Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
manejo que el presidente Recep Tayyip Erdogan tiene de los ejemplos ha dado la
vuelta al mundo en titulares. El diario turco pro-Erdogan Daily Sabah (creado en 2014 para potenciar internacionalmente la
desprestigiada figura del presidente) señala citando a la propia presidencia que
sus declaraciones han sido "sacadas de contexto y retorcidas". "Erdoğan’s comments on
presidential system, Hitler’s Germany taken out of context: Turkish presidency"*,
explica su titular principal.
Pero es difícil que esto se produzca porque Erdogan es su
propio contexto. Erdogan es el mismo allí donde va y lo que dice lo hace,
aunque no siempre lo que hace lo diga. No suele ser frecuente que alguien ponga
como ejemplo de algo "positivo" la Alemania de Hitler y mucho menos
que lo use para indicar el modelo que desea desarrollar en su país. No, no creo
que el ejemplo de Hitler haya sido sacado del contexto, ni tan siquiera un
lapsus. Erdogan está obsesionado con un modelo presidencialista y su
autoritarismo hace el resto.
Así lo ha visto la mayor parte de la prensa de todo el
mundo, que ya no se engaña con Erdogan, y la prensa turca misma salvando sus
miedos. El hecho de que se dé importancia al ejemplo propuesto por el presidente
aspirante a aumentar sus poderes porque es él (cuando otro era el presidente no
se le ocurrió) ya es significativo del futuro que se teme para Turquía con
Erdogan dispuesto no solo a no abandonar el poder sino a irlo incrementando,
dos cosas distintas pero igual de preocupante.
En Daily News Hurriyet,
con el título "Erdoğan loses the game show", el articulista Mehmet Y.
Yilmaz comienza haciendo un recuento de los países de corte presidencialista, para acabar
concluyendo que con las excepciones de USA, Francia y Corea del Sur, no se
puede decir que haya demasiados países "desarrollados" en el mundo
con este modelo. Los otros casos se refieren básicamente a "emergentes".
Entre los 28 europeos, señala, el ejemplo posible es el del Chipre griego.
Pero no es en la precisión de los modelos en lo que se
centra en la segunda parte de su artículo, sino entre los paralelismos entre la
vieja Turquía autoritaria y la nueva que Erdogan está construyendo a golpe de
autoritarismo disfrazado de lucha contra el terrorismo. Escribe Mehmet Y. Yilmaz:
When I looked at the morning papers yesterday,
thinking I had woken up to a new year, it was as if everything was the same.
Whatever happened in our country in the old days, the same is still happening
today.
Here’s one example: An academic Çise Atalay,
who was lecturing at Amasya University’s Technology Department, was detained on
the last day of the year by anti-terror teams after she finished her class. In
class, she had discussed a subject involving human rights violations.
Her students must have not liked what she said
or the examples she cited. One phoned the police while sitting in class and
tipped them off that she was “making terrorist propaganda.”
The police were immediately at the scene.
Atalay was detained. With a ruling from the prosecutor, anti-terror teams
searched her office and her home. She was later taken to court and the court
ruled to release her pending investigation.
From now on, Atalay doesn’t need to look for a
new example of a human rights violation in her next class. What she experienced
is a good enough example.
A phone tipoff to the police is enough to
deprive you of your freedom. A prosecutor who has no evidence can violate your
privacy, issue search warrants for your home, personal belongings, and office.
There can be only one reason for all this: The
local police must have blacklisted or put her on record, because her mother was
once a deputy candidate for the Kurdish issue-focused Peoples’ Democratic Party
(HDP).
These kinds of incidents used to happen when my
father was young. The blacklisted people by the police were always the usual
suspects.
It was like this in my youth and also in my
daughter’s youth.
On March 10, 2015, I published a letter that I
received from an academic in Anatolia, containing the following section:
“During classes, academics teach in fear. Especially in social sciences classes,
the obligation to be careful when citing examples has turned into a nightmare.
Some students, some of them from a political party, record the classes. Fear
and concern lead to the erosion of science.”
When I read that letter at that time, I wondered
if its writer could have exaggerated a little. Now I’m ashamed of myself for
thinking this.
The “New Turkey” to which they have taken us is
no different from the “oldest form” of Turkey.**
Los parecidos con la Alemania nazi empiezan a ser algo más
que casualidades o deslices verbales. El autoritarismo de Erdogan es creciente
y solo —ya lo hemos comentado— su habilidad para aprovechar su situación estratégica
internacional le sirve para que las condenas no vayan a más. El islamista Erdogan
ha jugado con el Estado Islámico porque le permitía deshacerse de sus enemigos
los kurdos. Para ello dejó crecer al monstruo que ahora tiene en jaque la zona.
Más allá de la corrupción del régimen, Erdogan ha agravado la situación en la
zona haciendo su propia guerra y jugando con la necesidad occidental de tener
cubierta la entrada a Europa.
Va siendo hora de decirlo claramente: Erdogan no tiene sitio
en Europa. Las promesas hechas por los líderes de la Unión Europea no pueden
ser sostenidas ante alguien que viola de forma constante los derechos humanos y
es capaz de deshacer una tregua con tal de conseguir que no ser desalojado del poder.
Erdogan pone la Alemania nazi de ejemplo porque es lo más parecido a lo que
tiene en mente. Cada vez que se da aliento, dinero o se mira para otro lado con
Erdogan, se comete una traición contra todos aquellos que desean una Turquía
democrática y libre confesionalmente. El proyecto islamista de Erdogan no tiene
sitio en Europa. Es mejor dejarlo claro. Es el momento de dejar de ceder ante
los chantajes continuos que desde la OTAN o la Unión Europea hace en detrimento
de los que quieren otro modelo más democrático para Turquía.
Una vez más, la nefasta política de los países europeos y de
los Estados Unidos han valorado más los intereses propios que la democracia y
las libertades de los pueblos. Lo hecho ahora por Europa por la crisis de los
exiliados no se puede sostener con una Turquía como la que Erdogan y está
imponiendo en su país.
Los ejemplos del funcionamiento de listas negras, de los
espías en las clases vigilando a los que hablan, la negación de la ciencia en
las aulas en favor de una retrógrada teología islamista, la restricción de los
derechos personales, la imposición ideológica, el control de los poderes
desmantelando a los que se le oponen, etc. no es un modelo que la Unión Europa
pueda aceptar. Es meter el fascismo político-religioso en casa en un momento en
el que se empiezan a dar peligrosos brotes autoritarios como en Hungría o en
Polonia con la nueva ley de prensa aprobada hace unos días. Erdogan y lo que
representa no casa con el modelo de Europa que los europeos queremos, en el que
no solo disfrutemos de nuestras libertades sino que apoyemos a los que las
defienden en otros espacios. No he visto dar un solo paso a los Estados Unidos
o nuestra Europa hacia la oposición turca, hacerles ver que los que están del lado democrático tendrán apoyo.
El caso de Erdogan no es único. Una vez aprendido el método
y el funcionamiento occidental ante las amenazas, es fácil imitarle, incluso
por aquellos que se consideran sus rivales: la misma excusa de la guerra al
terrorismo, el mismo recorte de libertades, el mismo autoritarismo, el mismo
chantaje a Occidente para que acepte las situaciones ante las amenazas, etc. Es
un juego muy peligroso del que parece no poder salirse en las relaciones entre
países. Con ello aumenta el antioccidentalismo,
del que bien se aprovechan muchos. Occidente deja de ser un referente de
libertades y se crea una imagen de apoyo a las dictaduras y regímenes autoritarios.
Da igual que las denuncias de los intelectuales sean constantes y que las ONG
de Derechos Humanos lo intenten hacer público. Tienen el silencio por
respuesta. Pero protestar y denunciar también tiene un precio.
Tal como se señala en Today's
Zaman, Erdogan sigue en su idea de imitar a la Alemania nazi en la
persecución de todos los que se le oponen. Se explica en el diario turco:
Turkish President Recep Tayyip Erdoğan has
suggested that co-leaders of the pro-Kurdish Peoples’ Democratic Party (HDP)
should be stripped of their parliamentary immunity, saying their statements
calling for autonomy in southeastern Anatolia are a “constitutional crime.”
“The statements of the two co-leaders are
definitely a constitutional crime,” he said in remarks published on Saturday.
“I believe a process that would start with the lifting of their immunity would
positively affect the atmosphere in our country regarding the fight against
terrorism.”
Prosecutors in Ankara and the southeastern
province of Diyarbakır launched last week investigations into the HDP
Co-Chairman Selahattin Demirtaş over his remarks in support of self-rule in the
predominantly Kurdish southeastern Anatolia. The Chief Public Prosecutor’s Office
in Ankara has launched the investigation on the grounds of “committing crimes
against the Constitution,” “inciting public to hatred and enmity,” and
“praising crime and criminals” for his speech at a Democratic Society Congress
(DTK) meeting in Diyarbakır on Dec. 26-27 and his remarks during bloody
protests against an assault by the Islamic State of Iraq and the Levant (ISIL)
on the Syrian Kurdish town of Kobani in October 2014.
Both Demirtaş and the other co-leader of the
HDP, Figen Yüksekdağ, are also facing an investigation launched by the Chief
Public Prosecutor’s Office in Diyarbakır for their speeches at the DTK meeting
for “propaganda for a terrorist organization,” “inciting people to revolt” and
“attempting to disrupt unity of the state and the country.”
Erdoğan, speaking to journalists aboard his
presidential plane en route to Turkey from a trip to Saudi Arabia, opposed a
possible closure of the HDP but added that the investigations into Demirtaş and
Yüksekdağ should be followed. “There could be deputies, mayors and others who
commit crimes. They have to pay the price for that. One should consider the
investigations launched by the prosecutors in Ankara and Diyarbakır within that
framework,” he said, adding: “It is impossible for us to accept calls for
division of the country… There are steps that need to be taken to give them the
proper response, impose sanctions and initiate a legal process.”***
La forma de descabezar definitivamente a la oposición es la
retirada de la inmunidad parlamentaria a los cargos públicos y representantes
populares. Después de la limpieza de opositores en las instituciones del estado
mediante redadas masivas con la excusa de que el aparato del estado está
infiltrado por conspiradores, ahora
se usa la fiscalía y la judicatura para perseguir a los que se les retira la
capacidad de hablar. Fue Erdogan el que uso la guerra contra el Estado Islámico
para hacer su propia guerra contra la oposición al ver que los kurdos eran
apoyados por hacer lo que Turquía no hacia: combatir a los terroristas más allá
de sus fronteras. Cuando ha habido atentados en Turquía ha sido contra las
manifestaciones de la oposición y contra los islamistas de Erdogan; cuando se
ha escapado un disparo, ha ido directo a la cabeza —¡qué casualidad!— de los
defensores de los derechos humanos. Los casos han estado sobre la mesa. El
avión derribado a los rusos por el ejército turco lo ha sido porque iba a
bombardear a los del Estado Islámico. Las explicaciones necesarias sobre esos
98 kilómetros de frontera permeable para el tráfico de personas y petróleo están
por darse.
No es un error proponer la Alemania nazi como modelo. Es lo
que Recep Tayyip Erdogan está construyendo cada día con su partido islamista.
Su objetivo no es más que crear lazos de dependencia como estrategia para
sentirse invulnerable ante los reproches o condenas que se le puedan hacer
desde fuera. Erdogan es desafiante y aprieta las tuercas cuando se siente
presionado. Así lo lleva haciendo desde que está en el poder.
Parece que existe cierto consenso entre los partidos de la
oposición en negarle el modelo presidencialista que quiere y que siga descansando en el
parlamento la responsabilidad. Pero Erdogan no parará hasta conseguirlo. De una
forma u otra, intimidando, reprimiendo, atacando cuando sea necesario en el
camino hacia sus objetivos. Agotados sus mandatos, al pasar a la presidencia después de haber sido jefe de gobierno, quiere pasar con los mismo poderes ejecutivos. ¿Existe un mayor personalismo, una burla más grande de la constitución? Lo que hace Erdogan es a lo que aspiran los dictadores que se resisten a perder poderes. Lo vemos en países dictatoriales o que quieren acabar siéndolo sus dirigentes. Erdogan no es una novedad. La novedad es que Europa lo acpetara.
Repetimos la idea: la Unión Europea no se puede permitir
tener a un Erdogan en su interior. Sería una señal terrible para aquellos que
van caminando por la senda del autoritarismo populista, como estamos viendo
ejemplos, para los ultranacionalistas que aparecen dentro de un espacio que
debería ser de intercambio y convivencia pacífica.
La crisis europea va más allá del euro o de lo que en estos
momentos está sobre la mesa como desafío. Hace falta construir una verdadera
Europa de las libertades, de los Derechos Humanos. Hay que temer menos a los
que se quieren salir que a los que hay que mantener dentro hagan lo que hagan. Es importante para el futuro y hacen
falta dirigentes que se den cuenta de esto.
Una Unión Europea con
desequilibrios de libertades no será más que un proyecto fracasado a medio y
largo plazo. Es más importante una Europa firme defensora de los Derechos
Humanos y las libertades que una Europa que tenga que estar mirando para otro
lado constantemente, ignorando sus propios principios.
Lo preocupante no es que Erdogan tenga deslices o lapsus con
Hitler. Lo preocupante es que lleva tiempo actuando como él: un partido que
tiende a tomar todo el poder del estado, listas negras, depuraciones, vigilancia,
ignorancia de los derechos, detenciones, censura, cierre de periódicos, etc. No es un problema de contexto; el contexto es él.
*
"Erdoğan’s comments on presidential system, Hitler’s Germany taken out of
context: Turkish presidency" Daily Sabah 2/02/2016
http://www.dailysabah.com/politics/2016/01/01/erdogans-comments-on-presidential-system-hitlers-germany-taken-out-of-context-turkish-presidency
**
"Erdoğan loses the game show" Daily News Hurriyat 02/021/2016 http://www.hurriyetdailynews.com/erdogan-loses-the-game-show--.aspx?pageID=449&nID=93318&NewsCatID=503
***
"Erdoğan says HDP leaders should ‘pay price’ for ‘constitutional
crime’" Today's Zaman 02/02/2016
http://www.todayszaman.com/national_erdogan-says-hdp-leaders-should-pay-price-for-constitutional-crime_408588.html
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