sábado, 20 de enero de 2018

Reír, bailar, cantar, escribir

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Su historia ya la contamos aquí. Egipto teje un relato de apariciones, reapariciones y desapariciones. Hoy toca reaparecer a los sones de la campaña electoral. Hemos asistido a apariciones fulgurantes que han acabado en retirada en pocas horas o en encarcelamiento en pocos segundos. Ayer mismo se anunciaba por parte del presidente al-Sisi su presentación a la reelección, algo cantado, la no-noticia.
Nos sorprende, en cambio, la reaparición que nos cuenta Egypt Independent, la de Mona Prince, profesora de Literatura Inglesa en la Universidad del Canal de Suez. A la profesora Prince además de su trabajo le gusta el baile, algo que la seriedad de la vida egipcia no encaja con la dignidad educativa. La aparición de un vídeo en su página mientras se divertía haciendo un poco de belly-dance en su terraza causó un gran revuelo entre las estrechas mentes de los claustros universitarios y los naturalmente dispuestos a la crítica de los demás. Esto lo vimos cuando sucedió y nos alegró ver esta ejemplar independencia en medio de una sociedad que no deja de mirar de reojo al vecino.
Pero la historia de Mona Prince viene de atrás, de su vocación de escritora de cuentos e historias sobre las experiencias en la vida. Una de sus obras define su actitud ante la vida "Revolution is my name", sobre las experiencias de la revolución de 2011. No es nueva en esto. El episodio del belly-dance fue uno más en su vida de resistencia, en su lucha por ser ella misma y no lo que los demás le dicen. Prince es activa y activista, idealista y realista, mente y cuerpo.
Ahora Egypt Independent nos cuenta su presentación a las elecciones:

Born in Cairo in 1970, El-Prince went on to complete her PhD in English Literature in 2004, studying at Ain Shams University’s Faculty of Arts.
After obtaining her PhD, she then worked as a professor at Cairo University, before recently securing her current position at Suez Canal Univeristy.
As the professor prepares for a presidential bid, it is not the first time she has been in the public eye.
In April 2017, she was investigated by Suez Canal University, after a video of her belly dancing went viral on social media.
She originally published the video on her Facebook page as a public post, but it was then shared widely, and sparked a wave of criticisms against her.
Students and others described her behavior in the video as “disgraceful,” saying a university professor should be a role model for young people.
Maher Mosbah, the dean of Suez University, told Egypt Independent at the time, that El-Prince had been investigated, as her actions violated the Egyptian universities’ code of conduct, which outlines the duties and obligations of university professors.
He explained that “Article 94 obliges any university professor in Egypt to abide to certain rules and morals and to avoid any behavior that may damage a university’s reputation.”*


Muchos se preguntarán si en una sociedad en la que hay tantos problemas y en el que la autoridad de su usa para el abuso, en el que la corrupción está instalada en lo cotidiano, el problema es que una profesora mueva un poco sus caderas por divertirse un poco. La anécdota daba cuenta de esa falsa seriedad que se debe aparentar para blindarse al el gran deporte nacional, la crítica contra las personas distintas, que convierten cualquier medio en una picota en la que se reciben los insultos y amenazas desde todos los rincones. Cualquier rasgo distinto es aprovechado por muchos para hacer ejercicio de virtud pública, la gran hipocresía general. Mona Prince lo ha padecido, pero también todo esto ha servido para demostrar que se puede plantar cara a las habladurías dejando al descubierto lo retrógrado de los vigilantes que la atacan por cuestiones que no deberían importarle más que a ella.
Egypt Independent nos habla de su reacción:

El-Prince subsequently appeared on a talk-show with renown host Wael el-Ebrashi, who discussed the incident on his show, airing on the privately-run channel Dream.
She defended her decision to post the video publically, saying it was a matter of personal freedom and no one has the right or the authority to interfere or comment on it.
On Ebrashi’s show, El-Prince said she did not feel shy or ashamed from any videos of her dancing, or any photos of her swimming in a bikini. She said the video should not reflect the integrity of her job or of the university, as her personal freedoms and capacity as a university professor are entirely separate issues.
The dean, however, said this video does not fall under her personal freedoms, as it caused outrage among students and ‘defamed’ the professor’s image.
Yet, in the face of hostility and wide-spread criticism from social media users which targeted her character, she defiantly posted a new video on Facebook of her dancing, with a caption which read: “I will never stop laughing, dancing, singing and writing.”
She also wrote a number of Facebook posts affirming her indifference to the investigations and the public backlash.
El-Prince explained that she will take all necessary legal measures in dealing with the university administration concerning the videos.*

"Reír, bailar, cantar, escribir" es un loable ideario frente a los que abogan por lo contrario. Prince muestra la rebeldía vitalista frente a un mundo asustado, sometido a la presión de la vigilancia de la autoridad, repartida esta por los rincones, pues cualquiera se considera capacitado para recriminar a una mujer.
Las posibilidades electorales no son muchas, pero no creo que sea esa su intención, sino la de hacer ver que nadie tiene el derecho de decirle lo que puede o no hacer. Mona Prince intenta ser un ejemplo de libertad precisamente porque eso es lo que no gusta a algunos de los que se presentan. El filtro electoral para poder llegar a estar presente entre los candidatos finales complica mucho su llegada. Los 20 diputados serán difíciles de obtener para el aval, como lo han sido para otros. El miedo general del parlamento a no avalar al presidente Sisi, el auténtico poder, ha hecho que le avalen en masa. Nadie quería quedar marcado. Solo algunos, como vimos el otro día, los miembros del "Block 25-30" o los salafistas del Partido Nour, no han avalado al presidente.
Pero lo importante es dar ese paso al frente que demuestra su valor y, sobre todo, su sentido de la libertad y la independencia. A veces la política se muestra en los pequeños gestos de la vida; no se trata de los grandes asuntos, sino de lo cotidiano. Bailar en la terraza de tu casa es un acto que adquiere esencial trascendencia si te lo critican o pretenden prohibir. Tu vida es tu vida y si interfieren en ella es porque te dejas, parece ser el juicioso programa con el que se dirige hacia la gente.
También ocuparon de ella en octubre, en plena polémica, en las noticias de MSN, en donde recogieron unas primeras declaraciones sobre su presentación a las elecciones presidenciales:

A Prince le gusta decir "¡No estamos condenados!" como una especie de grito de rebelión. Su plataforma se centra en utilizar la educación y las artes como una solución para los males que corroen Egipto, incluida la persistente crisis económica y la creciente insurgencia yihadista. Pero su candidatura ha sido recibida con trazas de burla, en parte por su poco ortodoxa manera de anunciar que se postulaba como candidata a través de un vídeo compartido en Facebook en el que aparecía bebiéndose una cerveza mientras departía sobre los problemas políticos del día.
"Ningún candidato presidencial osaría a publicar una foto con una copa de vino o de lo que sea en sus manos, incluso aunque beban", dice. "No es que quiera promover la bebida en la sociedad. ¡Simplemente estoy siendo honesta! No voy a publicar fotos de mí misma rezando para que la gente sepa que comulgo con la religión. Eso no es lo que me capacita para ser presidenta. Estoy aquí para hacer un trabajo, no para hablar de dios".
Pero para Prince la polémica, o estar en boca de todos, no es algo nuevo. Actualmente, está suspendida de su puesto en la Universidad en Suez después de enseñar a sus estudiantes el Paraíso Perdido de John Milton, que llevó a la universidad a acusarle de "propagar ideas destructivas" y "glorificar a Satán". A principios de este año, la universidad comenzó un juicio disciplinario –que sigue abierto– después de que publicase en Facebook un vídeo de sí misma bailando. Prince no solo podría perder su empleo, sino que la universidad podría ir más allá presentando cargos contra ella, lo que podría hacer que fuese completamente imposible que participase en la carrera presidencial.
La mayor parte de las críticas vertidas contra Prince en los medios locales son contra su género, rechazándola por "revelar su vida personal", y sosteniendo que los bailes y las fotos que publica en bikini no son apropiados para una profesora. Pero ella sigue adelante con su desafío. Asegura que este tipo de críticas no han hecho más que motivarla más para buscar la presidencia.
"La gente siente que necesitamos algún tipo de cambio y, ¿por qué no?", dice. "Hemos probado el prototipo, un presidente que mira y que habla de un modo. ¿Quizá sea el momento de probar una mujer?"**


Una vez más, los ejemplos de valor y honestidad en Egipto los dan las mujeres que son las que se ven enfrentadas a la doble represión. Mona El-Prince tiene el valor de decir que nadie le va a cambiar su vida, que ni ella misma se la va a cambiar para representarla hipócritamente ante los electores.
Como otras personas, Mona Prince es consciente de que el problema de Egipto nace de la perversión educativa que solo lleva hacia la obediencia y sumisión. Ayer hablábamos de la traición de los ilustrados, de las clases instruidas, que siguen mostrando comportamientos retrógrados. Son esas clases de privilegiados en una sociedad con enormes bolsas de ignorancia, de analfabetismo, las que han usado la educación para ahondar en sus privilegios y no en la mejora de la población, controlada por Al-Azhar a golpe de fatwa y sermón. Unas veces por miedo, otras por indiferencia y egoísmo, los que serían capaces de cambiar la sociedad temen perder los privilegios que tienen asegurados con su silencio.


Hace unos días, se realizaba una renovación del gabinete egipcio. El nuevo ministro de Desarrollo Local, Abu Bakr El-Guindy, comenzó con una vergonzosa polémica clasista:

Egypt's Prime Minister Sherif Ismail has stressed that his cabinet respects Upper Egyptians and that the development of the country's south is a priority, following controversial remarks by a newly-appointed minister which seemed to blame Upper Egyptians for contributing to the growth of Cairo's expansive slum areas.
Earlier this week, the newly-appointed Minister for Local Development Abu Bakr El-Guindy told satellite TV channel Al-Hayat that he aims to encourage investment in Upper Egypt to create job opportunities so that "Upper Egyptians stop taking the train and coming to Cairo ... and forming slums here."
His comments sparked uproar, with several MPs demanding that he apologise for what they deemed prejudiced comments.
The minister apologised shortly after, saying that his remarks were "misunderstood".***


El desprecio del ministro hacia los habitantes del sur que van a complicarles la vida a los cairotas construyendo barrios miserables es un pequeño apunte del ese clasismo que se manifiesta frecuentemente y que hace recelar a los habitantes de todo Egipto sobre la capital. La fotografía del ministro con el fondo del retrato de Hosni Mubarak no alerta del regreso de los de siempre y con las mismas maneras despectivas hacia todos los que no son ellos.
Frente a este tipo de políticos es refrescante poder apreciar personalidades que luchan contra el oscurantismo de los que ocupan los puestos, como en la universidad, en los que consideran un escándalo hablar de Milton y el Paraíso perdido. El objetivo de Mona Prince es demostrar que no les teme, que no va a renunciar a su ideario vitalista.
Le deseamos dos cosas: mucha suerte y una piel especialmente gruesa para poder soportar lo que le irá llegando desde sus compañeros y alumnos de esa fallida Universidad que enseña el prejuicio y la ignorancia, hasta aquellos que considerarán que es una ofensa a Egipto o al islam. Hay que decirle que ella es justo lo contrario: la demostración de que en Egipto todavía quedan personas vivas que no van a dejar de reír, cantar, bailar y escribir. Todo ello son muestras de libertad personal y de una apertura de ideas de la que carecen los que van buscando simples votos.
Ella lo ha dicho: si quisiera votos no saldría bebiendo una cerveza. Pronto saldrá alguien pidiendo que la encierren porque es un mal ejemplo para los buenos hijos de Egipto. Allí donde otros se han retirado antes de empezar; Mona Prince quiere que la escuchen. Y tiene muchas cosas que decir.



* "Meet Mona El-Prince, Egypt’s only potential female presidential candidate" Egypt Independent 19/01/2018 http://www.egyptindependent.com/meet-mona-el-prince-egypts-only-potential-female-presidential-candidate/
** "Fuma, baila y bebe cerveza con amigos: Mona Prince quiere ser la próxima presidenta de Egipto" MSN / el diario 8/10/2017 https://www.msn.com/es-ar/noticias/mundo/fuma-baila-y-bebe-cerveza-con-amigos-mona-prince-quiere-ser-la-pr%C3%B3xima-presidenta-de-egipto/ar-AAt5qvx

*** "Egypt's PM stresses respect for Upper Egyptians following minister's controversial remarks" Ahram Online 16/01/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/288233/Egypt/Politics-/Egypts-PM-stresses-respect-for-Upper-Egyptians-fol.aspx




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