Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ayer
mismo le quitábamos al "verano" el dedo acusador de la violencia de
género, que parecía ser un culpable "aceptable" en la medida en que
quitaba responsabilidad a los políticos. Lanzábamos una serie de preguntas para
que asumiéramos que se están produciendo una serie de comportamientos
absolutamente inaceptables.
No ha
hecho falta que pasara mucho tiempo para ver que algo de eso hay. La prensa de
estos inicios de septiembre aparece como escaparate de hechos incomprensibles
para cualquiera con dos dedos frente. Pero parece que es pedir demasiado.
Me
estoy refiriendo, como ya habrán intuido algunos lectores, al caso del alcalde
cantarín, ese al que le ha dado por calentar las orejas de sus vecinos cantando
canciones sobre violaciones pedófilas.
La descripción del hecho y sus consecuencias la podemos leer en el diario El País:
El PP ha expulsado al alcalde de Vita (Ávila), Antonio Martín Hernández, por los cánticos que hizo en las fiestas populares del pasado 25 de agosto. El político aparece en lo alto de un escenario entonando una canción con contenido pedófilo y de agresión sexual sobre menores e instando al público a que acompañara los versos. “Me encontré una niña sola en el bosque, la cogí de la manita y me la llevé a mi camita. La subí la faldita y le bajé la braguita”, interpreta el regidor. Para a continuación añadir: “La eché el primer caliqueño. La eché el segundo caliqueño. En el tercero ya no quedaba leche”. El PP de Ávila ha anunciado que el político local abandonará el grupo municipal. “Ante los hechos inadmisibles protagonizados por el alcalde de Vita, Antonio Martín, que no es afiliado del Partido Popular, abandonará el Grupo Municipal del PP. Reiteramos nuestro compromiso contra toda actitud vejatoria contra las mujeres y menores”.*
Dice el alcalde que es una canción de su pueblo y que si le ha molestado a alguien, que pide disculpas. Ya no es que la canción sea perversa, que lo es, sino que entonada por el alcalde de cualquier pueblo, por pequeño que sea, es un jarro de agua fría ante cualquier idea de evolución.
Supongo que también le echará la culpa al "verano", que mete la alegría en el cuerpo, nubla el cerebro y hacer sumirse en las canciones de otro tiempo. ¡Ay, qué de recuerdos de la infancia!, habrá pensado el edil cantarín.
El problema es triple. En primer lugar, el hecho en sí; pero después hay algo que no se puede ignorar, que es el momento, cuando se publican las cifras de asesinatos de mujeres resaltando el horror del verano del 2024. El alcalde, sí, no ha sido nada oportuno, lo que lleva al tercer aspecto: es el alcalde, un político, llevado al cargo bajo las siglas de un partido.
¿De verdad es tan difícil encontrar personas "normales" en España? En este tiempo de mirar todo con lupa, de fijarte en los menores detalles de tus oponentes, el alcalde se la ha puesto en bandeja a los rivales políticos y, teniendo en cuenta el fuego cruzado no se lo van a pasar.
Apenas habían empezado las protestas, el PP ya había puesto en la calle expulsándolo del partido. Pero volvamos a los procesos selectivos en la política española. ¿Es posible elegir peor? Los que no se enriquecen, malversan, etc. se dedican al canto pedófilo o cosas peores.
Esto, que El País ha llamado "cultura de la violación", es una realidad profunda. Forma parte de algo que se aprende —el alcalde ha dicho que la canción es muy popular en su pueblo— y se sigue transmitiendo hasta que alguien la lleva a la práctica.
Ya no es que esto sea malo, sino que es estúpido. La "maldad" es fácil de esconder, pero la "estupidez" no lo es tanto.
* Juan
Navarro "El PP expulsa al alcalde de un pueblo de Ávila por entonar
cánticos pedófilos y sobre violaciones " El País 2/09/2024
https://elpais.com/sociedad/2024-09-02/el-pp-expulsa-al-alcalde-de-un-pueblo-de-avila-por-entonar-canticos-pedofilos-y-sobre-violaciones.html
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