Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Lo
inevitable sucede. Inevitable era que Arabia Saudí fuera modificando sus
versiones de lo ocurrido con Jamal Khashoggi. Esto ha tenido un efector
previsible: ha dejado en mal lugar al gobierno egipcio, que una vez manifestada
su aceptación de la versión primera de la monarquía saudí se ve obligada ahora
al silencio y al sonrojo mientras espera las siguientes modificaciones hasta la
última posible, la del límite aceptable por los demás y por el gobierno del rey
Salman.
Toca
pues rectificar, buscar nuevos enfoques para tratar de salvar el entreguismo
demostrado por al-Sisi personalmente hacia el reino saudí y sus versiones en
cadena. La rapidez en mostrar apoyo a la versión primera se vuelve ahora contra
Egipto, que debe dar pasos inciertos en direcciones cambiantes.
El
estatal Ahram Online, con el título interesante "Will the killing
of Khashoggi be a regional game changer?", se ha decido finalmente por manifestar lo
que sabe hasta el momento en el contexto de una guerra entre Turquía y Arabia
Saudí, señalando los cambios en las versiones:
Almost three weeks since the killing of the
Saudi journalist Jamal Khashoggi, Turkish President Recep Tayyip Erdogan said
on Tuesday that Turkey had strong evidence Khashoggi was killed in a
premeditated and “savage” murder on 2 October at the Saudi Consulate in Istanbul.
Erdogan’s statements contradicted the version
of events offered by Saudi officials. On Sunday Saudi Arabia’s Foreign Minister
Adel Al-Jubeir said the killing of Khashoggi was a “tremendous mistake” and
part of a “rogue operation”.
“The individuals who did this did this outside
the scope of their authority,” Al-Jubeir told Fox News. “There obviously was a
tremendous mistake made, and what compounded the mistake was the attempt to try
to cover up. That is unacceptable in any government.”
Al-Jubeir said that Saudi Arabia was taking
action to investigate how Khashoggi died and hold those responsible
accountable.
On Tuesday, following a meeting of the Saudi
cabinet chaired by King Salman, a statement was issued saying Saudi Arabia will
hold to account those responsible of Khashoggi’s killing and “those who failed
in their duties, whoever they are”.*
Al-Jubeir ha sido el más contundente de todos los miembros
del gobierno saudí. Es él quien debe dar la cara ante la comunidad
internacional y desde que tuvo ocasión declaró que se trataba de un
"tremendo error", eso sí, sin especificar quién había cometido el
error.
"Error" y "asesinato" no coinciden
necesariamente. Los que cometieron el asesinato, torturando y descuartizando el
cadáver de Jamal Khashoggi no cometieron ningún "error" hicieron su
trabajo a conciencia. El "error" es otra cosa, probablemente se
refiera a aquel que ordenara hacer desaparecer a Khashoggi, alguien tan
poderoso como para poder acometer una decisión como esa, planificar el caso y
movilizar un operativo de esa categoría, desmontar las cámaras de vigilancia,
usar un doble para despistar, etc. No, el desarrollo de la operación no fue un
error sino un ejercicio brillante de crueldad y sadismo, de venganza por parte
de los que consideraran a Khashoggi un traidor, un enemigo, un obstáculo, y
tuvieran la seguridad de que su operación secreta iba a ser respaldada con el
encogimiento de hombros inicial.
La operación, perfectamente ejecutada, se torció cuando
Jamal Khashoggi tuvo la prevención de decirle a su novia que no se moviera de
delante del consulado a la espera de su salida y esta no se produjo. De no
tener constancia de que estaba dentro, los saudís seguirían sosteniendo que
Jamal Khashoggi había salido del consulado y ellos no tenían nada que ver. Lo
intentaron, pero no funcionó.
El problema de Egipto al avalar esa versión es que se
comprometía y dejaba al descubierto —como ya señalamos anteriormente— su
dependencia saudí, su alineación sumisa con las políticas del Reino.
Tras hacer un recorrido por los efectos negativos que el
hecho ha tenido para las relaciones internacionales de Arabia Saudí, el
articulista de Ahram Weekly (donde había sido publicado anteriormente), señala
algo que también es importante para Egipto, la posición norteamericana:
US President Donald Trump said he was “not
satisfied” with Saudi Arabia’s latest explanation though his administration
remained cautiously supportive of Riyadh.
However, the pressure is building. Bob Corker,
chair of the powerful Senate Foreign Relations Committee is insisting on a full
investigation by US intelligence, which could potentially be followed by
sanctions as mandated in the Global Magnitsky act, a piece of legislation named
after a murdered Russian lawyer.
“They can undergo their own investigation, but
the US administration must make its own independent, credible determination of
responsibility for Khashoggi’s murder under the Global Magnitsky investigation
as required by law.”
The administration has 120 days from the day
the Senate invoked Magnitsky, 10 October, to present the results of an
investigation and a decision on sanctions.
Miller emphasised the need for an impartial
investigation. “The only way to know what happened to Jamal inside that
building is through independent investigation, either by the United States and
the FBI or by a UN investigation.”
He warned, “the situation would be disastrous
for US foreign policy if we did not hold the perpetrator accountable”.*
Tampoco deja en muy buen lugar a Egipto la postura
norteamericana, pues es también de "insatisfacción", primero, y de
exigencia de una investigación después. También chocan con la aceptación del
gobierno de al-Sisi ante las primeras líneas de las defensas saudíes.
Prácticamente nadie creyó a los saudís con la excepción egipcia, que no solo no
lo creyó sino que comenzó a desarrollar las argumentaciones antioccidentales de
siempre, las del doble rasero.
Egipto y, en general Oriente Medio, suelen utilizar una
doble línea de argumentación, que es el equivalente a la "realidad
alternativa" de los Estados Unidos de Trump: las teorías de la
conspiración y las teorías del doble rasero. Mediante la combinación de estas
dos líneas, los gobiernos son capaces de sortear sus incongruencias constantes
y justificar lo que resulta injustificable. Mediante estas dos líneas, se puede
construir una argumentación que sus públicos aceptan como buenas.
Cualquier situación o acto comprometedor es fruto de una
conspiración occidental. El Estado Islámico no tiene nada que ver con
radicalismo islámico o tan siquiera con la religión: es una conspiración
occidental para desprestigiar al islam. Los enfrentamientos entre los países,
igualmente, son resultados de maniobras conspiratorias para dividir a los
musulmanes y evitar que vuelvan a tener un imperio.
La argumentación del doble rasero tiene una finalidad
distinta. Cuando en occidente se preocupan por algo ocurrido, el argumento
insiste en que solo se preocupan de unos casos mientras que se ignoran otros.
Si en Occidente se conceden titulares a la explosión de bombas en una iglesia
cristiana en Egipto, el doble rasero implica no concederles la misma atención a
cuando los muertos no son cristianos, por ejemplo.
Estas dos líneas son usadas constantemente. Son fáciles de
utilizar porque la primera, la que habla de conspiraciones, se da por hecho y
no necesita ser probada. Todo el mundo en Oriente Medio cree que el estado
Islámico lo fabricó Barack Obama. Hasta los clérigos del Al-Azhar dan esto como
un hecho en entrevistas.
Egypt Independent publico con fecha de 24 de octubre un
artículo del analista político egipcio Amr El-Shobaky con el titular "Concern
for Khashoggi". En él se expresan precisamente estas líneas argumentativas
para criticar las respuestas dadas:
Some have questioned the global attention
surrounding the murder of Saudi journalist Jamal Khashoggi inside his country’s
consulate in Istanbul. Others have questioned the significance of this concern
and attributed it to a theory of global conspiracy against Arabs and Saudi
Arabia, or to the double standards of the West, which has ignored more severe
crimes in Palestine, Syria, Iraq and Yemen but focused on Khashoggi’s case.
In fact, this line of questioning reflects a
very superficial view (assuming independence and good will of those who said
so). The international media and press were concerned over Khashoggi’s murder
because such crimes have almost disappeared from the democratic,
semi-democratic and non-democratic world. We may have to go back in history a
century until we find similar incidents committed in such a gross and brutal
manner. Secondly, Jamal Khashoggi works for the American newspaper The
Washington Post, and here he moved from the position of a local Saudi writer to
a global writer who enjoys international immunity and international attention.**
En el primer párrafo se da cuenta del funcionamiento de las
dos líneas habituales. En vez de preocuparse por lo ocurrido, los
"cuestionadores" plantean las conspiraciones y el doble rasero en
este caso. Los que han hecho desaparecer a Khashoggi serían agentes de alguna
potencia —cualquiera menos los saudís— empeñados en comprometer al reino, al
custodio de los santos lugares, con sus acciones perversas.
Insisto en que esto se puede decir porque hay mucha gente
creyéndolo, gente que desea creerlo. En Estados Unidos, Donald Trump
responsabiliza de los envíos de bombas a los propios demócratas, ¿por qué no
hacer lo mismo? ¿Por qué no decir que han sido los servicios secretos turcos de
Erdogan los que han asesinado a Khashoggi para perjudicar al Reino y sus aliados?
No compartimos las argumentaciones de El-Shobaky. No es
cierto que el interés por Khashoggi se haya dado por la falta de muertes de
periodistas (o de cualquier otro tipo). Precisamente se ha dado un aumento en
los últimos tiempos en las muertes de periodistas y un retroceso en las
libertades informativas, incluidos Egipto y Turquía.
El interés por Khashoggi —si es que ha que tener algún
motivo más allá del crimen— es por los agentes envueltos en el conflicto.
Khashoggi no es solo un "desparecido" o un "asesinado",
sino una figura prominente y que pivota entre tres ejes, USA, Turquía y Arabia
Saudí.
El hecho de que fuera un columnista de The Washington Post
evidentemente le da al caso proyección, pero es sobre todo un "crítico"
de la monarquía saudí que ha sido secuestrado y eliminado por los servicios
secretos de un país que tiene unas alianzas y que no respeta determinadas
circunstancias.
Ahram Online comenzaba hablando del conflicto de Arabia
Saudí con Turquía y terminaba hablando del compromiso del congreso
norteamericano de que se produzca una investigación independiente que arroje
luz sobre los resultados.
Lo que no entra nunca en los análisis de Egipto o de Oriente
medio es lo más relevante en este caso: la opinión pública y la información
independiente del poder, algo que en gran medida es desconocido, tanto en su dimensión
real como en su funcionamiento. Turquía ha sacado a la luz los hechos, que de
otra forma no habrían salido, lo que ha tenido una importante repercusión en
los medios norteamericanos, dadas las relaciones con Arabia Saudí, que
comprometen al propio pueblo norteamericano.
La política personalista y autoritaria de los países árabes
no permite pensar en términos de comprometer al propio nombre en el que se
actúa. Es decir, la monarquía saudí se basa en su propia consideración para
mantener su propio estatus, no ha sido elegida por nadie (si se les preguntara
a ellos dirían que fue Dios quien lo hizo).
Por el contrario, la presión mediática y de la opinión
pública obliga al presidente Trump —probablemente con muy pocas ganas— a hacer
que se investigue y si se demuestra el crimen, tendrá que tomar medidas porque de
no hacerlo puede tener a la opinión pública (y a los votantes) recriminándoselo después.
"Dar explicaciones" no es algo que se haga
voluntariamente en Arabia Saudí. Es más bien la presión internacional y el
temor a perder fuerza en diversos terrenos, del militar al económico.
Ha querido la ironía de la Historia que Khashoggi fuera
asesinado en el consulado de un país enfrentado a Arabia Saudí, en Turquía. Ese
elemento ha sido determinante, ya que también se encuentra enfrentado a los
Estados Unidos. Ese es el falso "doble rasero" ya que aunque el
interés de Turquía sea hacer daño al Reino, el del gobierno Trump está
disociado de su propia opinión pública, que sí presionará a sus representantes
(no se olvide) porque no quiere que se hagan ciertas cosas con su ayuda,
protección o silencio.
El gobierno de Egipto debería haber aprendido algo sobre el
caso Giulio Regeni, el joven doctorando italiano secuestrado, torturado y
asesinado, presumiblemente por los servicios de seguridad. La diferencia es
grande en cuanto al tratamiento. Tras la condena del Parlamento Europeo, Italia
se quedó sola y la llegada del gobierno vicepresidido
por Mateo Salvini el caso ha entrado en fase de olvido, que es lo que quería el
gobierno egipcio. Creo que somos de los pocos que lo recordamos para que no
quede en el olvido total. La familia y amigos siguen pidiendo
"verdad" para él. Solo les dieron el cuerpo torturado.
Una muerte es una muerte, pero sus repercusiones no son las
mismas. Lo que es absurdo es que se sigan usando los mismos mecanismos de
justificación y olvido. Hemos criticado la posición española, realmente penosa,
ante el caso Khashoggi. El Parlamento Europeo acaba de condenar el asesinato y
pide que no se vendan armas a Arabia Saudí, usadas para la represión interna y
externa. Pero el dinero saudí tiene un peso en el mundo.
El artículo de Ahram Online señala que las sanciones
económicas de Occidente harían abrirse al Reino hacia Asia y Rusia. Es una
forma más de justificar lo injustificable mediante las amenazas veladas.
Desterrada la posibilidad de crear una crisis petrolífera, las amenazas van a
buscar otros negocios y socios. Es una demostración más de cómo hace diplomacia
el Reino.
El artículo de Amr El-Shobaky, tras señalar que sí existe
doble estándar en el trato dado a los muertos de Israel y de Palestina en los
Estados Unidos, termina con una crítica a la mentalidad de los países árabes:
However, it is also regrettable that it is not
only a double standard. With Trump’s views (which some in the Arab world
strongly support), we are being regarded as failed states and people who are
not qualified for democracy (some of us say these words).What happened in
Syria, Iraq, Yemen and Libya is not about America, which will not care and will
only be keen on no influx of refugees and the fight against terrorism.
Otherwise, spreading democracy and defending human rights is no longer a
priority for America or a broad current in the West.
How do we demand America to be in solidarity
with us in cases where we are not in solidarity with ourselves? We look at our
victims, who are hundreds of thousands in Syria, Iraq, Libya and Palestine, and
we demand the West to be in solidarity on our behalf, while at the same time
some of us are concerned that the (relatively) free press is defending a man
who worked with them and was killed in his own country’s consulate in a
gruesome manor!**
La pregunta es pertinente, pero con pocas posibilidades de
respuesta porque las dos líneas argumentales evita que sean contestadas. El
doble rasero también se practica en Oriente Medio, incluido el caso palestino.
Las quejas de las gentes por la política frente a Israel no son las que
mantienen sus gobiernos, mucho más próximos cuando interesa.
El escándalo del caso del asesinato de Jamal Khashoggi no es
solo su violencia y sadismo, según las informaciones conocidas, el que sea un
crimen de estado. El escándalo es doble: que un estado siga eliminando críticos
y opositores de esta forma y, en segundo lugar, que los escritos de Khashoggi
reclamaban un mundo árabe bien informado, crítico con aquellos que buscan mantenerse
en el poder, las clases corruptas, ya sea en repúblicas o monarquías que se ven
sostenidas por la represión violenta, el silenciamiento de las voces que
quieren denunciar los negocios, los entresijos del poder, etc.
El-Shobaky achaca al interés por Khashoggi en los Estados
Unidos a que había estudiado allí y hablaba inglés fluido. Es una ingenuidad para
consumo interno. La preocupación por él, que el analista egipcio trata de
explicar, en Occidente no tiene mucho sentido. Si es necesario preguntarse por
qué los países se preocupan por un caso así, es mejor dejar de hacerse
preguntas y menos todavía preguntas políticas.
Daily News Egypt informaba el día 23 del mensaje de apoyo
llevado por el ministro Shoukry al rey Salman en estos momentos. Tras señalar
que Arabia Saudí es el primer inversor del mundo árabe en Egipto y el segundo
global, el artículo se cierra así: «Relations
between Egypt and Saudi Arabia are currently characterised by their strong ties
as they both enjoy a distinguished position on the Arab and international
scene.»*** Si ellos lo dicen. No hay
peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán.
Esta ceguera implica que el asesinato de una persona que mantenía un compromiso con la libertad de expresión y la enuncia de lo que ocurre en muchos países, especialmente el suyo, pero el único, se convierte en trivial dentro de las maniobras de despiste habituales. El artículo sin publicar de Khashoggi, su última columna, sacad por The Washington Post póstumamente, hablaba de la libertad de expresión y de información en el mundo árabe. Hablaba de la ceguera en la que viven, manipulados por sus gobiernos y cortes reales. Lo que ocurre ahora es la mejor demostración de que tenía razón.
Es mejor que sigan creyendo, como nos dice Amr El-Shobaky,
que han sido los turcos o los occidentales, una conspiración, que hablaba bien
inglés, etc., que por eso importa y preocupa en el mundo. Al final, solo hay
una política: dejar pasar el tiempo o un nuevo caso.
*
"Will the killing of Khashoggi be a regional game changer?" Ahram
Online 24/10/2018
** Amr
El-Shobaky "Concern for Khashoggi" Egypt Independent 24/10/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/315019/World/Region/Will-the-killing-of-Khashoggi-be-a-regional-game-c.aspxhttps://www.egyptindependent.com/concern-for-khashoggi/
***
"Shoukry in Saudi Arabi to convey message from Al-Sisi to King
Salman" Daily News Egypt 23/10/2018
https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/10/23/shoukry-in-saudi-arabi-to-convey-message-from-al-sisi-to-king-salman/
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