Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No sé
si Donald Trump tiene una lista de deseos o propósitos para 2018. Quizá le
parezca demasiado vulgar para alguien que piensa que puede tenerlo todo. Las
cadenas norteamericanas de televisión primero y los periódicos después comenzaban
con sus comentarios sobre tener un botón nuclear más grande y poderoso que el
del líder norcoreano. No se debe retar a Trump en estas cosas porque siempre ha
sido muy quejica con las cuestiones de los tamaños, empezando por el de sus
manos. El tuit lanzado desde la Casa Blanca al mundo sobre el tamaño del botón
y su poder infinito pasará a la Historia de la trivialidad, de la necedad
política, cuyos primeros puestos estarán copados por Trump.
Pero el
lío del botón no es nada en
comparación con la que ha traído el adelanto de un libro sobre el presidente en
el que aparecen las opiniones de algunos de sus ex colaboradores, en concreto,
el que ha despertado sus iras es Steve Bannon, el ideólogo ultraderechista al
frente de Breitbart, el máximo centro de intoxicación informativa usado para favorecer a Trump.
Me
imagino que esta situación no es nueva para Trump, acostumbrado a acabar con la
paciencia de los que le rodean. Es posible que muchos de los que se le acercan
lo hagan con la pretensión de poder manipularle. Es la tentación que siempre
presentan los tontos poderosos. Sin embargo, la estupidez de Trump es de un
tipo especial y me imagino que ya estará vacunado contra ese tipo de
acercamiento del "inteligente útil", sobre todo por la frecuencia que le ha debido ocurrir en su vida.
Es difícil controlar a una persona como Trump y
se están dando cuenta. Todos los que han querido hacerlo, lo han comprendido de
una forma u otra. Esto implica que nadie sale por las buenas de una relación
con Trump, como ha ocurrido con otros y ahora con Bannon.
La
publicación de un libro es para Trump, un tipo que quiere por todos los medios
estar en la Historia como el "número 1", un reto. Y el libro escrito
por Michael Wolff le plantea muchos, en diversos planos.
The New York Times se centra en el rifirrafe entre los
antiguos colaboradores. Trump, como ya es habitual, usa la táctica de
infravalorar a los que hasta el momento ha alabado por estar a su lado:
“Steve Bannon has nothing to do with me or my
presidency,” Mr. Trump said in the statement. “When he was fired, he not only
lost his job, he lost his mind.”
Mr. Trump berated Mr. Bannon for the loss of a
Senate seat in Alabama and said the former adviser did not represent his base
but was “only in it for himself.” Rather than supporting the president’s agenda
to “make America great again,” Mr. Bannon was “simply seeking to burn it all down,”
Mr. Trump said.
“Steve pretends to be at war with the media,
which he calls the opposition party, yet he spent his time at the White House
leaking false information to the media to make himself seem far more important
than he was,” he added. “It is the only thing he does well. Steve was rarely in
a one-on-one meeting with me and only pretends to have had influence to fool a
few people with no access and no clue, whom he helped write phony books.”*
No se le puede quitar a Steve Bannon el mérito de haber sacado
de sus casillas a Trump. Lo ha hecho por el punto más sensible y débil que es
su propia familia, que sigue siendo el núcleo fuerte de este hombre
desconfiado. Le ha hecho sacar a la luz sus mecanismos defensivos, el primero
de ellos negar el vínculo entre ambos. En realidad, viene a decir Trump, Bannon
no era un asesor y estratega, sino alguien que pasaba por aquí y meramente
coincidimos en algún pasillo. Poco más. En su mentalidad, estar junto a él es
el mayor privilegio que se pueda tener. Cuando alguien discrepa o le traiciona
a sus ojos, Trump trata de borrar esa
proximidad negándola. Todo lo que era positivo, se vuelve negativo. Diciendo
que apenas conoce a esas personas no solo las "castiga" sino que
trata de restar fuerza a lo que puedan decir de él.
El libro que ha desatado sus iras tiene por título "Fire
and Fury: Inside the Trump White House". La BBC ("nice one!",
decía Trump en las ruedas de prensa) ha titulado "10 explosive revelations
from new Trump book"** haciendo una lista de las afirmaciones que más daño
ha hecho a Trump. Esta es la
lista:
1. Bannon thought Don Jr meeting 'treasonous'
2. Trump 'befuddled' by his victory
3. Trump 'angry' at inauguration
4. Trump found White House 'scary'
5. Ivanka hopes to be president
6. Ivanka mocks dad's 'comb-over'
7. White House unsure of priorities
8. Trump's admiration for Murdoch
9. Murdoch calls Trump 'idiot'
10. Flynn knew Russia ties 'a problem'
La BBC comenta lo afirmado en el libro de Michael Wolff
con las aportaciones de Anthony Zurcher (AZ en el texto). Trata de establecer la novedad y
viabilidad de lo expresado en la lista de "revelaciones explosivas".
Como puede apreciarse, la lista se parece a algún cuento borgeano pues se pasa
de una cosa a otra sin demasiada conexión. Sin embargo, la conexión es la mente
de Trump y su forma de percibir el mundo desde sus propios principios.
La estructura de la lista es más o menos clara en sus
bloques temáticos: 1 - 2,3,4 - 5,6 - 7 - 8,9 - 10. El primero muestra la
relación conflictiva con Bannon a través de la entrevista celebrada con los
rusos en la Trump Tower, que involucra al hijo de Trump. el segundo bloque es
el que afecta a la personalidad de Trump. Donde este vende seguridad en sí
mismo, se nos muestra a un candidato que no tenía intención de ganar y se
encuentra con una victoria inesperada. Wolff nos muestra el pánico del ganador
y la familia. El tercer bloque es interesante porque nos muestra el papel de
Ivanka Trump en este año de presidencia. Me parece factible que Trump haya
pensado en ella como una "sucesora". Fueron muchas las protestas y
comentarios sobre el papel que la "primera hija" estaba desempeñando.
Trump impuso a su hija en muchos foros internacionales promocionando su figura.
La idea es que estaba dando un valor añadido a los negocios familiares, pero
creo que la idea de una Trump en la presidencia es contemplada por el padre;
son sus genes. Las burlas sobre el pelo de Trump por parte de su hija no deben
ser una novedad para él.
El número 7 es uno de los más críticos:
Katie Walsh, the White House deputy chief of
staff, asked Mr Kushner, the president's senior adviser, what the administration
wanted to achieve.
But according to the book, Mr Kushner did not
have an answer.
"'Just give me the three things the
president wants to focus on,' she [Katie Walsh] demanded. 'What are the three
priorities of this White House?' It was the most basic question imaginable -
one that any qualified presidential candidate would have answered long before
he took up residence at 1600 Pennsylvania Avenue. Six weeks into Trump's
presidency, Kushner was wholly without an answer. 'Yes,' he said to Walsh. 'We
should probably have that conversation.'"**
Es serio, pero no sorprendente. Estaría en consonancia con
lo dicho sobre lo inesperado de la victoria, por un lado, y su obsesión con
desmontar la obra de Obama. De hecho, Trump se ha pasado la mayor parte del
tiempo deshaciendo que creando. Su primer año ha sido errático dentro y fuera
del país. La propia Casa Blanca era un caos a cuyo frente tuvo que poner a un militar serio que cortara por lo sano.
Lo dicho sobre Rupert Murdoch se refiere al profundo
desprecio que este siente por Trump y la obsesión, por el contrario, que el presidente siente por él. Nos muestra, en el fondo, la importancia que
Trump le da a la imagen, por mucho desprecio que diga sentir por los medios. El
poder de Murdoch es para Trump el verdadero poder. Trump, no lo olvidemos, es
un hombre hecho en el espectáculo y que ha transformado en espectáculo todo lo
que ha hecho. Su frustración proviene precisamente de no poder controlar los
medios como desea. Los datos sobre sus maratonianas sesiones de televisión en
la Casa Blanca confirman esa obsesión mediática.
El último tema es, de nuevo, volver a los problemas causados
por sus colaboradores, Mike Flynn en este caso:
Former US National Security Adviser Mike Flynn
knew that accepting money from Moscow for a speech could come back to haunt
him, according to the book.
Wolff writes that before the election Mr Flynn
"had been told by friends that it had not been a good idea to take $45,000
from the Russians for a speech. 'Well it would only be a problem if we won,' he
assured them."
Mr Flynn has been indicted in the Justice
Department special counsel's inquiry.
AZ: Like Paul Manafort, Flynn was one
of the members of the Trump campaign's inner circle whose prior affairs were
not ordered in a way that would, shall we say, stand up to close legal
scrutiny. If Mr Trump had been defeated, that probably wouldn't have mattered.
Like the protaganists in the film The Producers, however, their success was
their undoing.**
La afirmación "solo será un problema si ganamos"
es interesante y concuerda con lo dicho en el segundo bloque sobre los temores
de todos al ganar inesperadamente. Que en muchas de las cosas que hicieron partieran
del principio de que no iban a ganar, ya nos dice mucho. Y puede ser una puerta
a los problemas en marcha y a algunos futuros.
El año de Donald Trump en la Casa Blanca solo será borrado
por otro peor. Este primer año ha producido más información que las
presidencias al completo de la mayoría de los que han ocupado el puesto.
Ninguna ha tenido tal protagonismo de esposas, hijas, cuñados y asesores como
esta. Todos son los planetas que giran alrededor del sol Trump, acostumbrado a
ser el centro de atención.
*
"Trump Says Bannon Has ‘Lost His Mind’ After Bannon Insults Donald Trump
Jr." The New York Times 3/01/2018
https://www.nytimes.com/2018/01/03/us/politics/trump-bannon.html
** "10
explosive revelations from new Trump book" BBC 4/01/2018
http://www.bbc.com/news/world-us-canada-42559436
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