domingo, 31 de enero de 2016

Nacionalismo frente a identidad religiosa o hay soluciones mejores

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La retirada de la nacionalidad francesa a los condenados por terrorismo, que ha llevado a la dimisión de la ministra de Justicia Christiane Taubira, en desacuerdo con la iniciativa del presidente Hollande, pone sobre la mesa varias cuestiones. La retirada de la nacionalidad solo tiene algún efecto disuasorio si se le concede alguna importancia a la "nacionalidad", algo que está por verse en aquellos a los que se les retiraría. ¿Qué sentido tiene?
El día 27, el diario El Mundo recogía esta información:

Christiane Taubira ya había mostrado su desacuerdo con esta reforma a principios de mes, cuando comentó públicamente que el proyecto de ley que pretende quitar la nacionalidad francesa a aquellas personas nacidas en Francia condenadas por terrorismo y posean dos nacionalidades, "no es deseable".
El debate sobre dicha reforma comienza precisamente hoy en la Asamblea. Hasta ahora, la retirada de nacionalidad se permitía únicamente con aquellas personas nacidas fuera del territorio nacional pero de aprobarse esta ley los nacidos en Francia también se verían afectados.
Esta medida, es defendida a día de hoy por Manuel Valls y, especialmente, François Hollande, quien ya habló de su deseo de reformar la Constitución en este sentido en su discurso en Versalles, tres días después de los atentados del 13 de noviembre. Sin embargo, el Partido Socialista no se muestra unido en torno a la reforma.*


No es solo el Partido Socialista. Esta misma mañana, Euronews nos daba cuenta de las manifestaciones en contra de la extensión de las medidas tomadas después de los atentados de Paris y en la que los franceses empiezan a ver demasiadas sombras. Es indudable que Hollande no quiere que se le vaya de las manos el discurso de la seguridad ante la presión de la extrema derecha nacionalista de Marine Le Pen, peo puede incurrir en errores que no todos los franceses están dispuestos a admitir. Ya es bastante la amenaza del terrorismo para además ceder en libertades, que es siempre un objetivo de las organizaciones terroristas. Señalan en Euronews:

Numerosos sindicatos, colectivos y organizaciones de izquierdas se oponen a la normalización de las medidas de excepción así como al proyecto de ley de retirar la nacionalidad a los binacionales condenados por terrorismo, medida que ha propiciado la salida de la exministra de Justicia, Christiane Taubira, considerada el último gran símbolo de la izquierda del Gobierno del primer ministro, Manuel Valls. Antes lo hicieron Arnaud Montebourg, Aurélie Filippetti, Benoît Hamon, Cécile Duflot y Delphine Batho.
El Movimiento contra el racismo y por la amistad entre los pueblos (MRAP), toda una institución en Francia desde 1949, forma parte del grupo de asociaciones que han firmado un comunicado unitario bajo el eslogan “no cederemos”.**


Más allá de la cuestión política doméstica francesa, la cuestión de la nacionalidad debe ponerse sobre la mesa para analizar el sentido que tiene en el contexto del que hablamos. Dado que las personas a las que se les retira la nacionalidad están ya condenadas, la eficacia de la medida solo puede ser simbólica. Pero, ¿lo es positivamente?
Para que la medida tenga algún valor la "nacionalidad" debe significar algo para quien la va a perder. Y es aquí precisamente donde se da el absurdo de la medida: se aplica a aquel que desprecia la nacionalidad.
Hollande debería ver la magnífica película de Renoir, La marsellesa para entender que el nacionalismo y el sentido de la "patria" nacen precisamente con la necesidad de establecer algún lazo emocional con algo que no existía anteriormente. La obediencia en los sistemas feudales no se basaba en el amor a la patria, porque esa patria, sencillamente, no existía. Es una construcción muy posterior en la que se necesita crear un vínculo entre los nuevos estados-naciones y sus ciudadanos, una forma de amor a la patria, para lo que se desarrolla desde el romanticismo una retórica y un corpus que es creado por poetas, pintores, historiadores, filólogos y demás constructores de eso que se ha dado en llamar la "identidad nacionalidad" y el "nacionalismo". No es casual que las formas nacionalistas del romanticismo surjan en los países que se alejan del control "romano", simbolizado por el catolicismo. La religión es un factor determinante no tanto en cuestiones teológicas, sino como fuerza fundante de esa identidad nacional que llevará, como en el caso de Inglaterra, a la constitución de su propia iglesia, la anglicana. Se producirá con el protestantismo esa diversificación de la idea y espacio común de la "cristiandad", que todavía Novalis reivindicará.


Antes de la nación o el estado, antes de la ciudadanía y el amor a la patria, está, pues, la religión, la identidad más poderosa allí donde se mantiene. Desde esta perspectiva, los movimientos islamistas tienen dos características que pueden parecer contrapuestas, pero creo que no lo están: 1) reivindican un retorno a las formas anteriores a las naciones, un salafismo (es lo que quiere decir) a la forma de vida de los antepasados. Y en ese mundo no existen las naciones o las nacionalidades, mucho menos los estados, que solo son vistas como formas mundanas y en muchos casos despreciables. 2) los movimientos islamistas deben mucho a las reacciones anticolonialistas, tanto en el siglo XIX —que es cuando surgen algunos— como en el XX —los Hermanos Musulmanes—.
Pero el anticolonialismo que mantienen es más contra la "occidentalización", que pervierte la identidad islámica o la lleva a un sentimiento de inferioridad, que por la creación de un nacionalismo que desemboque en un sentimiento fuerte de acercamiento a la nación o país. Por ello los movimientos nacionalistas han sido muchos de ellos de carácter no religioso o incluso laicos y socialistas. Eso sí: han usado la religión cuando les ha interesado (como hizo Nasser) para entrar por la brecha de la lucha interreligiones.

El caso de Egipto es muy interesante porque sí posee una identidad nacional diferenciada, lo que hace que en su espacio retórico discursivo entren en conflicto tres principios: nacionalismo egipcio, panarabismo e islamismo. Los Hermanos Musulmanes nacen con un ojo puesto en el colonialismo, pero su afán es extenderse por todo el mundo islámico, por encima de las nacionalidades. Esto explica la fuerza del nacionalismo actual egipcio que usa toda su retórica discursiva para hacer ver a los miembros del grupo fundado por Hassan El-Banna como extranjeros al servicio de intereses anti egipcios. Explica también el interés de los islamistas en el carácter "islámico" (trasnacional) antes que en las fronteras. Nasser, por ejemplo, jugó con la unidad, pero desde el lado del panarabismo (la RAU, la unión de Egipto y Siria acabó en fracaso); se vio al frente de un Egipto líder de los países árabes sin apelar a la cuestión islámica. Su república era "árabe" (La "A" de RAU), no "islámica" como ahora pretenden los islamistas (Estado Islámico y demás repúblicas que incluyen el islámico como seña de identidad en su denominación: Irán, Pakistán, Mauritania, y ahora Gambia).


Es el gobierno actual Egipto el que está constantemente amenazando con la retirada de la "nacionalidad" a todos aquellos a los que por discrepantes considera vendidos a los poderes exteriores, ya sea Turquía, los Estados Unidos, Qatar o el que les venga en gana.
Solo allí donde la "nacionalidad" importa algo, puede ser eficaz su retirada como amenaza. Egipto va más allá y lo hace como "castigo", dentro de las consideraciones que en una sociedad muy consciente de su diferencia identitaria respecto al resto de los países musulmanes, rebosante de orgullo. En este sentido, lo peor, el ostracismo social para la persona y sus familiares es la expulsión y la retirada de la nacionalidad. Al periodista de Al-Jazeera que poseía doble nacionalidad, se le ofreció que renunciara a a la egipcia para salir de la cárcel y del país. Hace unos días se ha desestimado la demanda para que se le retirara la nacionalidad egipcia a Wael Ghoneim, una de las figuras emblemáticas de la revolución del 25 de enero, al que la paranoia nacionalista acusa de ser una agente norteamericano pagado para destruir Egipto.


La medida de Hollande y Valls no sirve para nada. ¿Qué le importa la nacionalidad a alguien que va a acabar con sus despreciados compatriotas? Para ellos solo cuenta la dimensión religiosa, abandonando todas las otras formas de identidad, como la nación o incluso la familia. El joven soldad del Estado islámico que decapitó a su madre en Iraq, hecho del que dimos cuenta aquí, demostró públicamente que su compromiso era ya únicamente con Dios.
Francia tiene un elemento distorsionador de fondo, la Guerra de Argelia. Los procesos de descolonización fueron violentos, con múltiples atentados terroristas, pero eran nacionalistas, por más que la cuestión religiosa también tuviera su peso en la identidad. El fenómeno actual es de otro orden.
Estoy con la ex ministra Christiane Taubira sobre la inutilidad de la medida. No tiene sentido enfrentar un nacionalismo a otro movimiento que no lo es. Si la respuesta a un movimiento como los grupos islámicos es el recrudecimiento del nacionalismo, Europa será la primera que lo sufra. Lo hará como espacio común, pero —todavía peor— comenzará a establecerse una forma identitaria basada en la diferenciación. Es el camino al desastre.


Los ejemplos de crecimiento de los partidos nacionalistas, amparados en un populismo, por toda Europa es algo que debemos observar con detalle. Lo que estamos viviendo en estos momentos es más dañino que el propio Estado Islámico en sí, ya que está desbaratando la idea de comunidad europea y está volviendo a fortalecer los lazos internos que se definen negativamente como antieuropeos y recuperan la dimensión religiosa nacionalista. Un ejemplo extracomunitario es lo ocurrido, por ejemplo, en Rusia, con una fusión de religión y nacionalismo manejada por Vladimir Putin, con el amparo de la Iglesia Ortodoxa. Es lo mismo que hace El-Sisi en Egipto con la Universidad de Al-Azhar. Es el juego con el nacionalismo y la religión. Desde Enrique VIII ha funcionado.
Los peligros que ven los manifestantes en Francia es que la forma de enfrentarse al islamismo y al Estado Islámico, tanto militarmente como con políticas antiterroristas, se vayan manipulando y creando un caldo de cultivo para formas identitarias poco deseables.


El problema de la violencia islamista se agravará mientras se sigan estableciendo mecanismos de exclusión que meta a todo el mundo en el mismo saco. Así se conseguirá aumentar el caldo de cultivo del terrorismo y se dejará desasistidos a todos aquellos que quedan desplazados en sus intentos de establecer políticas de diálogo social. Ya lo repiten todos los días los expertos: los islamistas son los mayores interesados en la islamofobia; les pone en bandeja el apoyo social allí donde les interesa y hace salir de la influencia occidental a los que se les hace la vida imposible.
Combatir con nacionalismo (un nacionalismo que acabará apoyándose en la religión) al islamismo, al que no le importan las naciones, no tiene sentido. Hay que combatirlo desmontando sus argumentos y no entonando himnos. Tampoco tiene mucho sentido proponer la pena de muerte para aquellos que buscan el paraíso a través del suicidio. Es más adecuada la cadena perpetua para el que tiene prisa por llegar a la otra vida. 


Hacen falta armas ideológicas, filosóficas y religiosas para extinguirlos de las mentes a las que quieren llegar. Hacen falta libros, profesores, editoriales, becas. Pero nuestro mayor problemas es que no conseguimos contactar en el nivel adecuado con aquellos que llevan muchos años en estas batallas, desprovistos de apoyos y comprensión porque no han estado en el poder. Sí, en cambio, nos hemos esforzado por relacionarnos amigablemente con los principales focos de terrorismo, tanto en ideas como en financiación. Pero tienen petróleo.
Si el nacionalismo es peligroso para Europa, lo es más todavía si se acaba reforzando por contraste con un cristianismo que pase de ser un elemento civilizador a un elemento de barbarie y confrontación. Hemos conseguido que las creencias pasen a la vida privada. Sacarlas como bandera de combate es volver a los fanatismos y al "con Dios de nuestro lado" que tantos millones de muertos ha costado en la Historia en Europa y fuera de ella. Hay que buscar la dimensión en la que el combate se realice; hay que evitar lo que muchos desea: presentarlo como una guerra entre cristianos y musulmanes. De otra forma, estaremos perdiendo nuestra identidad, aunque nos parezca que por chillona y grandilocuente es más real.
Un enemigo gana cuando cumple sus objetivos y su enemigo pierde en la misma medida. Si nuestras acciones ayudan a nuestros enemigos es que somos poco inteligentes.


* "Dimite la ministra francesa de Justicia por la política antiterrorista de Hollande" El Mundo 27/01/2016http://www.elmundo.es/internacional/2016/01/27/56a88f10ca474104308b4603.html

** "Privación de las libertades públicas, miles de franceses salen a las calles para decir no" Euronews 31/01/2016 http://es.euronews.com/2016/01/31/normalizacion-de-la-privacion-de-las-libertades-miles-de-franceses-salen-a-las/






sábado, 30 de enero de 2016

Diez mil por cada uno o el ardiente ministro

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El ministro de Justicia egipcio, antiguo presidente del club de Jueces, famoso por sus perlas retóricas acaba de lanzar otra más, según nos cuenta en Ahram Online. El titular que nos ha dejado tras una entrevista televisiva habla por sí solo: "For every police 'martyr,' 10,000 'terrorists' should be killed: Egypt justice minister". Uno se resiste a hacer las cuentas que borrarían de la faz de la tierra al país árabe más poblado. Pero más que los números es preocupante la actitud de alguien que debe representar el sentido de la justicia. Hubiéramos entendido que por cada policía asesinado "habría que detener a diez mil", pero el matarlos sin pasar por los juzgados es vaciar el Ministerio que dirige con mano firme y espíritu ecuánime. Que para el ministro Ahmed El-Zend —famoso ya por decir que solo los hijos de los jueces deberían ser jueces, lo que le valió el puesto que ocupa— sobre la Justicia y solo hagan falta verdugos es muy revelador del clima egipcio en el que solo van despacio los juicios de los miembros del antiguo régimen que se reponen del disgusto de la mala revolución, la de 2011. Mientras los detenidos se aburren en espera de juicios, pospuestos una y otra vez, mientras que otros no llegan, ya sea porque desaparecen o porque se les aplica la ley sumaria que el ministro preconiza.
Ahram Online lo cuenta de esta forma:

Egypt's Minister of Justice Ahmed El-Zend said in a TV interview on Wednesday that he believed that for every fallen "martyr" from the Egyptian police and Armed Forces, 10,000 Muslim Brotherhood members and their supporters should be killed.
"I believe that if 40,000 terrorists were killed it would not be enough for the martyrs. I swear to God that the fire burning in my heart will not die except when for every martyr, 10,000 Muslim Brotherhood members and supporters are killed," El-Zend said while giving condolence on the Sada El-Balad TV channel for personnel killed in the war on terrorism.
The minister vowed that all the death sentences issued against members of the Brotherhood, including former president Mohamed Morsi, would be carried out after all appeals are exhausted.
El-Zend’s comments immediately created controversy on social media across the country, with the hashtag “#El-Zend” trending for many hours in Egypt.
Although he did not mention the justice minister by name, former vice president Mohamed ElBaradei posted a tweet which many believe was meant as a criticism of El-Zend's vow.
"There are constants for any society: Freedom and human dignity, knowledge and value are the core of any future. The social consensus is a necessity to build any nation, as well justice, and not revenge," the Nobel laureate said.*


Dan que pensar las palabras del ardiente ministro. Da que pensar en manos de quien está la justicia en Egipto. El gobierno ha pasado de intentar agrupar a distintas voces sociales tras el golpe de estado del 30 de junio de 2013 a ser un único y permanente aullido con personajes como el ministro de Justicia que busca no sabemos muy bien qué con declaraciones de este tipo. Es más bien el ministro la negación de la Justicia. Habría que cambiarle el nombre al ministerio mientras El-Zend esté en él  y llamarlo "Ministerio de la Venganza". Ha hecho bien El-Baradei en recordar algunas cosas; como agradecimiento volverá a ser objeto de campañas de difamación y llamado traidor.


Lejos de arreglarse nada, el gobierno actual busca ampliar la brecha social creada por la violencia constante. Así no hay un futuro para Egipto, aunque la zona pudiera llegar a algún tipo de solución para el problema Siria. Desde el principio, el gobierno ha tratado de solventar las fuertes críticas internacionales presentándose como un baluarte frente al terrorismo del estado Islámico y demás grupos. Lo ha aprovechado para crear un clima represivo que va más allá de los islamistas y se ha extendido a la totalidad de la sociedad que manifiesta que este camino no es el mejor para Egipto.


El último incidente que la prensa recoge es muy significativo de esta situación y ha llevado a la protesta del sindicato de los médicos. Recogemos los primeros hechos tal como los cuentan en Mada Masr (en coincidencia con el diario estatal Ahram Online y otros):

On Thursday afternoon, a patient in civilian clothes allegedly arrived at the hospital with an injury to his face and asked the resident doctor, Ahmed Mahmoud, to note down other injuries that weren’t there, according to a Doctors' Syndicate statement. When Mahmoud refused, the patient said he was a police officer and threatened to fabricate criminal charges against the doctor if he didn’t comply with his demands.
The police officer allegedy enlisted his colleague to beat Mahmoud and another doctor at the hospital, then took both men to the Matareya Police Station. The doctors were released and returned to the hospital shortly thereafter, the syndicate said.**


El incidente es revelador del clima de matonismo que se está dando ante la impunidad de la Policía para arrestar o inventar cargos contra los ciudadanos que no cumplan sus deseos. Los policías de paisano intentaban salir de allí con un parte de lesiones falsificado que los médicos se negaron a completar. Ante esto fueron amenazados, golpeados y arrestados. Probablemente acabarían en alguna lista de esos "10.000" que deben desaparecer de la faz de la tierra cada vez que un policía egipcio muere.
La Policía egipcia, sin ninguna transformación, es la misma de la época de Hosni Mubarak, la que reprimió, detuvo, torturó e hizo desaparecer a los disidentes. Las acciones de fiscales y jueces tapando estos incidentes, decretando el silencio, no ayudan a mejorar la situación. Las denuncias de las desapariciones son constantes; unos aparecen, otros no.


Lo más preocupante de esta situación es que, una vez denunciada, las presiones han sido constantes hasta que los médicos decidieron retirar la demanda contra los policías que les agredieron, amenazaron y arrestaron. Egypt Independent recoge las declaraciones de los representantes del Sindicato médico:

The two doctors who filed a claim against low-ranking police officers who assaulted them at Matariya hospital Thursday morning waived their claim against them, Al-Masry Al-Youm reported.
Undersecretary of the Doctors' Syndicate Mona Mina said the two doctors were subjected to intense pressure by the Interior Ministry and National Security Agency officials, after the reported assaulters filed a claim accusing the two doctors of assaulting them as well.
The two doctors were threatened with being detained for four days pending investigation into the claim filed by the police officers against them, she added.
Mina said the police officers' claim was filed 10 hours after the doctors filed their claim, which proves that it was only in retaliation for the claim filed by the doctors.
The incident represented a circumvention of the law and abuse of power, she added.
Secretary General of the Doctors' Syndicate Ehab al-Taher said the incident represented a flagrant violation of the law on the part of the police who are fundamentally supposed to protect citizens.***


El miedo de los médicos al retirar las demandas está más que justificado. La comisaría a la que fueron llevados es tristemente célebre por las muertes continuas de detenidos en custodia. En mazo, las protestas fueron de los abogados que vieron cómo fallecía un compañero, Karim Hamdy, cuya autopsia reveló que había muerto como consecuencia de una paliza. Mada Masr nos contó entonces la manifestación de 100 abogados desde la sede de su sindicato hasta la cercana oficina del Fiscal General:

Participants announced they would organize a follow-up protest on March 9 in the hope of realizing justice for the deceased lawyer.
Several protesters held photos of 28-year-old lawyer Karim Hamdy, who died in North Cairo’s Matareya Police Station on Tuesday. Slogans were chanted calling for the resignation of the Interior Minister and declaring, “The Ministry of Interior are thugs.”
Protesters petitioned Prosecutor General Hesham Barakat to lift the ban he had imposed on media coverage after news of the lawyer’s death circulated on Wednesday.
“However, Barakat refused to lift the gag order which he had imposed on the media, and on the general populace,” said Lawyer Mahmoud Belal, who participated in the protest.
[...]
Some of the protesters called on Barakat to summon Interior Minister Mohamed Ibrahim for questioning regarding the torture and abusive conditions in police stations, particularly Matareya. This petition was also declined, according to domestic media outlets.
“Our experience with prosecutors reveals that they let the police walk free, or facilitate their acquittal in courts, clearing them of their violations,” said Belal, who added that similar media blackouts have followed the deaths of civilians in police custody, “so as to silence all human rights defenders and critics of police brutality.”
At least three civilians are reported to have died whilst in custody at Matareya Police Station in the past few weeks. Several other reports of torture and abuse have emerged from this particular station.
Belal adds, “Torture, along with other forms of physical and psychological abuse are systematic occurrences, which take place nationwide. This is not just an isolated incident of torture resulting in death at the notorious Matareya Police Station, these grave violations are perpetrated against detainees in numerous police stations.”
He claims that, due to a lack of criminal accountability, “police brutality and torture are increasing, not decreasing.”****


La pinza configurada por las actuaciones del Ministerio de Justicia a través de las acciones de la Físcalía y del Ministerio del Interior, de quien dependen los policías y sus acciones represivas, se combinan con las órdenes de silencio impuestas a los medios mientras duran las investigaciones y el silencio impuesto en la calle mediante la ley "anti protesta" cuya finalidad es precisamente esta, el acallamiento o la detención de todos aquellos se manifiesten, que pasan a ser considerados como "terroristas", dignos de desaparecer en esa proporción de 10.000 a 1 que propone el ministro.
Abogados y médicos pasan a ser objetivos de la represión en la medida en que se interponen en el camino policial denunciando abusos y lesiones, torturas y muertes. Los que defienden los derechos de los detenidos o los que se niegan a firmar partes médicos de lesiones falsos que justifiquen después la violencia policial pasan a ser enemigos del Estado. Egipto sigue engordando al mismo monstruo que reinó durante treinta años basándose en la represión policial, corrompiendo todos los estamentos que sean de utilidad para mantener el poder.


El problema de las proporciones del ardiente ministro El-Zend es que entre esos "terroristas" que quiere hacer desaparecer —no ha señalado si lo piensa hacer personalmente— se encuentran todos aquellos que defienden un estado de derecho, los derechos humanos y protestan por la brutalidad reinante. Igualmente, entre los policías que ha llamado mártires se encuentran algunos que no tienen mucho respeto por los derechos de nadie, sean terroristas o no. Entierren con honores a los que lo merezcan, pero encarcelen a los que no se merecen honor ninguno; no les dignifiquen ni encubran en lo que es mera brutalidad al amparo de la impunidad reinante.
Un estado moderno y democrático, como el que dice estar construyendo el presidente El-Sisi, no se basa en el uno por diez mil, ni tan siquiera en el ojo por ojo. Se basa en una justicia para todos, que garantice sus derechos y que castigue a quien debe castigar, con legislaciones justas. Lo que hay ahora no se parece en nada a lo que queda tan bonito en los discursos. La policía de Mubarak es la policía de El-Sisi; sus métodos u objetivos, los mismos.
Pedir la reforma de la Policía, como se ha hecho durrante estos años, es hoy un absurdo. Los porque se demuestra que no es un ente incontrolable sino una institución obediente a los que están al frente. El ministro de Justicia, Ahmed El-Zend es la demostración clara de que hoy la policía está cumpliendo fielmente las órdenes que recibe.
Ya solo queda la reforma total.



* "For every police 'martyr,' 10,000 'terrorists' should be killed: Egypt justice minister" Ahram Online 28/01/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/186182/Egypt/Politics-/For-every-police-martyr,-,-terrorists-should-be-ki.aspx
** "Update: Matareya doctors drop assault charges against police after 'threats'" Mada Masr 28/01/2016 http://www.madamasr.com/news/update-matareya-doctors-drop-assault-charges-against-police-after-threats
*** "Assaulted Matariya hospital doctors reportedly waive claim against police officers" Egypt Independent 29/01/2016 http://www.egyptindependent.com//news/assaulted-matariya-hospital-doctors-reportedly-waive-claim-against-police-officers
**** "Lawyers rally over death of colleague in Matareya Police Station" Mada Masr 1/03/2016 http://www.madamasr.com/news/lawyers-rally-over-death-colleague-matareya-police-station





viernes, 29 de enero de 2016

¿Pero dónde está la verdad?

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La vuelta a las pantallas mundiales de una serie que rompió esquemas y creó tendencias como "Expediente X" (The X Files) no podía dejar indiferente a la generación que vivió las improbables aventuras de los dos agentes complementarios del FBI. 
Muchos han confesado el papel que está serie jugó en la formación (o deformación, según se mire) de su imagen del mundo. 
La función formativa de las series está todavía por desarrollarse y estamos a la espera de una nueva propuesta cervantina en la que alguien sufra los mismos efectos que el ingenioso hidalgo con sus lecturas de caballerías. No se han estudiado todavía los cerebros de las personas que crecieron con La casa de la pradera para compararlos con los que vieron el mundo a través de Expediente X o lo que pasa en las neuronas de los adictos hoy a Transparent o a The Leftovers.
Las peculiares características del regreso de Expediente X (con sus mismos protagonistas pasado el tiempo) hace que los que vivieron infancia y juventud con Mulder y Scully se hayan planteado algunas cuestiones que les han llegado a la mente tras el choque con los nuevos episodios. The New York Times ha recogido bastantes artículos con las reacciones ante el regreso de la serie. Me han llamado la atención las reflexiones de Kaly Soto en su artículo titulado "‘The X-Files’ Season 10 Premiere: A Crazier Mulder Than Usual":

Scully and Mulder are now in an uncomfortable place. And so is this unsatisfying episode. When young Mulder was spouting his conspiracy theories, those ideas were rebellious and exciting. He made a skeptical Scully want to believe because he did. And he believed because he had seen the most incredible things, and they didn’t make him afraid, only more determined to find the truth, which (let us not forget) was out there.
In 2016 though, with even presidential candidates espousing conspiracy theories of their own, there’s nothing rebelliously romantic here. Mulder’s search for the truth no longer seems idealistic. It seems of a piece with the frenzied and feverish age in which we now live.
This time he’s propagating a theory, not about aliens, but about the cruelest of creatures: man. He reckons that the “alien abductions” he’s spent his life investigating were actually undertaken by men posing as aliens and testing alien DNA on humans. This evil plan will culminate in the “takeover of America.” I spit out my drink laughing at that line, which was bad because I was watching this episode on my computer. It sounded like something Sarah Palin would say. Along for this trite trip through Mulder’s troubled mind is a right-wing talk show host, because that is a believable alliance these days.*


El razonamiento nos sorprende por su carácter directo y atinado. Ha tenido que llegar un crítico de televisión para hacernos ver que el mundo es hoy un gigantesco "X-File" en el que el pobre Mulder (y nosotros con él) nos encontramos bajo los efectos traumáticos no de la fantasía sino de lo que se nos intenta vender como realidad. Cuando se realizan encuestas, es probable que la gente dude más de lo verdadero que de las conspiraciones que se nos venden todos los días.
Está por estudiar todavía si esto es el efecto de ver tantas series conspiratorias en las que los gobiernos hacen las cosas más raras, ilegales y fantásticas. Que los personajes de la realidad (Sarah Palin, Donald Trump) sostengan teorías como las más descabelladas de las series descabelladas no deja de ser una gran tristeza y la confirmación de que vivimos en un mundo dominado por la ficción.


Si Cervantes nos mostró una persona que quería ser personaje y Unamuno y Pirandello nos mostraron personajes que querían ser personas, parece ahora vivimos en una zona intermedia en la que, como ocurre con la luz que es onda y corpúsculo, somos ambas cosas a la vez y según las circunstancias. Lo mismo ocurre con los "hechos" (¡interesante concepto!), que quedan relegados por los discursos que los describen en un interminable juego del telegrama.
La campaña electoral norteamericana, especialmente en su canal republicano, es hija de este mundo conspiratorio gracias a la habilidades verbales y narrativas del señor Donald Trump, que se debe encontrar todas las noches en algún garaje oscuro con algún intoxicador, con un cigarrillo electrónico incluido, que le vapea las conspiraciones del día.


Trump y Palin son los agentes de cierre de la manía conspiratoria. Normalmente, las teorías de la conspiración empezaban por abajo y apuntaban hacia arriba, como pasaba con The X-Files. Ahora, ametrallan desde arriba a todo el que se mueve.
Las teorías de que Obama es un musulmán infiltrado que ha llegado hasta lo más alto del poder dejan en mantillas a uno de los orígenes conspiratorios cinematográficos "El candidato del miedo" (The Manchurian Candidate, John Frankenheimer 1962). Primero se le negaba la nacionalidad norteamericana de origen, con lo que no podría acceder a la presidencia; luego la cuestión fue más allá al convertirlo en musulmán. El último estado de esta teoría conspiratoria es que no solo es musulmán sino "musulmán chií", con lo cual se explica perfectamente la conspiración iraní que ha llevado al fin de las sanciones por la cuestión nuclear. Ya encaja todo y Obama tiene como objetivo la conquista iraní del mundo y, por supuesto, la destrucción de Israel. La teoría ha sido muy bien acogida por Oriente Medio, en la zona suní, donde ya les cuadra todo. Obama fue el que conspiró para destruir a los países árabes mandándoles la "primavera árabe" e imponiendo a los Hermanos Musulmanes, que son una organización sionista camuflada de islamistas para rematar lo que los Estados Unidos dejen en pie.


No es exageración. De la conspiración Obama-Irán daba cuenta el otro día The Washington Post en su artículo titulado "The ‘Obama is a Muslim’ conspiracy theory is still reverberating in the Middle East". Escribía Adam Taylor:

The endurance of these conspiracy theories can probably be attributed to Obama's position as the first African American president of the United States — his two terms as president have been wrapped up in issues of race and identity. But it's also worth noting how these theories have mutated as they traveled abroad, adapting in unexpected ways to fit regional arguments.
One of the most persistent and widespread of these conspiracy theories gets more specific than its American variant: Obama isn't just a Muslim, this theory goes.... he's a Shiite Muslim.
This week, as the Obama administration announced that it was lifting sanctions on Iran as a result of a U.S.-led nuclear deal with Tehran reached in July, Dhahi Khalfan Tamim, the head of general security for the emirate of Dubai, suggested that Obama's "Shiite roots" had helped him get elected in a bid to bring the United States and Iran closer.**


Se comprende que en este contexto conspiratorio, el agente Mulder y la agente Scully, vayan queden dentro de poco como protagonistas de una serie casi realista en comparación con las noticias que se nos ofrecen diariamente.

La cuestión no solo afecta a Oriente Medio, donde podríamos encontrar muchas explicaciones para la credulidad extrema. Lo más interesante de todo esto es que se lo creen en los Estados Unidos. Lo que nos lleva a la base de la credulidad misma: se cree porque se quiere creer. Donde esté una buena mentira que se quite cualquier verdad. Podríamos habernos vuelto escépticos y recelar de lo que nos cuentan. Por el contrario, nos hemos vuelto absolutamente crédulos. Gozosamente crédulos, podríamos decir. Hemos descubierto (o estamos a punto de ello) las gratificantes sustancias que nuestro cerebro libera como si fuera chocolate.
La mentira no se ha convertido en un arma política, como se suele señalar, sino en una ciencia compleja y asistida por equipos de neurocientíficos, comunicólogos, historiadores y todo tipo de científicos sociales que se sacan un extra en sus universidades o abren gabinetes dedicados a llevar y mantener en el poder a cualquier político que les pague bien.


En lo que llamamos Sociedad de la Información solo caben dos estrategias que podemos llamar de "sequía" y de "inundación". La primera trata de restringir el acceso y la circulación de la información; levanta muros para evitar que entre o salga información. Como esta estrategia es cada vez menos eficaz (es la que se creó con la imprenta). La más eficaz es la contraria: la inundación de información. Se trata de saturar a los receptores con tanta información como sea posible a sabiendas que son los propios receptores los que se acabarán convirtiendo en emisores. Es la teoría tras las redes sociales y la liberación de herramientas de producción a los usuarios. El modelo de la "inundación" es usado por aquellos que quieren sembrar la duda y anular la información veraz. Si usted llega a la luna, por ejemplo, sus rivales negarán que lo haya hecho y se generarán miles de páginas que reproducirá, reescribirán, amplificarán la teoría alternativa. Pronto se habrán generado más páginas que las que sea posible manejar y la teoría se reforzará sola gracias al efecto "red". Lo que empieza en una solitaria nota en un blog alternativo o como un comentario ambiguo se transformará pronto en un aluvión que hará dudar a cualquiera.


La pregunta que se hace usted, lector, es y ¿por qué no se hace eso con la información verdadera? ¡Buena pregunta! Aquí entra la psicología social a intentar decir algo: por algún extraño motivo nos gustan más las mentiras que las verdades. Quizá sea por aquello de que la verdad es la que es mientras que la mentira es un traje a medida, mucho más cómoda. Ante la verdad nuestra respuesta es ¡pues vale!, pero la mentira nuestra actitud es más afectiva. La verdad es más o menos objetiva y distante, pero la mentira es entrañable y seleccionamos la que más satisface nuestro deseo. Los que están convencidos de que Obama es un musulmán chií infiltrado para acabar con Israel, los Saudíes y no sé quien más, encuentra todo maravillosamente coherente y, por ello, gratificante. Como cruzada personal, da sentido a su vida, que dedicará a transmitir a los demás eso que desconocen. Encontrará explicación clara de porqué le odian algunos y él les odia a ellos. La mentira trae luz interior y coherencia exterior.


Decían en The X-files que la verdad estaba allí afuera. Lo cierto es que la verdad siempre ha sido un poco extraterrestre. La mentira, en cambio, está con nosotros desde que nos miramos al espejo por la mañana hasta que cerramos los ojos y soñamos. Ya todo es un continuo de ilusión interesada que muchas saben manejar muy bien. 
¿Dónde está la verdad?, pues. Como decían en The New York Times de los agentes Mulder y Sculley, en un mundo poco confortable para ella.



* "‘The X-Files’ Season 10 Premiere: A Crazier Mulder Than Usual" The New York Times 24/01/2016 http://www.nytimes.com/2016/01/24/arts/television/the-x-files-season-10-premiere-review.html

** "The ‘Obama is a Muslim’ conspiracy theory is still reverberating in the Middle East" The Washington Post 21/01/2016 https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2016/01/21/the-obama-is-a-muslim-conspiracy-theory-is-still-reverberating-in-the-middle-east/?hpid=hp_hp-more-top-stories_vw-obama-muslim:homepage/story




jueves, 28 de enero de 2016

El capuchón o los italianos en su salsa

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¿No hubiera sido más fácil, barato y simbólico poner al ilustre visitante iraní a Italia un capuchón o vendarle los ojos —como en las películas de mafiosos y espías— que cubrir fría desnudez de las estatuas?
El espectáculo vergonzoso no lo provocan las estatuas sino el gobierno italiano en cadena ante la bajada de pantalones —la expresión me parece la más contextualiza al hecho— que ha supuesto cubrir las estatuas al paso del virginal mandatario. La polémica está servida, dirán algunos. Pero creo que no hay polémica realmente, dado la huida de todos de su responsabilidad en este acto digno de figurar como un episodio más de aquella vieja película de los 70 —en plena euforia erótica cinematográfica— dirigida y protagonizada por el genial actor Alberto Sordi, titulada "El común sentido del pudor" (1976). El eslogan que figuraba en los carteles españoles rezaba "Los italianos en su salsa" habría sido valido para rotular la nueva versión.

Si la provocativa Italia de los 70 hubiera recibido la visita de Rohani habría hecho, a la usanza de Sordi, una coproducción titulada "A ciegas por Europa" compuesta por episodios dirigidos por los directores principales de cada país. Cada episodio, imitando lo ocurrido en Italia,  nos mostraría su visita a Francia, Alemania, Holanda, incluso España, y lo que cada país había tapado para no ofender los castos ojos del visitante iraní. El episodio español, por ejemplo, dirigido por Mariano Ozores, incluiría una visita a la playa de Benidorm llena de miles de personas tomando el sol por separado hombres y mujeres, vestidos todos con monos azules de mecánico. El episodio francés, por su parte, mostraría la visita a un Hollande ingresando de novicio en un monasterio de clausura al que se retiraría después de su intensa vida política y sentimental. Y así seguiríamos, país por país, completando esta Europa que está más pendiente de los contratos que de los principios.
Porque se trata de eso. Mucha gente no entiende que cuando se visita Irán, las mujeres tengan que modificar su aspecto. Pero entiende que el protocolo del país visitante tiene preferencia y que siempre tienes la opción válida de no ir. Pero lo hecho por y en Italia es algo más que una mera cuestión estética.


Con el gesto de tapar las estatuas no se ha realizado un acto de amabilidad hacia un visitante sino algo mucho peor. No se saca a Irán del oscurantismo puritano sino que introduce a Italia en él. Y con Italia, a Europa. Como europeo me siento avergonzado de lo hecho en Italia, igual que entiendo que en Italia se avergüencen de lo que hacemos en España o hacen en Francia, Alemania o Dinamarca. Me siento más chino solidario con lo que ha hecho Ai Weiwei al retirar sus dos exposiciones en Dinamarca tras la decisión nazi de su gobierno de confiscar propiedades a los inmigrantes. Es el "pudor común" que nos debería acercar a los europeos como tales.
Pero es difícil sentirse pare de ese común europeo ante tales diferencias de sentido del "pudor". Tan difícil que hasta en Italia no lo entienden. En la mejor tradición italiana, nadie parece haber tomado la decisión —nuestro episodio italiano reproduciría el caos en los despachos ministeriales y las llamadas entre ellos— de cubrir las estatuas. El diario La Stampa señala el asombro del ministro de Cultura, Dario Franceschini:

Che definisce «incomprensibile» la scelta di coprire le statue dei Musei Capitolini: «Penso che ci sarebbero stati facilmente altri modi per andare incontro alla sensibilità di un ospite straniero così importante», senza fare una scelta di cui, dice, «non era informato né il presidente del Consiglio né il sottoscritto». Ma dalla sovrintendenza capitolina ai beni culturali arriva una smentita sul suo ruolo nella decisione: «Dovete chiedere a Palazzo Chigi. La misura non è stata decisa da noi, è stata un’organizzazione di Palazzo Chigi non nostra». Il governo avvia un’indagine interna sul caso. La delegazione iraniana, intanto, è già volata a Parigi, seconda tappa del viaggio europeo.*


El "Palacio Chigi" es la sede del gobierno. El ministro echa la culpa hacia arriba, en un gesto insólito. Normalmente se culpa hacia abajo, teniendo la culpa final seguramente el bedel, que sería quien tomó finalmente la decisión de cubrir las estatuas. 
Si en vez de ser una visita de Rohani, un iraní, se hubieran tapado por la visita del Papa Francisco, el escándalo hubiera sido mayúsculo. Pero el Papa Francisco se habría hecho un selfie con las estatuas con toda probabilidad. Ahora que se abren algunas instituciones, apagamos la luz en nombre del dinero.


Lo más irritante de todo son dos cosas. La primera y más evidente es lo que ha resaltado la prensa: Rohani viene repartiendo millones y oportunidades de negocio. Las empresas (los gobiernos son ya interfaces de las empresas) se frotan las manos pensando en los beneficios que obtendrán en un mercado cerrado hasta el momento. Los países dictatoriales lo saben y sus dirigentes van con los talonarios por delante. Hasta donde yo sé, lo único que ha hecho Irán es decir que su energía nuclear no está destinada a fabricar bombas atómicas (es decir, que pongan en peligro a Israel). Lo demás no ha cambiado. Sí; ha soltado uno cuantos presos (creo que cuatro), pero para soltarlos antes los había tenido que encarcelar.

Esto nos lleva al segundo punto, Lo que hacemos siempre mal. Acabamos de dejar con el culo al aire (vuelvo a recordar el contexto de la desnudez de las estatuas para usar la expresión coloquial como figura retórica) a todas las personas que no tienen la suerte de ser soltados, unos porque ya han sido ejecutados y otros porque no le apetece al régimen de los ayatolas, que sigue siendo el mismo que antes de la visita. Nada ha cambiado en Irán. ¿Tenía que cambiar algo?, se preguntarán los que han cerrado los negocios con Teherán. ¡Pues, hombre, algo sí!


Lo que sí ha cambiado, pero a peor, es la situación global del mundo. Si antes los países occidentales, democráticos, etc. teníamos que cargar con la vergüenza de tener que llamar "socio", "aliado", etc. a regímenes reaccionarios y terribles como el de Arabia Saudí, con patente de corso para hacer lo que quieran porque están protegidos por Estados Unidos, ahora tendremos dos, uno a cada lado. La gran farsa es que se empieza con la economía y... se sigue con la economía.
El gesto de cubrir las estatuas es un mal gesto en muchos sentidos. Los primeros que lo habrán lamentado serán todos aquellos que hayan sido encarcelados en Irán por pedir una libertad de expresión a la que Italia renuncia por un puñado de millones en negocios para sus empresas. El gesto italiano para no avergonzar al dirigente iraní nos avergüenza en cambio a todos.


Tapando las estatuas, ocultándolas, Italia ha tapado su historia, su arte, su genialidad, en favor de un régimen que la niega por principio. Y en arte, Italia somos todos, hijos de Grecia y Roma. No ha sido un gesto de amable anfitrión, sino de falta de principios. El régimen iraní no tiene ya que mover ninguna ficha y puede seguir, como de hecho hace, haciendo ver que es el mundo el que rectifica y que Irán es la normalidad hacia la que el planeta camina. Eso está vendiendo ahora, su victoria ante Occidente.


Una vez más dejamos sin argumentos a los que se enfrenta a sus dictaduras con la dignidad que da la libertad de conciencia, expresión e información. El progresista Mateo Renzi ha quedado bastante mal ante la beatífica sonrisa exterior de Rohani y su carcajada interior. Estupefactos, en cambio, se han quedado todos los que no entiende que Europa tape su arte, el orgullo que lleva a millones de turistas de todo el mundo a admirar a Italia. Renzi tendrá que explicarlo. Ha abierto la puerta de par en par a la censura, a que lleguen tiempo peores (se avecinan) en los que algunos padres pidan que sean retiradas las estatuas de los libros de texto de sus hijos porque su pudor es tan respetable como el de los dirigentes de Irán. Estupefactos quedan todos los que han sido encarcelados, denostados, perseguidos por querer tener un arte libre como el italiano.


Por no escandalizar a los castos ojos de los que no se escandalizan con arrestos, ejecuciones o flagelaciones, el gobierno de Renzi nos ha avergonzado a todos los demás.
Aquel "común sentido del pudor" del que se riera Alberto Sordi a través de la pareja que decide ir al cine después de cuatro años y se encuentra con que todas las películas son eróticas. y en su paseo por Roma ve cubierto el Coliseo con un gigantesco anuncio de una mujer desnuda, no es la pudorosa Italia de Renzi, que cubre las estatuas centenarias. 
A Rohani habría que haberle dicho lo que Sordi decía a su escandalizada pareja durante las proyecciones: "¡No mires!", aunque ella no perdiera el hilo de lo que ocurría en pantalla. Y haberle recordado algunas cuestiones sobre derechos humanos, ya que estaba por allí.



* "Franceschini: statue coperte? Scelta inspiegabile. La sovrintendenza: “Chiedete a Palazzo Chigi”" La Stampa http://www.lastampa.it/2016/01/27/esteri/rohani-le-statue-coperte-questione-giornalistica-ifZWYCaxxoQZTs0VnkvfXN/pagina.html