla de paz o negociar, Netanyahu da un nuevo golpe de mano que reabre el conflicto intensificándolo.
La
pieza clave en todo esto es la presión de los propios israelís dentro y fuera
del país. Las protestas arrecian en ambos lados. Crece el temor a esa
"violencia vicaria" que convierte a cada judío del planeta en posible
víctima ante las acciones ordenadas por Netanyahu. Si uno de los factores de crecimiento de la
xenofobia anti islámica es cómo pagan inocentes las acciones de los culpables,
lo mismo está ocurriendo con los israelís, que pueden ser objetivo de odio por
lo que se hace en Palestina, Líbano o cualquier otro espacio.
Mientras se sigue derramando sangre, siguen surgiendo preguntas. Y cada vez más sobre la guerra y menos sobre la paz, ya muy lejana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.