sábado, 27 de octubre de 2018

El doble rasero y la conspiración o la ceguera intencional

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo inevitable sucede. Inevitable era que Arabia Saudí fuera modificando sus versiones de lo ocurrido con Jamal Khashoggi. Esto ha tenido un efector previsible: ha dejado en mal lugar al gobierno egipcio, que una vez manifestada su aceptación de la versión primera de la monarquía saudí se ve obligada ahora al silencio y al sonrojo mientras espera las siguientes modificaciones hasta la última posible, la del límite aceptable por los demás y por el gobierno del rey Salman.
Toca pues rectificar, buscar nuevos enfoques para tratar de salvar el entreguismo demostrado por al-Sisi personalmente hacia el reino saudí y sus versiones en cadena. La rapidez en mostrar apoyo a la versión primera se vuelve ahora contra Egipto, que debe dar pasos inciertos en direcciones cambiantes.
El estatal Ahram Online, con el título interesante "Will the killing of Khashoggi be a regional game changer?", se ha decido finalmente por manifestar lo que sabe hasta el momento en el contexto de una guerra entre Turquía y Arabia Saudí, señalando los cambios en las versiones:

Almost three weeks since the killing of the Saudi journalist Jamal Khashoggi, Turkish President Recep Tayyip Erdogan said on Tuesday that Turkey had strong evidence Khashoggi was killed in a premeditated and “savage” murder on 2 October at the Saudi Consulate in Istanbul.
Erdogan’s statements contradicted the version of events offered by Saudi officials. On Sunday Saudi Arabia’s Foreign Minister Adel Al-Jubeir said the killing of Khashoggi was a “tremendous mistake” and part of a “rogue operation”.
“The individuals who did this did this outside the scope of their authority,” Al-Jubeir told Fox News. “There obviously was a tremendous mistake made, and what compounded the mistake was the attempt to try to cover up. That is unacceptable in any government.”
Al-Jubeir said that Saudi Arabia was taking action to investigate how Khashoggi died and hold those responsible accountable.
On Tuesday, following a meeting of the Saudi cabinet chaired by King Salman, a statement was issued saying Saudi Arabia will hold to account those responsible of Khashoggi’s killing and “those who failed in their duties, whoever they are”.*


Al-Jubeir ha sido el más contundente de todos los miembros del gobierno saudí. Es él quien debe dar la cara ante la comunidad internacional y desde que tuvo ocasión declaró que se trataba de un "tremendo error", eso sí, sin especificar quién había cometido el error.
"Error" y "asesinato" no coinciden necesariamente. Los que cometieron el asesinato, torturando y descuartizando el cadáver de Jamal Khashoggi no cometieron ningún "error" hicieron su trabajo a conciencia. El "error" es otra cosa, probablemente se refiera a aquel que ordenara hacer desaparecer a Khashoggi, alguien tan poderoso como para poder acometer una decisión como esa, planificar el caso y movilizar un operativo de esa categoría, desmontar las cámaras de vigilancia, usar un doble para despistar, etc. No, el desarrollo de la operación no fue un error sino un ejercicio brillante de crueldad y sadismo, de venganza por parte de los que consideraran a Khashoggi un traidor, un enemigo, un obstáculo, y tuvieran la seguridad de que su operación secreta iba a ser respaldada con el encogimiento de hombros inicial.
La operación, perfectamente ejecutada, se torció cuando Jamal Khashoggi tuvo la prevención de decirle a su novia que no se moviera de delante del consulado a la espera de su salida y esta no se produjo. De no tener constancia de que estaba dentro, los saudís seguirían sosteniendo que Jamal Khashoggi había salido del consulado y ellos no tenían nada que ver. Lo intentaron, pero no funcionó.
El problema de Egipto al avalar esa versión es que se comprometía y dejaba al descubierto —como ya señalamos anteriormente— su dependencia saudí, su alineación sumisa con las políticas del Reino.
Tras hacer un recorrido por los efectos negativos que el hecho ha tenido para las relaciones internacionales de Arabia Saudí, el articulista de Ahram Weekly (donde había sido publicado anteriormente), señala algo que también es importante para Egipto, la posición norteamericana:

US President Donald Trump said he was “not satisfied” with Saudi Arabia’s latest explanation though his administration remained cautiously supportive of Riyadh.
However, the pressure is building. Bob Corker, chair of the powerful Senate Foreign Relations Committee is insisting on a full investigation by US intelligence, which could potentially be followed by sanctions as mandated in the Global Magnitsky act, a piece of legislation named after a murdered Russian lawyer.
“They can undergo their own investigation, but the US administration must make its own independent, credible determination of responsibility for Khashoggi’s murder under the Global Magnitsky investigation as required by law.”
The administration has 120 days from the day the Senate invoked Magnitsky, 10 October, to present the results of an investigation and a decision on sanctions.
Miller emphasised the need for an impartial investigation. “The only way to know what happened to Jamal inside that building is through independent investigation, either by the United States and the FBI or by a UN investigation.”
He warned, “the situation would be disastrous for US foreign policy if we did not hold the perpetrator accountable”.*

Tampoco deja en muy buen lugar a Egipto la postura norteamericana, pues es también de "insatisfacción", primero, y de exigencia de una investigación después. También chocan con la aceptación del gobierno de al-Sisi ante las primeras líneas de las defensas saudíes. Prácticamente nadie creyó a los saudís con la excepción egipcia, que no solo no lo creyó sino que comenzó a desarrollar las argumentaciones antioccidentales de siempre, las del doble rasero.

Egipto y, en general Oriente Medio, suelen utilizar una doble línea de argumentación, que es el equivalente a la "realidad alternativa" de los Estados Unidos de Trump: las teorías de la conspiración y las teorías del doble rasero. Mediante la combinación de estas dos líneas, los gobiernos son capaces de sortear sus incongruencias constantes y justificar lo que resulta injustificable. Mediante estas dos líneas, se puede construir una argumentación que sus públicos aceptan como buenas.
Cualquier situación o acto comprometedor es fruto de una conspiración occidental. El Estado Islámico no tiene nada que ver con radicalismo islámico o tan siquiera con la religión: es una conspiración occidental para desprestigiar al islam. Los enfrentamientos entre los países, igualmente, son resultados de maniobras conspiratorias para dividir a los musulmanes y evitar que vuelvan a tener un imperio.
La argumentación del doble rasero tiene una finalidad distinta. Cuando en occidente se preocupan por algo ocurrido, el argumento insiste en que solo se preocupan de unos casos mientras que se ignoran otros. Si en Occidente se conceden titulares a la explosión de bombas en una iglesia cristiana en Egipto, el doble rasero implica no concederles la misma atención a cuando los muertos no son cristianos, por ejemplo.
Estas dos líneas son usadas constantemente. Son fáciles de utilizar porque la primera, la que habla de conspiraciones, se da por hecho y no necesita ser probada. Todo el mundo en Oriente Medio cree que el estado Islámico lo fabricó Barack Obama. Hasta los clérigos del Al-Azhar dan esto como un hecho en entrevistas.
Egypt Independent publico con fecha de 24 de octubre un artículo del analista político egipcio Amr El-Shobaky con el titular "Concern for Khashoggi". En él se expresan precisamente estas líneas argumentativas para criticar las respuestas dadas:

Some have questioned the global attention surrounding the murder of Saudi journalist Jamal Khashoggi inside his country’s consulate in Istanbul. Others have questioned the significance of this concern and attributed it to a theory of global conspiracy against Arabs and Saudi Arabia, or to the double standards of the West, which has ignored more severe crimes in Palestine, Syria, Iraq and Yemen but focused on Khashoggi’s case.
In fact, this line of questioning reflects a very superficial view (assuming independence and good will of those who said so). The international media and press were concerned over Khashoggi’s murder because such crimes have almost disappeared from the democratic, semi-democratic and non-democratic world. We may have to go back in history a century until we find similar incidents committed in such a gross and brutal manner. Secondly, Jamal Khashoggi works for the American newspaper The Washington Post, and here he moved from the position of a local Saudi writer to a global writer who enjoys international immunity and international attention.**


En el primer párrafo se da cuenta del funcionamiento de las dos líneas habituales. En vez de preocuparse por lo ocurrido, los "cuestionadores" plantean las conspiraciones y el doble rasero en este caso. Los que han hecho desaparecer a Khashoggi serían agentes de alguna potencia —cualquiera menos los saudís— empeñados en comprometer al reino, al custodio de los santos lugares, con sus acciones perversas.
Insisto en que esto se puede decir porque hay mucha gente creyéndolo, gente que desea creerlo. En Estados Unidos, Donald Trump responsabiliza de los envíos de bombas a los propios demócratas, ¿por qué no hacer lo mismo? ¿Por qué no decir que han sido los servicios secretos turcos de Erdogan los que han asesinado a Khashoggi para perjudicar al Reino y sus aliados?
No compartimos las argumentaciones de El-Shobaky. No es cierto que el interés por Khashoggi se haya dado por la falta de muertes de periodistas (o de cualquier otro tipo). Precisamente se ha dado un aumento en los últimos tiempos en las muertes de periodistas y un retroceso en las libertades informativas, incluidos Egipto y Turquía.
El interés por Khashoggi —si es que ha que tener algún motivo más allá del crimen— es por los agentes envueltos en el conflicto. Khashoggi no es solo un "desparecido" o un "asesinado", sino una figura prominente y que pivota entre tres ejes, USA, Turquía y Arabia Saudí.
El hecho de que fuera un columnista de The Washington Post evidentemente le da al caso proyección, pero es sobre todo un "crítico" de la monarquía saudí que ha sido secuestrado y eliminado por los servicios secretos de un país que tiene unas alianzas y que no respeta determinadas circunstancias.


Ahram Online comenzaba hablando del conflicto de Arabia Saudí con Turquía y terminaba hablando del compromiso del congreso norteamericano de que se produzca una investigación independiente que arroje luz sobre los resultados.
Lo que no entra nunca en los análisis de Egipto o de Oriente medio es lo más relevante en este caso: la opinión pública y la información independiente del poder, algo que en gran medida es desconocido, tanto en su dimensión real como en su funcionamiento. Turquía ha sacado a la luz los hechos, que de otra forma no habrían salido, lo que ha tenido una importante repercusión en los medios norteamericanos, dadas las relaciones con Arabia Saudí, que comprometen al propio pueblo norteamericano.
La política personalista y autoritaria de los países árabes no permite pensar en términos de comprometer al propio nombre en el que se actúa. Es decir, la monarquía saudí se basa en su propia consideración para mantener su propio estatus, no ha sido elegida por nadie (si se les preguntara a ellos dirían que fue Dios quien lo hizo).
Por el contrario, la presión mediática y de la opinión pública obliga al presidente Trump —probablemente con muy pocas ganas— a hacer que se investigue y si se demuestra el crimen, tendrá que tomar medidas porque de no hacerlo puede tener a la opinión pública  (y a los votantes) recriminándoselo después.


"Dar explicaciones" no es algo que se haga voluntariamente en Arabia Saudí. Es más bien la presión internacional y el temor a perder fuerza en diversos terrenos, del militar al económico.
Ha querido la ironía de la Historia que Khashoggi fuera asesinado en el consulado de un país enfrentado a Arabia Saudí, en Turquía. Ese elemento ha sido determinante, ya que también se encuentra enfrentado a los Estados Unidos. Ese es el falso "doble rasero" ya que aunque el interés de Turquía sea hacer daño al Reino, el del gobierno Trump está disociado de su propia opinión pública, que sí presionará a sus representantes (no se olvide) porque no quiere que se hagan ciertas cosas con su ayuda, protección o silencio.
El gobierno de Egipto debería haber aprendido algo sobre el caso Giulio Regeni, el joven doctorando italiano secuestrado, torturado y asesinado, presumiblemente por los servicios de seguridad. La diferencia es grande en cuanto al tratamiento. Tras la condena del Parlamento Europeo, Italia se quedó sola y la llegada del gobierno vicepresidido por Mateo Salvini el caso ha entrado en fase de olvido, que es lo que quería el gobierno egipcio. Creo que somos de los pocos que lo recordamos para que no quede en el olvido total. La familia y amigos siguen pidiendo "verdad" para él. Solo les dieron el cuerpo torturado.
Una muerte es una muerte, pero sus repercusiones no son las mismas. Lo que es absurdo es que se sigan usando los mismos mecanismos de justificación y olvido. Hemos criticado la posición española, realmente penosa, ante el caso Khashoggi. El Parlamento Europeo acaba de condenar el asesinato y pide que no se vendan armas a Arabia Saudí, usadas para la represión interna y externa. Pero el dinero saudí tiene un peso en el mundo.


El artículo de Ahram Online señala que las sanciones económicas de Occidente harían abrirse al Reino hacia Asia y Rusia. Es una forma más de justificar lo injustificable mediante las amenazas veladas. Desterrada la posibilidad de crear una crisis petrolífera, las amenazas van a buscar otros negocios y socios. Es una demostración más de cómo hace diplomacia el Reino.
El artículo de Amr El-Shobaky, tras señalar que sí existe doble estándar en el trato dado a los muertos de Israel y de Palestina en los Estados Unidos, termina con una crítica a la mentalidad de los países árabes:

However, it is also regrettable that it is not only a double standard. With Trump’s views (which some in the Arab world strongly support), we are being regarded as failed states and people who are not qualified for democracy (some of us say these words).What happened in Syria, Iraq, Yemen and Libya is not about America, which will not care and will only be keen on no influx of refugees and the fight against terrorism. Otherwise, spreading democracy and defending human rights is no longer a priority for America or a broad current in the West.
How do we demand America to be in solidarity with us in cases where we are not in solidarity with ourselves? We look at our victims, who are hundreds of thousands in Syria, Iraq, Libya and Palestine, and we demand the West to be in solidarity on our behalf, while at the same time some of us are concerned that the (relatively) free press is defending a man who worked with them and was killed in his own country’s consulate in a gruesome manor!** 

La pregunta es pertinente, pero con pocas posibilidades de respuesta porque las dos líneas argumentales evita que sean contestadas. El doble rasero también se practica en Oriente Medio, incluido el caso palestino. Las quejas de las gentes por la política frente a Israel no son las que mantienen sus gobiernos, mucho más próximos cuando interesa.


El escándalo del caso del asesinato de Jamal Khashoggi no es solo su violencia y sadismo, según las informaciones conocidas, el que sea un crimen de estado. El escándalo es doble: que un estado siga eliminando críticos y opositores de esta forma y, en segundo lugar, que los escritos de Khashoggi reclamaban un mundo árabe bien informado, crítico con aquellos que buscan mantenerse en el poder, las clases corruptas, ya sea en repúblicas o monarquías que se ven sostenidas por la represión violenta, el silenciamiento de las voces que quieren denunciar los negocios, los entresijos del poder, etc.
El-Shobaky achaca al interés por Khashoggi en los Estados Unidos a que había estudiado allí y hablaba inglés fluido. Es una ingenuidad para consumo interno. La preocupación por él, que el analista egipcio trata de explicar, en Occidente no tiene mucho sentido. Si es necesario preguntarse por qué los países se preocupan por un caso así, es mejor dejar de hacerse preguntas y menos todavía preguntas políticas.


Daily News Egypt informaba el día 23 del mensaje de apoyo llevado por el ministro Shoukry al rey Salman en estos momentos. Tras señalar que Arabia Saudí es el primer inversor del mundo árabe en Egipto y el segundo global, el artículo se cierra así: «Relations between Egypt and Saudi Arabia are currently characterised by their strong ties as they both enjoy a distinguished position on the Arab and international scene.»*** Si ellos lo dicen. No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán.
Esta ceguera implica que el asesinato de una persona que mantenía un compromiso con la libertad de expresión y la enuncia de lo que ocurre en muchos países, especialmente el suyo, pero el único, se convierte en trivial dentro de las maniobras de despiste habituales. El artículo sin publicar de Khashoggi, su última columna, sacad por The Washington Post póstumamente, hablaba de la libertad de expresión y de información en el mundo árabe. Hablaba de la ceguera en la que viven, manipulados por sus gobiernos y cortes reales. Lo que ocurre ahora es la mejor demostración de que tenía razón.
Es mejor que sigan creyendo, como nos dice Amr El-Shobaky, que han sido los turcos o los occidentales, una conspiración, que hablaba bien inglés, etc., que por eso importa y preocupa en el mundo. Al final, solo hay una política: dejar pasar el tiempo o un nuevo caso.



* "Will the killing of Khashoggi be a regional game changer?" Ahram Online 24/10/2018
** Amr El-Shobaky "Concern for Khashoggi" Egypt Independent 24/10/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/315019/World/Region/Will-the-killing-of-Khashoggi-be-a-regional-game-c.aspxhttps://www.egyptindependent.com/concern-for-khashoggi/
*** "Shoukry in Saudi Arabi to convey message from Al-Sisi to King Salman" Daily News Egypt 23/10/2018 https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/10/23/shoukry-in-saudi-arabi-to-convey-message-from-al-sisi-to-king-salman/

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