Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
David
Bowie forma parte de eso que se suele llamar la banda sonora de nuestras vidas,
en este caso, de la mía por cuestiones de gusto y generacionales. Bowie formaba
parte de esos primeros descubrimientos musicales cuando empiezas a entrar en la
adolescencia y que te marcan.
Los años setenta fueron un momento de gran fecundidad
y riqueza en cuanto a la variedad. Los sonidos que había explotado a mediados
de los sesenta fueron explorados en la década siguiente por músicos que todavía
no eran gobernables por la industria, como ocurrió finalmente. En esa época
todavía el artista genuino podía acceder a través de medios a los públicos que
se iban formando a su alrededor, educándose en las nuevas protestas.
El
estallido se produjo, como suele ocurrir cíclicamente, por el control que había
ejercido la industria tratando de imponer gustos y formar estilos y productos
masivos desde principios de los años cincuenta. La creación de un público "juvenil",
adolescente para el que se diseñaban productos para la recién creada sociedad
de consumo tras las crisis de las dos Guerras Mundiales y sus periodos de
crisis económicas, había estrangulado la creatividad imponiendo artistas,
peinados, vestidos, bailes, etc. Los productores buscaban y modelaban para el
gusto social.
A
mediados de los sesenta, con The Beatles como referencia, muchos músicos
abandonan esas posturas y quieren recuperar el control creativo y encontrar
nuevos sonidos en vez de repetir hasta la saciedad los mismos modelos. Cuentan
para ello con un fenómeno nuevo, las radios FM locales, focos de resistencia a
las grandes cadenas de alcance nacional que logran imponer sus artistas creando
tendencias apoyándose en la televisión y las revistas promocionales. Los
movimientos de músicos alternativos logran llegar a grandes masas de todo el
mundo y la cultura musical se hace más global, aunando a los jóvenes por
tendencias que les llegan de fuera o exportando hacia el exterior sus nuevos
sonidos y figuras.
Frente
a la repetición de sonidos del pop anterior (no contamos aquí el jazz, que también tuvo su crisis por el papel negativo de la industria musical), hay un periodo que comienza a
mediados de los sesenta y llega hasta el fin de la década siguiente en el que
podemos encontrar una gran riqueza de sonidos que se irá desarrollando después.
Encontramos artistas que trataban de encontrar su propio estilo, que eran
evolutivos porque experimentaban con ellos. Fusiones y evoluciones, cambios, renovación, viajar en busca de nuevos sonidos.
En esa
época se crea la primera "ópera-rock" (Tommy, con The Who), se rompen las barreras del tiempo asignado a
las canciones en la música popular (con canciones como In-A-Gadda-Da-Vida, de
Iron Butterfly, con 17 minutos), se crean los discos temáticos frente a la
fragmentación de las canciones (Días del
futuro pasado, de The Moody Blues), se publican discos dobles (Blonde on Blonde, de Bob Dylan o Tommy), se funden las músicas
occidentales con las orientales (George Harrison), surgen poetas cantantes
(Leonard Cohen, Dylan...), se revolucionan los musicales (Hair, Jesus Christ Superstar...), se recuperan las músicas
tradicionales o se electrifican (folk y folk-rock), se crea el rock sinfónico y
se introduce el sintetizador y su riqueza de sonidos con los que se experimenta
y reescriben los sonidos anteriores (Tarkus
o Pictures at an Exhibition, del súper
grupo Emerson, Lake & Palmer)... y muchas otras innovaciones que se
concentran en esos años.
Las
músicas anteriores también se suman dando sus propias síntesis, como Dylan que
provenía de la música folk de Guthrie
que no se debe confundir con la tradicional o el jazz-rock o el jazz electrificado,
al que se sumarán músicos como Miles Davis.
Bowie
aparece en ese panorama de gran riqueza y libertad. Lo hace en el lugar donde
había comenzado la revolución sonora, en Inglaterra, donde había más libertad
que en la condicionada y segregada música de los Estados Unidos. Los grupos
ingleses habían podido hacer suyo algo que los norteamericanos apenas podían,
el blues. Los historiadores señalan la profunda ironía de que el público
norteamericano recibiera a los grupos británicos que se habían formado
escuchando los discos de blues negro. Los Rolling Stone eran un ejemplo claro de
esto, pero hasta un irlandés como Van Morrison, con sus Them, estaba influido por la música negra norteamericana. En otros
caso, la influencia del Blues era absoluta, como John Mayall, con quien se
formó, entre otros grandes músicos, Eric Clapton.
Bowie
era algo más que un cantante. Era un artista en un nuevo sentido global y
mediático. Era parte de la vanguardia en un momento en que la vanguardia salía
del emergente Londres de los sesenta. Era la vanguardia de la vanguardia.
Se ha resaltado
estos días más la cuestión visual y sus cambios que la musical. Se repite sus
cambios de aspecto, tratándolo como si de un fenómeno de moda se tratara. Quizá
nos hemos acostumbrado a medirlo todo en esos términos, pero me parecen muy
superficiales. Mientras escribo escucho las canciones del álbum doble
recopilatorio titulado sin ironía "Nothing has changed". Son
canciones 39 canciones que, excepto alguna de las últimas grabaciones, no han
dejado de sonar desde entonces. Mientras las escuchas te vienen a la mente los
momentos en que tenías aquel disco en las manos y lo escuchabas por primera
vez. Otros siempre se quedaron ahí entre ese selecto grupo de canciones que te
surgen en el tarareo interior de forma casi automática.
En
aquellos años se producían muchas veces fenómenos de alteración del orden de
publicación. El éxito de un artista hacía que se recuperaran discos que no se
habían publicado antes, con lo que a veces escuchabas su discografía hacia
atrás. Un éxito hacía que se recuperara la parte inédita de su trabajo. Es lo
que pasó con Bowie tras Space Oddity,
su enorme primer éxito. En otras ocasiones, la censura decidía que no se debía
escuchar o vender un determinado disco por los motivos que fueran (sexuales,
políticos, religiosos) y tenías que salir a comprarlo fuera de España o que te
lo trajera algún amigo.
A
Londres se iba para varias cosas, una de las más frecuentes era la compra de
discos para completar tu discografía de algún artista que no se acababa de
editar y que solo podías escuchar gracias a los DJ de la emisoras de FM, que se
los hacían llegar o viajaban a comprar lo que aquí no teníamos. No existía ese
desastre universal llamado radio-fórmula
y muchos buenos aficionados a la música tenían programas en las FM de las
ciudades. Era la forma de difundir a los músicos. Está por escribir el papel de
muchos programas en la formación del gusto musical en aquellos años.
No
quiero hacer aquí un recorrido por la música de Bowie; está ahí afortunadamente
para acercarse a ella. Pero sí quiero resaltar que fue un artista completo, con
conciencia de su propio arte. No creo que Bowie fuera un narcisista, pero sí
que se expresaba a través de los medios que tenía para dar un mensaje integral
del que él mismo formaba parte: sonido, forma, cuerpo, acción. No se trataba de
llamar la atención, si no describir un mensaje con los medios disponibles.
Nuestra
generación tuvo unos héroes iniciales que cayeron en los inicios, como Janis
Joplin o Jimmy Hendrix; otros que cayeron a mitad, como Lennon; y los que
comienzan a desaparecer tras una vida más o menos rica, como es el caso de
Bowie, una ilustre pérdida para todos los que hemos nacido al gusto musical con
él y otros muchos que nos acompañaron en soledades y compañía. Debemos ir
preparándonos a estos golpes emocionales, en los que se nos va parte de la
juventud o quizá solo se nos cierra definitivamente.
La
música fue mucho para nuestra generación. En ella había músicos y poetas que
expresaban la vida interior, con sus deseos y miedos, o exterior. Con Bowie se
nos van una parte de nosotros. Pero ese nosotros es mucho más rico gracias a
personas como él, que nos ayudaron a ir navegando por un mundo complejo,
descubriéndolo.
La
música forma parte de la educación estética, pero también de la sentimental en
un sentido más allá del amoroso. Lo percibimos ahora, en la distancia, cuando suenan
de nuevo canciones como The man who sold
the world, Sorrow, Young americans, Rebel, rebel, Fame, Diamond dogs,
Heroes ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.