jueves, 27 de marzo de 2025

La política pirotécnica española

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Mientras desde Europa se nos recomiendan "kits" de supervivencia para guerras, desastres climáticos, volcanes y terremotos, y el mundo avanza hacia un colapso económico con un loco en la Casa Blanca y otro en el Kremlin, ¿aquí seguimos con lo nuestro?

Lo "nuestro", todo hay que decirlo, son discusiones impresentables, declaraciones de Mazón sobre "lo que hay que tener", casos de esposas y hermanos, ausencia de presupuestos, polémicas futboleras, correos de fiscales, extorsiones de fugados... y un sinfín de naderías cuyo efecto conjunto es el de una mascletá.

No, no hay nada que pare este declive, esta decadencia global de la política española, esta incapacidad crónica para enfrentarse a una realidad que la supera. Da igual lo que ocurra fuera; nosotros seguimos nuestro rumbo pirotécnico hacia la nada.

El discurso reivindicativo de Mazón proponiéndose como el modelo de actuación y reclamando a los demás ese "lo que hay que tener" con el perfecto énfasis del que lo ha ensayado horas frente al espejo, levantado de ceja incluido (los asesores de imagen se gana el sueldo) muestra ese tránsito del que es llamado "asesino" en plena calle y se esconde en la tribuna tras las falleras, al "killer" amenazante, al duelo al amanecer en OK Corral.


Todo este barullo entre La Moncloa y los populares repartidos por nuestra sufrida superficie se ha resuelto de la peor manera posible: los pactos de los populares con Vox para poder gobernar con su "apoyo". ¡A grandes males, peores remedios! Una vez que se supera el tabú, los distintos gobiernos se lanzan a repetirlos. Mientras Europa cerca a la ultraderecha tratando de crear un cinturón de seguridad, en España les ponemos despacho y les damos la oportunidad de decidir.

Las dos condiciones de Vox son claras en muchos sentidos. Por un lado está el tema recurrente de la inmigración, que le permite ampliar sus discursos racista y xenófobos que tan buenos resultados le está dando, incluidos los Estados Unidos de Trump; pero por el otro se ataca (también con Trump como modelo) al "ecologismo", que se considera un freno radical a los intereses industriales por las limitaciones y cuidados que se exigen.

Todo lo que el trumpista Vox exige frenar y combatir es considerado "radical" y eso va del ecologismo a las políticas de igualdad de género, pasando por el tema central de la inmigración.

¿Sabe el Partido Popular dónde se ha metido? Critica a Sánchez depender del chantaje de Puigdemont... ¿y se entrega al chantaje de Vox?


Cuando crece la necesidad de alejarse de las políticas chantajistas, agresivas de Trump, ¿se lanzan en brazos de aquellos de los que Trump asegura que están haciendo un "buen trabajo"? Vox es el trumpismo en España. A Abascal le gusta que le pasen la mano por la espalda en las visitas a la Casa Blanca. Ahora se la van a pasar por las Autonomías españolas a cuyo gobierno se incorporen o controlen con sus votos.

¿No se acuerdan de las censuras en bibliotecas, de los recortes en sectores claves para ellos en ayuntamientos y Autonomías?

La inutilidad de las autoridades valencianas durante la danas es grave y muestra su defecto básico, su incapacidad para tomar decisiones que lesionen los intereses económicos de la zona. El resultado catastrófico está a la vista. Pero la alianza con Vox muestra algo más, otro tipo de incapacidades y de cegueras políticas. No sé si la cabeza de Mazón vale tanto como el precio que van a tener que pagar.

La fragmentación de la política española, que muchos saludaron como el "fin del bipartidismo", la hace débil, caprichosa y calculadora, la condena a estar el día contando los apoyos disponibles para cualquier cosa que tenga que aprobar. Eso quiebra el principio democrático al dar más poder al más pequeño, que puede decidir el destino de todos con solo un voto si este es el que falta para aprobar algo.

Produce también unos políticos que respetan poco la llamada "voluntad popular" que es suplantada por quienes saben que van a sacar un buen provecho de la debilidad de los otros. Todo se vuelve presente calculado, circunstancial.

Que el trumpismo tenga a Vox en España como su mejor aliado es algo que el PP no puede dejar de lado y que sentirá pronto. Esto le pasará factura y lo pagaremos entre todos.

¡Vaya panorama! 

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